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Tema: Sobre la Guerra de Secesión Norteamericana

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    Sobre la Guerra de Secesión Norteamericana

    La Guerra Civil Americana,
    por Iván Ballesteros Armenteros

    Índice.
    1. Causas de la Guerra Civil Americana.
    · El Estallido del conflicto.
    2. Los Contendientes.
    3. El Conflicto.
    · La Campaña peninsular.
    · Las victorias de la Unión en el Oeste.
    · El punto de inflexión de la guerra.
    · Hacia la Victoria de la Unión.
    4. La Política durante la Guerra.
    · La política exterior.
    5. Resultados y coste de la guerra.
    6. La primera guerra contemporánea.
    · La importancia estratégica del ferrocarril.
    · La comunicación a través del telégrafo.
    · Espionaje.
    · Ingeniería militar.
    · La ayuda en campaña.
    · La primera guerra fotografiada.
    · La identificación de los muertos.
    7. La reconstrucción. Bibliografía.
    1. Causas de la Guerra Civil Americana.

    Los Estados Unidos de América apenas llevaban “unidos” poco más de ochenta años cuando la nación fue sacudida por la Guerra Civil. Una nación donde se fraguaban dos sociedades, cada una con modelos sociales, políticos y económicos distintos. Una nación que en 4 décadas había visto multiplicarse varias veces su territorio, la compra de Luisiana a Francia, Florida a España, la anexión de Texas y la posterior guerra con México (1846-1848) De este modo en el espacio de una generación, había nacido un enorme pero aún vació imperio, y conforme se expansionaba también fue adquiriendo mayores proporciones el problema de impedir que las fricciones y conflictos internos la deshicieran. El ambiente político de los Estados del Norte y del Sur había quedado moldeado por el interés del Segundo en sus plantaciones y en la conservación de la esclavitud, mientras el primero se inclinaba hacia el comercio, la navegación y los intereses financieros; de un lado se encontraban los agricultores deudores, y por otro los capitalistas acreedores. Después de la Independencia, los primeros fueron representados por el partido demócrata de Thomas Jefferson y los últimos por los federalistas (más tarde republicanos) bajo Alexander Hamilton.
    El factor principal de futuras disensiones entre Norte y Sur fue la impotencia política de la Constitución bajo la cual se gobernaban los Estados. Era un instrumento ideado para controlar las diversas posiciones de cada Estado, pero inadecuado para sostener la solidaridad de un país en continuo crecimiento. La Constitución había derogado a los artículos de la Confederación de 1777. El Congreso de Filadelfia de 1787 trataba de resolver los problemas a los que se enfrentaba el nuevo Estado, deuda, conflictos comerciales interestatales, levantamiento social,... La creación de la nueva Constitución fue fundamentada en los principios del federalismo como propugnaba Alexander Hamilton, (Dos cámaras, regulación del comercio, capacidad de implantar impuestos, pagar deudas y constitución de un ejército para la defensa de la joven nación) aunque el nuevo país estaba compuesto en su mayoría por pequeños granjeros propietarios, celosos de su independencia estatal, con lo cual el pragmatismo con el que estaba elaborada la Carta Magna, dejaba muchos cabos sueltos. La interpretación de la Constitución por ambos bandos fue justificación de las agresiones mutuas. El Sur por ejemplo defendía su libertad a seguir con su modo de vida. También está el caso comercial. La Constitución garantizaba no poner impuestos de exportación, pero qué pasará cuando el Norte quiera proteger su industria imponiendo aranceles.
    Las Guerras Napoleónicas habían dejado aislado al nuevo país, con lo cual éste se vio obligado a desarrollar una política económica propia. El Sur fundamentalmente agrícola con cultivos de tabaco, caña de azúcar y sobre todo algodón, a raíz del invento de Eli Whitney de la máquina desmontadora de algodón que transformó el comercio de dicho producto. El Norte por otro lado incentivó su desarrollo industrial, así no tenía que depender de la antigua metrópoli, además de desarrollar un tejido comercial, sobre todo en la zona de Nueva Inglaterra. Así nace la polarización económica. En el Norte, los aranceles tenían como finalidad esencial proteger a las jóvenes industrias de su anulación por los competidores europeos, pero para el Sur principal foco algodonero del mundo estos aranceles suponían una traba. Estas diferencias surgieron pronto con una demanda de separación sobre todo a raíz del “Arancel de las Abominaciones” de enero de 1828 cuando los buques del puerto de Charleston pusieron sus banderas a media asta. Aquel mismo año, Georgia dirigió un largo memorial a los estados antiarancelistas, al año siguiente Mississippi recomendó la resistencia y Virginia resolvió que el arancel debía de ser rechazado. En 1832, el Congreso eliminó los impuestos de una larga lista de importaciones, pero ello sólo contribuyó al malestar. Carolina del Sur convocó una convención del estado en la que la ley de Arancel de 1828 (que protegía la producción lanera del norte) y la enmienda de 1832 quedaran nulas y sin valor. Pronto se llegó a un compromiso terminando con la lucha por los derechos estatales.
    La producción agraria del sur estaba sostenida por el trabajo de los esclavos. Se establece que en el Sur habitarían de 3 a 4 millones de esclavos. La cuestión de la esclavitud fue otra de las causas claves del conflicto. Entre 1781 y 1804 la esclavitud quedó abolida en el norte y hacia 1819, de los veintidós Estados existentes, once eran esclavistas y los restantes libres. Los conflictos se iniciaron cuando aquel mismo año la ley de admisión de Missouri fue presentada a la Cámara de Representantes, pero como estado esclavista, con lo cual la paridad norte-sur quedaría alterada. Se llegó a una solución de compromiso, Compromiso de Missouri: donde el nuevo Estado quedaría admitido como estado esclavista, conservándose el equilibrio al admitir al mismo tiempo a Maine como estado libre. Y estableciendo la línea divisoria de 36º 30’ entre estados esclavistas y no esclavistas. John Quincy Adams añadió al respecto:
    “Tengo la seguridad de que el actual problema es sólo prefacio o pagina primera de un trágico y grandioso relato aún por escribir”
    Las posturas morales, de base religiosa, hicieron crecer en el Norte un fuerte sentimiento abolicionista, que pedía el freno a la extensión de la esclavitud y también la abolición de la misma. La base política de estos abolicionistas será la del partido whig, posteriormente origen del partido Republicano. En 1829 el negro David Walker publicó un folleto titulado Walker´s Appeal o Llamamiento de Walker, en el que ensalzaba la valentía de los negros y los instaba a la revuelta. Un levantamiento de esclavos en Virginia se atribuyó a dicho folleto y a los abolicionistas de Boston guiados por William Lloyd Garrison. Pese a que los abolicionistas fueron reprimidos, una continua propaganda literaria ( Harriet Beecher Stowe y su “La Cabaña del tío Tom”) y política contribuyeron a la divergencia entre los Estados.
    La Guerra con México, que arrebató al país azteca la mitad de su territorio, consiguió para los Estados Unidos, los territorios de California y Nuevo México. El hallazgo de oro motivó la rápida colonización de la Costa Pacífica y con ello la solicitud de California de inclusión en la Unión. El Sur se opuso porque alteraba el equilibrio senatorial entre Estados Libres y Esclavistas. Tras una serie de debates en 1850 se llegó a un compromiso que permitió la admisión de California como estado libre y la organización de dos nuevos territorios —Utah y Nuevo México— resultantes de las tierras conquistadas en la guerra, aplicándose el principio de soberanía popular, por el que las cámaras legislativas territoriales decidieran de forma autónoma su posición con respecto a la esclavitud cuando se integraran como estados de la Unión. De este modo se llegó a que, mientras económica y demográficamente, el Sur permanecía siempre igual, el Norte continuaba expansionándose porque la conquista del Oeste, permitía al primero desplazarse fácilmente por aquellas tierras. De ahí la pretensión del Sur de realizar la unión ferroviaria del territorio por la ruta del sur. El tema de la expansión de la esclavitud volvió a estallar en 1854, cuando el senador de Illinois Stephen A. Douglas consiguió la aprobación de un proyecto de ley que establecía dos nuevos territorios (Kansas y Nebraska), aplicando en ambos el principio de la soberanía popular. El Acta de Kansas-Nebraska invalidó el Compromiso de Missouri. El primer resultado palpable de la Ley Kansas-Nebraska fue la creación de un partido antiesclavista, que resolvió oponerse a la extensión de la esclavitud, sus miembros decidieron llamarse “republicanos”. Los republicanos abarcaban diversos elementos: radicales enemigos de la esclavitud, como Sumner; antiguos whigs, muchos de ellos conservadores; demócratas de “suelos libres”, como Chase y Lyman Trumbull; y “no-sé-nada” insatisfechos.
    En la década de 1850, el cambio económico tuvo una repercusión enorme sobre los acontecimientos políticos. Cada vez más, las líneas de fuerza de la economía se desplazaban sobre un eje Este-Oeste, y no Oeste-Sur. Floreció el comercio del Mississippi; el ferrocarril central de Illinois unió al Sur con el Noroeste, y el algodón siguió desempeñando un papel significativo en el comercio Norte-Sur. Pero el algodón ya no era el rey. El nordeste producía los alimentos para el granjero del Oeste. Y el noroeste ya no dependía tanto del Sur.
    En el nuevo territorio de Kansas se precipitó un conflicto por motivos de la esclavitud que sin duda fue uno de los alicientes de la Guerra. En las elecciones para la legislatura territorial de marzo de 1855 se produjeron enfrentamientos entre grupos esclavistas procedentes de Mississippi y abolicionistas. Se sabotearon las elecciones haciendo de Kansas un estado esclavista. Los abolicionistas crearon un gobierno paralelo motivando que el estado de Kansas tuviera dos gobiernos paralelos. Así la colonización del nuevo territorio se mostró violenta, luchando entre sí facciones esclavistas y abolicionistas. Pero la violencia no sólo era propia de los colonos en Kansas, en el Senado un representante de Carolina del Sur golpeó al senador Sumner abolicionista convencido.
    En 1859 había más Estados Libres que Esclavistas en ambas cámaras del Congreso, inclinado el equilibrio de poder a favor del Norte.
    Las protestas del Sur eran cada vez más airadas y más cuando veían que el poder político en el Congreso se les estaba escapando. Cada año miles de emigrantes acudían a los Estados Unidos. Les importaba poco la política y sólo procuraban ganar dinero. Los ferrocarriles avanzaban día tras día, además en 1844 comienza la instalación del telégrafo Morse. El Sur no sólo no crecía, sino que sus estados se iban debilitando a causa de los muchos ciudadanos que emigraban al Norte y al Oeste. La cada vez mayor población del Norte exige garantías fiscales, comerciales, y en general de apertura económica que dañaban al Sur El Sur, sin embargo, consideraba tales medidas discriminatorias, creyendo que favorecían los intereses comerciales del norte, y pensaba que era intolerable la agitación antiesclavista que se desarrollaba en varios estados, muchos de los cuales, por ejemplo, aprobaron leyes de libertad personal en un esfuerzo por contrarrestar el reforzamiento de las leyes de esclavos fugitivos, lo cual vulneraba la Constitución. Los sureños también estaban preocupados por la frecuencia con la que obtenían cargos electivos los free soilers, políticos que propugnaban la no-admisión de estados esclavistas en la Unión.
    El presidente demócrata James Buchanan (1857-1861) pidió al Congreso que admitiera a Kansas en la Unión como estado esclavista, una propuesta que ofendió a los norteños; además el Tribunal Supremo dictaminó el 7 de marzo de 1857 en el caso Dred Scott[1], donde el Tribunal Supremo rechazó el caso de un esclavo contra su amo, en un juicio que conmocionó los sentimientos nordistas, que “la Constitución de Estados Unidos no daba autoridad al Congreso para prohibir la esclavitud en los territorios”, y según la misma “los esclavos no tenían ningún derecho según la misma”. La división se hizo más profunda en 1857, la depresión económica golpeó con fuerza al Norte, dejando intactos a los estados algodoneros. Esto les hizo pensar que su economía basada en la esclavitud era superior.
    Dos años después, el 16 de octubre de 1859, John Brown, acérrimo opositor a la esclavitud, atacó el arsenal federal de Harpes Ferry para organizar una rebelión general de esclavos. Ese ataque, unido a la condena norteña de la decisión tomada en el caso Dred Scott, acabó por convencer a los sureños de su creciente inseguridad dentro de la Unión. Se trataba de una amenaza que no podía ser ignorada, y en ambos bandos se alzaron muchas voces para disolver la Unión, de forma que Norte y Sur siguieran caminos separados.
    El Estallido del Conflicto.

    La Secesión de la Unión no sólo era una idea y un rumor, pronto se llevará a cabo. Los derechos estatales del Sur, eran más importantes que las leyes Federales. Será después de las elecciones presidenciales de 1860, en las mismas, la división en las filas del Partido Demócrata dio como resultado la candidatura por parte del ala sureña de John Breckinridge, de Kentucky, y por parte del ala norteña de Stephen Douglas. Los demócratas del Sur vieron en la Ley Kansas-Nebraska un engaño por parte de Douglas, que había apostado por la soberanía popular. El recién constituido Partido de la Unión Constitucional, que reflejaba el sentimiento de concesión aún arraigado en los estados fronterizos, nominó a John Bell, de Tennessee. Era una composición de viejos whigs, “no-sé-nada” y moderados del norte y sur. No apoyaban otros principios que la Constitución, la Unión y la aplicación de leyes. Este intento de fundar un partido de consenso que trataba de solucionar el problema de la esclavitud con el dialogo, llegó demasiado tarde. Los republicanos eligieron a Abraham Lincoln, en una campaña en la que se oponían a la expansión de la esclavitud y apoyaban una tarifa proteccionista, subsidios federales para mejoras internas y una ley de residencia. Los demócratas secesionistas aseguraron prácticamente la elección de Lincoln y esto a su vez convenció a los sureños que tenían que hacer un esfuerzo para lograr la independencia en lugar de quedar aislados políticamente. En Diciembre tras la elección del candidato republicano, considerado antiesclavista y defensor del Norte. Un abogado que tenía un pesado lastre, como era la condena a la Guerra con México y que se había opuesto desde su puesto en el Congreso a la esclavitud. La propaganda del Sur le tachaba como “Honest Ape”. Carolina del Sur se escindió de la Unión el 20 de diciembre de 1860 le siguieron Mississippi, Florida, Alabama, Georgia y Luisiana.
    A principios de Febrero de 1861 en Montgomery, Alabama, los representantes de los estados secesionados se reunieron para crear una nueva nación, los estados Confederados de América. La Constitución provisional adoptada era similar en líneas generales a la de los Estados Unidos, pero permitía la esclavitud, prohibía el comercio de esclavos con África, aunque permitía la Trata entre los Estados. Los Estados del Sur se separaban, según ellos, por los agravios que el Norte producía entorno a la cuestión de la esclavitud. La historiografía posterior ha considerado la Secesión como un error, pues sureños y demócratas unidos, tenían mayoría en ambas cámaras, con lo cual Lincoln no podía hacer nada sin el consentimiento del Congreso, entre ellas la principal la esclavitud.
    Buchanan tenía tanto poder para defender la propiedad federal y gravar con impuestos federales a los Estados que obstruían la ley federal, pero simplemente se limitó a regañarles. Entre tanto la deserción de funcionarios federales a filas secesionistas estaban dejando vacío el entorno político de Washington.
    La guerra era evitable, si Lincoln simplemente hubiera aceptado la Secesión y se hubiera contentado por ellos. Pero la cohabitación de ambas naciones hubiera sido imposible. ¿Qué hubiera pasado con los esclavos fugitivos? Sí la Unión reconociera el derecho de la Secesión, ¿qué pasaría en el futuro con otros Estados descontentos? Los intentos de conciliación en la “Comisión de paz o de la concordia” fracasaron, incluso hubo condiciones por parte republicana, como aceptar a Nuevo México como Estado esclavista.
    El hombre elegido para liderar la Confederación será Jefferson Davis, antiguo Secretario de Guerra. Un mes más tarde, Texas se unía a los secesionistas. Más por deseo de defensa de los estados secesionados que de atacar al Norte, Davis llama a filas, pidiendo una leva de 100.000 voluntarios. Como parte del plan de defensa, la Confederación se apoderó de los arsenales federales, las instalaciones militares, oficinas postales y de aduanas dentro del Sur. Desde el punto de vista del Sur, la jurisdicción de esos lugares pasaba, con la secesión, a los estados, y su retención por parte del gobierno federal equivalía a un acto de guerra.
    Fuerte Sumter en la bahía de Charleston no se rindió a los hombres del Sur. Cuando Lincoln anunció su intención de enviar refuerzos, los Confederados comprendieron que debían utilizar la fuerza. A las 4.30 de la madrugada, del día 12 de Abril un cañón sudista disparó el primer tiro de la Guerra Civil Americana. La Confederación fue la agresora, como Lincoln pretendía. Como había dicho en su discurso de posesión, ahora tenía justificación para llamar a la movilización de voluntarios:
    “...En vuestras manos, mis descontentos paisanos, y no en las mías, descansa la posibilidad trascendental de una guerra civil. No puede existir conflicto sin que vosotros seáis los agresores...[2]
    Esta medida motivo que estados indecisos como Arkansas, Carolina del Norte, Tennessee, y Virginia optaran por su inclusión en la Confederación. Pero no todos los estados esclavistas formaron parte de la Confederación, así nos encontramos los llamados fronterizos: Maryland, Kentucky y Missouri, que se mantuvieron en la Unión, así como una parte de Virginia (Occidental) que se desligó de Virginia para mantener su lealtad a Washington. La votación por la secesión de Virginia supuso una victoria pírrica por parte de los secesionistas. Los condados occidentales fueron votantes mayoritarios de Bell, de ahí que apostaran por permanecer en la Unión. Formaron un gobierno provisional y en 1863 fueron admitidos en la Unión como el nuevo estado de Virginia Occidental.
    En algunos Estados todavía indecisos se vivieron escenas de guerra civil interestatal para posicionarse de un bando u otro. Como fue el caso de Missouri y California. En el estado del Pacífico hubo luchas armadas entre ambos bandos, al final la victoria fue para los Unionistas. De todas formas California era un Estado lejano para ayudar a la Unión, sí bien su ayuda pecuniaria fue muy estimada.

    Ilustración 1. Plantación de Algodón en Estados Unidos
    2. Los Contendientes[3].
    Durante la Guerra Civil no quedaron delimitadas las líneas entre los Estados que se separaron y los que permanecieron en la Unión. La mayoría de la gente se unió con los suyos, los más cercanos. El ejército de los Estados Unidos estaba divido, había oficiales del Sur que comprendieron que debían defender lo suyo, mientras que otros comprendieron que la Unión era la Sagrada causa de un Estado republicano y democrático. Es llamativo el caso de Robert E Lee, abominaba de la esclavitud y cuestionaba los derechos de secesión, pero al ofrecerle el mando en las filas de la Unión lo rechazó, pues según él “no podía levantar su espada contra la tierra que lo vio nacer”. La mujer de Lincoln perdió tres parientes de las filas de la Confederación, la mujer de Davis tenía familia en las armas de la Unión. Estos casos se dieron en cada casa de los Estados Unidos, fue verdaderamente una guerra de hermanos divididos. Hay que señalar que una de las curiosidades del conflicto, era la confraternización entre contendientes antes de una batalla. Solía ser común tener un familiar o amigo del otro lado.
    La guerra se planteaba de la siguiente forma. El Norte para restablecer la Unión debería conquistar el Sur, debía conquistar un territorio tan amplio como Europa occidental, de ahí que la Guerra tomara aires de Cruzada según la propaganda del Norte. Además fue Cruzada pues el conflicto no podía acabar con la una salida negociada pues sino esto hubiera supuesto una victoria del Sur, había que acabar con cualquier resto del Gobierno Confederado y de su Ejército. Por tanto para la Confederación debía de defenderse. La Confederación territorialmente era grande, estaba mal dotada de carreteras. El Norte tendría que mantener largas líneas de comunicación, avanzadas en territorio enemigo. La invasión del Norte por parte de la Confederación era imposible, esto explica que su máxima pretensión era el reconocimiento de la misma en las esferas internacionales (sobre todo europeas) y la entrada del viejo continente en la guerra, lo que alargaría el conflicto hasta dejar exhausto a la Unión. La Unión conociendo que los recursos industriales del Sur dependían de ella y de Europa, resolvió a la puesta en marcha del bloqueo para ver cuanto tiempo podía resistir. A pesar del bloqueo el Sur poseía importantes puertos y brazos de mar, que lo dificultaba, de ahí que la guerra durara cuatro años. El Sur creía posible mediante una guerra defensiva legitimarse como Estado, ¿acaso no lo hicieron 13 colonias frente al poderoso Imperio Británico?
    Al estallar la Guerra, había menos de 200.000 fusiles en manos confederadas, además el resto de maquinaria de Guerra procedía del saqueo de los fuertes militares federales. Pero en el Sur apenas existía una fabrica capaz de crear y sustituir nuevo material para la guerra. El 97% de las industrias armentísticas se encontraban en el Norte. El Norte era superior en hombres, dinero, ferrocarriles, potencial industrial y militar, de este modo los Estados Confederados debían contar con los 4 puertos libres del bloqueo para suministrarse de material bélico.
    La defensa del Sur, se centro en dos puntos básicos: en Tennessee, por el Oeste, pues era vital para las líneas férreas del Sur (Chattanooga – Atlanta – Savannah) y la defensa de la capital Richmond, que desde finales de mayo se había trasladado de Montgomery (Alabama) a la Capital de Virginia. Esta táctica ofensivo defensiva salvaguardaría al Sur, desgastando al Norte. Los confederados también tenían sus diferencias en torno a qué estrategia aplicar. Davis era partidario de una guerra defensiva prolongada que desgastara al norte, mientras que parte de sus asesores recomendaban una rápida ofensiva que impidiera al norte movilizar su superior contingente humano y bienes materiales, conscientes de que cuanto más se prolongara la guerra, menos oportunidades tenía el Sur de ganarla.
    Otro problema que se planteaba en el Sur estaba precisamente en su génesis, pues se había constituido como Confederación, tomaba como norma el derecho de cada Estado. La Confederación del Sur por tanto adolecía de demasiado localismo. Existía un nacionalismo del Sur, pero más como forma de vida que como creación Estatal. Jefferson Davis por tanto se vio prisionero de su propia política según la cual cada Estado disponía el derecho a dirigir su propio destino, política incapaz de conseguir un esfuerzo común. Lincoln en cambio dirigió su esfuerzo a mantener la Unión, no sólo conseguir que los secesionados volvieran, sino en mantener a los restantes unidos en la causa común de la Guerra. Esto explicará los poderes extraordinarios que toma tras el inicio del conflicto (Como la suspensión del sacrosanto derecho de Habeas Corpus, instituido en Inglaterra tras la “gloriosa” Revolución de 1689) con el fin de mantener a los estados fronterizos dentro de la Unión. Durante 1861 el Norte obtuvo algunos éxitos clave para asegurar los estados fronterizos de Maryland, Delaware, Kentucky y Missouri, donde prevalecía el sentimiento unionista, si bien los secesionistas eran también bastante fuertes. La importancia de Maryland radicaba en su proximidad a Washington y en la ubicación de Baltimore como punto de enlace del ferrocarril con el Medio Oeste. Kentucky y Missouri eran importantes para la estrategia bélica del norte porque controlaban los puntos de aproximación a los valles de los ríos Mississippi, Tennessee y Cumberland, por los cuales las fuerzas de la Unión podían introducir la contienda en el corazón mismo de la Confederación.
    Los soldados del Sur, campesinos en su mayoría, optaron por la guerra de guerrillas al igual que en la Guerra de Independencia lo hicieron sus abuelos, además estos soldados contaban con la ventaja de luchar sobre su terreno. Los sureños estaban luchando por todo lo que los hombres amaban: libertad y autogobierno, hogar y casa. La derrota sería para ellos el fin de su modelo de vida. Un dato curioso de los soldados Confederados, era su falta de disciplina y la frecuente deserción que se producía en sus filas. Era más bien el soldado-granjero-guerrillero, pues después de visitar su hogar volvía a filas. Sin duda este hecho motivaría el retraso en los planes de algunos generales del Sur. Los soldados del Norte luchaban sólo por mantener el supremo ideal de la Unión, para muchos de ellos, la lucha contra la esclavitud era un ideal secundario; Cuando la guerra se dilató en el tiempo la Unión tuvo que contar con los inmigrantes recién llegados (algunas unidades estaban constituidas enteramente por alemanes o irlandeses), y vieron en la Guerra una forma de ganar dinero e insertarse rápidamente en la sociedad del nuevo mundo, pero no sólo la soldadesca también parte de la oficialidad. Como eran inexpertos en su mayoría, éstos recibieron una férrea disciplina táctica, buscaban la lucha a la Europea, en grandes campos abiertos. Los dos ejércitos eran similares en cuanto a capacidad combativa. Si los confederados ganaron más batallas, se debió a la superioridad de sus mandos, al factor táctico. Pero el Norte ganó la guerra, lo que se debió al factor estratégico. En resumen, el Sur, aunque menos militar, era más combativo y estaba libre de minucias; por lo tanto, el soldado confederado se adaptaba mejor a las condiciones variables, mientras que el federal trataba de superar las dificultades ciñéndose a la instrucción. La Confederación disfrutó de cierta ventaja al desarrollar operaciones defensivas en terreno conocido. Por contra, el norte necesitaba atacar enfrente abierto y soportar enormes gastos en comunicaciones y suministros, por lo que todo presagiaba que su estrategia exigía una marcha directa por tierra sobre Richmond (en Virginia) la capital de la Confederación, para poner un rápido final a la guerra.
    En la preparación de la Guerra el Sur contaba con ventajas, pues la mayor parte de la oficialidad del ejercito de Estados Unidos era procedente del sur, tan sólo Windfield Scott, George Thomas y Davis G. Farragut se mantuvieron fieles a la Unión. La épica de la guerra siempre recordará a Lee, los dos Johnston, Beauregard, “JEB” Stuart, A. P. Hill “Stonewall” Jackson y D. H. Hill como los grandes generales del Sur. El norte sólo pudo sacar a U. S. Grant, Sherman y Sheridan y ya al final de la guerra.
    Al principio ambos contendientes debieron contar con voluntarios, pues como en todas las guerras se piensa que sólo es cosa de pocos meses. Los voluntarios en el Norte se organizaban sobre la base de milicias estatales. Otro sistema era que un individuo se comprometía a cambio del mando a crear una unidad de voluntarios, un regimiento, una vez formado y equipado se le enviaba a un campo de preparación quedando tal regimiento bajo la dirección del Ejercito federal. La Confederación contó con un sistema similar de voluntarios. El problema del Sur era el excesivo número de oficiales sobre el de los soldados. Al año de la guerra se tuvo que recurrir al reclutamiento. El Sur que pidió voluntarios para un año, temió la desbandada de sus tropas, así que emitió la ley de reclutamiento del 14 de abril de 1862. La Unión esperó a 1863, pero la ley de Conscripción de los Estados Unidos que movilizaba hombres entre los 20 y 45, fue más corrupta. Por esta ley cada Estado tenía una cuota de soldados que debía integrarse a filas, si un Estado (en concreto distritos) cumplía su cuota con voluntarios, no había entonces que recurrir al reclutamiento forzoso. Para evitarlo, los estados, distritos y ayuntamientos recaudaron fondos para inducir a los voluntarios a alistarse con la promesa de una recompensa generosa. Sin embargo, esta practica dio origen a los salta recompensas, hombres que se alistaban, desertaban y se volvían a alistar en otro distrito bajo otro nombre. Cada vez que se imponía un reclutamiento, los jóvenes ricos podían librarse pagando, o proclamar su inmunidad para el resto de la guerra proporcionando un sustituto que luchará por él. Estas medidas causaron graves disturbios en algunos Estados, sobre todo en Nueva York (13 de Julio de 1863)
    Simultáneamente al decreto de bloqueo (19 de Abril de 1861) convocó el aislamiento de 75.000 voluntarios por tres meses, en contra de la opinión del Comandante Militar de la Unión Windfield Scott, pues según él debía convocar a 300.000 por un espacio de dos a tres años. Lincoln desconocía la capacidad del Sur y pensaba que la Guerra apenas duraría una batalla. Además el Presidente tampoco evaluó su estrategia denominada “Plan Anaconda” que consistía en conquistar Nueva Orleáns por medio de una expedición naval y militar conjunta así como bloquear todos los puertos del Sur; y segundo, formar dos grandes ejércitos, uno de los cuales descendería el Mississippi, dejando a los Estados Confederados occidentales aislados de los orientales, mientras que el otro amenazaba Richmond, conteniendo así al grueso de las fuerzas confederadas de Virginia.

    Ilustración 2 Jefferson Davis y Abraham Lincoln
    3. El Conflicto.
    La campaña peninsular

    Desde que comenzó la guerra, Washington fue ocupada por 35 mil voluntarios de la Unión. Periódicos y Congresistas estaban deseosos de entrar en acción y acabar de una vez con todas con la rebelión. Pronto Lincoln dio ordenes a sus generales de lograr hacer efectiva la consigna de esos días “A Richmond”, en contra de la opinión del Estado Mayor de la Unión que consideraba a estas tropas poco preparadas.
    En mayo de 1861 las tropas de la Unión, al mando del general Irwin McDowell, avanzaron sobre Virginia y se dirigieron hacia Manassas, base del principal ejército confederado de Beauregard. Estaban mal preparadas las tropas de ambos bandos, tenían sus respectivos oficiales tan poca costumbre de mandar a tantos soldados, eran tan semejantes las banderas, y tan variados los uniformes en un mismo ejército (Azul, el verde de los Tiradores de Precisión, el rojo de los Zuavos de Nueva York) que se produjo una confusión terrible. La batalla inicialmente del lado de la Unión, pronto se estrelló contra las tropas del mítico “Stonewall” Jackson siendo derrotadas por éste el 21 de julio en la primera batalla de Bull Run. La derrota de la Unión vuelve a amenazar la integridad de la Capital. Después de esta batalla, Lincoln sustituyó a McDowell por el general George B. McClellan como comandante del recién creado Ejército del Potomac, procediendo éste a su inmediata reorganización.
    El teatro naval de la guerra se centra en el bloqueo. Al principio de la guerra el aislamiento del Sur no fue efectivo, habrá que esperar hasta 1863. Uno de los mitos de la guerra civil es el enfrentamiento entre el Merrimac y el Monitor, era la primera vez en la Historia en que dos barcos metálicos se enfrentaban entre sí.
    Con el Ejército del Potomac reorganizado, McClellan avanzó en la primavera de 1862 hacia la península situada entre los ríos James y York con la intención de marchar sobre Richmond. En la batalla de Fair Oaks y Seven Pines (31 de mayo-1 de junio) se repelió un ataque confederado y se eligió a Lee, como comandante del Ejército del Norte de Virginia, para sustituir a Joseph E. Johnston que había resultado herido. En junio el ejército de McClellan se aproximó a Richmond. Mientras tanto, el general “Stonewall” Jackson hizo avanzar su ejército confederado hasta el valle de Shenandoah y cruzó el Potomac, por lo que el gobierno negó a McClellan los refuerzos que él creía necesarios para atacar Richmond. La estrategia de Lee se sustentaba en la base de la inferioridad numérica de los hombres del Sur, con lo cual sus movimientos de flanco con Longstreet y “Stonewall” Jackson a modo de maniobras de distracción, motivaban que el Norte pocas veces pudiera contar con la superioridad numérica necesaria, así siempre rechazaba cualquier avance hacia Richmond. Con la intención de sacar el máximo provecho de la excesiva cautela de McClellan, Lee, con los refuerzos de los hombres de Jackson, se enfrentó a las fuerzas de la Unión formadas cerca de Richmond en la batalla de los Siete Días (25 de junio-1 de julio), que tuvo un resultado indeciso, si bien expulso a los hombres de McClellan del cerco sobre la capital del Sur. No obstante, McClellan ordenó la retirada al río James, concluyendo así tristemente su campaña peninsular. Decepcionado por la excesiva precaución de McClellan, Lincoln nombró general en jefe al general de división Henry Wager Halleck, que había obtenido algunas victorias recientes en el oeste. McClellan conservó el mando del Ejército del Potomac, pero Lincoln trajo del oeste al general John Pope para que encabezara al nuevo Ejército de Virginia, formado principalmente por tropas que habían sido retenidas en el norte de Virginia para controlar a Jackson, el cual campaba a sus anchas por el Valle del Shenandoah.
    El 30 de agosto, en la segunda batalla de Bull Run, las fuerzas confederadas de Lee, Jackson y el general James Longstreet hicieron replegarse a las tropas de la Unión hasta Washington, donde Pope fue relevado de su cargo. Tras esta victoria, Lee sorprendió al norte invadiendo Maryland con 50.000 hombres. Con esta atrevida maniobra esperaba obtener el reconocimiento extranjero de la Confederación. Ésta fue una de las crisis más agudas de la Unión. En el Oeste, una ofensiva de los confederados estaba anulando la labor de Grant; de triunfar, Kentucky quedaría seguro para la Confederación, y a ello podía seguir una invasión de Ohio por los sureños. Lee esperaba ganar Maryland para la Confederación, lograr esto suponía cortar a Washington de su conexión con el Norte, y poner al Ejercito de Virginia sobre la Capital, Filadelfia o Baltimore, así hubiera logrado la independencia del Sur. McClellan detuvo el avance de Lee en la batalla de Antietam, gracias ha descubrir los planes de Lee, pero por no perseguirle en su retirada, Lincoln le relevó del cargo. La opinión pública del Norte no estaba tan agradecida a McClellan después de tantas dilaciones al decidirse por atacar a Lee. McClellan siempre que le insinuaban el ataque, respondía con la necesidad de más tropas y abastos, alegando que en el Ejercito de Virginia existía paridad numérica con el del Potomac. Esto motivó que fue relavado y sustituido por Burnside. Aquí la historiografía ha abierto un curioso debate. La vertiente política del asunto es que McClellan era demócrata y trataba de lograr una salida negociada al conflicto, de ahí su escaso interés en perseguir a las tropas de Lee. La vertiente militar es que McClellan no podía seguir al Ejército del Norte de Virginia pues de esta forma dejaría libre al Sur en su camino a Washington, dado que Lee siempre daba muestras de adelantarse a los movimientos del enemigo.[4] No se le podrá negar tampoco a “Little Mac” su labor de organización y preparación de las tropas del Potomac, hasta entonces netamente novatas y poco instruidas. De todas formas esta “victoria” motivo que Lincoln se decidiera por abalar con su firma el acta de Emancipación de los esclavos.
    A finales de 1862 el Ejército del Potomac reanudó su ofensiva contra Richmond, esta vez bajo las órdenes del general Ambroise E. Burnside, sufriendo una grave derrota en los alrededores de Fredericksburg, en Virginia, por lo que Burnside también fue destituido.
    Las victorias de la Unión en el Oeste.

    Mientras en el este la situación estaba en punto muerto, las operaciones militares de la Unión en el oeste tuvieron más éxito. El objetivo en este frente era controlar el valle del Mississippi para dividir en dos el territorio de la Confederación. A comienzos de 1862, Grant, con el apoyo de una flota de buques acorazados, consiguió capturar Fort Henry y Fort Donelson con lo que tenía vía libre para dominar el Mississippi. Mientras tanto, al oeste del río, las tropas de la Unión derrotaban a los confederados en Pea Ridge, Arkansas (6-8 de marzo), consolidando el control de la Unión sobre el Missouri. El ejército confederado del norte de Tennessee se retiró hacia el Mississippi para intentar establecer una nueva línea de defensa, pero Grant detuvo su avance en la batalla de Siloh (6-7 de Abril de 1862) A principios de junio las fuerzas de la Unión habían invadido casi todo el este y el oeste de Tennessee y controlaban el sur del Mississippi hasta Memphis.
    En una estrategia coordinada, las fuerzas de la Unión también avanzaron al norte del Mississippi. En abril, un escuadrón naval comandado por el capitán David Glasgow Farragut penetró en las defensas confederadas de la desembocadura del Mississippi y forzó la rendición de Nueva Orleans, el principal puerto de la Confederación. Durante los últimos meses de 1862, Grant consolidó su posición a lo largo del Mississippi. Buell, que había recibido órdenes de desplazarse a Chattanooga (Tennessee) se enfrentó a las fuerzas confederadas mandadas por el general Braxton Bragg. En diciembre, el general William S. Rosencrans, que había sustituido a Buell, se enfrentó a las tropas de Bragg en la batalla de Murfreesboro (Tennessee) obligándoles a retirarse. Entretanto, Grant se preparó para el asalto a Vicksburg (Mississippi), la última fortaleza de los confederados en el oeste.
    El punto de inflexión de la Guerra.

    Cuando retomó el mando del Ejército del Potomac, el general Joseph Hooker, más decido, prometió invertir la larga serie de derrotas de la Unión en el este. En abril, con un ejército de 130.000 hombres, se preparó para atacar a Lee en Fredericksburg, pero su dubitativa ofensiva tuvo como consecuencia la derrota de sus tropas en la batalla de Chancellorsville (Virginia), frente a las fuerzas combinadas de Lee y Jackson, muriendo este último en el curso de la misma, a manos de sus propios hombres.
    Animado por la victoria, Lee tomó la iniciativa y trasladó su ejército al norte, Pennsylvania, cortando de esta forma las líneas de comunicación de Washington con el resto de la Unión, con la intención de inducir a la Lincoln a negociar la paz. En junio, un ejército confederado de 75.000 hombres marchó sobre el valle de Shenandoah y entró en el sur de Pennsylvania. El Ejército del Potomac (unos 85.000 hombres), mandado ahora por el general George Meade, se dispuso a detener el avance de Lee. Estos dos enormes ejércitos se enfrentaron en la batalla de Gettysburg (1-3 de Julio de 1863), Pennsylvania, en la que Lee, tras ser derrotado perdió una buena parte de su ejército en un ataque fallido.
    En el frente occidental, en abril de 1863, Grant preparó sus fuerzas en un nuevo esfuerzo para tomar Vicksburg. Finalmente, y tras un largo asedio, el 4 de julio, el día después de la derrota de Lee en Gettysburg, la guarnición confederada se rindió. El ejército de la Unión había cumplido su objetivo en el oeste: al dividir a la Confederación en dos partes.
    Con el Mississippi en su poder, el alto mando de la Unión decidió expulsar a los confederados del este de Tennessee, Alabama y Georgia. En el otoño de 1863, Rosencrans y su Ejército del Cumberland, compuesto por 55.000 hombres tomaron Chattanooga, aunque posteriormente fueron derrotados por el ejército confederado de Bragg en la batalla de Chickamauga (19-20 de septiembre) Grant, ahora con el mando absoluto de las fuerzas de la Unión en el oeste, sustituyó a Rosencrans por George H. Thomas y se dirigió a Chattanooga con parte de su Ejército del Tennessee. En la batalla de Chattanooga, que duró tres días (23-25 de noviembre), las fuerzas de la Unión dislocaron las defensas confederadas y las obligaron a una retirada caótica.
    Hacia finales de 1863 la guerra se había puesto a favor de la Unión. Tras su derrota en Gettysburg, Lee fue incapaz de mantener ninguna operación defensiva más en el norte. El ejército de la Unión en el oeste había dividido a la Confederación y su victoria en Chattanooga hizo posible extender la guerra a Alabama y Georgia.
    Hacia la victoria de la Unión.

    Confiando en que finalmente había encontrado a la persona adecuada, a principios de 1864 Lincoln nombró a Grant comandante en jefe de todas las fuerzas de la Unión y éste diseñó una estrategia para asestar un golpe definitivo a la Confederación. El Ejército del Potomac, dirigido por Grant y Meade, se enfrentaría a Lee en el norte de Virginia y avanzaría hacia Richmond. Un ejército mandado por Sherman marcharía hacia el sur desde Chattanooga para adentrarse en Georgia y tomar Atlanta. Un tercer ejército a las órdenes del general Philip Sheridan, operaría en el valle Shenandoah y privaría a las fuerzas de Lee de los víveres de esa región.
    A finales de marzo se puso en marcha el Ejército del Potomac, formado por 115.000 hombres. Tras sucesivos enfrentamientos con las tropas confederadas de Lee en Wilderness, Spotsilvania Courthouse y Cold Harbor, Grant decidió cortar la línea de suministros de Richmond tomando Petersburg, ciudad a la que puso sitio el 20 de junio. Esta serie de batallas habían costado a la Unión la perdida de una gran cantidad de hombres. Cualquier general hubiera sido sustituido, pero Lincoln ya tenía por fin un general capaz y decidido y no lo iba a soltar fácilmente. La guerra en Virginia acabó siendo una auténtica guerra de trincheras, obligando al posicionamiento de los frentes, sobretodo durante el asedio de Petersburg. ¿Por qué esta espera? Grant conocía la superioridad táctica de Lee, de ahí que desgastando a su oponente, él lograría la victoria. Además obligaba a Davis a sostener en recursos a Lee, dejando sin ellos a Joseph Johnston, lo cual significaría dejar libre a Sherman para llegar al mar.
    Por su parte, y cumpliendo lo previsto en el plan de Grant, Sheridan ocupó el valle de Shenandoah, y Sherman tomó Atlanta; compensando el estancamiento de la situación en Virginia y contribuyendo a asegurar la reelección de Lincoln como presidente de la Unión en noviembre.
    El intento de reconquista de Atlanta llevado a cabo por el ejército confederado a las órdenes del general John Bell Hood, fracasó días después en la batalla de Nashville (15-16 de diciembre), quedando así desbaratada la resistencia confederada en el oeste. El 15 de noviembre Sherman inició su marcha hacia el mar. Dejando Atlanta en llamas, su ejército de 60.000 hombres avanzó finalmente sin oposición por Georgia, devastando el territorio a su paso. Savannah cayó poco antes de Navidad y el ejército de Sherman continuó hacia el norte adentrándose en Carolina sin encontrar apenas oposición. En abril de 1865 cayeron Mobile, Selma y Montgomery, en Alabama.
    Al mismo tiempo, Sheridan se preparaba para unirse a Grant y realizar el ataque definitivo al ejército de Lee. En abril de 1865 Grant consiguió finalmente apoderarse de la línea del ferrocarril que aprovisionaba a Richmond. Obligado a abandonar Petersburg y Richmond, Lee se retiró hacia el oeste esperando unirse al ejército confederado de Joseph Johnston en Carolina del Norte. Grant bloqueó su paso y el 9 de abril de 1865 Lee se rindió a Grant en Appomatox, Virginia. Con la rendición de Lee, los demás ejércitos confederados se fueron desplomando rápidamente.

    Ilustración 3 "Stonewall" Jackson y Robert E. Lee

    4. La política durante la Guerra.
    La inacción de McClellan intensificaba las dificultades políticas de Lincoln. El Presidente era desafiado en su propio partido por los conservadores y por los radicales. La presión principal que ejercían al presidente era en materia de la esclavitud. Algunos de estos radicales insistían al gobernante en emancipar a los esclavos y darles armas. Lincoln era consciente que tal medida podía suponer el descontento de los Estados de Frontera, de gran importancia estratégica. Pero en la Unión, pese a las diferencias todos tenían el objetivo común de ganar la guerra. En cambio Davis se encontraba con los problemas de las prerrogativas estatales, cada estado a su modo quería una guerra y unos intereses.
    Pero la Guerra no impidió que se celebraran las elecciones. Lincoln fue elegido candidato por parte del partido Republicano, apoyado por algunos Demócratas favorables a la Guerra, de ahí que su vicepresidente fuese el demócrata de Tennessee Andrew Jhonson. Sin embargo a las pocas semanas que la Convención Republicana eligiera a Lincoln, una facción de su partido, compuesta en su mayoría de radicales abolicionistas, amenazó la elección del Presidente. Esta situación fue originada por las disensiones entre miembros del Gobierno sobre cómo se debía llegar a la reconstrucción de la Unión después de la guerra. Siendo los radicales los que pretendían una paz más dura para el Sur. Según Lincoln su lenguaje se parecía más al del Conquistador que al del Unificador. Por el partido demócrata se eligió como candidato al general McClellan. Mientras tanto Jefferson Davis seguía insistiendo en que para lograr la Paz, el Sur debía ser independiente. Al final Lincoln consiguió la reelección. Davis vio como el Sur se hundía rápidamente, no se había logrado el reconocimiento extranjero, el bloqueo, la destrucción de Atlanta (único centro industrial del Sur), y la marcha de Sherman hacia el mar que dividirá el Sur en tres partes. El Sur estaba tan desesperado que ofreció a las potencias europeas la abolición de la esclavitud a cambio del reconocimiento.
    La política exterior.

    Los demócratas europeos eran firmen defensores del ideal republicano que dominaba en los Estados Unidos desde su Constitución. Las elites europeas conservadoras veían con recelo el potencial de este joven país. En Inglaterra los conservadores eran más proclives a la causa del Sur, no así los liberales. Los empresarios y comerciantes favorecían un Sur independiente, ya que en el futuro sería el suministrador ideal de materias primas, además este nuevo estado debía contar con buques ingleses, así estaría más sujeto al dominio inglés. Los lideres de la incipiente clase obrera industrial, ya sean Karl Marx o Bakunin, se dividían por un bando u otro. Así para Marx la victoria del Norte suponía el triunfo de la clase obrera industrial (motor de la revolución), mientras que para el teórico anarquista, el Sur estaba sustentando por una base agraria, y el discurso agrario estaba en el ideal anarquista.
    La política exterior y económica del Sur versaba en la importancia de esta región como centro algodonero mundial. El gobierno retiró su principal producto de los mercados extranjeros, y limitó el cultivo. Demasiado tarde cambió su política algodonera y compró algodón para explotarlo o para tener la seguridad contra prestamos extranjeros. Por un lado el bloqueo, y por otro que la principal compradora Inglaterra plantará su propio algodón en sus Colonias (India y Egipto) sobre todo el país hindú que tras la rebelión de los Cipayos (1857) había pasado al control de la Corona Inglesa, esto explica parte del fracaso del Sur. La Confederación siempre esperó el reconocimiento y el apoyo del extranjero, especialmente de Gran Bretaña y Francia, el anhelo consistía en que ambas potencias rompieran el bloqueo para conseguir algodón. Esa esperanza se cifraba principalmente en la dependencia de ambos países del algodón sureño para sus industrias textiles. Cuando Gran Bretaña y Francia declararon formalmente su neutralidad en 1861, ese acto constituyó el reconocimiento de la Confederación como poder beligerante, lo que levantó una vigorosa protesta del gobierno de Lincoln. Cuando en 1861 dos representantes confederados fueron sacados a la fuerza del vapor inglés Trent por autoridades unionistas, Lincoln los liberó en respuesta a la presión británica. Con la invasión de Maryland por parte de las tropas de Lee, Napoleón III insinuó a Seward que debía reconocer la independencia de los Estados del Sur, esperando el Emperador galo que Inglaterra hiciera lo mismo.
    Una tercera ronda de crisis exteriores resultó por las fallas de los generales de la Unión. La destitución de McClellan por Burnside, aunque decidido, su incompetencia llevó a una de las mayores derrotas de la Unión en Fredericksburg. Europa animada por la indefinición del resultado de la guerra y la aparente debilidad que parece el Norte, decide intervenir en la crisis mexicana, saltándose los principios de la “Doctrina Monroe”. La Confederación ofreció el apoyo al nuevo Emperador de México. Disimuladamente España había vuelto a tomar posesión de Santo Domingo. Habrá que esperar a las decisivas derrotas de la Confederación en Gettysburg y Vickisburg para que Europa reconsiderara su posición hacia el Sur. Los barcos construidos en Inglaterra: Alabama y Florida estaban destruyendo naves de la Unión, en 1863 Gran Bretaña accedió a prohibir la construcción de barcos confederados en sus astilleros. Lo mismo hizo el emperador francés en sus astilleros.
    La diplomacia del algodón de la Confederación fue saboteada de diversas maneras. Antes de que estallara la guerra, las manufacturas textiles británicas habían almacenado grandes cantidades de algodón. Además, Gran Bretaña y el Norte estaban comprometidos en un comercio rentable para ambos: el norte compraba armas y manufacturas y Gran Bretaña trigo. Finalmente, con la proclamación de la Emancipación de los esclavos, la opinión pública internacional se decantó por la causa de la Unión.

    Ilustración 4 "El punto de partida de la gran Guerra entre estados"
    5. Resultados y Coste de la Guerra.

    Al comienzo de la guerra Lincoln y el Congreso dejaron claro que su único objetivo era mantener la supremacía de la Constitución y conservar la Unión. Consciente de la necesidad de contar con la lealtad de los estados esclavistas fronterizos, el presidente fue muy cauto al tratar el tema de la esclavitud, pero finalmente, el 1 de enero de 1863 entró en vigor la proclamación de Emancipación de los esclavos estadounidenses, que el Presidente defendió como necesidad militar. La abolición definitiva de la esclavitud fue ratificada en diciembre de 1865, cuando fue aprobada la 13ª Enmienda de la Constitución. Finalmente, la Guerra Civil estadounidense supuso la libertad para casi cuatro millones de negros.
    ¿Si la guerra era por la esclavitud que pasó con los negros? Los negros desde el principio estaban deseosos por entrar en las filas de la Unión, pero el gobierno se mostró reacio a la inclusión de éstos. A medida que captar voluntarios era cada vez más difícil, la Unió aceptó la inclusión de estos en las filas Federales. Así se creo la US Colored Troops. Eran considerados soldados de segundas categoría, mal pertrechados y haciendo casi siempre el trabajo sucio, incluso cobrando la mitad de lo que ganaban los blancos. Con el tiempo y por su valentía se les equiparó el sueldo, y fueron de los primeros ciudadanos de derecho de la Unión. Pero no sólo la Unión tuvo en sus filas soldados negros, pocos meses antes de acabar la Guerra el Sur permitió la existencia de compañías negras, dada la tarea cada vez más dificultosa de reclutar hombres. Ofrecían a estos soldados la libertad a cambio de alistarse. Estos hombres no pudieron ejercer un servicio activo pues ya era demasiado tarde.
    Pese a que la Guerra acabó con la esclavitud, la libertad de los negros tardó en llegar otros 100 años. Los negros que optaron por vivir en el Sur, vivieron con muy pocos derechos, así entendemos la lucha de los derechos civiles que tuvo lugar en los años 60. De todas formas y gracias al principio democrático, la Unión y su Constitución, definieron sus espacios para poder luchar por la inclusión de este sector social en la legalidad vigente.
    El Sur verá como el Ejército federal se aposenta en sus tierras, instituyéndose un gobierno militar por el espacio de una década. La Guerra Civil acabó con el modo de vida del Sur. En cierto modo comienza una nueva “esclavitud” la asalariada. Todos somos iguales, pero ahora las diferencias se marcarán por las de la clase. Según un Magistrado de la Corte Suprema:
    ...por todas partes había en la gente un sentimiento de profunda inquietud. La nación se había librado de la esclavitud humana..., pero existía la convicción general de que el país estaba en grave peligro de otra forma de esclavitud: la esclavitud que resultaría de la concentración de capital en manos de unos pocos”[5]
    En términos de vidas humanas, La Guerra Civil es el conflicto más costosos en el que se han enzarzado los americanos. Los Estados Unidos y los Estados Confederados tenían, entre ambos, una población de 32.300.000 habitantes. Entre 1861 y 1865 el Norte y Sur movilizaron, respectivamente, 2.777.304 y 1.400.000 hombres, cuya media de edad estaba en los 26 años. Murieron unos 600.000 hombres (360.222 federales y 258.000 rebeldes) Las estadísticas se amplían si sumamos 471.000 heridos. Lo que supone un millón de bajas.
    Grandes territorios de Richmond, Charleston, Atlanta, Mobile y Vicksburg quedaron en ruinas. El campo por el que cruzaron los ejércitos contendientes acabó lleno de plantaciones asoladas, casas y graneros arrasados, puentes quemados y líneas de ferrocarril destrozadas. Muchas cosechas fueron destruidas o confiscadas, y gran parte del ganado se perdió. Más de cuatro billones de dólares en propiedades desaparecieron a causa de la emancipación, la repudiación de bonos y monedas confederadas, la confiscación de la producción de algodón y los destrozos de la guerra. El costo monetario de la guerra fue aterrador. Los préstamos e impuestos aplicados por el gobierno federal, fueron de cerca de 3 mil millones de dólares y el interés de la deuda de guerra añadió 2800 millones de dólares. Por tanto desde el punto de vista financiero, se calcula que los cuatro años de conflicto costaron a la Confederación 4.000 millones de dólares, y a la Unión 16.000 millones de dólares.
    Los problemas materiales pudieron resolverse, no así los morales. La violencia, destrucción y odio llegaron a la categoría de virtudes. Los vicios marcaron más de una generación. Y sin duda las atrocidades cometidas fueron el antecedente de las guerras del Siglo XX. A pesar de todo fue una guerra puente entre la atrocidad y la última guerra de caballeros. Los asedios y capitulaciones se desarrollaron siguiendo estrictamente las reglas bélicas; los prisioneros se intercambiaban y se liberaban bajo palabra.
    6. La Primera Guerra Contemporánea.

    Son varios los datos que certifican a la Guerra de Secesión Americana, como la primera guerra moderna. Fue la primera en que combatían ejércitos de ciudadanos comunes y no soldados profesionales. No fue la típica contienda Europea motivada por derechos Regios sobre determinados territorios. Como lo había sido la Guerra de Crimea, antecesora de la Guerra de Secesión. Si no que existía un componente ideológico. El resultado del conflicto se tenía que dar en el campo de Batalla, no se planteaban negociaciones alternativas a las que las bayonetas imponían. Fue una guerra donde importó la estrategia sobre la táctica. Pues ganó quien más capacidad de aguante tuvo, quién más industria tuvo, quien más capacidad tuvo para reponer con hombres nuevos las victimas de los campos de batalla. La Guerra Total aparece, Sherman en su “avance hacia el mar” destruyó todo lo que pudo, entendiendo que lo no devastado podía servir para el enemigo.
    Por vez primera se emplea el telégrafo y el ferrocarril en las operaciones militares. Si bien el componente tradicional no desaparece, todavía las ordenes en el campo de batalla y los transportes necesitaban del componente animal. Se utilizaron por vez primera barcos metálicos, aunque el bloqueo se hizo enteramente por los tradicionales barcos de madera y de vela. En esta guerra apareció el rifle de retrocarga, la ametralladora e incluso el submarino, la bomba de relojería y las minas[6], tanto de tierra como submarinas. Aunque las últimas no fueron decisivas. Y si cuestionadas pues dañaban el orden moral de la guerra y eran consideradas como herramientas bárbaras. Además no se las consideraba como elementos decisivos para la guerra.
    La importancia estratégica del ferrocarril.

    Cuando el general Johnston trasladó rápidamente en tren a más de 8.000 hombres desde el Valle del Shenandoah para reforzar al ejército confederado en Bull Run, dio al mundo la primera demostración de la importancia estratégica de los ferrocarriles en tiempos de guerra. Los observadores europeos estuvieron presentes en esta guerra, de ahí que el ejercito Prusiano se movilizará contra Austria poco antes de la Batalla de Sadowa (1866), en ferrocarril, siendo este el primer caso europeo. Estados Unidos poseía unas 30.000 millas de vías. Las tres cuartas partes en el Norte. Las líneas férreas federales, que enlazaban la costa atlántica con el valle del Mississippi, se usaron a destajo durante la guerra para el movimiento de tropas y suministros. La red se fue desarrollando constantemente: se tendían vías y se construyeron locomotoras y vagones a modo de auténticos hospitales rodantes. El Sur con menos tendido férreo trabajó en su red ferroviaria, con el problema de depender anteriormente del Norte, y por tanto sin ninguna industria de ese tipo. No se construyeron nuevas líneas durante la guerra: todas las nuevas líneas tendidas para el servicio de las tropas se construyeron a expensas de una longitud equivalente de trazado en alguna otra parte. Como las líneas férreas fueron tan importantes se convirtieron en objetivos militares. No sólo se destruyeron locomotoras y puentes, también vías. Los raíles eran arrancados, arrojados a hogueras hechas con los travesaños, deformados y enroscados a los árboles para volverlos inutilizables.
    La comunicación a través del telégrafo.
    El telégrafo eléctrico jugó un papel importante para enviar órdenes y recibir informes durante la Guerra Civil. Ambos bandos hicieron pleno uso de las redes telegráficas civiles existentes al principio de las hostilidades y las desarrollaron y ampliaron a medida que crecía el conflicto. El Norte capitalizó el telégrafo más que el Sur, y creo durante la Guerra 15.000 millas más de tendido. Esta rama del servicio de señales federales, aunque conocido como Cuerpo Telegráfico Militar, estaba formada por civiles que informaban al centro telegráfico instalado en la Secretaría de Guerra. Los mensajes eran transmitidos en código Morse, y los más importantes era cifrados. Para evitar la rotura accidental de estos cables, se utilizó el cable aislado. Cada cuerpo de Ejército utilizaba este sistema, conectados entre sí y con destino a Washington. Pronto esta medida se convirtió en norma de los ejércitos. Ambos bandos trataban de intervenir los cables contrarios en un intento de espionaje.
    Para hacer señales de alcance corto en zonas operativas, los dos ejércitos confiaban en un sistema que empleaba banderas durante el día y antorchas o luces de colores durante la noche. El Ejército confederado fue el pionero en este sistema. Luego lo copió la Unión. Los señalizadores trabajan desde cimas de colinas, altos edificios o torres especialmente construidas. Los mensaje se podían leer fácilmente con un telescopio. Los mensajes importantes se enviaban cifrados.
    Espionaje.

    El primer reconocimiento de los movimientos de tropas enemigas desde un globo tripulado se hizo durante este conflicto. Los pioneros fueron los hombres de la Unión. Utilizados durante la campaña peninsular de McClellan. Los globos una vez en el cielo atraían los disparos. Los globos de la Unión tenían mecanismos portátiles para fabricar oxigeno, lo que facilitaba los movimientos para elegir el mejor campo de visión. Una vez en tierra un mensaje telegráfico avisaba al mando. Los Confederados sólo poseían un globo, hecho a partir de vestidos de seda donados por las damas del Sur. Al no tener un equipo de gas portátil debía ser inflado en Richmond y desde allí por otro trasporte al frente.
    Los generales de ambos bandos eran conscientes de la importancia de conocer las fuerzas e intenciones del enemigo. Ambos bandos emplearon espías civiles, hombres y mujeres que se arriesgaban a la pena de muerte si eran capturados, y de hecho muchos fueron ahorcados, los periódicos también jugaron un papel importante al proporcionar inconscientemente información valiosa a los ejércitos enemigos, dado que no existía un sistema riguroso de censura, los periódicos imprimían lo que querían, y los comandantes utilizaban rápidamente los hechos militares divulgados de esta forma. De ahí la labor de Seward en el cierre de algunos diarios. El general Lee confiaban en la caballería para vigilar al enemigo y extraer información sobre movimiento y número de tropas. El Sur confió plenamente en está táctica, aunque hubo momentos como en Gettysburg donde la caballería obligó a luchar en un terreno no deseado por Lee, pues las fuerzas de la Unión habían ocupado las alturas, de fundamental valor estratégico. La Confederación nunca intentó organizar una oficina central de inteligencia. La Unión decidió utilizar los servicios de una agencia de detectives situada en Chicago dirigida por Allan Pinkerton. Éste era amigo del general McClellan, por desgracia sus agentes carecían de experiencia para calcular el número de hombres y siempre daban estimaciones infladas sobre el número de fuerzas del Sur. Esto motivó que McClellan se comportará con una cautela injustificada. La destitución de McClellan motivó que la agencia de Pinkerton no trabajará más para el ejército. Habrá que esperar hasta 1863 cuando la Unión se decida a crear una Oficina de Inteligencia.
    La ingeniería militar.

    Los ejércitos no podían siempre confiar en los puentes o los vados para cruzar los diversos ríos de las zonas de guerra. A veces estos estaban destruidos o demasiados bien defendidos. La respuesta militar a este tipo de dificultades fueron los pontones. Para sortear los ríos se emplearon barcazas pontones hechas de tela goma india, gutapercha (una sustancia parecida al plástica) y acero corrugado. Aunque fue el pontón de madera el que se usó más. Estos pontones eras transportados por mulas en carretas especiales tiradas por seis mulas: el equipo auxiliar se transportaban en carretas. En la orilla del río, los pontones era introducidos en el agua por los pontoneros, eran colocados en posición a base de remos, y se anclaban paralelos unos a otros. Luego se colocaban tablones y el resultado era un camino que permitía el cruce del río.
    Al principio de la guerra, el conflicto de movimientos no hizo necesario a las trincheras. Con el paso del tiempo los soldados, que odiaban cavar, comprendieron que tal instrumento podía ayudarlos a sobrevivir. Fue el Ejército Confederado el primero en apreciar las ventajas de la lucha de trincheras. Los defensores podían oponerse a una fuerza tres veces superior y causar enormes bajas a sus atacantes con un coste propio mínimo. El General Lee consciente de la superioridad numérica de los Federales fue el mayor defensor de este método de lucha, pese a que al principio la detestara. A medida que la guerra avanzaba, las tropas de ambos bandos solían construir defensas dondequiera que se detuviesen. Los confederados parecían más rápidos en este trabajo. Durante la campaña de Petersburg, federales y confederados vivían en trincheras a prueba de bombas y dirigían complicadas redes de fosos para rifles y cañones emplazados en lugares donde podían dominar extensiones despejadas. Los accesos estaban protegidos con filas de troncos rematados con afiladas estacas de madera.
    La ayuda en campaña.

    Las autoridades de la Unión y la Confederación se aplicaron a la tarea de cuidar a los cientos de miles de enfermos y heridos que fueron bajas en este conflicto. Sin embargo, muchos pacientes murieron y otros sufrieron, sobre todo porque los conocimientos médicos de la época no comprendían el uso de antisépticos y vendas e instrumentos esterilizados, ni reconocían la importancia de la higiene y la aplicación de la ciencia sanitaria.
    El Departamento Médico de los Estados Unidos y el Servicio Médico de los Estados Confederados del Sur fueron organizados cada uno al mando de un Cirujano General, y proporcionaron primeros auxilios en lo campos de batalla, transporte en ambulancias, hospitales de campaña y generales, más cuidados diarios a las tropas. La Unión empleó a 10.000 cirujanos, los Confederados a 4.000. Muchos de estos doctores fueron enviados al frente o cerca de él y aunque generalmente eran considerados no combatientes muchos resultaron muertos o heridos. Cuando una batalla estaba en curso, era habitual que el cirujano de un regimiento estuviera en el centro. Lo acompañaba un enfermero, con una mochila de campaña de 10 kilos, y los encargados de enfermería (camilleros y encargados de las ambulancias) El cirujano asistente aplicaba vendaje temporales y enviaba a los heridos a un hospital de campaña emplazado por el cirujano en la retaguardia.
    Después de 1862, los hospitales de campaña federales fueron organizados por divisiones o Cuerpos. Estos hospitales de campaña estaban a menudo cerca del fuego del campo de batalla, con lo cual resultaban el doble de peligrosos. Además importantes operaciones, sobre todo amputaciones, se hacían sin ninguna higiene. Con lo cual es importante el número de victimas en los postoperatorios. Era normal sobre todo en las ciudades, que grandes edificios fueran transformados en hospitales. El transporte a estos establecimientos se hacía por medio de ambulancias, que no eran sino vehículos acolchados empujados a caballo, aunque también era frecuente la utilización del tren.
    Como la guerra era cada día más larga, las listas de bajas eran cada vez más amplias, así se tuvo que recurrir a construir nuevos edificios. Estos era edificaciones de un solo piso, bien ventilados y calentados, con camas limpias y comida nutritiva. El más importantes de estos es el de “Chimborazo” en Richmond.
    La anestesia todavía no era muy conocida, lo más parecido era el cloroformo. Así que la ingestión de alcohol o operar sin anestesia era uso común. El Sur se vio con problemas para obtener medicinas vivía de la compra a Europa, con el riesgo del bloqueo. Como anécdota muchas damas vivían del contrabando cosiendo bajo sus enaguas las medicinas. Ante tal situación se revitalizó el uso de la medicina natural.
    La difícil situación en la que se encontraban los soldados en el trascurso de las hostilidades, motivaron que las autoridades se preocuparan por aliviar la situación de los soldados. Fue el Gobierno Federal el que organizó este apoyo. En Junio de 1861 se creó la Comisión Sanitaria para recaudar fondos privados y trabajo de voluntarios con el propósito de mejorar la salud y la higiene en los campamentos del ejército y en buscar en general el cuidado y la comunidad de las tropas. Además sus agentes en el frente se encargaban de la higiene en los campamentos y entregaban “extras” a los soldados, la Comisión se encargaba de los cuidados alimenticios, suministros médicos, hogares de recuperación para los heridos, alojamiento para las tropas en tránsito, un valioso directorio de todos los heridos en los hospitales de la Unión, y servicios de consulta gratis para todo el personal militar y su familias. La Comisión Cristiana se encargaba del bienestar moral de los soldados. Formada en 1861 por la Asociación Juvenil Cristiana, su labor en el frente era distribuir biblias, libros de himnos y tratados religiosos, cuidando a los heridos y administrando a los moribundos. No sólo eso, también suministros hospitalarios, carretas de café, materiales de escritura y sellos gratis para los soldados, y salas de lectura en los campamentos permanentes. Esta organización funcionaba con contribuciones voluntarias. El Sur no gozaba de instituciones similares, existían pero en el ámbito local.

    Ilustración 5 Lincoln después de la Batalla de Antietam.

    “El Monitor y el Merrimac frente a frente”

    La primera guerra fotografiada.

    La fotografía apenas llevaba 30 años como ciencia, arte o medio de representación. Pero fue en la Guerra Civil Americana cuando además sirvió como documento gráfico, como medio de representación de la realidad. Junto a militares aparecieron unos hombres que iban acompañados de extraños aparatos: cámaras fotográficas, cuartos oscuros. Eran los primeros corresponsales de guerra.
    Las fotografías de acción eran imposibles porque la exposición de diez segundos requerida por el proceso de placa húmeda de la época difuminaba todo el movimiento. Las fotos solían representar la vida de cotidiana de los soldados, y sobre todo los campos después de la batalla. Estas fotos no gustaron al público pues la cruda realidad destruía los ideales románticos de la Guerra. Estas fotografías no se podían reproducir en los periódicos, pues las técnicas de la época no lo permitían, pero muchas fotografías sirvieron de base para grabados.
    De los fotógrafos más importantes de la guerra tenemos a Mathew Brady. Brady y sus ayudantes viajaron con el Ejército de la Unión, trabajando en estudios instalados en vagones. A pesar de las grandes dificultades y riesgos que corrían, consiguieron tomar más de 3.500 fotos de los campos de batalla y de los soldados durante las actividades cotidianas.
    Victimas Confederadas después de la Batalla de Gettysburg.
    La Identificación de los muertos.

    A medida que la Guerra Civil ganaba impulso, se libraron grandes batallas con más de 100.000 hombres. La tarea de identificar los restos de los soldados se hizo cada vez más dificultosa para los grupos de enterradores. Algunos soldados, temiendo que nunca se encontraran sus cadáveres si les mataban, llevaban alrededor del cuello pequeñas chapas de madera con su nombre y unidad inscritas. Algunas empresas comenzaron a vender placas de plata o metálicas, por lo general éstas estaban lejos del poder adquisitivo de los soldados. Grant ordenó que sus hombres llevaran una hoja de papel cosida a la guerrera con sus datos de identificación.
    7. La Reconstrucción.

    El 8 de diciembre de 1863 el presidente firmó una Declaración de Amnistía y Reconstrucción. Excepto para los funcionarios y oficiales militares de alto rango de la Confederación, todos los sureños que juraran lealtad a la Constitución y obediencia a la legislación así como a las proclamaciones concernientes a la esclavitud tenían garantizada la amnistía. Cuando el 10% del electorado de un estado del 1860 hubiera cumplido estas condiciones, ese estado podía redactar una nueva Constitución, elegir nuevos cargos estatales y enviar representantes al Congreso. Cuando Lincoln fue reelegido, también triunfó la Reconstrucción. El nuevo espíritu significaba que había que olvidar la rebelión; y había que readmitir a cada Estado del Sur dentro de la Unión con todos sus privilegios en cuanto el 10% de los blancos hubieran prestado juramento de fidelidad y organizado un gobierno estatal. De esta forma los Radicales veían frustrados sus intentos de victoria sin perdón. Pero el espíritu de la reconstrucción se truncó cuando el Presidente Lincoln es asesinado. Justo el mismo día en que el Mayor Robert Anderson enarbolaba de nuevo la bandera de las barras y estrellas sobre Fuerte Sumter, cuatro años después de que la arriará.
    La guerra zanjó la cuestión del mantenimiento de la Unión; se desacreditó la doctrina de la secesión y, a partir de 1865, los estados encontraron otras formas de exponer sus diferencias. La guerra amplió la autoridad del gobierno federal, que ejercería una jurisdicción y poderes más amplios que en cualquier otro momento anterior en la historia del país. El Norte había entablado la guerra con tres propósitos: Unión, libertad y democracia. Al principio conservar la Unión había sido la meta principal. Después de 1862 la abolición de la esclavitud llegó a ser un segundo objetivo reconocido. Y para muchos, tanto en Europa como en América, mantener “un gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo” era el tercero.[7] La Unión se había restaurado, la larga disputa por la naturaleza de la Unión quedaba resuelta finalmente por la posición nacionalista, pese a la utilización de la fuerza. Pese a todo el espíritu secesionista no cambió, añadiéndose otro sector en la opinión americana como será el del Oeste.


    "La Compañía E de infantería"














    Bibliografía.

    - ALBA Víctor. Lincoln. Barcelona, Planeta, 1989.
    - AGAR Herbert. Abraham Lincoln. Londres, Collins, 1953.
    - DONALD Davis Herbert. Lincoln reconsidered: essays on the Civil War era. New York, Vintage Book, 1956.
    - ELIOT MORISON Samuel, STEELE COMMAGER Henry, LEUCHTENBURG William E. Breve Historia de los Estados Unidos. México.Fondo de Cultura Económica, 1987.
    - FULLER J.F.C. Batallas decisivas del Mundo Occidental. Madrid, Ediciones Ejército, 1979.
    - JONES Maldwyn A. Historia de los Estados Unidos. Madrid, Cátedra. 1995.
    - KEEGAN Jhon, Grandes Batallas de la Guerra Civil Americana. Barcelona, Rombo, 1995.
    - NEVIS Allan. The Statesmanship of the Civil War. Nueva York, Macmillan, 1953.
    - PHILLIPS Donald T. Lincoln y el liderazgo: estrategias ejecutivas para los tiempos difíciles. Madrid, Deusto, 1993.
    - RUIZ RIVERA Juan Bautista. Abraham Lincoln. El sueño Americano. Sevilla, Universidad de Sevilla, 1991.
    - VIDAL Gore: Lincoln. Barcelona, Edhasa, 1985.




    [1] Dredd Scott era un esclavo que había sido llevado por su amo a Illinois, y de allí al territorio desorganizado al norte de la latitud 36º 30’, donde la esclavitud había sido prohibida por el Compromiso de Missouri, vuelta a Missouri el esclavo pidió su libertad argumentando que había vivido dos veces en territorio libre.
    ELIOT MORISON Samuel et alli. Breve Historia de los Estados Unidos. México, Fondo de Cultura Económica. 1987.

    [2] VIDAL Gore: Lincoln. Barcelona, Edhasa, 1985.

    [3]

    [4] FULLER, J.F.C. Batallas Decisivas del mundo occidental. Madrid, Ediciones Ejército, 1979. VOL. 3

    [5] ELLIOT MORRISÓN Samuel, Op. Cit. Pág. 9

    [6] Cuando los confederados abandonaron Yorktown y se retiraron, el brigadier Confederado Gabriel J. Rains ordenó que se enterraran en el camino y en los abrevaderos y zonas similares granadas de mortero cargadas; hizo conectar otras a pomos de puertas. Longstreet prohibió a Rains tal practica.
    KEEGAN Jhon, Grandes Batallas de la Guerra Civil Americana. Barcelona, Rombo, 1995.


    [7] ALBA, Víctor. Lincoln. Barcelona, Planeta, 1989.

  2. #2
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    Re: Sobre la Guerra de Secesión Norteamericana

    He escaneado un mapa donde se ilustra el desarrollo de las campañas bélicas en la guerra de Secesión Norteamericana. A ver si incluyo más adelante estandartes de los sudistas y algún que otro uniforme de ambos bandos.

    Saludos.
    Imágenes adjuntadas Imágenes adjuntadas

  3. #3
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    Re: Sobre la Guerra de Secesión Norteamericana

    Para mim as razões da guerra civil americana são as mesmas que levaram os ingleses a se tornarem contra a escravatura quando a incentivaram durante séculos. A razão é muito simples: A mão de obra escrava era um concorrente que diminuía as vendas das máquinas que eles produziam.
    Passando isto para os Estados Unidos, o que acontecia era o seguinte:
    - O norte era industrializado e fabricava máquinas;
    - O sul tinha uma economia baseada na agricultura, e não comprava máquinas porque lhes ficava mais barato ter escravos a fazer o trabalho.
    Então o norte aboliu a escravatura para obrigar o sul a comprar as máquinas que eles fabricavam. E os do sul nao gostaram porque isso lhes ía diminuir as margens de lucro.
    Pois na terra do tio Sam " is all about money". Os princípios são só para enganar o próximo. E hoje continua no iraque, inventaram a História das armas de destruição massiça para irem lá buscar o petróleo. E depois condenam à morte aquele que eles apaioram durante anos...
    Última edición por zegato; 06/11/2006 a las 17:09

  4. #4
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    Re: Sobre la Guerra de Secesión Norteamericana

    A mil, aunque interesante como todos los capitulos de la historia, todo lo referente a los USA me la bufa, vamos, que me caen de pena porque no les perdono la guerra de Cuba y la perdida de las Filipinas y Puerto Rico. Jamas apoyare una coordialidad con los yankies, lo que hizo Aznar fue vomitivo.
    ¡Joder!, ¡honor a los valientes de la guerra de Cuba!,¡patria o muerte!,¡vencer o morir!.Se me ponen los pelos de punta, cuanto honor coño.

  5. #5
    zegato está desconectado Miembro graduado
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    Re: Sobre la Guerra de Secesión Norteamericana

    E eu não perdôo isto aos ingleses:

    http://pt.wikipedia.org/wiki/Mapa_cor-de-rosa

  6. #6
    Avatar de Val
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    Re: Sobre la Guerra de Secesión Norteamericana

    Banderas de la Confederación, nacional y de regimientos.
















  7. #7
    Avatar de cruz_y_fierro
    cruz_y_fierro está desconectado Miembro graduado
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    Re: Sobre la Guerra de Secesión Norteamericana

    Interesante el artículo y las imágenes de las banderas.

    ¿Alguien tiene la denominación completa de esas unidades "carlistas" (número, estado, nombre en inglés, quizás su comandante)? (tengo algunos amigos en los EE.UU. que podrían investigar un poco más pero me piden ese dato).

    Respecto a lo que dice Zegato, ésa es la explicación marxista pero creo que, si bien no se puede negar el móvil económico, hubo otras razones culturales y más "espirituales".

  8. #8
    Avatar de Ordóñez
    Ordóñez está desconectado Puerto y Puerta D Yndias
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    Re: Sobre la Guerra de Secesión Norteamericana


  9. #9
    Avatar de Litus
    Litus está desconectado "El nombre de España, que hoy
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    Re: Sobre la Guerra de Secesión Norteamericana

    La bandera Sudista esta relacionada con la Cruz de San Andres o Borgoña. Pero no por parte espñola, aunque es parecida a una nuestra que era roja con las aspas en blanco.
    "El nombre de España, que hoy abusivamente aplicamos al reino unido de Castilla, Aragón y Navarra, es un nombre de región, un nombre geografico, y Portugal es y será tierra española, aunque permanezca independiente por edades infinitas; es más, aunque Dios la desgaje del territorio peninsular, y la haga andar errante, como a Délos, en medio de las olas. No es posible romper los lazos de la historia y de la raza, no vuelven atrás los hechos ni se altera el curso de la civilización por divisiones políticas (siquiera eternamente), ni por voluntades humanas.
    Todavía en este siglo ha dicho Almeida-Garret, el poeta portugués por excelencia."Españoles somos y de españoles nos debemos preciar cuantos habitamos la península ibérica" .España y Portugal es tan absurdo como si dijéramos España y Catalunya. A tal extremo nos han traído los que llaman lengua española al castellano e incurren en otras aberraciones por el estilo."
    Marcelino Menéndez Pelayo.

  10. #10
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    Re: Sobre la Guerra de Secesión Norteamericana

    En el número de marzo de la Revista "Ejército" del Ejercito de Tierra, viene un artículo referente a los españoles que combatieron junto a las unidades sudistas, aunque por lo visto también hubo españoles en el Norte, tengo entendido?

    Más allá de que nos la bufe o no (el Sur, culturalmente, no solo nos es más cercano, sino que tiene un pasado de inmigrantes canarios), la Guerra de Secesión / Agresión es súmamente interesante como hecho histórico.

    Miki.

  11. #11
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    Re: Sobre la Guerra de Secesión Norteamericana

    Cita Iniciado por Miki_Vinuesa Ver mensaje
    En el número de marzo de la Revista "Ejército" del Ejercito de Tierra, viene un artículo referente a los españoles que combatieron junto a las unidades sudistas, aunque por lo visto también hubo españoles en el Norte, tengo entendido?
    Antes solía haber artículos interesantes ahí, pero cada vez hay menos artículos sobre Historia, creo que va a peor esa revista.
    «De ellos la tumba la virtud pregona; ¡héroes... dormid en paz...! para el que siente, vuestra tumba es mejor que su corona...!»
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  12. #12
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    Re: Sobre la Guerra de Secesión Norteamericana

    Cita Iniciado por Litus Ver mensaje
    La bandera Sudista esta relacionada con la Cruz de San Andres o Borgoña. Pero no por parte española, aunque es parecida a una nuestra que era roja con las aspas en blanco.
    Yo tengo entendido que la cruz la tomaron de nosotros.
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  13. #13
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    Respuesta: Re: Sobre la Guerra de Secesión Norteamericana

    Cita Iniciado por Litus Ver mensaje
    La bandera Sudista esta relacionada con la Cruz de San Andres o Borgoña. Pero no por parte espñola....
    La Cruz de San Andrés es el emblema de Escocia.

  14. #14
    Avatar de ROCIERO
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    Re: Respuesta: Re: Sobre la Guerra de Secesión Norteamericana

    Es notable la participación de inmigrantes irlandeses que despues de la hambruna debastadora y a causa de las persecusiones inglesas llegaron a America del Norte, muchos de ellos fueron forzados a servir de carne de cañon, hace algun tiempo mire los resultados de unas excavaciones en las cuales se descubrio o mejor dicho comprobo que los irlandeses de las lineas del frente combatian con el Santo Rosario en sus manos.

  15. #15
    Avatar de juan vergara
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    Re: Respuesta: Re: Sobre la Guerra de Secesión Norteamericana

    Bienvenido al foro Rociero.
    Muy cierto lo que dices,

  16. #16
    Avatar de Ordóñez
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    Re: Respuesta: Re: Sobre la Guerra de Secesión Norteamericana

    La Guerra de Secesión permitió a EEUU convertirse en potencia mundial | Opiniones | RIA Novosti





    Vlad Grinquévich, RIA Novosti




    Hace 150 años, el 12 abril de 1861, en Estados Unidos estalló una guerra civil que enfrentó a las fuerzas del Norte industrial (la Unión) con el Sur agrario y esclavista (Estados Confederados).
    La victoria de los Estados del Norte en 1865 condujo a que los estados sureños dejaran de ser sólo productores de materias primas. Pero eso no fue el mayor éxito de la segunda revolución norteamericana.
    La reconstrucción del Sur, la abolición de la esclavitud que reconoció a los negros todos los derechos civiles fueron acontecimientos importantes pero relegados a un segundo plano.
    Lo principal fue que la guerra civil estadounidense marcó el inicio para la formación de la nueva potencia hegemónica del mundo.
    La cola del Imperio
    Al librar la querra, ni los soldados de la Unión ni los confederados pudieron imaginar que las consecuencias de ese conflicto serían tan globales. Los motivos que tuvieron para combatir fueron mucho más simples. Los sureños esclavistas querían continuar con su estilo de vida y los partidarios del entonces presidente de EEUU, Abraham Lincoln, en el Norte pelearon para impedir la desintegración del país.
    El esclavismo del Sur puede calificarse como un anacronismo, sobre todo en la segunda mitad del siglo XIX, cuando Estados Unidos atravesaba un auge de su industria, el capitalismo y las democracia, las vastas plantaciones en las que trabajaban multitudes de esclavos africanos, era como tener una astilla en el ojo.
    Pero en realidad, la economía de las plantaciones coloniales no eran un fantasma de la sociedad agraria, sino la base de la sociedad industrial. Hasta las últimas décadas del siglo XIX, cuando finalizó la revocución industrial, la esclavitud y el capitalismo se complementaron el uno a otro.
    Hasta las finales del siglo XIX, Gran Bretaña fue el líder económico del mundo y para mantener ese liderazgo necesitó mucho, ante todo, materias primas baratas, pues en caso contrario, la producción industrial nunca sería competitiva.
    El añil y el caucho de la India y el sureste de Asia, el algodón, azúcar y tabaco del Sur de EEUU, la madera y los cereales de Rusia movieron las hélices de la industria británica.
    Durante la revolución industrial, la única posibilidad de reducir los costos de producción primitiva de las colonias subdesarrolladas era obligar a los trabajadores a trabajar gratis.
    No hay nada sorprendente en que los industrilaes británicos hayan invertido más que otros en las plantaciones de EEUU e incluso conservaron el control de esas plantaciones cuando las colonias adquirieron la independencia.
    Líder nacido bajo la esclavitud
    El colonialismo británico produjo la división norte-sur en EEUU e involuntariamente dio origen al nuevo líder mundial. Para la región industrial del Norte estadounidense los Estados del Sur pasaron a desempeñar el mismo papel que jugaron las colonias britáñícas para Gran Bretaña.
    Durante muchos años, el Sur suministró materias primas para la industria de EEUU y mantenía una demanda estable de la producción industrial.
    Todo lo que se utilizaba en el Sur era fabricado en el Norte, desde los juguetes y ropa de cama hasta la vajilla y las herramientas.
    Esto convenía a los norteños que integraban la mayor parte del gobierno de EEUU aunque provocaba disgusto a los sureños que preferirían desarrollar un comercio libre con todo el mundo.
    Pero las autoridades estadounidenses restringieron el intercambio comercial mediante la rígida política fiscal para apoyar la producción nacional.
    En su época, Gran Bretaña defendió su capital comercial del mismo modo. Inglaterra adoptó Acto de la navegación adoptado en 1651, que prohibía la entrada a Inglaterra de cualquier tipo de mercancías provenientes de EEUU, Asia, África y Rusia en barcos extranjeros.
    En la segunda mitad del siglo XIX, surgieron contradicciones en las relaciones entre capitalismo y esclavismo. La revolución industrial tuvo su impacto en la agricultura. Los industriales decidieron vender al Sur no sólo las mercancías sino también maquinaria agrícola.
    Pero los propietarios de las plantaciones no necesitaban maquinaria, sino los granjeros. Los latifundistas tenían a los esclavos en su disposición, y la maquinaria podía cambiar el sistema económico y el modo de vida de todos.
    Esto molestó a lo sureños. Pero el lobby de los industriales del Norte fue más fuerte que de los latifundistas del Sur, y al ocupar el sillón presidencialen 1860, Abraham Lincoln anunció que todas las nuevas zonas de EEUU iban a convertirse en territorios libres de esclavitud.
    Guerra sin oportunidades de ganar
    En 1861, once estados del Sur proclamaron su independencia y formaron la Confederación. Esto conllevó a una guerra en la que ninguna de las partes no tuvo oportunidades de ganar. Esto es evidente hoy en día, pero en aquella época muchos estaban convencidos en lo contrario.
    Los confederados poseían la superioridad. Los mejores arsenales y almacenes militares, las mejores unidades en cuanto a la capacidad combativa y la mayor parte de los oficiales fueron reclutados en el Sur.
    Además, al estallar la guerra, una tercera parte de los oficiales de la Unión dimitieron para adherirse al Ejército de los confederados que al inicio tuvo más suerte.
    Pero un país sin industria no puede combatir durante mucho tiempo porque es incapaz de satisfacer la demanda de armamento y pertrechos como tampoco restablecer la infraestructura destruida.
    Teniendo esto en cuenta, los norteños hicieron todo lo posible para aislar al Sur del mundo exterior.
    La potente Inglaterra intentó romper el bloqueo y ayudar a sus ex colonias, porque entendía que en el momento cuanto el Norte y el Sur de EEUU se unieran, se pondría fin al liderazgo británico. Y eso fue precisamente lo que ocurrió.
    No es verdad que las dimensiones no tienen importancia. Cuando los capitales y la industria desarrollada se unen con las fuentes de materias primas y enormes recursos laborales, nadie puede competir contra este monstruo.
    La China contemporánea es un buen ejemplo. El Imperio Celeste sigue el camino por el que hace unos 20 años pasaron otros países asiáticos, Singapur, Hong Kong, Tailandia, Taiwán, Corea del Sur. El Occidente eligió a los Estados del Sudeste Asiático como fábricas mundiales por su mano de obra barata.
    En la década de los 80 del siglo pasado, le tocó el turno a China, pero el Occidente no tomó en consideración las dimensiones de este país.
    El Occidente empezó a perder el control sobre China con sus enormes recursos laborales, capitales y posibilidades del lobby. La situación parece a la que hace tiempo ocurrió en EEUU.
    Es posible que, pasado un siglo y medio, la historia vuelva a repetirse.

  17. #17
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    Re: Respuesta: Re: Sobre la Guerra de Secesión Norteamericana

    http://infokrisis.blogia.com/2013/053101-homenaje-a-venner-iii-.php


    TRADUCCIONES
    Info-krisis.- Nos hemos propuesto rendir homenaje a Dominique Venner, popularizando algunos de sus textos. Hoy hemos elegido la introducción de El blanco sol de los vencidos en que narra la historia de la Confederación de Estados Americanos y la epopeya de los hombres de Dixieland, un texto que traducimos hace cinco años y en el que el autor evidencia la simpatía por la causa del Sur. Históricamente, esta obra sigue a la de Baltikum, dedicada a la gesta de los Cuerpos Francos tras la Primera Guerra Mundial.
    DOMINIQUE VENNER
    EL BLANCO SOL DE LOS VENCIDOS

    La epopeya sudista y la guerra de secesión
    1607-1865
    AGRADECIMIENTOS
    Expreso mi gratitud a los que me han prestado su concurso para reunir la documentación de esta obra y elaborarla. Mis agradecimientos se dirigen particularmente a Renée Lemaitre, del Centro Cultural Americano, a Jean Bourdier, Pierre Joannon y Albert Krebs, conservador en la Biblioteca Nacional, cuya ayuda y consejos me han resultado inestimables.
    D.V.
    “No han existido sobre la tierra dos naciones, que estuvieran separadas de forma distinta y hostil como nosotros. Ni Cartago y Roma, ni Francia e Inglaterra, en ningún momento”
    James H. Hammond,
    Gobernador de Carolina del Sur
    “La guerra que emprendemos es diferente de las guerra ordinarias. No se trata de conquistar una paz o un tratado ventajosos, sino de golpear a una población suficientemente numerosa, inteligente y guerrera, para constituir una nación. El conflicto que empezó contra un partido, es ahora una lucha contra todo un pueblo”
    General Mac Clellan,
    Comandante en jefe de los ejércitos nordistas.
    “El Sur era el pueblo mismo y combatía por su propia existencia como nación, por su independencia, por sus campos y sus hogares”.
    Mayor Scheibert,
    Oficial prusiano destacado en los ejércitos sudistas.

    I
    EL NACIMIENTO DE UNA NACIÓN
    Después de tres días, la soñadora ciudad de Charleston se ve arrancada de la placidez sensual de sus jardines tropicales. Aquí, el invierno no es más que dulzura. Hay grupos reunidos en las calles. Los amplios sombreros panamá de los plantadores se lucen junto a los miriñaques. Jóvenes caballeros, con botas altas, recorren la ciudad al galope. Al caer la tarde, un rumor ardiente como la esperanza vuela entre los grupos. Los miembros de la legislatura han votado por unanimidad la independencia de Carolina del Sur. La alegría de las masas estalla bruscamente. La ciudad más ampulosa del viejo Sur parece embriagada. Tras el Palmetto Frag, emblema de Carolina, se forman manifestaciones con respetables gentlemen, jóvenes gesticulantes y damas con las mejillas enrojecidas de exaltación. A la mañana siguiente, el 21 de diciembre de 1860, los diarios de Charleston, la antigua Charles-Town de Carlos II Stuart, publican las informaciones de los demás Estados bajo la rúbrica “Noticias del extranjero”. Otros diez Estados seguirán a Carolina del Sur y elegirán la aventura de la libertad. Abandonarán la Unión y constituirán la Confederación sudista. Mary Chesnut, esposa de un senador de Carolina del Sur, anotará en su diario: “Nos hemos separado por incompatibilidad de caracteres, nos odiábamos demasiado”. Una incompatibilidad y un odio tan antiguos como la colonización. * * * En 1763, dos agrimensores ingleses, Charles Mason y Jeremiah Dixon fueron comisionados para arbitrar una disputa de lindes entre los herederos del más ilustre de los cuáqueros, el almirante William Penn y los de lord Baltimore. El primero de estos personajes había fundado en 1630 la futura Pennsylvania. El segundo había recibido por donación real, dos años más tarde, un amplio territorio medianero más al sur. Este terreno se convertirá en Maryland, en homenaje a Enriqueta-María, mujer de Carlos I Estuardo. Los dos geómetras trabajaron con aplicación durante tres años. Nada los detuvo, ni la intemperie, ni las enfermedades, ni los indios. Más de una vez, debieron cambiar sus teodolitos por el fusil de sílex. Habrían podido llegar hasta el Pacífico el trazado del paralelo 39, 42 minutos y 26 segundos y 3 décimas que limitaba sobre el mapa los territorios respectivos de Pensilvania y de Maryland. Se detuvieron sin embargo en las crestas de los Alleghanys, límites occidentales de las tierras reivindicadas en la época por la Corona. Sin saberlo, los dos agrimensores acababan de determinar la línea oficial de partición entre el Norte y el Sur, entre Dixie Land y el país Yankee (1) [La palabra Dixie es de origen francés. Viene de Luisiana donde los primeros billetes de diez dólares llevaban la palabra “dix” en grandes caracteres. En cuando a Yankee, es una deformación de “John Cheese” (Juan Queso) sobre nombre que se dio en el pasado a los colonos holandeses de Nueva Ámsterdam (Nueva York)]. Su minucioso trazo abrió en el suelo de los Estados Unidos la más sangrienta herida de su historia. La cicatriz no está todavía curada. El azar quiso en efecto que esta frontera arbitraria coincidiera con la de dos mundos ajenos el uno al otro. Apenas cien millas separaban Filadelfia, primera ciudad de Pensilvania, y Baltimore, capital de Maryland. Pero estas millas medían más de diez veces su anchura. “Tras haber caminado una o dos horas por Filadelfia -suspiraba Charles Dickens-, habría dado no importa qué para una calle que girase”. Filadelfia, la austera ciudad de los cuáqueros es lúgubre con sus sombrías avenidas en ángulo recto, mientras que Baltimore es reluciente con sus fuentes, sus casas de ladrillo rojo con columnas blancas y mármoles rutilantes. En una fórmula que resaltaba su paradoja, a pesar de no ser completamente cierta, Pierre Belperron denunció en “la corriente fría del Labrador, los mares árticos descienden hacia el sur acariciando la costa americana, siendo la primera responsable de la guerra de Secesión. A la altura de la línea Mason-Dixon esta corriente fría llegada del norte se mezcla con las aguas cálidas del sur. Nueva York está en la latitud de Madrid, con inviernos más rigurosos y veranos más duros que los de Berlín. Por el contrario, desde Maryland, se penetra en la dulzura mediterránea. Contra más se desciende hacia el sur, más el clima se calienta hasta convertirse en tropical. Tanto como el clima del norte es vivificante, el del sur es relajante. El uno conduce a un ritmo de vida precipitado, el otro invita a la distensión. Bajo el clima del Norte, se vive presionado por el tiempo. En el Sur, se utiliza el tiempo para vivir. El clima y el suelo del Norte no ofrecerán a los primeros emigrantes más que recursos análogos a los de Inglaterra. Apenas recogerán los recursos justos para alimentar a su familia. En las colonias meridionales, los plantadores podrán entregarse a los cultivos exóticos intensivos, tabaco, arroz, caña de azúcar o algodón que marcarán tanto a la sociedad del Sur. Esta oposición natural del clima y de la geografía se agravará con la de los hombres y de la historia. * * * Enrique IV reinaba aun sobre el trono de Francia cuando el capitán John Smith desembarca con ciento tres compañeros, los únicos supervivientes de una terrible tempestad, en la bahía de Chasepeake en Virginia, el 13 de mayo de 1607. Veinte años antes, Sir Walter Raleigh, favorito de la Corte, había fracasado en un primer intento de colonización de la costa americana. En honor de su soberanía, Isabel I, la “reina virgen”, había llamado a esta tierra Virginia. Provisto de instrucciones precisas de la Compañía de Londres, futura Compañía de Virginia, John Smith edifica un fuerte triangular que bautiza con el nombre de Jamestown, en recuerdo a la gloria de Jacobo (James) I Estuardo. Con esta toma de posesión funda la primera colonia anglo-sajona de América. Será preciso esperar trece años más para que los “Padres Peregrinos” del Mayflower, plegaran las velas lejos de la bahía de Jamestown; en efecto, atracarán más al norte sobre la costa desolada del cabo Cod, tras haber sido desviados por una tempestad. John Smith y sus colonos desbrozan el suelo, siembran trigo y cultivan los vientos. La tierra de Virginia es muy gruesa para el cereal europeo. La disentería, las enfermedades y algunas disputas devorarán a los efectivos. Al cabo de un año, la colonia se ha difuminado y el cementerio está poblado. Los treinta y ocho supervivientes serán salvados por la energía y la habilidad de John Smith que ha conquistado la amistad del jefe indio Powhatan. Entre dos pacíficos calumets [pipas de la paz], éste enseña a los blancos el cultivo del trigo indio o maíz, a partir de entonces bautizado trigo americano, corn. En 1612, uno de los principales colonos, John Rolfe, que cultiva una planta medicinal contra la malaria, el tabaco, descubre un método para deshacerse de su gusto amargo. Este tabaco de Virginia suplantará rápidamente el tabaco español que sir Walter Raleigh había introducido en Inglaterra. Se convertirá en la principal riqueza de Virginia y de su hija, la colonia de Maryland. Contrariamente a los puritanos del Mayflower que acaban de fundar en las Américas una nueva patria tolerante con su fanatismo, los primeros colonos se Virginia, son ante todo, aventureros. Buscan fortuna o en su defecto, una vida más agradable que la de una Inglaterra superpoblada. El cultivo intensivo del tabaco y sus fructuosos beneficios, encajan perfectamente con su personalidad. Sin embargo, exige una mano de obra importante. Los indios rechazan colaborar con estos cultivos, consideran que trabajar la tierra es algo degradante. No se trata, por lo demás, de reducirlos a la esclavitud, antes prefieren morir. A causa de esta prueba de orgullo, los sudistas del litoral albergarán siempre una gran estima por los indios a los que, a menudo, asociaron a su destino. Una solución provisional se encuentra con el sistema de los indentured serventds, los engagistes [embarcados] de las Antillas francesas. Se trata de voluntarios para las colonias. Pagan su viaje mediante un contrato de trabajo de cuatro años que los transforma en esclavos temporales. Al desembarcar, estos hombres y mujeres son vendidos en las subastas por el capitán. Tras la expiración del contrato, se convierten en hombres libres, reciben un pequeño equipo y un lote de tierra para tentar la fortuna. Condenados por delitos comunes y convictos, pueden beneficiarse de las mismas “ventajas”, con la diferencia de que están ligados a sus dueños durante siete años. Pero esto no es más que un paliativo insuficiente. Esta esclavitud momentánea es muy breve para ser verdaderamente rentable y demasiado débil para responder a las necesidades de las plantaciones. Estas no dejan de multiplicarse. Reclaman una mano de obra cada vez más considerable. La solución, escandalosa a nuestros ojos, normal en la época, es aportada en 1619. Este año, el secretario de la asamblea de Virginia anota sobre el diario de la colonia: “Un navío holandés nos ha entregado veinte negros de África”. Con la llegada de estos primeros esclavos, se inicia una industria de la que América no ha terminado de pagar todavía los dividendos. * * * La importación de “madera de ébano” es lenta hasta el final del siglo XVII. El tratado que hace la fortuna de Nantes, derrama prioritariamente sus cargamentos en las Antillas. En 1671, apenas se cuentan 2.000 negros en Virginia, donde residen tres veces más “servidores cristianos”. Todo cambiará cuando los armadores del Norte han evaluado los beneficios que pueden extraer de este odioso tráfico. El oro ocultará los escrúpulos. Los negreros puritanos alzarán los ojos al cielo. Olvidarán sus principios de universal igualdad y su creencia en el carácter redentor del trabajo en libertad. La argumentación calvinista tiene respuestas para todo. Propone el siguiente silogismo: el Señor bendice la riqueza. El tratado es el medio más rápido para asegurarse la riqueza. Por tanto, el Señor bendice el tratado. En 1752, en Newport, un bonito barco de 40 toneladas cuesta de 24 a 27 libras la tonelada. Puede trasladas entre 120 y 150 negros que se venden a una media de 35 libras por cabeza. El beneficio es tanto mayor en tanto que se practica el “viaje triangular”. Los negreros van a las Antillas o en el Sur a adquirir melazas que son transformadas en ron por sus compatriotas, destiladores de Nueva Inglaterra [Nueva Inglaterra (New England) es el nombre dado a las cuatro primeras colonias establecidas en América del Norte y por debajo del río San Lorenzo: Massachussets, New Hampshire, Conneticut, Rhode Island, a los que se añadieron más adelante, Vermont y el Maine]. El cargamento de ron es intercambiado en las costas de Guinea por esclavos y estos son vendidos en las colonias del Sur o en las Antillas. Luego el ciclo comienza de nuevo. En 1770, Rhode Island cuenta con 170 barcos negreros. Los puertos de esta colonia de Nueva Inglaterra aseguran el mayor volumen de tráfico, con Newport, Providence –un nombre preciso-, New Bedfort, luego Nueva York y Boston. Ciertamente, los Justos de Nueva Inglaterra no son unos hipócritas, pero el espíritu puritano no se opone aún a la esclavitud de razas juzgadas inferiores. Hasta finales del siglo XVIII, la esclavitud aparece para todos como una institución legítima. No se suscita ningún rechazo y el Norte, por su parte, importa también esclavos negros. Si la esclavitud se desarrolla poco en comparación con el Sur, es a causa del clima riguroso, los cultivos y las costumbres de Nueva Inglaterra no son los apropiados para los negros. Sin embargo, se contarán 18.000 esclavos en el Nor-Este en el censo de 1820. Por el contrario, bajo el cielo del Sur, la esclavitud prolifera y los colonos adoptan el modo de vida de los plantadores franceses de las Antillas. Ante el flujo de esclavos en las aceras de Charleston, Savannah en Georgia o de Norfolk en Virginia, la mano de obra blanca desaparece. Los colonos más activos se convierten en plantadores. Los otros son relegados a la categoría inferior de “granjeros” cultivando la tierra con sus manos, o también “pequeños blancos” miserables, que sobreviven con la caza, la pesca y pequeños huertos. Los emigrantes de Nueva Inglaterra viven prácticamente en autarquía. No piden al suelo más que su alimento, esperando hacer fortuna en los negocios, la manufactura o la trata de esclavos. A la inversa, los plantadores de Virginia no pueden pasar sin negociar. Venden sus pacas de tabaco a los navíos de Londres, luego a los de Nueva York, y les compran víveres, muebles, objetos manufacturados, también mujeres, sin hablar de esclavos. La noble explotación del suelo es su única fuente de beneficios. Así se forja en el Sur una tradición aristocrática y agraria, en oposición a la tradición burguesa y mercantil del Norte. Estas diferencias se acentuaron a mediados del siglo XVII, con la llegada de nuevos emigrantes de noble cuna, los Cavaliers. Estos barones huían de Inglaterra tras la ejecución de Carlos I Estuardo. Los hugonotes franceses les siguieron de cerca, mientras que el Norte se enriqueció en el curso del decenio siguiente con los “Cabezas Redondas”, los “niveladores”, antiguos partidarios de Cromwell y adversarios de los Cavaliers que la restauración de los Estuardo sobre el trono de Inglaterra expulsó a su vez. Basta reemplazar a los Cavaliers por los carlistas y los Cabezas Redondas por los isabelinos para imaginar los sentimientos que los colonos del Sur podían alimentar respecto a los del Norte y recíprocamente. Al plantador del Sur que cultiva tabaco y el arte de vivir, corresponden las moradas lujosas, las conversaciones ingeniosas y las diversiones elegantes, se opone el puritano de Nueva Inglaterra. Este hombre de Dios ha firmado un contrato con el Cielo para triunfar sobre la tierra. A cambio del rigorismo de su existencia, espera de Jehová que favorezca sus negocios. Trabajador endurecido, espíritu emprendedor, ignorando los escrúpulos y la piedad, enérgico tanto como astuto, avanza con seguridad hacia la fortuna y el conflicto. Su aire digno y acompasado, su hábito negro, sus cabellos lacios, todo en él anuncia al feliz compañero. En Boston, el hecho de reír en domingo es castigado con prisión. La frivolidad de los puritanos se detiene con la lectura de la Biblia y con la perorata del predicador. Los Estados de Nueva Inglaterra se ven sometidos a la tiranía de las sectas religiosas y de su clero. Se persigue a los disidentes. En Plymouth se les ejecuta. Se quema a los “brujos” o se les cuelga. El asunto de las brujas de Salem, elevado a la celebridad por la famosa obra teatral de Arthur Miller, es la ilustración del clima de obsesiones que reina entre los puritanos. En 1629, estos últimos han fundado en la ciudad de Massachussets la primera Iglesia congregacionista de América. Su fanatismo alimentará la locura colectiva que se apropia de la aldea y las granjas en 1692. Del mes de mayo al mes de septiembre, diecinueve personas son colgadas como adeptos del Maligno, catorce mujeres y cinco hombres. La que hace veinte es muerta siguiendo un método más original, el del “prensado”, como si fuera un limón al que se le extrae el jugo. Otros dos mueren en prisión, sin duda no a causa de los buenos tratos, precisamente. Más de un centenar de desgraciados son encarcelados y, para no relajarse, los pastores congregacionistas inculpan a doscientas personas más por crimen de brujería. Sin la viva reacción que provoca la enormidad del asunto, una masacre general se habría producido en el mes de octubre. Las víctimas serán rehabilitadas en el curso de un contraproceso en buena y debida forma... dos siglos y medio después. Los plantadores no tienen más que desprecio por el sectarismo y la intolerancia de estos puritanos, cuyos manejos en los negocios suele rozar la canallada. Un virginiano escribía en 1736: “Los santos de Nueva Inglaterra son muy hábiles en avalar a un perjuro hasta el punto de no quedarles mal gusto en la boca; ningún otro pueblo sabe deslizarse como ellos a través del código”. * * * En el siglo XVIII, Jamestown es abandonado y la capital de la colonia es transferida a Williambsbourg, menos expuesta a las miasmas de las tierras bajas. Tal como aparece ante nuestros ojos, tras haber sido amorosamente restaurada, es una ciudad de gentilhombres. La arquitectura de las viejas mansiones está llena de encanto nostálgico. Pero una cierta rudeza recuerda que las pelucas y las ropas en cestas, debían componer con un país salvaje y peligroso, con las turbulencias y los conflictos de una colonia joven y violenta. Incluso cuando llevan peluca, los plantadores siguen siendo hombres a caballo con costumbres y modos violentos. Maestros indiscutibles en su terreno, puntillosos en su honor, dispuestos a pedir reparación por las armas, no soportan ninguna contrariedad, ninguna autoridad. Si algunos se conducen como un sátrapa con un haren de jóvenes esclavas, la mayor parte tienen un agudo sentido de las obligaciones que les impone su aplastante superioridad. Sus esclavos son tratados sin brutalidad. Para éstos son patriarcas que dispensan el alimento, cuidados, techo y seguridad. Velan también sobre los granjeros y los “pequeños blancos” de su condado, administran justicia y socorren a los indigentes. Más aun que el squire inglés, entre sus granjeros, el plantador es el señor de su tierra. Un señor feudal sin soberano. Estos hidalgos campesinos trabajan con el cuero, el tabaco y el alcohol rubio. No aman nada tanto como galopar a lo largo de sus tierras, perseguir al zorro, cazar patos, beber licores secos, disfrutar de la siesta y de las fiestas. La verdadera vida para un hombre bien nacido. La sociedad virginiana se edificará contra esta rugosidad. Para matarla, civilizarse, establecerá una estricta jerarquía social y segregará convenciones tanto más astringentes en tanto que son hechas para apremiar el temperamento explosivo de los colonos. Un código mundano riguroso aleja a la mujer de toda esta rudeza. Es la reina en esta sociedad, en la que el plantador es el lord. Un respeto absoluto impuesto por una etiqueta minuciosa la protege del deseo de los hombres y de la mirada de los negros. Quien no quiere ser situado en el mismo nivel social que los plantadores debe poder controlar su violencia y dominar su grosería en presencia de una mujer. La riqueza contribuirá a que el gentleman-farmer adquiera un gusto por los placeres y por un estilo de vida cada vez más refinado. A imagen de su contemporáneo europeo, se inicia en las Luces, se muestra orgulloso de su biblioteca, envía a sus hijos a estudiar a Oxford, se entusiasma por la Enciclopedia, saborea la Nueva Heloisa, se autotitula gustosamente deísta y filántropo. Las sectas protestantes pierden sus fieles en beneficio de las logias masónicas. Soñando el mundo tal como debería ser, los salones de Virginia elaboran la Declaración de los Derechos y la futura constitución de los Estados Unidos. El feliz plantador George Washington, que reina sobre 8.000 acres de buena tierra para el tabaco y sobre los esclavos de Mount Vernon, es uno de los adeptos de las ideas nuevas. Este patricio tiene tanta afición por las disputas filosóficas como por las cosas militares. Ha luchado contra los franceses de Luisiana en Fort-Duquesne. Ha ganado el grado de coronel de la milicia de Virginia y ha adquirido una experiencia que pondrá pronto al servicio de la lucha contra Inglaterra. Sin embargo, los gentilhombres de Virginia no son los primeros en tomar las armas contra la Corona, en 1776. Pero desde el día en que se decidieron por la insurrección, la dirigirán. El venerable Old Dominium Stade es el más poblado, el más rico, el más evolucionado de las trece colonias inglesas insurgentes. Tras haber dudado en comprometerse, Virginia facilitó al general en jefe, una buena parte de las tropas y lo esencial del tesoro de guerra. Mientras que otras colonias pensaban abandonar la lucha, Virginia soportará durante cuatro años el esfuerzo principal de los combates contra los Casacas Rojas de Su Majestad, del Canadá a Georgia. Finalmente, el general Cornwallis se hará en la trampa tendida en Yorkstown por Washington y sus aliados, de Grasse, La Fayette y Rochambeau. Menos de un siglo después, de 1861 a 1865, Virginia jugará un papel análogo en el seno de la Confederación sudista. Rechazando inicialmente la secesión, emprenderá finalmente la dirección e incluso la bisnieta de George Washington se casará con el primero de sus soldados, el general Robert E. Lee. * * * La independencia de las colonias inglesas de América se adquiere en virtud del tratado firmado en Versalles en 1783, dos años después de la victoria militar de los insurgentes. Virginia quedará como piloto de los otros trece Estados constitutivos de la Unión [Maryland, Delaware, Virginia, Carolina del Norte, Carolina del Sur y Georgia para el Sur. Massachussets, New Hampshire, Conneticut, Rhode Island, New Jersey, New York y Pennsylvania, por el norte]. Cuatro de los cinco primeros presidentes, Washington, Jefferson, Madison y Monroe, son virginianos, como lo serán el noveno, el décimo y el duocécimo, Harrison, Tyler y “Old Zach” Taylor. Los mercaderes y los armadores de Nueva Inglaterra se inclinan ante la superioridad intelectual de la aristocracia virginiana y ante su precisión en los asuntos políticos. Temiendo por encima todos los riesgos y la aventura, desconfían de la audacia de que dan muestra la élite de los plantadores, por ejemplo en la adquisición de Luisiana. * * * Antiguo embajador de los Estados Unidos en Francia, convertido en secretario de Estado bajo George Washington, esperando acceder a la presidencia, el virginiano Thomas Jefferson concibe una política extranjera ambiciosa. Los burgueses del Norte, con la nariz sobre sus libros de caja, le serán completamente espantosos. Jefferson ha comprendido la importancia de la Luisiana francesa: un inmenso territorio que no tiene nada que ver con los límites del futuro Estado. Se extiende desde la frontera canadiense al golfo de México y engloba el fantástico valle del Mississippi. El Old man river, padre de las aguas, constituye la desembocadura natural de América del Norte hacia el Golfo de México. Conquistada y colonizada por los franceses del caballero de la Salle bajo Luis XIV, devuelta a España por el tratado de París en 1763, Luisiana es recuperada por Napoleón en 1800. El Primer Cónsul intenta reforzar las posiciones francesas a fin de crear un poderoso conjunto colonial articulado en las Antillas. Pero una Francia fuertemente establecida en Luisiana representaría para los jóvenes Estados Unidos una amenaza mucho más seria que la de una España debilitada. Bonaparte no oculta por otra parte su intención de suprimir el privilegio de circulación sobre el Mississippi concedido por España a los Estados Unidos. En el instante en que Jefferson se entera que Bonaparte envía un ejército bajo el mando del general Victor para ocupar la colonia, juega con audazmente. Sin ni siquiera consultar al Senado, propone comprar Luisiana. El Primer Cónsul rechaza primeramente la idea con energía. Luego, tras el fracaso de la expedición de Santo Domingo, y debiendo afrontar los costosos preparativos del campo de Boulogne, concluye en la imposibilidad de mantener estas tierras lejanas. El 30 de abril de 1803, cede Luisiana a los Estados Unidos por quince millones de dólares, es decir, por casi ochenta millones de francos-oro. Jefferson acaba de conseguir el más fantástico éxito diplomático de la historia americana. Con la compra de Luisiana la Unión duplica su superficie. Acto seguido se constituirán trece Estados. La adquisición del gran río, de sus afluentes y de su desembocadura desplazará el conjunto de las actividades de la costa atlántica hacia el interior. Los amplios espacios y los inmensos recursos naturales del valle adelantarán la “frontera” lejos hacia el poniente, bajo el aflujo ininterrumpido de más y más inmigrantes. Nueva Inglaterra manifiesta inmediatamente su hostilidad. Denuncia la política “ruinosa” de Jefferson. No percibe la amplitud y la importancia de la adquisición. Percibe, sobre todo, que la Babilonia sudista va a recibir con Nueva Orleáns un refuerzo de altura. No es necesario ver doble para convencerse de ello. Nueva Orleáns, ciudad francesa y católica, es una colonia floreciente, un puerto en plena expansión y un núcleo de civilización, quizás sin equivalente fuera de Virginia. Los criollos –que son blancos de blancos y no mulatos como se cree en ocasiones con su gran cólera- se jactan de tener allí un segundo París. Antes de venir a Luisiana, estos colonos franceses han hecho a menudo sus primeras armas en las Antillas o en Santo Domingo de donde los ha expulsado la sangrienta revuelta de Toussaint Louverture. Sus tradiciones de cortesía, el lujo de sus moradas señoriales, el refinamiento de su mesa, la elegancia de su conversación, la libertad de sus costumbres, su tolerancia religiosa y filosófica, representan todo lo que Nueva Inglaterra detesta. En cuanto los habitantes de Luisiana pidan su admisión con rango de Estado encontrarán la oposición vehemente del Norte. Por el contrario, los Estados del Sur los sostendrán activamente. A pesar de la obstrucción nordista, Luisiana será admitida en 1812 y se sentirá plenamente solidaria con el Sur. Le aportará numerosos soldados durante la guerra de Secesión. Uno de ellos, Pierre Toutant de Beaugerard, se convertirá en uno de los más célebres generales de la Confederación. El esfuerzo criollo agrava la separación entre el Sur simbolizado por el virginiano y el norte representado por el yankee de Nueva Inglaterra. En el curso del siglo XIX, estas dos nacionalidades se enfrentarán en el seno de la Unión. “El yankee y el virginiano son dos seres muy dispares, señala Michel Chevalier en sus Lettres sur l’Amerique du Nord, publicadas por la Revue des Deux Mondes en 1836. Son los mismos hombres que se han rebanado las gargantas en Inglaterra bajo el nombre de Cavaliers y Cabezas Redondas. En América, donde no existe poder moderador, se devorarían entre sí, como antiguamente lo hicieron en la madre patria, si la Providencia no hubiera arrojado unos al Mediodía y los otros al Norte”. Michel Chevalier no podía prever que esta separación llevaría un día al Norte a devorar al Sur.(c) Por la traducción: Ernesto Milà - prohibido reproducir sin indicar procedencia y utilizar esta traducción para fines comerciales.
    Erasmus y ReynoDeGranada dieron el Víctor.

  18. #18
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    Re: Respuesta: Re: Sobre la Guerra de Secesión Norteamericana

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  19. #19
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    Re: Respuesta: Re: Sobre la Guerra de Secesión Norteamericana

    Esa gente(del sur) sí defendieron la esclavitud. Cierto que la guerra no fue para liberar a los negros pues cada cual jaló pa su la'o. Pero de que los del sur fueron buenos nada de nada. Por sus frutos los conoceréis dijo Nuestro Señor, ¿entonces? ¿ Por qué será que el sur( la Florida no cuenta) de los Estados Unidos es la región dónde más racismo existe? Vivo en Estados Unidos y me han contado lo difícil que es ser negro en estados como Mississippi o Alabama(sur). El KKK precisamente no es de inspiración netamente norteña. El único estado sureño que no apoyó la esclavitud fue Missouri. Missouri estaba dividido, el norte para los unionistas( sí, no eran libertadores del negro precisamente) y el sur en control de los sureños. Mi opinión es que esto no fue una guerra para favorecer al negro sino una guerra de intereses primordialmente económicos. El sur contaba con mucha riqueza y obvio que Lincoln no iba a tolerar semejante secesión. Pero de que los sureños hicieron una epopeya es algo muy lejos de la realidad. Y claro, le doy a los dos porque los unionistas tampoco fueron los libertadores que nos pintan.
    Kontrapoder, Hyeronimus y jasarhez dieron el Víctor.
    La Iglesia es el poder supremo en lo espiritual, como el Estado lo es en el temporal.

    Antonio Aparisi

  20. #20
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    Re: Respuesta: Re: Sobre la Guerra de Secesión Norteamericana

    Concuerdo con Michael sin embargo hubo muchos hispanos peleando en esa guerra.

    Aquí pongo un video que habla de los tejanos.







    Una proporción de 3 a 1 luchando por la Confederación, en comparación con los unionistas.

    No me sorprendería, después de la guerra contra los Estados Unidos, muchos mexicanos decidieron quedarse del lado estadunidense (en este caso, en el enorme estado de Texas) luego del fin de las hostilidades y la posterior firma de los acuerdos.
    GiulioRudolph dio el Víctor.

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