LUIS SEGURA VILCHES, MÁRTIR DE CRISTO REY

En 1917 la Constitución de Querétaro (una de las inspiradoras de la Constitución de la II República Española) se impuso en México. El tirano masónico Plutarco Elías Calle la emprendió con la Iglesia Católica mexicana. La Liga Nacional de Defensa de la Libertad Religiosa propagó la imperiosa necesidad de defender la Fe ultrajada y perseguida por los agentes estatales de la francmasonería. Y para defender la Fe Católica surgen los Cristeros. Patriotas devotos de la Virgen de Guadalupe se levantaron en armas.

Un joven ingeniero católico, Luis Segura Vilches, organizó las primeras acciones de resistencia armada en la capital de México. Apresado y acusado de atentar contra el tirano Obregón, fue sacado de la celda y sin proceso judicial, puesto en el paredón de fusilamiento. Pasó el 27 de noviembre de 1927. Luis Segura Vilches les dijo a sus verdugos que lo enviaban al cielo. Antes de morir gritó: “¡Viva Cristo Rey!”.

En la fotografía que encabeza esta entrada, Luis Segura está contemplando, mientras camina al martirio, el cadáver del jesuita Padre Miguel Pro, director espiritual de Luis y fusilado momentos antes de esta fotografía que recoge, como pocas, la gallardía de un mártir que pisando con aplomo camina ante los fusiles, para ofrendar su vida a Cristo Rey.

El 21 de mayo del año 2000, Su Santidad Juan Pablo II canonizó a un grupo de 25 mártires cristeros, que habían sido beatificados el 22 de noviembre de 1992.

Esta bella canción es testimonio de esa lucha contra-revolucionaria de nuestros hermanos de México: la Cruzada Cristera.

EL MARTES ME FUSILAN

El martes me fusilan
A las seis de la mañana
Por creer en Dios eterno
Y en la gran Guadalupana.

Me encontraron una estampa
De Jesús en el sombrero;
Por eso me sentenciaron,
Porque soy un cristero.

Es por eso que me fusilan
El martes por la mañana;
Matarán mi cuerpo inútil
Pero nunca, nunca mi alma.

Yo les digo a mis verdugos
Que quiero me crucifiquen,
Y una vez crucificado
Entonces usen sus fusiles.

Adiós Sierras de Jalisco,
Michoacán y Guanajuato,
Donde combatí al gobierno,
Que siempre salió corriendo.

Me agarraron de rodillas
Adorando a Jesucristo;
Sabían que no había defensa
En ese santo recinto.

Soy labriego por herencia,
Jalisciense de naciencia;
No tengo más Dios que Cristo
Porque me dio la existencia.

Con matarme no se acaba
La creencia en Dios eterno.
Muchos quedan en la lucha
Y otros que vienen naciendo.

Es por eso me fusilan
El martes por la mañana.

¡Viva Cristo Rey!

Gloria a los católicos mexicanos que murieron proclamando la Realeza de Jesucristo Nuestro Señor. Ellos sean nuestros intercesores en el buen combate por la Fe Católica.

Para escucharla y abundar en información:

http://www.alamedadigital.com.pt/n2/..._cristeras.php


Maestro Gelimer