Nota sobre la historia y el uso del Mantón de Manila


Los primeros chinos que se establecieron en Manila alrededor de 1575 trajeron de su país de origen tapices cuadrados y colchas de seda bordadas, de uso cotidiano en las clases altas chinas. Los mantones comenzaron a importarse a finales del Siglo XVIII, y de allí se extendieron a otras colonias españolas, como Perú, México y Guatemala, donde gracias a sus formas vistosas y coloristas gozaron de gran aceptación entre las mujeres de toda clase y condición.



Desde finales del XVI, el tráfico mercantil oriental comenzó su flujo ascendente desde la entonces colona española de Filipinas (en honor del Rey Felipe II) hacia Europa. Desde el Puerto de Manila zarpaban hacia el de Sevilla, vía el Puerto mejicano de Acapulco, donde descargaban y vía terrestre llegaban hacia Veracruz (en la costa Atlántica); y de nuevo, vía marítima zarpaban rumbo a Sevilla. A partir del S. XVIII comienza el trafico comercial directo con Filipinas, desde Manila a Sevilla por el cabo de Buena Esperanza. En esta época llegaron también los mantones de Manila a ciudades norteamericanas como Boston, Filadelfia y California. En este vieje, el mantón sufrió constantes transformaciones, tanto en la forma y tamaños, como en los pequeños dibujos florales y orientales, que se transformaron por diseños más grandes y coloristas, más al gusto de los europeos.

En España fueron primero las grandes familias las que hacían uso del mantón , pero pronto llego a convertirse en un accesorio imprescindible para las mujeres trabajadoras del siglo XIX. Así, tenemos el ejemplo de las Cigarreras Sevillanas, trabajadoras de la Fabrica de Tabacos de Sevilla que utilizaban para bordar los trozos de seda donde venían envueltos los fardos de tabaco. El gusto andaluz por el barroco y el colorido dio lugar a la introducción de grandes rosas y claveles como motivos de diseño, hasta conseguir un nuevo renacer del mantón , de tal forma que esta prenda de adorno se identifica hoy en todo el Mundo con Andalucía. Sin duda la cultura china y la andaluza son las que más huella han dejado en la composición de los Mantones de Manila, aunque por una paradoja del destino, su nombre sea el de esta bella ciudad filipina, donde nunca llegaron a confeccionarse. Propio del diseño chino es el uso de colores más suaves y simbología oriental; mientras, en los españoles, destacan los dibujos de flora en colores llamativos y alegres.

INSTRUCCIONES PARA LA CORRECTA CONSERVACIÓN DE LOS MANTONES:

1. Lavado: Nunca se debe lavar en casa, siempre en tintorería. En caso contrario, el lavado del mantón deberá ser a mano y con agua tibia, ya que no admite temperaturas altas ni centrifugados. En el caso de que aparezca una pequeña mancha, frotarla con jabón con un paño debajo del mantón . A continuación, se debe planchar el mantón .
2. Planchado: El mantón se debe planchar del revés con la plancha de vapor, con el fin de realzar el bordado.
3. Conservación: Los mantones nuevos se deben colgar de una percha tapado con una funda y a ser posible dentro de un armario.

EVOLUCIÓN DE LOS DISEÑOS:

Desde sus orígenes chinos, el diseño del mantón ha ido cambiando con el paso del tiempo; podemos considerarlo como un lienzo que cada uno de sus creadores ha ido llenando con elementos significativos de su cultura



Con su llegada a España, el mantón de Manila fue fundiendo sus tradicionales motivos orientales (dragones, sapos, aves y otros símbolos chinos) con otros más propios del gusto europeo. A este momento pertenecen los mantones de figuras chinas, cuyas caras se tallaban sobre una fina placa de marfil, que se pegaba a la seda; la utilización de estos materiales denotan su antigüedad, que puede fecharse alrededor de 1860.

En Andalucía, los motivos florales eran los más apreciados. Los mantones se llenaron de vistosas rosas de diversos tamaños, bordadas en fuerte colorido; la rosa, además, significa el secreto, y en la simbología cristiana hace referencia a la Pasión de Cristo. En esta línea, se hicieron frecuentes en los diseños las margaritas, cuyo significado es la impaciencia, el lirio, que remite a la pureza, o el girasol, que es símbolo de fidelidad. El romero representa la memoria, vinculado además a propiedades mágicas y adivinatorias. Otros de los motivos florales más frecuentes fueron, y siguen siendo, el pensamiento, el cardo y el loto, este último de indudables reminiscencias chinas.

Esta gran variedad de motivos y combinaciones han ido agrupándose en diseños más o menos semejantes, que han terminado por ser denominados en función de su motivo dominante: así, podemos encontrar mantones de rosas, de pavos reales, de chinitos, de clavelitos, de flores grandes, de uvas, de rosetones... Algunos, por su originalidad o por su especial significado, han logrado mantenerse al margen de las modas: es el caso de los mantones de macetón y los de cigarreras. El primero de ellos responde a un diseño que mezcla los tradicionales tallos de bambú con canastas cuajadas de flores de todo tipo. En cuanto al segundo, recibe el nombre de las trabajadoras de la fábrica de tabaco de Sevilla, quienes añadieron a su vestuario cotidiano el mantón bordado casi exclusivamente con grandes rosas y claveles de brillantes colores.


Este proceso de adaptación ha determinado por hacer del mantón de Manila una prenda propia de la artesanía andaluza, que ha ido adaptando sus usos y diseños hasta hacerla una parte más de su tradición

USOS DEL MANTÓN:

A pesar de que en sus orígenes el mantón de Manila era una prenda de uso cotidiano, con el que las mujeres trabajadoras se protegían del frío al salir a la calle, el tiempo lo ha ido relegando a las grandes ocasiones. Hoy día, la mujer sevillana saca el mantón para enriquecer su vestuario dándole un toque festivo, elegante y femenino. Es costumbre llevarlo a la feria y a los toros, pero también se usa en cualquier otro momento que requiera un atuendo especial.

Otro uso que se da al mantón en tierras andaluzas, y que suele asombrar a quienes lo observan, es el engalanamiento de balcones en determinadas fiestas. Así, es tradicional que las casas de las calles por las que pasan las procesiones del Corpus Christi en Granada, Sevilla y otras ciudades y pueblos de Andalucía cuelguen en sus balcones mantones de Manila, como un adorno más.



Estrella López Mayoral



Fuente: Nota sobre la historia y el uso del Mantón de Manila | AbacoArte - Tienda de arte y artesanía andaluza