Cita Iniciado por Kontrapoder Ver mensaje
Recientemente han vuelto a homenajear a las "treces rosas rojas" y les puesto una placa de homenaje de parte de todo el pueblo de Madrid, aunque a mí no me han preguntado.

¿Qué fue exactamente lo que pasó? Las fusilaron por haber participado realmente en el asesinato de un militar y su hija o bien las fusilaron como represalia por dicho atentado pero que habría sido cometido por otros de su mismo partido? En caso de que fuera esto último cierto, ¿cabría considerarse una acción injusta por la que deberíamos pedir sinceramente perdón?

Estoy muy confuso con respecto a este tema. En Internet sólo se encuentra la versión roja, que en la mayoría de los casos elude contar lo del asesinato del militar y su hija. Las versiones que he oído en el otro lado han sido en plan bruto, lo que es en parte comprensible, con frases del tipo: "que se jodan estas asesinas estalinistas". Pero no sé si ellas realmente produjeron el atentado o es la típica simplifación que se hace desde el bando nacional, como respuesta a las permanentes injurias de los rojos.

¿Alguien podría dar alguna orientación sobre el asunto?
Estas terroristas pertenecían a las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU) que era una filial del PSOE y del PCE que se unieron en el denominado Frente Popular para concurrir a las elecciones de 1936 las cuáles ganaron por un pucherazo electoral registrado por los historiadores (con documentos y las actas de la época en la mano) Manuel Álvarez Tardío y Roberto Villa García en el libro 1936. Fraude y violencia en las elecciones del Frente Popular. Las JSU, organización a las cuáles pertenecían las denominadas «13 rosas» se había encargado de la «depuración de elementos reaccionarios» en el Madrid durante la guerra llegando a organizar fusilamientos de «sospechosos reaccionarios» aunque su participación más criminal se halla en el asesinato de civiles en Paracuellos del Jarama.

En los documentos de la época del PCE se puede observar cómo las JSU estuvieron a cargo de las checas de Mendizabal 24, la de la calle Rimundo Lulio, la de Santa Isabel 46, la del Convento de las Pastoras de Chamartín y la de la calle Granda 4 en las que se ejecutaba sin juicio alguno por sospechas.

Las «13 rosas» fueron condenadas lógicamente a la pena capital, pero no estaba prevista su ejecución ya que al parecer se estudiaba el indulto de estas, pero todo ello cambió cuando el 29 de julio de 1939 un comando de las JSU asesinó al comandante Isaac Gabaldón, a su hija Pilar de 16 años –hubiera cumplido 17 unos días después- y al chófer que conducía el vehículo, Luis Díaz Madrigal. La acción terrorista decidió a la autoridad judicial a la ejecución de las sentencias de muerte que se encontraban paralizadas. Entre las casi 70 sentencias de los criminales responsables de los crímenes de Paracuellos del Jarama o las checas, se encontraban las de las «13 rosas».

Repasemos algunos nombres de las ajusticiadas y su historial; Ana López Gallego era la responsable de la rama femenina de las JSU. Recibía órdenes directamente de Manuel González Gutiérrez y había tenido una destacada participación en la organización del atentado frustrado que pretendían realizar durante el Desfile de la Victoria y que tenía como objetivo el asesinato de «la mayor cantidad de público asistente», como declaró ante el juzgado la propia terrorista. Su cometido era el trasporte del explosivo, para ello se valía de jóvenes militantes de entre 15 y 17 años que por su edad, no levantaban sospechas. Otra mujer ajusticiada, Joaquina López Laffite, esta fue la secretaria general del Comité Provincial de las JSU. Su casa se usaba para celebrar las reuniones de dicho comité y en ella se planificaron varios de los atentados que prepararon desde la organización juvenil comunista. Había organizado una red, en la que participaban varias de las 13 rosas, que preparaba a jóvenes comunistas para que asesinaran a cíviles «para alcanzar la Revolución». Carmen Barrero Aguado era miembro del Comité Nacional de la organización y una de las personas de mayor responsabilidad en la toma de decisiones junto a Pena, Rodríguez y Bascuñana, Pilar Bueno Ibañez era la mano derecha de López Laffite en el Comité Provincial y el enlace de ésta con Barrero, Dionisia Manzanero Salas era la responsable de mantener el contacto entre las diversas ramas del grupo terrorista y rendir cuentas ante Bascuñana, dirigente encargado de los comandos terroristas que perpetraban los atentados.