Batallas navales contra la Escuadra argelina (1751-1758)






La guerra naval en el Mediterráneo contra la flota pirata argelina, que tan sangrienta había sido durante el siglo XVI, todavía continuaba en el siglo XVIII. Los combates entre galeotas y buques menores abundaban, pero a veces tenían lugar importantes batallas entre buques de línea, de los que ya disponía la escuadra argelina.

En noviembre de 1751 tuvo lugar un famoso combate a la altura del Cabo de San Vicente entre los buques españoles Dragón y América de 60 y 70 cañones respectivamente, al mando del capitán de navío Don Pedro de Stuart (descendiente de los Estuardo) contra dos potentes navíos argelinos, el Danzig de 60 cañones (comprado a Prusia) y el Castillo Nuevo de 54. Iniciado el combate a las 5 de la tarde del 28 de noviembre, el Castillo Nuevo huyó rápidamente dejando sólo a su compañero.

El Danzig pese a todo presentó una gran resistencia, con ventaja porque estando los buques españoles a barlovento la gruesa mar les impedía abrir las portas de la batería baja donde estaban los cañones de mayor calibre mientras que el argelino sí que podía utilizar sus cañones más potentes.

El duelo artillero duró 3 días y la batalla fue muy dura. Al segundo día se cañonearon de lejos, pero al tercero el duelo volvió a ser a corta distancia. Finalmente en la madrugada del día 2 de diciembre se rindió el buque argelino.

Estaba tan destrozado que se hundió rápidamente apenas desembarcados los prisioneros. Murieron 200 argelinos de una tripulación de casi 600. Por parte española murieron 29 hombres. El Danzig era el buque insignia de la escuadra de Argel. Su otro buque más potente era el Castillo Nuevo que precisamente había conseguido huir de la batalla.



Siete años más tarde, el 2 de junio de 1758, se produjo otro importante combate a la altura del Cabo de Palos entre tres navíos españoles: Soberano, Héctor y Vencedor, al mando del Capitán de Navío Isidoro García del Postigo. Después de perseguir a dos grandes buques argelinos les dio caza a las cuatro de la tarde.

Uno de los buques argelinos resultó ser el Castillo Nuevo de 60 cañones y el otro la fragata Caravelle de 40 cañones. Aprovechando el viento favorable la fragata pudo huir perseguida por el Héctor pero el Castillo Nuevo fue acribillado a cañonazos por el Soberano y el Vencedor quedando completamente desarbolado y rindiéndose a la de la madrugada. Murieron 140 argelinos.

La Armada española había conseguido, por fin, su objetivo de neutralizar a los 2 mejores buques de la escuadra argelina. Los dos capitanes españoles fueron generosamente recompensados.
Rafael María Molina Sánchez. Historiador

Fuente: Historia de la Armada Española. Volumen 7. Cesáreo Fernández Duro. 1905. Reeditada en 1973



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