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Tema: El primer «e-book» nació en Ferrol

  1. #1
    Avatar de Hyeronimus
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    El primer «e-book» nació en Ferrol

    El primer «e-book» nació en Ferrol

    Una maestra patentó en 1949 un libro mecánico precursor del electrónico

    Rocío Pita Parada
    No fue Michael Hart, ni en Illinois, ni tampoco ocurrió en el año 1971. El primer libro electrónico lo inventó doña Angelita, una maestra ferrolana que se adelantó más de medio siglo a su tiempo. Lo acredita una patente de invención otorgada en 1949 y también el modelo de enciclopedia mecánica que se construyó, siguiendo sus indicaciones, en el Parque de Artillería de Ferrol.
    Ángela Ruiz Robles (1895-1975) visionó la era de las pizarras digitales con varias décadas de antelación. Una mente privilegiada y una profunda vocación por la pedagogía y la educación ideó el primer precedente del e-book con tres objetivos: aligerar el peso de las mochilas de los niños, hacer más atractivo el aprendizaje y adaptar la enseñanza al nivel de cada estudiante. Tomó forma en los talleres militares ferrolanos en una suerte de artefacto con carretes que en la década de los sesenta la prensa consideró que «rozaba el mundo de la abstracción». Se construyó con los materiales de entonces y por ello, consideran sus descendientes, no llegó a convertirse en libro electrónico. Constaba de dos partes: la primera, de conocimientos básicos: lectura, escritura, numeración y cálculo. Haciendo presión en abecedarios y números se formaban sílabas, palabras y lecciones. La segunda, funcionaba con bobinas, cada una dedicada a una materia. Todo bajo una lámina transparente e irrompible, con cristal de aumento. Y con luz, para que se pudiese leer en la oscuridad. Además, podía incorporar sonido con las explicaciones de cada tema. Todo en el tamaño de un libro, «de facilísimo manejo y peso insignificante», describía la propia autora.
    Los norteamericanos echaron el ojo al invento y hubo quien desde Washington intentó comprarle la patente «Libros cuyo funcionamiento es mecánico, eléctrico y a presión de aire». Sin éxito. Doña Angelita, maestra en Mandiá, la escuela obrera y directora del colegio Ibáñez Martín, quería que el invento se quedase en Galicia y sobre todo, en su ciudad, donde su figura ha sido recordada por el Concello de Ferrol. Un año de trabajo del programa municipal Ferrol en feminino que recupera la memoria histórica de las mujeres que construyeron ciudad, ha derivado en la publicación de un libro y la exposición itinerante que incluye la figura de Ángela Ruiz Robles. Además, la Festa do Libro e da Palabra, que se celebrará en la ciudad naval la próxima semana, incluirá una charla sobre la mujer que premonizó el libro electrónico, a cargo de una de sus nietas.
    El talento de Ángela Ruiz Robles, una de las pocas inventoras españolas en una época en la que la paridad era todavía ciencia ficción, se vertió en doce obras científicas y su labor fue reconocida con la Cruz de Alfonso X el Sabio.


    El primer «e-book» nació en Ferrol

  2. #2
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    Erasmus está desconectado Socio vitalicio
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    Re: El primer «e-book» nació en Ferrol

    Investigando los orígenes del libro electrónico




    El cambio de siglo ha traido consigo la revolución digital del mundo editorial, junto al consiguiente debate entre los defensores del libro tradicional de papel y los entusiastas de los prácticos eReaders. Pero, para nuestra sorpresa, ese debate tuvo su raiz en 1935, poco antes del comienzo de la Guerra Civil Española. Unos años después, en 1949, una maestra leonesa (gallega de adopción) ideó un soporte único para poder leer diferentes libros basado en unos carretes intercambiables con los textos escritos.

    Durante 1930, un año antes de que se proclamase en España la II República, se utilizó un microfilm como alternativa para guardar libros y partituras que se amontonaban en las estanterías de las bibliotecas. Para poder leer todos estos microfilms se creó una especie de prototipo de lector de libros mecánico, poco o nada parecido a los actuales eReaders, pero sin duda pionero de dicha tecnología.

    La imagen que encabeza este artículo, publicada por la revita EverydayScience and Mechanics en 1935, consistía en un lector de microfilms montado sobre una especie de trípode con un un proyector que mpermitía, según la mencionada revista, “fotografiar libros y poner las copias sobre el dispositivo para una examinación”. Es decir, que el dispositivo permitía grabar los microfilms, mover la pantalla en el ángulo correcto, pasar las hojas con un botón y ajustar el foco de la pantalla, tal y hacen hoy en día los libros digitales.

    Este tipo de ideas recuerdan a las ilustraciones del francés Villemard, que datan de 1910, y sobre las que hablamos hace un par de semanas, en las que se podía ver lo poderosa e inspiradora que es la imaginación humana.



    Ángela Ruiz Robles, precursora española del actual eReader, nació en Villamanín (León) en 1895, aunque pasó prácticamente toda su vida en Ferrol. Su personalidad inquieta y apasionada la llevó a inventar, escribir libros, fundar su propia academia, ayudar a los que pasaban por dificultades y, al mismo tiempo, cuidar de sus hijas.

    Entre sus innovadoras ideas destaca la Enciclopedia Mecánica que patentó en 1949, y que era en realidad un libro de texto para estudiantes que funcionaba con un sistema mecánico de aire a presión, al que se le podían colocar diversos carretes correspondientes a las diferentes materias, según relata la Agencia Sinc.

    El objetivo final de Ángela era facilitar la vida a todos los relacionados con los libros: a los niños en las escuelas, a los editores para ahorrarles el papel, a los autores para difundir sus obras. Pero La Enciclopedia Mecánica nunca se llegó a comercializar por falta de financiación, ya que la tenebrosa España de posguerra no avanzaba a la misma velocidad que la imaginación de esta admirable inventora. No obstante, en 1970, rechazó explotar sus patentes en Estados Unidos porque quería que fuera desarrollada en su país.

    La descripción de la patente es bien concisa a la hora de explicar el funcionamiento de esta revolucionaria enciclopedia: "Lleva unas bobinas donde se colocan los libros que se deseen leer en cualquier idioma. Por un movimiento de las mismas van pasando todos los temas, haciendo las paradas que se quiera".

    La Enciclopedia Mecánica disponía incluso también un hueco ideado inicialmente para colocar una calculadora, que finalmente no se instaló en el prototipo porque no existían dispositivos de cálculo tan pequeños. Lo mismo sucedió con la adición del sonido y la luz, a pesar de que ya estaban en la cabeza de Ángela Ruiz, como el condensador de flujo en la mente de Doc Brown.




    FUENTE

    Ya tenían que agregar ésto:

    "ya que la tenebrosa España de posguerra no avanzaba a la misma velocidad que la imaginación de esta admirable inventora".



    Imperium Hispaniae

    "En el imperio se ofrece y se comparte cultura, conocimiento y espiritualidad. En el imperialismo solo sometimiento y dominio económico-militar. Defendemos el IMPERIO, nos alejamos de todos los IMPERIALISMOS."







  3. #3
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    Re: El primer «e-book» nació en Ferrol

    Libros antiguos y de colección en IberLibro
    Ángela Ruiz Robles, maestra de escuela e inventora

    Cesáreo Jarabo 11/02/2022



    Angela Ruiz Robles nació en Villamanín (León) el 28 de marzo de 1895. Maestra de escuela e inventora.

    Una maestra de escuela que, preocupada por la educación de los niños, inventó y desarrolló un instrumento, del tamaño de un libro, habilitado para el estudio de todas las materias escolares y dotado de mecanismos lo convertían en un claro antecesor del libro electrónico.

    No fue el primer invento de esta maestra ejemplar. Antes de ejercer magisterio, en 1916, inventó un sistema taquigráfico. En 1917, accedió al magisterio, que comenzó a ejercer en la escuela de La Pola de Gordón (León), donde por acuerdo unánime de su junta municipal fue nombrada directora, cargo que le ocuparía sólo un año, pues ganó oposiciones y hubo de marchar a Santa Eugenia de Mendía, cercana a Ferrol, donde permanecería hasta 1928, en medio de una colectividad que la quería y que acabó dándole una distinción especial por su dedicación desinteresada. En 1928 se trasladó a Ferrol.



    A lo largo de su vida, ilusionada con su función de maestra, su vocación pedagógica la indujo a crear todo lo necesario para el mejor ejercicio de su función docente. Con clara vocación de servicio Ruiz Robles se preocupó por todos los ámbitos de la educación, dando especial importancia al aprendizaje intuitivo y al uso de las imágenes, sin dejar las puertas cerradas a ninguna posibilidad.

    Su labor docente la completaba escribiendo, dando conferencias, desarrollando su labor científica y pluriempleada en la academia de su propiedad, donde impartió clases a opositores de aduanas, correos, telégrafos y para el ingreso en altos estudios mercantiles. Sus tres primeros libros son: Compendio de ortografía castellana, Ortografía castellana y Taquigrafía martiniana abreviada moderna.



    Entre 1938 y 1970 Angela Ruiz publicó dieciséis libros de texto sobre diversas materias como ortografía, taquigrafía, mecanografía, gramática, historia y geografía. En dos de ellos, editados en 1938 y 1941, describía un sistema taquigráfico con el que escribir y traducir de manera más veloz gracias a una máquina con nuevos signos y caracteres enlazados de modo sencillo y sistemático, basados en las vocales martinianas, así llamadas en honor al grabador valenciano Francisco Martí Mora (1761-1827), fundador de la taquigrafía española (1802) e inventor, además, de la pluma estilográfica (1803).
    En 1944 realizó el proyecto del atlas científico-gramatical, con la finalidad de dar a conocer España con gramática, sintaxis, morfología, ortografía y fonética.



    En 1945, ingresó en el Instituto Ibáñez Martín de Ferrol, del que sería directora entre 1949 y 1959, compaginando su función con su labor en la Escuela de San José Obrero, donde daba clases gratuitas nocturnas.

    Ruiz Robles en 1949, registró su primera patente: “procedimiento mecánico, eléctrico y a presión de aire para lectura de libros”. En la memoria descriptiva, dejaba expresados los objetivos de su invento: innovar la enseñanza para que fuese más intuitiva y amena, conseguir el máximo de conocimientos con un mínimo esfuerzo y adaptar el libro al progreso tecnológico (ejemplificado en la electricidad y los plásticos). Se trataba de que las lecciones de cada asignatura estuviesen separadas y dispuestas en diversas placas que al ser accionadas mediante unos sencillos pulsadores se elevarían (mecánicamente o por aire comprimido) hasta mostrarse al alumno a través de una pantalla de plexiglás transparente y con capacidad de aumento. El aparato también tenía previsto que la página, al mostrarse, se iluminara mediante un pulsador eléctrico (activando una pequeña bombilla alimentada con pila) o mediante fosforescencia. Al ser un invento dirigido a los niños, la inventora tuvo en cuenta que no fuera ni pesado ni voluminoso y de fácil manejo, por lo que debía ser construido con materiales ligeros (plástico, goma elástica, papel, cartulina).




    En esa fecha iniciaría su segundo proyecto de ingeniería: la “Enciclopedia Mecánica”, que estaba dividida en dos partes que se abrían o cerraban como en cualquier libro. En la parte de la izquierda, se encontraban unos abecedarios automáticos, con los que formar sílabas, palabras o pequeñas frases utilizando pulsadores mecánicos que, al ser presionados ligeramente, accionaban un dispositivo formado por trinquetes y ruedecillas de dientes de sierra que, a su vez, movía una rueda con el abecedario completo que giraba letra por letra mostrándose a través de una pequeña ventana. Debajo de estos abecedarios estaba previsto disponer de un plástico donde el alumno escribiera, dibujara o hiciera operaciones matemáticas.

    Pero la complejidad era superior: Consta de dos partes. En la de la izquierda lleva la mencionada serie de abecedarios automáticos, en todos los idiomas que con una ligerísima presión sobre un pulsador se presentan las letras que se deseen, formando palabras, frases, lección o tema y toda clase de escritos. En la parte superior de los abecedarios lleva a la derecha una bobina con toda clase de dibujo lineal, y en la de la izquierda otra con dibujo de adorno y figura. En la parte inferior de los abecedarios, un plástico para escribir, operar o dibujar. En elinterior, un estuche para guardar asignaturas. En la parte de la derecha van las asignaturas, pasando por debajo de una lámina transparente e irrompible, pudiendo llevar la propiedad de aumentos, pueden ser estos libros luminosos e iluminados para poder leerlos utilizando la propia luz. A la derecha e izquierda de la parte por donde pasan las materias lleva dos bobinas, donde se colocan los libros que se desee leer en cualquier idioma; por un movimiento de los misma van pasando todos los temas, haciendo las paradas que se quieran o queda recogido. Las bobinas son automáticas y puede desplazarse del estuche de la Enciclopedia y extenderse, quedando toda la asignatura a la vista; puede estar sobre una mesa (como los libros actuales) o perpendicular, facilitando comodidad al lector, evitando con ello gran número de esfuerzos intelectuales y físicos. Todas las piezas son recambiables. Cerrado, queda del tamaño de un libro corriente y de facilísimo manejo. Para autores y editores el coste de sus obras se aminora considerablemente, por no necesitar ni pasta ni encuadernado y queda impresa de una tirada, o cada una de sus partes.



    La enciclopedia mecánica era necesaria según sus explicaciones porque: «aligera el peso de las carteras de los alumnos, hace más atractivo el aprendizaje y adapta la enseñanza al nivel de cada estudiante. Portátil, que pese poco, de uso en casa y en el colegio, con la posibilidad de adaptarse a alumnos de todos los niveles y a los que tengan problemas de visión. Apoya al aprendizaje con sonidos. Enseña varios idiomas. Facilita el aprendizaje en la oscuridad incorporando luz. Da soporte para que otros maestros añadan sus propios materiales y aminorar costes». «Los libros mecánicos proporcionan muchísimas ventajas. El mío ha sido ideado para todos los idiomas y facilita grandemente el trabajo a profesores y alumnos. Ideo visual, responde al progreso del vivir actual y cumple las leyes de enseñanza general. Por su calidad de internacionalidad, facilita en el mundo el arte de enseñar a profesores, pedagogos, especialistas de la enseñanza. Es atractiva y práctica. Se trata de una pedagogía ultramoderna que actúa las realidades pedagógicas. Auxilia a la ciencia de la Enseñanza y creo que cumple los fines que me he puesto al idearlo».

    En 1962, y bajo la supervisión de la autora, se construyó un prototipo con unas dimensiones de 24 cm de alto por 22 de ancho y 6 de fondo, pesando en total algo más de 4,5 kg. El trabajo, realizado en bronce (abecedarios), madera (bobinas) y zinc (caja) se llevó a efecto en los talleres del Parque de Artillería de Ferrol… Sin embargo, los altos costes de producción impidieron su difusión comercial.

    En 1970 tuvo una propuesta para explotar económicamente su invento en los Estados Unidos, pero la rechazó porque quería que los beneficiarios fuesen exclusivamente los españoles. Un año después, la compañía Instituto Técnico de Especialistas en Mecánica Aplicada, S. A. (ITEMASA) se interesó por la enciclopedia y realizó un plan de viabilidad que preveía la fabricación de 10000 unidades en acero y plástico, cada una con un peso de 150 gramos y a un precio entre 50 y 75 pesetas (asequible a todas las familias). Pero, una vez más, la cantidad de dinero (100.000 pesetas) que la inventora debía desembolsar escapaba a sus posibilidades.

    En 1970, en Bruselas, el vicepresidente para España, delegado oficial para América Latina y director de la revista Técnica e Invención, declaró en la presentación de la investigación realizada por un equipo de científicos durante siete años en busca de inventos españoles:



    En 20 siglos, tanto en España como en otras naciones, les aseguro que en ninguno de los numerosos centros de investigación que hemos consultado existía referencia alguna sobre ingenios de origen femenino. Creo que la situación no es solo española, porque tanto aquí como en el resto de los países la mujer significó bastante poco. La única inventora española es Doña Ángela Ruiz Robles miembro de la Orden de Alfonso X el Sabio y poseedora de numerosos premios nacionales e internacionales a la invención. Doña Ángela se encuentra representada en esta Exposición por tres ingenios verdaderamente importantes en lo que a la enseñanza se refiere: la máquina taquimecanográfica, un atlas lingüístico gramatical y la enciclopedia mecánica que ha sido aprobada por el Ministerio de Educación y Ciencia para texto de enseñanza.



    Además de las distinciones ya mencionadas, Ruiz Robles recibió otros galardones y condecoraciones: Medalla de Oro y Diploma en la Exposición Nacional de Inventores (1952), Lazo de la Orden de Alfonso X el Sabio (1956), Óscar a la Invención en la Feria de Zaragoza (1957), Medallas de Bronce (1957 y 1958) y de Plata (1963) en la Exposición Internacional de Inventores de Bruselas, Medallas de la Exposición Iberoamericana de Sevilla (1964), del Salón Internacional de Inventores de Ginebra (1970) y del Salón de la Inventiva de Madrid (1970). Fue nombrada gestora delegada de la Agrupación Sindical de Inventores Españoles (1959) y jefa provincial de la Federación Politécnica Científica de Inventiva Internacional (1973). Ángela Ruiz Robles falleció en Ferrol el 27 de octubre de 1975.



    https://espanaenlahistoria.org/perso...a-e-inventora/

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