Re: Respuesta: Todas las poesias
MarÍa manuela, ¿me escuchas?
Yo de vestíos no entiendo,
pero... ¿te gusta de veras
ese que te estás poniendo?
Tan fino, tan transparente,
tan escaso y tan ceñío,
que a lo mejor por la calle
te vas a morir de frío.
Te sienta que eres un cromo,
pero cámbiate de ropa,
si es un instante, lo justo
mientras me tomo esta copa.
Ponte el de cuello cerrao
que te está de maravilla
y que te llega dos cuartas
por bajo de la rodilla.
Cada vez que te lo pones
te encuentro tan elegante
que dentro de mí murmuran
los duendecillos de un cante.
"La rosa que me entregaron
al pie del altar mayor
lleva las sayas cumplías
y nadie le ve el color".
Pero antes de que te vistas
coge un poco de agua clara
y afuera los melinotes
que te embadurnan la cara;
ni más carmín, ni más cremas,
ni más tintes en el pelo;
no te aguanto más colores
que los que te puso el cielo.
Se acabó enseñar las piernas,
y los brazos, y el escote,
y el rostro no te lo pintes
ni aunque te salga bigote;
que te hizo Dios tan hermosa
como una rosa temprana
y se va a enfadar contigo
por enmendarle la plana.
Y a tu prima le devuelves
la pulsera de brillante,
son mucho lujo esas piedras
pa la mujer de un tratante.
Te quiero guapa y sencilla
como yo te conocí,
no tienes que engalanarte
pa nadie más que pa mí.
Ni más zapatos de Gilda,
Ni más turbantes de raso;
para presumir te sobra
con cogerte de mi brazo;
y como un día te vea
que enciendes un cigarrillo
vas a echar, entrañas mías,
el humo por los tobillos.
No quiero que me pregunten
"Esa gachona, ¿quién es?,
¿una secretaria de esas
que beben champán francés?"
Ni tú eres mujer moderna
ni quiero que lo aparentes
que yo te prefiero antigua
y oliendo a mujer decente.
Que con el triguito limpio
toito er mundo te compare,
que por defuera y por dentro
te parezcas a mi mare.
¿Te cambiaste ya el vestío?
Pues andando p'al teatro,
ya verás tú con qué envidia
nos contemplan más de cuatro:
"¡Vaya un marío con suerte
y una mujer bien plantá,
es una vara de nardos
con la carita lavá!".
Y al salir yo te prometo
cantarte por alegrías,
lo mismo que te cantaba
cuando tú eras novia mía:
"Mi novia es la más hermosa
y no se pinta la cara
la tiene como una rosa
tan sólo con agua clara".
El barco de mis amores
no tiene más que una vela
remendaita y graciosa
igual que María Manuela.
Se conforma mi niña con un vestío
y le basta y le sobra con un marío.
De percal que se ponga,
¡viva el salero!,
es mi María Manuela
la reina del mundo entero.
Rafael de León
Re: Respuesta: Todas las poesias
EL ROMANCE DEL FEO
Ya se me olvidaba, amigos,
que ayer prometí contaros
los motivos y razones
de por qué soy Legionario.
Mientras leía esta carta,
los estaba recordando. Yo era el chaval más humilde,
más bueno y más desgraciao
que se inscribe en los Padrones
de la Cabecera al rastro.
Y aunque mi madre era guapa,
según los que la trataron,
mi padre fue por lo visto,
de un feo tan exaltado,
que se miró en un espejo
y, al verse, palmó en el acto.
Y esta cara fue la herencia
que mis papás me dejaron:
moreno-verde-aceituna,
pelos tiesos, chiquitajo.
Nadie me llamaba Antonio,
que es así como me llamo,
sino "El Feo".
Con el nombre
de "el Feo" me bautizaron
las comadres que llevaban
a su retoño en brazos diciendo:
"rey del mundo, tesoro,
mi cielo, mi encanto.
Yo jamás supe lo que era
ni de limosna un halago.
De pequeño, me vengaba
de los chavales del barrio:
“pata'as” en la espinillas,
mohicones, cascotazos,
¡que a éste le quito la gorra!,
¡que tumbo a aquel otro en el fango!
¡Que polvos de pica-pica
por el “cogote” a puñaos!
Y al que pesco en una fuente,
le empujo, y al agua pato.
De "el feo" todos decían
que era de la piel del diablo,
y "el feo" todas las noches
se adormilaba llorando.
Y al fin le salió la barba;
allá va mocito honrao
que sabe ganarse a pulso
la vida con su trabajo.
Le siguen llamando "el feo";
¡qué más da, si al fin y al cabo
los hombres pueden ser hombres
aunque no estén ondantaos!
¿De novias?, ¿con mi carita?,
pa' que iba a meterme en gastos;
le digo a cualquiera en vilo
y al verme le da el colapso.
Pero el sí no se presenta
cuando menos lo esperamos;
un chaval que lo bautizan
a escote los de mi patio,
una madre, que en los ojos
lleva escrito el desengaño.
Yo, que me muero de pena,
que me doy tres latigazos,
que se me olvide mi rostro,
que me acerco al cristianao,
y en una copla, a la madre,
mi corazón le regalo:
con esa flor de tu rama,
voy a hacer una caridad,
yo tengo cuatro apellidos,
los cuatro le voy a dar,
como si fuera hijo mío
y lo cumplí, a los tres meses
yo era ya un hombre casado
con una mujer bonita, seria,
leal y de buen trato,
y con un chaval
que en el alma
yo me puse a caballo.
Los que me llamaban "Feo"
me lo siguieron llamando,
y con razón, pero nunca,
ella jamás puso tal nombre
en sus labios y yo, se lo agradecía.
Y así vivimos tres años
sin ella decirme "el feo"
ni yo recordarle el pasado.
Recuerdo que fue un domingo...
Yo llevaba al chiquillo en brazos
cuando una sombra
en la puerta me preguntó:
—¿Está la Rosario?
—Está para mí — le dije,
que pa' usted ya la enterraron.
—Pues vengo a resucitarla
y a llevarme ese “macao”,
porque lo feo se pega
y usted lo es un rato largo.
No dijo más, ni un suspiro,
cayó como cae un árbol
cuando lo siegan de golpe
los cien cuchillos de un rayo.
Pero ella, sí que me dijo,
viendo en tierra aquel guiñapo.
http://www.elbajio.com/literatura/bo...legionario.gifMe lo dijo sin palabras,
me miró de arriba abajo
de una manera tan fina,
diciéndomelo tan claro
que nunca pensé que un mote
pudiera hacer tanto daño.
Los jueces dijeron: —¡libre!
Yo respondí: —¡condenado!
¿A quién vuelvo yo mis ojos?
¿Dónde encamino mis pasos?
y la Bandera de España
me contestó: —A mí, ven,
que yo seré tu madre,
y te daré gloria y amparo,
te enseñaré el secreto
de andar con la frente en alto
y te haré novio de la muerte,
que es la novia de los guapos. Y aquí estoy con esta carta,
que hoy ha llegado a mis manos,
donde un chiquillo me dice:
—Papá, tengo tu retrato,
me gusta mucho que seas
Caballero Legionario,
porque con ese uniforme:
¡Mecáchis que sí estás guapo!
Rafael de León
Re: Respuesta: Todas las poesias
SI:...
SI
Puedes conservar tu cabeza, cuando a tu rededor
todos la pierden y te cubren de reproches;
Si puedes tener fe en ti mismo, cuando duden de ti
los demás hombres y ser igualmente indulgente para su duda;
Si puedes esperar, y no sentirte cansado con la espera;
Si puedes, siendo blanco de falsedades, no caer en la mentira,
Y si eres odiado, no devolver el odio; sin que te creas,
por eso, ni demasiado bueno, ni demasiado cuerdo;
SI
Puedes soñar sin que los sueños, imperiosamente te dominen;
Si puedes pensar, sin que los pensamientos sean tu objeto único;
Si puedes encararte con el triunfo y el desastre, y tratar
de la misma manera a esos dos impostores;
Si puedes aguantar que a la verdad por ti expuesta
la veas retorcida por los pícaros,
para convertirla en lazo de los tontos,
O contemplar que las cosas a que diste tu vida se han deshecho,
y agacharte y construirlas de nuevo,
aunque sea con gastados instrumentos!
SI
Eres capaz de juntar, en un solo haz, todos tus triunfos
y arriesgarlos, a cara o cruz, en una sola vuelta
Y si perdieras, empezar otra vez como cuando empezaste
Y nunca mas exhalar una palabra sobre la perdida sufrida!
Si puedes obligar a tu corazón, a tus fibras y a tus nervios,
a que te obedezcan aun después de haber desfallecido
Y que así se mantengan, hasta que en ti no haya otra cosa
que la voluntad gritando: ?persistid, es la orden!!?
SI
Puedes hablar con multitudes y conservar tu virtud,
o alternar con reyes y no perder tus comunes rasgos;
Si nadie, ni enemigos, ni amantes amigos,
pueden causarte daño;
Si todos los hombres pueden contar contigo,
pero ninguno demasiado;
Si eres capaz de llenar el inexorable minuto,
con el valor de los sesenta segundos de la distancia final;
Tuya será la tierra y cuanto ella contenga
Y -lo que vale más- serás un hombre! hijo mío!
Kipling