Aído, "la Bibi"

¿Qué se puede hacer con alguien así? :cool: Como no tiene bastante con las miembras y su inmensa e inenarrable contribución a la lengua de Cervantes; como tampoco es suficiente con haber llevado a cabo la elaboración de la "Ley de Genocidio Asistido para los No Nacidos", basada en enjundiosas deliberaciones "científicas" :tonto1: acerca de si a las 13 semanas NO son humanos, es decir, son algo, una cosa, un ente, que teniendo vida, ésta no es humana, mientras que a las 15 semanas SI se trata de humanos :toyenfermo:, pues ahora se define políticamente:

"Molesta que alguien como yo esté ocupando poder, un poder que me corresponde, que de manera natural es mío."

:toyperdido::toymareado: Los subrayados lo están a propósito, remarcando toda la intencionalidad. ¿Pero quién se ha creído ésta que es? reconoce explícitamente su total y completa ineptitud e incapacidad, "alguien como yo" donde a las claras admite que NO DEBERÍA ocupar el puesto que ocupa.

Pero la cosa es más seria todavía, le ha faltado hablar en mayestático para decirnos: "un poder que NOS corresponde, que de manera sobrenatural por encima de la naturaleza es NUESTRO". Digo que le ha faltado decirlo y es de agradecer :lareverencia: porque hay risas que son insanas. Pero sería de sumo interés saber en qué "fundamento empírico" se apoya para soltar semejante bufonada.

Y lo ha balbuceado ante la apabullante e incesante lluvia de críticas hacia ella y "su" nefasta y criminal gestión. Para ella, este país "es una mezcla entre la misoginia y la gerontocracia". O sea, que yo mismo soy un misógino por ponerla de "chúpame domine" y no apoyar ni aplaudir sus marranadas y, además, manifiesta su más completo desprecio a cualquier persona mayor que ella que no le ría sus estupideces mientras cobra a base de bien de nuestros bolsillos.

Se "fabrica" para si una pretendida legitimidad de ejercicio incuestionable y no se le cae la cara de vergüenza. Esto es una muestra de lo que tenemos, de lo que se soporta todos los días y así año tras año, pero cuantos más pasen menos les quedan a éstos.

Mariló Montero es periodista, casada con el también periodista Carlos Herrera y madre de una adolescente. Por esta razón escribió un artículo en el "Diario de Sevilla" el 21 de marzo del año pasado, 2009, bajo el título "No se lo digas a mamá". No ha perdido ni una coma de actualidad y, de hecho, nunca lo hará mientras siga en vigor esta ley criminal que permite un genocidio sin causa y sin castigo para los promotores e infractores de la Ley Natural y la Ley de Dios.

Por supuesto, esta periodista pertenece a ese sector, amplísimo por otro lado, de esta sociedad hipócrita que no dice un ¡NO! absoluto al aborto, sino que se queda en una especie de limbo moral en el que según los casos, pues... Pero los argumentos que esgrime son más los gritos de una madre en defensa de su hija frente a las agresiones de un gobierno infame. Gobierno que canta una nueva Internacional que empieza por: "En pie, tiranos de la tierra, en pie criminal legión..."


"Me gustaría saber la identidad de los nueve expertos en los que la ministra Bibiana Aído se escuda para defender que una niña de dieciséis años pueda abortar sin consultar con sus padres (Lo que importa es que pueda hacerlo sin dicha consulta).

Me gustaría saber de qué son expertos y si son padres o madres.

Me gustaría saber en qué se fundamentan para decir que dejar tan dramática situación en manos de una adolescente aterrada es lo mejor para ella.

Me gustaría saber si se han parado a pensar que esa criatura, tras mantener una relación sexual precipitada, va a empezar a sufrir lo que la literatura científica ya ha diagnosticado ante el aborto.
El síndrome del aborto reúne quince síntomas psicológicos que van desde la angustia al sentimiento de culpabilidad, la ansiedad, los terrores nocturnos, la depresión, los transtornos de alimentación o de la vida sexual. Síntomas que pueden llegar a aparecer, dicen los psicólogos de la Asociación de Víctimas del Aborto incluso años después de haber abortado., me gustaría conocer los fines de esta Asociación, pues las principales víctimas del aborto son los "abortados" ¿o no?

Me gustaría saber con qué valor lanza la joven ministra Aído, con una sonrisa, como quien anuncia un anticonceptivo novedoso, que una niña de dieciséis años está tan capacitada para abortar como para casarse. Una niña de dieciséis años no está capacitada para abortar ni para casarse, por mucho que se esté normalizando lo que son parches en la vida. Una cosa es que lo haga y otra bien distinta la sacudida que la vida le da a una adolescente casada, quien sale adelante gracias a los apoyos de la familia.

Me gustaría saber quién le va a informar a una adolescente de dieciséis años de que si se queda preñada puede abortar sin decírselo a los padres y también en quién se va a apoyar ante semejante circunstancia. ¿En la mamá-administración, o en su mejor amiga, con la que intercambia los vaqueros e inventa en su habitación coreografías de Beyoncé?

Me gustaría saber si esos expertos conocen lo que es ser padres y las complicaciones a las que nos enfrentamos para conquistar la confianza de nuestros hijos en la difícil adolescencia.

Me gustaría saber el protocolo de actuación que se llevará a cabo cuando una niña de dieciséis años acuda al centro para abortar y cómo será tratada.

Me gustaría saber qué pretenden con esta propuesta de ley, que autoriza a que se rompa la confianza entre hijos y padres.

Y me gustaría saber qué se pretende de los padres el día que nuestra hija decidiera abortar en soledad. ¿La recibimos con un aplauso? ¿Le damos sopa caliente? ¿Le preguntamos si llegó a ponerle nombre? ¿O quién habría sido el padre? ¿Debemos obviar el tema, o celebrarlo con una barbacoa? ¿Trae esas instrucciones la nueva reforma de la ley del aborto? Una cuestión más: ¿meterán en la cárcel a una madre que le discuta esa decisión a su hija adolescente? ¿O es la ley del "No se lo digas a mamá porque no la necesitas"Señorita Aído, me gustaría saber si mi hija ha abortado sola. Porque soy su madre."

Podemos observar que lo único importante es que la hija (léase hijas en general), diga que va a abortar o no. En modo alguno se trata de lo que pasa con la criatura, así la única referencia clara está en la pregunta "¿Le preguntamos si llegó a ponerle nombre?".

Hasta en eso qué absurdo, porque la verdad es esta: "pese a ponerle nombre lo mataste a continuación". Entiendo perfectamente que la carta-artículo es, como dije, el grito de una madre en defensa de su hija, pero no lo es en defensa de la vida de los inocentes , defensa que englobaría a su hija y a los no nacidos. En ese sentido, el único posible, es que usted Mariló Montoro y todos los que son como usted, han perdido la batalla mientras ellos la han ganado, y no hay más que ver las caras de esa legión de criminales, sus sonrisas de satisfacción y su frotamiento de zarpas.