El Faro del Llobregat. Vuelve Montilla.

No tendrá un gramo de ética en el cuerpo, pero es un crak de las finanzas. Aunque sólo sea por deformación profesional, a mí me interesa mucho el sub-mundo de los delitos económicos, esos que la literatura forense llama de cuello blanco. Y tengo que reconocer que algunos montajes delictivos son verdaderas obras de ingeniería que ríete tú de la NASA. Siempre me ha parecido maravillosa, por ejemplo, la trama que se cuenta en esa película encantadora, Mickey, ojos azules, donde la Mafia blanqueaba el dinero procedente de las extorsiones a través de subastas falsas de arte, donde los cuadros que se subastaban eran auténticos bodrios, pintados por el hijo del Capo, que los empresarios chantajeados compraban en pública subasta a precios astronómicos.

Hoy en La Mañana de COPE hemos escuchado una historia que tiene pinta de ser muy semejante y que debería figurar en el manual del buen corruto. Parece ser que el inefable ministro Montilla fundó, junto con otros tres alcaldes de la zona y otro cargo más del PSC, una revista llamada El Faro de Llobregat; dicha revista de información municipal se constituyó como negocio enteramente privado, a riesgo y ventura pues de los cinco políticos-socios.

Sucede que esta revista, cuya introducción e interés tienden a cero (se distribuye gratuitamente con… ¡eso es! ¡Con el periódico de Franco!), se benefició rápidamente de cuantiosos ingresos por publicidad, la mayor parte de la cual procede de empresas constructoras, inmobiliarias y también publicidad institucional. Prescindamos por un momento del escándalo per se que es colocar publicidad institucional en la revista propiedad de los alcaldes publicitantes. Fijémonos ahora, dicho a los meros efectos dialécticos, qué fácil es decir a los empresarios “invitados” a pagar las reconocidas comisiones ilegales del 3% por llevarse licitaciones públicas que, para hacer efectiva dicha comisión, deben contratar a precio de oro espacios publicitarios en una revista cuyos propietarios son los beneficiarios finales de las comisiones ilegales. El constructor se deduce su factura, los beneficiarios justifican sus ingresos disfrazándolos de honrado fruto de la iniciativa empresarial y aquí paz y después gloria.

¿Son o no son unos artistas?

De comprobarse que esta especulación es cierta, tendríamos completo al menos un cuarterón del retablo de la corrupción catalana, y los tiros apuntarían a esa casta de alcaldes catalanes de izquierdas que siempre están en el ojo del huracán. Entre ellos, precisamente, uno de los socios de “El Faro del Llobregat”, Antonio Pérez, ex-alcalde de Esplugas inhabilitado por prevaricación. Cosas de la cabra, que tira al monte. Los otros tres socios además de Montilla y Pérez son Agustín Marina, alcalde de Casteldefells; el alcalde de Hospitalet, Celestino Corbacho; y el Consejero de Industria, Rañé.

Cuando, a instancias de un denunciante particular, un juzgado de Gavá interesó los datos relacionados con la revista, Montilla afirmó haber donado sus acciones a una Fundación sin ánimo de lucro… que resultó ser la Fundación Utopía, propiedad de su mujer y domiciliada en la propia sede del PSC.

Por cierto, una demostración más de la precipitación con que el PSOE tuvo que hacerse cargo de un poder que no contaba con conquistar, es el escaso cuidado con que han procedido en todo, incluyendo la falta total de disimulo con que Montilla sigue figurando como cargo social de numerosas empresas vinculadas con la vida municipal de Cornellá. Cualquiera que se dirija al Registro Mercantil verá que Montilla es o ha sido cargo social en:

- TECSAL SA
- COMPAÑÍA DE EMISIONES Y PUBLICIDAD SA
- AGENCIA DE COMUNICACIÓN LOCAL SA
- WTC ALAMEDA PARK SA
- PROMOCIÓ ECONÓMICA DE CORNELLÁ SA
- DESARROLLO URBANO DE CORNELLÁ SA
- SOCIEDAD DE GESTIÓN COMARCAL SA
- SOCIEDAD PRIVADA DE GESTIÓN DE APARCAMIENTOS DE CORNELLÁ DE LLOBREGAT SA

Se conoce que el trabajo de alcalde deja mucho tiempo libre.

Actualización:

Manel, el revólver más rápido al oeste del Pecos, me envía este interesante enlace en relación con el proceso de Gavá: La Veritat.