Alemanes "exportan" a sus abuelas a Polonia en busca de mejores cuidados
Cientos de familias germanas han decidido enviar a sus familiares a centros de ancianos de su país vecino debido a los menores precios y a la mejor calidad de vida que ofrece.
Bloomberg | Actualidad | 11:31 hrs
Sonja Miskulin ha olvidado a su adorado gato, Pooki. No recuerda si tiene nietos ni el viaje de nueve horas que hizo un domingo reciente en el que se despidió para siempre de su hogar en Alemania.
La ex traductora, que padece demencia y está en silla de ruedas, celebró su cumpleaños número 94 en un hogar para ancianos de Polonia al que su hija la envió en un intento de brindarle una vida mejor y más accesible.
Miskulin se ha sumado a la vanguardia de un controvertido movimiento de emigración a residencias para ancianos enfermos. La tendencia de “exportación de abuelas” ha generado críticas en Alemania, donde un importante diario de Múnich la calificó de “colonialismo gerontológico” y la comparó con los países que exportan su basura. Sin embargo, cada vez son más las familias como las de Miskulin, que dicen que es su mejor opción para proporcionar una vejez digna a sus padres ancianos –y ahorrar dinero- dada la falta de atención de calidad accesible en su país. Uno de cada cinco alemanes consideraría en la actualidad una residencia para ancianos en el exterior, según una encuesta de marzo de TNS Emnid, una de las mayores firmas encuestadoras de Alemania.
“Lo único que puedo decir es: hijos, cuando sus padres envejezcan, envíenlos a Polonia”, dijo la hija de Miskulin, Ilona von Haldenwang, que tiene 66 años.
Los ancianos que emigran de Alemania son un indicio de un desafío de magnitud global. A medida que declina la tasa de natalidad, crece la expectativa de vida y la generación de los baby boomers envejece, las Naciones Unidas estiman que la población mundial de personas mayores de 60 años llegará a más del triple para 2050, a 2.000 millones. Mientras tanto, hasta para los ancianos que cuentan con la protección de asistencia gubernamental en países como Alemania, el costo de la atención en un geriático se va haciendo prohibitivo con rapidez. Se estima que el gasto alemán en atención prolongada para personas mayores aumentará de 1,4% del producto interno bruto a 3,3% del PIB para 2060, dijo la Comisión Europea en un informe del año pasado.
El nuevo hogar de Miskulin es un pintoresco centro de esquí polaco llamado Szklarska Poreba. Su hija eligió el lugar después de estudiar el sitio web del centro y mantener una reunión con un operador de la residencia. Lo que comenzó como un acto de desesperación –exportar a su propia madre-, pronto empezó a cobrar sentido.
Durante cuatro años, Von Haldenwang observó con creciente pesar cómo se deterioraba la salud de su madre en lo que describe como un centro alemán muy mal administrado que tenía, además, un fuerte peso en sus finanzas. Ahora, a un costo de alrededor de un tercio de lo que pagaba en Alemania, Sonja vive en una lujosa mansión centenaria restaurada donde le sirven buenas comidas, cuenta con atención médica las 24 horas y recibe el tratamiento que necesita.
Fuente: PULSO
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