En lo personal que Dios lo haya acogido en su seno, era católico y ha muerto habiendo recibido la extrema unción, pero deja una España desecha moralmente, más dividida que nunca y a punto de fragmentarse, no puede ser un legado político peor. Junto con el actual Jefe del Estado, ambos hicieron unos juramentos ante Dios y unas promesas a España que traicionaron.

Ahora tendremos durante unos días los mantras habituales de loas y el que buenos son que nos llevan de excursión", en los que ensalzarán su figura, harán panegíricos hasta la náusea, la gente se rasgará las vestiduras, surgirán plañideros por todas partes, nos contarán una vez más lo bueno que fue y lo malo que fue Franco, tenemos tres días negros de luto nacional por delante, funerales de Estado y políticos de todo pelaje chupando cámara haciendo declaraciones que aburrirán a las moscas. En resumen, toda la fanfarria típica añadida en estos casos, como si la cotidiana no fuese ya bastante.

Lo cierto es que nadie se sabe o tiene claro como llegó al poder, nadie se acuerda preguntar porqué lo cesaron, nadie se acuerda que todos los que ahora lo aclaman le dieron la espalda, nadie se acuerda que fue abriendo la puerta a todos los males que hoy afectan a España, y nadie se acuerda que todos acabaron dándole la patada, ¿qué significan por ello tantos golpes de pecho ahora? Por su alma una oración, por su obra que la historia lo juzgue a la luz de los resultados, para los que ahora lo lamentan, un corte de mangas.