En el Ebro, sin enemigos

  1. • Antiguos combatientes de los dos bandos que se enfrentaron en la guerra civil se abrazan en Corbera d'Ebre
  2. • Juntos ponen un monolito para perpetuar la voluntad de reconciliación y de paz
Recuerdos. Antiguos soldados de la República y de Franco, ayer. Foto: JOAN PUIG

SÍLVIA BERBÍS
CORBERA D'EBRE


"Mientras disparaba, pensaba: ¿qué me ha hecho a mi esta gente, para que les esté matando?, pero claro, ellos también me disparaban a mi", recuerda Pere Godall. Este excombatiente republicano, enrolado con 17 años en la quinta del biberón, pasó directamente del instituto de segunda enseñanza al frente del Ebro. "No tenía ningún ideal político, solo ganas de volver a casa y de tocar el piano", rememora. A sus 85 años, no quiso faltar ayer al primer acto institucional de reconciliación histórica que ha convocado el Ayuntamiento de Corbera d'Ebre.

Frente a la fachada de la imponente iglesia semidestruida por las bombas en el pueblo viejo de Corbera, Godall, en representación de los biberones, aviadores de la República y carlistas del Tercio de Nuestra Señora de Montserrat se estrecharon las manos entre silencios rotos por alguna frase de cortesía y tímidas bromas sobre la edad. Han transcurrido 67 años desde que acabó la guerra civil española (1936-1939).

"Esto llega muy tarde, no acabo de entender porqué ahora, aunque también es cierto que la guerra de secesión americana acabó hace un siglo y aún existen animadversiones", comentó Ricardo Vilar, requeté. Otros excusaron su asistencia. "Los legionarios y el conseller de Relacions Institucionals de la Generalitat, que a última hora declinó la invitación", recriminó el alcalde, Aquilino Conesa (CiU).

Los excombatientes, sin embargo, parecían sentirse más cómodos sin políticos: "Estos actos son extraordinarios si no aparecen los políticos", aseguró Juan María Ferrer, que cuida en Villalba dels Arcs un pequeño museo dedicado al tercio de Montserrat. Ferrer remarcó que la hermandad surgida del tercio "es completamente apolítica y se dedica a rezar por los muertos y para que no vuelva a venir nunca una debacle como ésta".

Ricardo Vilar asintió: "Está en el espíritu de todos que ésto no hubiera tenido que pasar nunca, pero pasó. Había problemas, pero si hubiéramos tenido más serenidad, todo se hubiera tenido que parar". Pero no paró, y en las conversaciones de ayer, entre anécdotas, surgió la cuestión de los muertos. "Un millón, ¿os dáis cuenta de lo que es eso?", comentaban entre sí. "En mi batallón éramos 1.000 y en el combate más serio quedamos solo 200", explicó Godall. Los aviadores admitieron: "Los héroes estaban en tierra; nosotros hicimos una guerra más cómoda ".

Compromiso

"No sabéis lo bonito es esto que hacemos aquí", afirmó un biberón, mientras instaba al alcalde a repetir cada año la iniciativa. "Esto se acaba, quedamos muy pocos, pero con estos actos se demuestra que no hay que guardar ningún rencor", añadió. Y como testimonio, una placa bajo un olivo cuya inscripción suscitó los aplausos de unos y otros: "No hay caminos para la paz, la paz es el camino".

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(Llevado por Lo Mut al foro carlista)