Declaración del veinticinco de mayo
Hoy hace ciento noventa y siete años «deliberó la Junta con asistencia del Real Acuerdo, y por el que se celebró en el día de hoy, llevar á efecto el armamento del Ejército Defensivo Asturiano, en obsequio de la Religión, de la Patria, y de la común felicidad».
Como en años precedentes, la Junta Carlista del Principado, sucesora de los ideales (que eran y son los de Dios, Patria, Fueros y Rey) y de la legitimidad de aquella Junta General (con la que nada tiene que ver el inútil parlamento ovetense) se dirige a los asturianos en esta fecha, la más alta de nuestra región desde la de Covadonga. Como en aquella fecha, lo hace con la urgencia de ver a Asturias y a España en trance de desaparición.
También en 1808 hubo perezosos y colaboracionistas que rechazaron la voluntad de resistencia de nuestros antepasados. También entonces hubo entre nosotros afrancesados, enemigos de nuestra Fe, de nuestras libertades y de nuestras tradiciones.
Perezosos, colaboracionistas y afrancesados llevan mucho tiempo en el poder. Los frutos de su alianza son la destrucción económica, social y moral de Asturias, el desmantelamiento de su industria, el abandono de su agricultura y el aceleramiento del deterioro de su patrimonio natural e histórico.
Las hordas napoleónicas son ahora las de la Unión Europea y su Tratado Constitucional (que en el reciente referéndum recibió el rechazo cualificado de los asturianos). Los afrancesados son los defensores del laicismo, los enemigos de la familia y la pequeña propiedad, los amigos de los terroristas, los adalides del Islam; enemigos en suma de cuanto Asturias representa.
Colaboracionistas son también los que se entregan a un neoasturianismo acomplejado que inventa falsas señas de identidad y lanza llingües y otras cargas contra la convivencia, contra la economía regional y contra el sentido común. Y los que nos empalagan cantando los inexistentes lazos con Asturias de la familia y los allegados del Jefe de Estado constitucional, cuyo papel histórico se acerca más bien al de José Bonaparte.
Sufrimos, en fin, las consecuencias de la política afrancesada en toda regla del Gobierno de Madrid, enemigo de Asturias y sobre todo enemigo de España, empeñado en la desertización de nuestro Principado y en la destrucción de los restos de la Patria.
Necesitamos recuperar el espíritu de los alzados en 1808; reducir el poder de partidos, oligarcas y grupos de presión, y recuperar nuestras instituciones tradicionales. Salvarnos y salvar a España. Recuperar el espíritu del lema de nuestras banderas:
ASTURIAS NUNCA VENCIDA
Oviedo y Mayo 25 del 2005
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Comunión Tradicionalista del Principado de Asturias
Apartado de Correos 2.044 · 33080 Oviedo
Re: Declaración del veinticinco de mayo
A mí me vas a perdonar pero yo sigo sin entender cómo se puede ser antiafrancesado y borbónico, si alguien me lo puede explicar, encantado.
Por otra parte yo no tengo problema alguno con las fuentes, pero espero que los criterios no se me digan sólo a mí.
Un saludo.
