Dos de Enero, aniversario de la liberación de Granada de la opresión ismaelita. Pero todavía queda por liberar la España Transfretana


Liberación de Granada, por Francisco Pradilla
Hoy, dos de enero, los españoles de bien, por eso no algunos dirigentes del PSOE ni los del Partido Popular (que votaron padre de la "patria andaluza" a un renegado como Blas Infante), celebramos con alegría la liberación de Granada, una de las regiones más largo tiempo ocupada por la tiranía musulmana y el último lugar de España que vuelve a recuperar la libertad.


Otro dos de Enero, la Virgen vino en carne mortal a España, a las orillas del Ebro a impulsar la evangelización jacobea y a fundar la Hispanidad.





Parafraseando a Dámaso Alonso No puede ser azar, no. O, si acaso lo es, dejadme esta emoción que me llena al pensar que coincidan ambas fechas: la fundación de España espiritualmente y su liberación tras ochocientos años de opresión




Conversión de Recaredo, por Antonio Muñoz Degrain

Tras la aparición de la Virgen a Santiago la asunción del catolicismo por el pueblo español fue tan fuerte, que fue su elemento de unidad, logrando que se aceptara incluso por los vencedores en el campo militar, como la religión que representaba el Bien Común, como sucedió con los visigodos.


Hasta tal punto es consustancial el catolicismo con España, que el tercer Concilio de Toledo puede considerarse el nacimiento de España como entidad política histórica.


Por ello, y de forma singular, a pesar de una invasión musulmana que en otros lugares, tan romanizados como España, fue definitiva, Marías señala con acierto que es nuestra patria "la conquista árabe no fue nunca aceptada por los cristianos, ni siquiera de hecho” y "que fue vista como un contratiempo pasajero, incluso dos otres siglos después de haberse asentado los musulmanes en la Península, cuando ocupaban la mayor parte del territorio".




Batalla de Covadonga. J. Navia - J. Rodriguez (c.1790)

La liberación de España es coronada felizmente por los Reyes Católicos*, Fernando e Isabel, al apoderarse de Granada, último baluarte de la morisma y jalón final, que cierra con broche de oro la epopeya iniciada por Pelayo en Covadonga bajo la protección de la Santísima Virgen




La liberación de Granada, en versión de Rodrigo Alemán (sillería del coro de la catedral de Toledo)

Como indica Rodríguez de la Peña la Reconquista fue una guerra estrictamente defensiva**, ya que los territorios en disputa habían sido cristianos con anterioridad y por ello es una Guerra Justa frente a la violencia musulmana.

Claudio Sánchez Albornoz muestra como «Desde el siglo VIII en adelante , la historia de la cristiandad hispana es, en efecto, la historia de la lenta y continua restauración de la España europea; del avance perpetuo de un reino minúsculo, que desde las enhiestas serranías y los escobios pavorosos de Asturias fue creciendo, creciendo, hasta llegar al mar azul y luminoso del Sur... A través de ocho siglos y dentro de la múltiple variedad de cada uno, como luego en América, toda la historia de la monarquía... es también un tejido de conquistas, de fundaciones de ciudades, de reorganización de las nuevas provincias ganadas al Islam, de expansión de la Iglesia por los nuevos dominios: el trasplante de una raza, de una lengua, de una fe y de una civilización».

Y todo ello culmina con la liberación de Granada que, insisto, todos los españoles celebramos (pero no todos los ciudadanos administrativamente españoles celebran) con alegría no solo emocional sino racional, porque es la base de nuestra libertad social y espiritual.




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El Rey Fernando y la reina Isabel, liberadores de Granada en la Capilla Real


¿Qué es de ti, desconsolado?
¿Qué es de ti, rey de Granada?
¿Qué es de tu tierra y tus moros?
¿Dónde tienes tu morada?
Reniega ya de Mahoma y de tu seta malvada,
Que vivir en tal locura es una burla burlada.
Torna, tórnate, buen rey a nuestra ley consagrada,
Porque si perdiste el reino tengas el alma cobrada.
¡De tales reyes vencido honra te debe ser dada!
-¡Oh Granada noblecida, por todo el mundo nombrada,
Hasta aquí fuiste cautiva, y agora ya libertada!
Perdióte el rey don Rodrigo por su dicha desdichada;
Ganóte el rey don Fernando con ventura prosperada;
La reina doña Isabel, la más temida y amada,
Ella con sus oraciones, y él con mucha gente armada.
Según Dios hace sus hechos, la defensa era excusada;
Que donde él pone su mano lo imposible es casi nada.
Romance escrito y musicado por Juan del Encina


** Aunque sea en la que se concentran principalmente, la Reconquista, que culmina con la liberación de Granada, no es la única Cruzada en la que participan los españoles.


Pero hoy que celebramos la liberación de Granada recuerda que el Islam sigue ocupando la Hispania Transfretana


Cuando estoy con un soriano de Monteagudo de las Vicarías siempre me habla del tratado que se firmó en su pueblo entre entre Sancho IV de Castilla y Jaime II de Aragón.

Entre otros asuntos peninsulares y dinásticos el tratado también incluye un programa de reconquista entre las Coronas de Castilla y de Aragón del África hispana cristiana y perdida por la invasión islamista.

En ese tratado de Monteagudo corresponde a Castilla liberar el norte de África desde el río Muluya hasta Ceuta, al oeste, mientras que a Aragón se le atribuye la reconquista desde el citado río hasta Bugía y Túnez, al este.

Como resalta el profesor Ruiz Miguel es altamente significativo, y en modo alguno casual, que se trazara en el río Muluya la línea divisoria de influencia.

El Tratado de Monteagudo estaba reviviendo la frontera entre la Hispania Tingitana (que correspondía a Castilla) y la Mauritania Cesariense (que se atribuía a Aragón).

Para celebrar este encuentro creo pertinente volver a revindicar como exigencia histórica pero también de justicia religiosa y de seguridad nacional, la liberación de la Hispania transfetana, y vuelvo a retomar el tema.

Porque hay que recuperar la integridad hispana: finalizar la Reconquista de lo invadido




Mapa de Mauritania Tingitana



La historia de la España africana se remonta cuando menos a tiempos del Imperio Romano, cuando en el año 69 d.C. el emperador Otón agregó la provincia imperial de la Mauritania Tingitana, que tenía su capital en Tánger (Tingis), a la provincia Bética de la Hispania Ulterior y al convento jurídico de Cádiz, llamándola Hispania Transfretana (más allá del fretum -estrecho-).
"El emperador Otón, en prueba de estimación a la provincia de la Hispania Ulterior que él había mandado, y con el fin de que aumentara su comercio y la extensión de su gobierno, en el año 69 d.C. agregó la provincia imperial de la Mauritania Tingitana (que ocupaba dicha orilla sur hasta el río Malva o Muluya, y tenía su capital en Tingis-Tánger) a la provincia Bética y al convento jurídico de Cádiz (aunque posteriormente tuvo convento jurídico propio) llamándola Hispania Transfretana (o que está más allá del Estrecho o fretum).

Más tarde, el emperador Vespasiano dividió la
Hispania Ulterior en dos provincias: la Lusitania y la Betica, quedando la España transfretana unida a esta última.
Bajo Adriano (117-138), Hispania se dividió en las siguientes provincias: Tarraconensis, Carthaginensis, Gallaecia, Lusitania, Baetica y Mauritania Tingitana.
La Tingitania entonces tuvo su gobernador propio, que residía en Tánger y también recibió jurisdicción al crearse el Convento de Tánger.
El emperador Caracalla rebautizó esa provincia como Nova Hispania Ulterior Tingitana.
Posteriormente, con la reforma administrativa del Imperio que lleva a cabo Diocleciano (284-305) se reorganizó el Imperio creando las llamadas diócesis.
Una de ellas fue precisamente Hispania cuya capital, parece que estaba en Córdoba.
En el 297 la diócesis de Hispania comprendía las seis provincias antes referidas".

García Figueras. «Marruecos (la acción de España en el norte de África)»




Tras la desaparición del poder romano (430), la Mauritania Tingitana siguió formando parte de Hispania, con la Monarquía hispano-goda, hasta la invasión agarena.
Es comprensible por tanto, que la posterior Reconquista no sólo se dirigiera a recuperar la España peninsular, sino, igual que se recuperaron las Islas Baleares, también la provincia hispánica de la Tingitania como muestra, por ejemplo, el Testamento de Isabel la Católica.





Página del Testamento de Isabel la Católica en que pide la continuidad de la Reconquista para liberar norte de Afríca de la invasión agarena


La ocupación islámica de Mauritania ya dura demasiado tiempo.

Esta región formó parte del Occidente Cristiano, antes, por ejemplo, que Alemania, Inglaterra, Escandinavia, etc..



Mapa de las provincias romanas de Mauritania Tingitana, Mauritania Cesariense y Numidia.

No hay que renunciar a liberar estos territorios cristianos invadidos y ocupados por la fuerza por extraños que destruyeron la civilización.




Mosaicos en Volubilis (Mauritania Tingitana)


Y, como primer paso, defender los reductos de Ceuta y Melilla, rescatados, como Granada, en el siglo XV, focos de libertad del Africa invadida por el Islam


Anotaciones de Pensamiento y Critica