A mi me gustaría que alguno de los foristas con formación jurídica nos aclarase este aspecto sobre el aborto:

Sabemos el tratamiento que la horda gubernamental y asociados dan al feto como tal. Para la "miembra" es un "cacho canne" que estorba, molesta, afea la figura, compromete el "seso" seguro..., y toda la retahíla de mentecateces aberrantes que paren en sus podridas mentes.

Pero hay un aspecto del que nadie parece acordarse. El "nasciturus", el "no nacido", es decir, el que está en el vientre materno esperando el final de su formación para poder tener una vida propia y autónoma, resulta que es sujeto de derechos. ¿En qué sentido? pues en el de que cualquier persona física puede dejar la totalidad de los bienes, o una parte de ellos si hay otros beneficiarios, a dicho "nasciturus".

Supongamos una mujer encinta de dos meses, por ejemplo, pero que queda viuda por una grave enfermedad del marido y padre de ese hijo póstumo que, si todo sigue sus cauces naturales, nacerá siete meses más tarde. El padre, por expreso deseo ante notario, puede dejar sus bienes a ese "nasciturus".

Creo, y si no me equivoco, que estamos ante una flagrante contradicción en las leyes: si un "feto" puede ser sujeto de derechos por parte de sus padres antes del final de la gestación, tiene reconocimiento jurídico de ser una "persona" en gestación. Y si es "persona" para heredar, o para ser legatario si tiene al menos un hermano ya nacido, también lo es para todo lo demás. La conclusión es muy fácil: el aborto es un delito, el asesinato de una "persona" con premeditación y alevosía. Y puesto que se realizan los abortos por miles de miles, eso es un genocidio.

No estoy exponiendo los habituales argumentos morales y biológicos, pues es sabido que no sirven de nada para los genocidas. Pero me planteo si esta vertiente jurídica es cierta, que no me la imagino, porque caso de serlo, tal vez sea la grieta por la que se pueda empezar a desmontar la legalidad que no legitimidad, pues carece absolutamente de ella, del genocidio institucionalizado. Que conste que me sorprende que este aspecto no haya sido demasiado tratado y, particularmente, porque hay muchos profesionales del Derecho que son declaradamente anti-abortistas.