La pornocracia contra la familia
LA PORNOCRACIA CONTRA LA FAMILIA
EL MATRIMONIO Y LA FAMILIA, SEGÚN EL ANARQUISTA PROUDHON
"¿Qué es el matrimonio? –La unión de la fuerza y de la belleza, unión tan indisoluble como la de la fuerza y la materia, cuyo divorcio indica la destrucción de ambas. En esto precisamente difiere el matrimonio de la sociedad civil y comercial, esencialmente resolutiva y cuyo objeto es el lucro. La fuerza y la belleza se unen en concepto gratuito: no se pagan recíprocamente, aquella en servicios y ésta en favores; no hay conmesuración posible entre los frutos del trabajo y los dones de lo ideal y el matrimonio, en la pureza de su idea, es un pacto de abnegación absoluta y el placer sólo figura en él en orden secundario: todo cambio de las riquezas que produce un hombre por los goces que procura la mujer, todo comercio de voluptuosidad es concubinato, por no decir prostitución mutua. Así es como el matrimonio viene a ser para los esposos un culto de la conciencia, y para la sociedad el órgano mismo de la justicia. Un matrimonio santo, si no hace a los esposos impecables excluye de su parte, ante los extraños, todo crimen y felonía; mientras que el concubinato, sea la unión del hombre y de la mujer secreta o solemne, pero formada solamente en vista del placer, bien que excusable en ciertos casos, es el punto de parada habitual de los parásitos, de los ladrones, de los falsarios y de los asesinos.”
Así entendía el teórico y revolucionario anarquista Pedro José Proudhon (1809-1865), el matrimonio y la familia. El matrimonio era para él una institución hostigada por las feministas que empezaban a socavarlo por su época: "Ustedes atacan todo cuanto yo amo y reverencio, la única de nuestras antiguas instituciones a la cual he conservado respeto, por cuanto en ella veo una encarnación de la justicia."
Y continúa diciendo:
"Nuestra descomposición social avanza a ojos vistas; cuanto más estudio sus síntomas, tanto más descubro que las libertades públicas tienen por base y escudo las costumbres domésticas; que las máximas por las cuales se destruyen los derechos de los pueblos son las mismas con que ustedes y sus corifeos derrocan el orden de las familias; que toda tiranía, en una palabra, se resuelve en prostitución; y que la prostitución, estudiada en su principio, es precisamente lo que ustedes, señoras, llaman, con el Padre Enfantin y sus acólitos: emancipación de la mujer, o amor libre."
Proudhon habla claro:
"Digo que el reinado de la mujer está en la familia; que la esfera de su irradiación es el domicilio conyugal; que de esta suerte el hombre, en quien la mujer debe amar no la belleza, sino la fuerza, desarrollará su dignidad, su individualidad, su carácter, su heroísmo y su justicia".
Así se expresó en "La Pornocracia, o las mujeres en los tiempos modernos." (1875).
El feminismo es la consumación de la pornocracia: del espantoso poder de las putas. Y hacia eso nos encaminan, pero no será sin que nos revolvamos -hombres y mujeres bien constituidos fisiológica y moralmente- contra el aquelarre rojofeminista. Volveremos sobre la concepción proudhonesca de la familia, tan vituperada por los progresistas que censuran y machacan a ese anarquista que fue el digno interlocutor de nuestro Donoso Cortés.
Maestro Gelimer
LIBRO DE HORAS Y HORA DE LIBROS: LA PORNOCRACIA CONTRA LA FAMILIA
Re: La pornocracia contra la familia
Un certero análisis de 135 años que refleja muy bien dos realidades: la primera es que eso que denuncia Proudhon es lo que practican los "pogresitas" de hoy en día y que en España nos está llevando a sitiaciones tan patéticas, absurdas y ridículas como esa cosa denominada "familia monoparental", para definir a "la soltera con hijo", esto es una situación kafkiana, propia de dementes y descerebrados. Y aún pretenden rematar su desparrame mental eliminando algo tan significativo desde el punto de vista legal-burocrático como el "libro de familia". Dicha eliminación debería implicar necesariamente el carpetazo final a la presencia de ese convidado de piedra que nadie invita en las bodas canónicas conocido como Estado. Y es que si la familia ya no va a figurar en el Registro Civil, tampoco deberá figurar la propia boda, fin último de una relación en la que un hombre y una mujer desean formar una familia. Naturalmente, esto sólo debe primar para la parte civil del asunto, pero no así para el Sacramento del matrimonio. En cualquier caso, también deberían desaparecer las bodas civiles y, consecuentemente, los divorcios, pues al no establecerse la relación contractual no ha lugar a una consecuencia cuya causa ha desaparecido. Es decir, para que haya matrimonio debe haber boda, lo demás es "ayuntamiento" entre dos.
La segunda de esas realidades, es que pese a los intentos y las barrabasadas políticas y morales de esta legión de íncubos y súcubos, no han logrado sus fines y, lo que es más importante aún, no los lograrán jamás, ¿apostamos algo?
Re: La pornocracia contra la familia
Estimado Hyeronimus:
De las obras que leí de Proudhon no recuerdo ese que tu citas.
Sería posible saber de cual es?
Desde ya muchas gracias.
Re: La pornocracia contra la familia
Estimado Juan:
El artículo no es mío, sino del maestro Gelimer. Él te lo sabrá decir mejor. La verdad es que es un libro muy díficil de conseguir porque no se ha reeditado mucho, ya que se aparta de los postulados anarquistas.