El hombre tranquilo


Lejos de un mundo engañoso y ajeno a las tempestades que siempre roban al hombre el reposo, humilde pero animado, ante la Fe que le inspira y no importándole que las pasiones de su alrededor se agiten: él siempre despreciará las ficciones del mundo que envuelven dolor y llanto, y tranquilo, bajo el manto de la fe y la religión hablará de lo digno y lo santo.


Su mente traspasa las densas nubes buscando siempre sagrada inspiración, y es el mismo Dios quien la sustenta, pues cosa cierta es que ésta es nada sin la fe y la religión. Por ellas nace, vive, va a la guerra, y muere. Siempre gozoso y tranquilo.






EL BANDIDO REALISTA