Re: Sucesión y continuidad de don Sixto de Borbón.
Ciertamente hay una inquietud en muchos acerca de la continuidad de la Legitimidad proscrita una vez que desaparezca el Abanderado Don Sixto. La cuestión es peliaguda pues la línea dinástica que comenzó con D. Carlos María Isidro parece acabada. Pero eso no debe significar que haya que renunciar a los principios legítimos y de superioridad de la Monarquía Hispánica. Soy monárquico desde que tengo memoria y seguiré siendo monárquico hasta en la Eternidad, y no exagero, pues como nos dijo Jesucristo su reino no es de este mundo, y como nos mandó también, se ha de predicar <<el Evangelio del Reino>> a todas las gentes de todas las naciones. Pero mientras tanto, acá y transitoriamente, habrá que esperar algún tipo de solución, siempre que ésta no sea revolucionaria.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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