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Decía Balmes que los partidos «de instinto moderado y sistema conservador» se convertían a la postre en conservadores «de los intereses creados de una revolución consumada y reconocida»; y que, a la postre, resultaban más útiles a la Revolución que los propios partidos revolucionarios.

Así ocurre en la cuestión del aborto, donde vemos cómo el partido conservador se convierte, mientras gobierna, en conservador de los «avances» del partido socialista, para que luego el partido socialista pueda seguir «avanzando» tan ricamente, en la seguridad de que el partido conservador conservará las cosas en el exacto punto en el que él las dejó. Ocurrió durante los dos mandatos de Aznar, en los que se «conservó» fielmente la legislación despenalizadora del aborto impulsada por González, para que luego Zapatero pudiera seguir «avanzando»; y vuelve a ocurrir ahora, pese a todos los jeribeques y pamemas que el nuevo gobierno conservador ha probado ante la galería. Año y medio después de que accediera al poder con mayoría absoluta, la legislación sobre el aborto sigue siendo la que Zapatero dejó.
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De este modo, tal como señalaba Balmes, los partidos conservadores vuelven a mostrarse a la Revolución más útiles que los propios partidos revolucionarios.
Hace poco escuchaba a un ex-candidato a vicepresidente de la República que decía que cuando era gobernador de Santa Fe en los '80 y se trató la ley de divorcio él estuvo a favor, pero que jamás se le hubiera ocurrido, en aquel entonces, apoyar el matrimonio igualitario, es más, dijo, "jamás pensé que en algún momento se iba a tratar un tema como ése", pero en la actualidad está de acuerdo y el aberromonio se incluía en el programa de su partido (en realidad otra de las tantas líneas del PJ). El historiador y politólogo argentino Isidoro Ruiz Moreno, conservador liberal, decía en un artículo en el diario La Prensa que "los conservadores no somos revolucionarios ni reaccionarios, somos evolutivos", todo dicho, es decir, aquellos cambios radicales que propone el progresismo ellos los van aceptando gradualmente.