El Suceso de Covadonga (Crónica de Alfonso III)
Por aquellos tiempos era prefecto de Asturias, con residencia en León, Munuza, compañero de Taric. Durante su gobierno, cierto espatario de los reyes Witiza y Rodrigo, llamado Pelayo, oprimido por el señorío de los ismaelitas, entró en Asturias con su hermano. El prefecto Munuza envió a Pelayo a Córdoba con el pretexto de una legación, pero en verdad con ocasión de su interés por su hermana. Antes de que regresara el antiguo espatario, Munuza, mediante cierto artificio, se unió en matrimonio con la hermana de Pelayo; mas cuando volvió éste, en ninguna manera quiso consentir en tal enlace, sino que se apresuró a hacer con gran osadía lo que ya meditaba acerca de la salvación de la iglesia. Entonces, el nefando Taric envió soldados a Munuza para que apresaran a Pelayo y lo llevasen a Córdoba encadenado. Llegados a Asturias, quisieron cogerle por engaño, y en una aldea llamada Brece supo Pelayo por cierto amigo la decisión de los caldeos. Mas como los sarracenos eran muchos, viendo que no podía ofrecerles resistencia, se apartó de ellos despacio, comenzó de repente a correr y llegó a las orillas del Piloña, que encontró desbordado, pero mediante un adminículo natatorio ganó la otra orilla sobre el caballo en que cabalgaba y subió a un cerro, con lo que los sarracenos cesaron de perseguirle. Dirigiéndose hacia la tierra montañosa, arrastró consigo a cuantos encontró camino de una asamblea y con ellos subió a un gran monte llamado Aseuva y se refugió en la ladera de dicha montaña, en una cueva que sabía era segura y de la que mana un gran río por nombre Deva. Desde ella envió mensajeros a todos los astures, que se congregaron en una junta y le eligieron príncipe.
Enterados de lo ocurrido los soldados que habían venido para prender a Pelayo, regresaron a Córdoba y manifestaron a su rey que se había sublevado el denunciado por Munuza. Cuando el rey oyó tal noticia, conmovido por furiosa ira, mandó salir contra el rebelde una hueste innumerable, reclutada en toda España; puso al frente del ejército a Alkama, su socio, y ordenó que fuese con éste y sus tropas a Asturias Oppas, obispo de Toledo, hijo de Witiza, por cuya traición habían perecido los godos. Alkama recibió orden de su compañero de que si Pelayo no quería aceptar la propuesta del obispo, le apresase por fuerza de armas y le llevase a Córdoba, y entró en Asturias con un ejército de 187.000 soldados.
Pelayo estaba con sus compañeros en el monte Aseuva, y el ejército de Alkama llegó hasta él y alzó innumerables tiendas frente a la entrada de la cueva. El predicho obispo subió a un montículo situado delante de la cueva de la Señora y habló así a Pelayo: «Pelayo, Pelayo, ¿dónde estás?» El interpelado se asomó a la ventana y respondió: «Aquí estoy». El obispo dijo entonces: «Juzgo, hermano e hijo, que no se te oculta cómo hace poco se hallaba toda España unida bajo el gobierno de los godos y brillaba más que los otros países por su doctrina y ciencia, y que, sin embargo, reunido todo el ejército de los godos, no pudo sostener el ímpetu de los ismaelitas, ¿podrás tú defenderte en la cima de este monte? Me parece difícil. Escucha mi consejo: vuelve de tu acuerdo, gozarás de muchos bienes y disfrutarás de la amistad de los caldeos». Pelayo respondió entonces: «No leíste en las Sagradas Escrituras que la Iglesia del Señor llegará a ser como el grano de mostaza y de nuevo crecerá por la misericordia de Dios?» El obispo contestó: «Verdaderamente, así está escrito». Pelayo dijo: «Cristo es nuestra esperanza; que por este pequeño montículo que ves sea España salvada y reparado el ejército de los godos. Confío en que se cumplirá en nosotros la promesa del Señor, porque David ha dicho: Castigaré con mi vara sus iniquidades y con azotes sus pecados, pero no les faltará mi misericordia. Así, pues, confiando en la misericordia de Jesucristo, desprecio esa multitud y no temo el combate con que nos amenazas. Tenemos por abogado cerca del Padre a nuestro Señor Jesucristo, que puede librarnos de estos paganos». El obispo, vuelto entonces al ejército, dijo: «Acercaos y pelead. Ya habéis oído cómo me ha respondido; a lo que adivino de su intención, no tendréis paz con él, sino por la venganza de la espada».
Alkama mandó entonces comenzar el combate, y los soldados tomaron las armas. Se levantaron los fundíbulos, se prepararon las hondas, brillaron las espadas, se encresparon las lanzas e incesantemente se lanzaron saetas. Pero al punto se mostraron las magnificencias del Señor: las piedras que salían de los fundíbulos y llegaban a la casa de la Virgen Santa María, que estaba dentro de la cueva, se volvían contra los que las disparaban y mataban a los caldeos. Y como Dios no necesita las lanzas, sino que da la palma de la victoria a quien quiere, los cristianos salieron de la cueva para luchar con los caldeos; emprendieron éstos la fuga, se dividió en dos su hueste, y allí mismo fue al punto muerto Alkama y apresado el obispo Oppas.
En el mismo lugar murieron ciento veinticuatro mil caldeos, y los sesenta y tres mil restantes subieron a la cumbre delmonte Aseuva y por el lugar llamado Amuesa descendieron a la Liébana. Pero ni estos escaparon a la venganza del Señor; cuando atravesaban por la cima del monte que está a orilla del río llamado Deva, junto al predio de Cosgaya, se cumplió el juicio del Señor: el monte, desgajándose de sus cimientos, arrojó al río los sesenta y tres mil caldeos y los aplastó a todos. Hasta hoy, cuando el río traspasa los límites de su cauce, muestra muchas señales de aquello.
ALFONSO III: Crónica de .. Trad. de la segunda redacción. Edición original (latín). Zacarías Villada, S. 1. Madrid, 1918. Centro de Estudios Históricos, caps. 8 a 10, páginas 108-114.
Re: El Suceso de Covadonga (Crónica de Alfonso III)
!Excelente aportación, Nok! !Qué bueno y inspirador texto!
Re: El Suceso de Covadonga (Crónica de Alfonso III)
Me alegra que te haya gustado, es un texto clásico que siempre gusta leer. Un saludo Irmão de Cá
Re: El Suceso de Covadonga (Crónica de Alfonso III)
Es buenísimo. La gesta de Pelayo recorrio todo el Norte de la Peninsula. En Catalunya, enla zona de la comarca del Ripolles casi con la frotera con el Berguedà, hay un monasterio precioso llamado Montgrony, que también es conocido como la "Covadonga catalana" ya que inmedatamente despues de la gesta de Don Pelayo los monjes llevaron el mensaje de que el nuevo rey se había sublevado en las montañas de Asturias.
Re: El Suceso de Covadonga (Crónica de Alfonso III)
Muy buena,leer estas cosas son las que me hacen sentirme orgulloso de Asturias y cuando voy a Covadonga,siempre me imagino a don Pelayo empuñando la Cruz de la Victoria y animando sus huestes contra el invasor infiel.Para que aprendan,nadie juega con los astures.
Re: El Suceso de Covadonga (Crónica de Alfonso III)
Con los españoles en general y los astures en particular;).
Re: El Suceso de Covadonga (Crónica de Alfonso III)
Estuve hace unos años en Covadonga y para mi fue como algo mágico, allí se forjo el embrión de la españa actual, todo se lo debemos a esos valientes en cabezados por D. Pelayo.
Re: El Suceso de Covadonga (Crónica de Alfonso III)
Yo he visitado muchos lugares de España pero solo hubo dos sitios que me puso el corazón en un puño,El Escorial y Covadonga,esta ultima por ser el origen de España(manda narices donde está la cuna de España,en esas tremendas montañas llenas de niebla y con frío) y por estar enterrado don Pelayo.
Re: El Suceso de Covadonga (Crónica de Alfonso III)
Y ahora una panda de cescerebrados(la mayoria ni si quiera tienen una carrera universitaria) quieren acabar con el espíritu de nuestra nación.
Necesitamos otra: Covadonga, clavijo o otras Navas De Tolosa otra batalla que nos vuelva a unir como pueblo.
Re: El Suceso de Covadonga (Crónica de Alfonso III)
No me hables de descerebrados,que yo cuando veo un desgraciado de Andecha Astur se me envenena la sangre:toynojado:,¿sabeis qué tienen por bandera?,la bandera de Asturias y una estrella roja en la parte superior izquierda,como esta:
http://tbn0.google.com/images?q=tbn:..._Astur.svg.png
Una autentica aberración para Asturias,cuando veo una pancarta con esa bandera,la arranco y la destrozo.
Por suerte son pocos,de momento...
Re: El Suceso de Covadonga (Crónica de Alfonso III)
Cita:
Iniciado por
mazadelizana
Necesitamos otra: Covadonga, clavijo o otras Navas De Tolosa otra batalla que nos vuelva a unir como pueblo.
Mientras esas nuevas batallas no nos llaman a pelear juntos (me gustaría que nunca lleguemos a lucharlas, de hecho), ?qué tal empezar el nuevo hilo de grandes batallas del pasado, estimado Mazadelizana?
Prometido es debido...:barretina:
Re: El Suceso de Covadonga (Crónica de Alfonso III)
Ilustre Irmão de Cuando se merced desee.
Re: El Suceso de Covadonga (Crónica de Alfonso III)
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Iniciado por
Litus
Es buenísimo. La gesta de Pelayo recorrio todo el Norte de la Peninsula. En Catalunya, enla zona de la comarca del Ripolles casi con la frotera con el Berguedà, hay un monasterio precioso llamado Montgrony, que también es conocido como la "Covadonga catalana" ya que inmedatamente despues de la gesta de Don Pelayo los monjes llevaron el mensaje de que el nuevo rey se había sublevado en las montañas de Asturias.
¿Donde puedo encontrar más información sobre que a Montgrony se le considere la "Covadonga catalana"?
Re: El Suceso de Covadonga (Crónica de Alfonso III)
Cita:
Iniciado por
Javi Hispánico
¿Donde puedo encontrar más información sobre que a Montgrony se le considere la "Covadonga catalana"?
Algunas referencias se sacan en google, en este libro hay varias:
Del Paradís a la Nació: la muntanya a Catalunya, segles XV-XX - Francesc Roma i Casanovas - Google Libros
Re: El Suceso de Covadonga (Crónica de Alfonso III)
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Iniciado por
Donoso
Muchas gracias.