Furs per al Regne
En la procesión cívica del último 9 de octubre, entre una enorme reproducción de la bandera del Reino de Valencia y una estruendosa banda de tambores flanqueada de numerosos efectivos policiales, los carlistas, acompañados de los directivos y socios del Círculo Cultural Aparisi y Guijarro, llevábamos una sencilla pancarta que resumía nuestras aspiraciones: Furs per al Regne. Esa frase y las banderas que enarbolábamos en son de concordia comunicaban a los curiosos que contemplaban el discurrir del séquito el mensaje de los carlistas valencianos, para este aquí y este ahora. A quien preguntaba se le contestaba. A quien pedía documentación escrita se le facilitaba. Sin estridencias, sin crispaciones, sin agresividad.
Éramos una gota en el océano. Pero lo que teníamos lo poníamos a disposición de quien mostraba interés. Porque tradición es recibir y entregar. Y los tradicionalistas sabemos que lo recibido no es patrimonio nuestro sino de todos. No tenemos fórmulas mágicas que van a resolver los problemas de la gente. No somos iniciados en saberes ocultos al común de los mortales. Ni tampoco formamos un gremio de eruditos amantes de viejos recuerdos.
Simplemente llamamos a nuestra tierra con el nombre con que nació a la historia como empresa política en 1238: el Reino de Valencia, a imagen del Reino cruzado de Jerusalén, en el seno de una estructura monárquica federativa que desembocaría en el siglo XV en España, las Españas, cuyas fronteras han ido oscilando a lo largo del tiempo. Desde entonces nuestra suerte ha estado vinculada a otros territorios y a otros pueblos hispánicos. Nuestra sangre y nuestra cultura nos aportan huellas de numerosos aluviones humanos. Somos más herencia cultural que genética. Somos proyecto, pero proyecto a partir de una memoria. No somos utopía de laboratorio, ni hospicio, ni granja. No provenimos de la nada ni hacemos de la nada nuestra meta.
Sobre lo que ahora somos, queremos construir lo que juntos deseamos ser. Y para encauzar nuestro esfuerzo miramos atrás y valoramos las fórmulas jurídicas que, en su momento, nos ayudaron a ser grandes. Y escarmentamos también de las experiencias que nos hicieron desgraciados como pueblo. Cuando pedimos Furs per al Regne, no soñamos en la resurrección de normas y costumbres que tuvieron sentido en otras circunstancias, pero que hoy serian arcaísmos. De los antiguos fueros queremos recuperar el espíritu y la cosmovisión que los animaba:
- El hombre es un ser concreto y no abstracto como nos quieren hacer creer.
- Los círculos de actividades de cada hombre se enmarcan en cada pueblo según cánones legales y sociales producidos por su tradición particular: son las libertades sociales.
- En la pugna entre libertad contra igualdad que nos imponen, ha de primar la libertad.
- Frente a la libertad abstracta de las declaraciones revolucionarias, hay que potenciar las libertades concretas de las diversas tradiciones.
- Una sociedad viva no necesita constituciones y estatutos de papel. Los que gobiernan deben respetar al hombre con sus raíces y a los grupos sociales en los que se desarrolla.
- Los fueros son barrera y cauce. Barrera defensora de los derechos y obligaciones de personas y grupos; cauce de sus libertades y su capacidad de participación en la vida de la comunidad.
- En términos actuales, la foralidad tiene su expresión en los principios de subsidiariedad y solidaridad.
- Los fueros implican una concepción limitada de la soberanía en cada cuerpo social, aceptando la relevancia en el ordenamiento jurídico de la ley natural, contra la que no caben leyes humanas. Sin ese principio no puede haber leyes justas ni respeto a los seres humanos como tales.
- La misma fe y la misma corona ha hecho de nosotros un pueblo. Nuestras señas de identidad y nuestros hechos diferenciales no han de ocultarnos los vínculos y factores comunes que nos integran en conjuntos superiores. España es uno de esos conjuntos en el que los valencianos nos sentimos integrados y que hemos de amar y preservar como un bien de todos. Nuestra manera de ser españoles es ser plenamente valencianos.
Esto es necesario decirlo alto y claro en momentos de confusiones, tentaciones y cobardías. Después del 9 de Octubre valenciano viene el 12 de Octubre de las Españas. Nuestra valencianidad nos aboca a nuestra hispanidad. Nuestro ser colectivo quedaría tarado si renunciásemos a estos componentes. Nos quedaríamos en tristes nacionalistas que necesitan odiar al diferente e inventarse enemigos para exaltar lo que creen propio.
Fueros para el Reino de Valencia, dentro de una España digna de si misma, sin complejos ni mimetismos.
Junta regional de la Comunión Tradicionalista Carlista del Reino de Valencia
18 de octubre de 2012, san Lucas Evangelista
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FURS PER AL REGNE
En la provessó cívica del darrer 9 d´octubre, entre una enorme reproducció de la senyera coronada i una sorollosa banda de tambors flanquejada de numerosos efectius policials, els carlistes, acompanyats dels directius i socis i del círcul Aparisi y Guijarro portavem una senzilla pancarta que resumía les nostres aspiracions: Furs per al Regne. Eixa frase i les banderes que alçavem en só de concordia comunicaven als curiosos que conteplaven el discorrer del sequit el mensage dels carlistes valencians, per a este “açi” i este “ara”. A quí preguntava, li se contestava. A quí demanava documentació, li se donava. Sense estridencies, crispacions ni agresivitat.
Erem una gota dins l´oceá. Pero lo que teníem ho posavem a disposició de qui mostrara interés. Perque tradició es rebre i donar. I els tradicionalistes sabem que lo rebut no es patrimoni nostre sino de tots. No tenim fórmules mágiques que resoldrán els problemes de la gent. No som iniciats en sabers amagats al comú de la gent. Ni tampoc formem un gremi de erudits amants de vells records.
Simplement diguem a la nostra terra en el nom en el que naixqué a la historia com a empresa política en 1238: el Regne de Valencia, a image del Regne creuat de Jerusalén, al si de una estructura monárquica federativa que desembocaría en el segle XV en Espanya, les Espanyes, de la cual les fronteres han variat al llarg del temps. Desde llavors la nostra sort ha estat lligada a atres territoris i a atres pobles hispánics. Nostra sang i nostra cultura ens aporten calcigades de numerosos aluvions humans. Som més herencia cultural que genética. Som proyecte, pero proyecte a partir de una memoria. No som utopía de laboratori, ni hospici, ni granja. No venim de no res ni fem de no res la nostra meta.
Damunt de lo que ara som, volem construir lo que junts desigem ser. I per a encarrilar el nostre esforç mirem darrere i valorem les formules jurídiques que, al seu moment, ens ajudaren a ser grans. I escaldats també de les experiencies que ens ferem desgraciats com a poble. Quan demanem Furs per al Regne, no somniem en la resurrecció de normes i costums que tingueren sentit en atres circunstancies, pero que hui seríen arcaismes. Dels antics furs volem recuperar l´esperit i la cosmovisió que els animava:
- 1. El home es un ser concret i no abstract com ens volen fer creure.
2. Els círculs de activitats de cada home s´enquadren dins de cada poble segons canons legals i socials produïts per sa tradició particular: son les llibertats socials.
3. En la lluita entre llibertat i igualtat que ens imposen, ha de primar la llibertat.
4. Front a la llibertat abstracta de les declaracions revolucionaries, hi ha que potenciar les llibertats concretes de les diverses tradicions.
5. Una societat viva no necesita constitucions i estatuts de paper. Els que governen deben respetar al home en els seus rails i als grups socials dins dels que es desenrolla.
6. Els furs son barrera i caixer. Barrera defensora dels drets i obligacions de persones i grups; caixer de les seues llibertats i la seua capacitat de participació en la vida de la comunitat.
7. En termes actuals, la foralitat te sa expresió en els principis de subsidiarietat i solidaritat.
8. Els furs impliquen una concepció limitada de la soberanía en cada cos social, aceptant la relevancia en el ordenament jurídic de la llei natural, contra la qual no caben lleis humanes. Sense eixe principi no pot haber lleis justes ni respete als ser humans como a tals.
9. La mateixa fe i la mateixa corona han fet de nosatres un poble. Nostres senyes d´identitat i nostres fets diferencials nos ens han de amagar els vinculs i factors comuns que ens integren en conjunts superiors. Espanya es un d´eixos conjunts en el que els valencians ens sentim integrats i que hem de amar i conservar com un be per a tots. Nostra forma de ser espanyols es ser plenament valencians.
Açó es necesari dir-ho alt i clar en moments de confusions, tentacions i cobardíes. Después del 9 d´Octubre valenciá ve el 12 d´Octubre de les Espanyes. Nostra valencianitat ens aboca a nostra hispanitat. Nostre ser colectiu quedaría tarat si renunciasem a eixos components. Ens quedaríem en tristos nacionalistes que necesiten odiar al diferent i inventarse enemics per exaltar lo que creuen propi.
Furs per al Regne de Valencia, dins una Espanya digna de si mateixa, sense complexos ni mimetismes.
Junta regional de la Comunió Tradicionalista Carlista del Regne de Valencia
18 d´octubre de 2012, san Lluc Evangelista
Furs per al Regne
