Nuestra propia responsabilidad
Se hacen muchas críticas a pontífices y prelados. Hay mucha gente enfadada, molesta y preocupada, con asuntos y sucesos que se están produciendo en el seno de La Iglesia. Se pide la vuelta del rito latino de la misa. Pero me intriga la cuestión acerca de cuál es nuestra responsabilidad como fieles.
Hoy en el programa "Lágrimas en la lluvia" de Juan Manuel de Prada se trataba el tema del sacerdocio, se proyectaba la película "Balarrasa" y se iniciaba el debate después. Los invitados, cuatro sacerdotes, exponían cuestiones que ellos ven, viven y, en ocasiones, no saben como responder o qué hacer. No pude ver el programa completo, tenía otras cosas por hacer, pero eso no impidió que me pusiera a pensar en la misa de esa misma mañana. ¿Cómo vamos a la misa? Uno de los contertulios comentaba que cinco minutos antes de la misa las iglesias parecen cafeterías, todo el mundo hablando, riendo, moviéndose. Y afirmaba que esos minutos son, en realidad, preparatorios para la celebración. ¿Dónde queda pues la preparación de los fieles? Antes los hombres iban a la iglesia con su devocionario. Yo tengo dos ejemplares, uno heredado de mi padre, el El Devocionario Completo del P. Remigio VILARIÑO, y mi hermana tenía su Misalito Regina del P. Luis RIBERA. Ahora nadie lleva nada, aparte del móvil, ése no puede faltar y es rara la celebración en la que alguno no suena, a veces en la consagración.
Pero también me fijo en el modo de vestir de la gente. Ahora hace mucho calor, es verdad, y, sin embargo, un mínimo de decoro y respeto debería ser exigido. Hoy mismo, en dicha misa tenía delante a tres chavalitas de unos 18 años. Han ido incluso a comulgar --en la mano--, pero la vitola era muy oportuna: pantaloncitos cortos, muy cortos, zapatos con alzas o con tacones, camisetas largas..., en expresión de nuestra amiga Triaca, todas con "faldas cortas y escotes largos". Pero ellos tampoco se libran, y los pantalones cortos enseñando "pelo en pierna", cuando no con camisetas sudadas con "pelo en pecho" o "pelo en hombros", debe ser muy moderno. En verano, durante la misa yo suelo pasar un calor de justicia, y hasta pienso en lo bien que podría estar en casa en la piscina o delante del aire acondicionado, pero es poco tiempo el que se dedica al Señor semanalmente y me aguanto yendo completamente vestido y con escasa superficie corporal al aire. No es sólo una cuestión estética, es una cuestión de respeto.
Por otra parte, la gente no sabe "de qué va la misa", la gente no tiene conciencia de qué es un sacramento, la gente no entiende el misterio de la Transustanciación y comulgan como quien se toma una galleta. Si están en pecado no importa, tampoco conocen su naturaleza y alcance y ¡van a ir a confesar, ya!. Por supuesto aquello de la abstinencia antes de comulgar ni les suena...
En fin, un desastre, y se dirá que tiene toda la culpa el CVII, y los papas, y los curas y quien haga falta, ¿y nosotros? ¿qué pasa con nosotros? ¿acaso en nuestras casas no nos enseñaron nada de "acción católica"?
Re: Nuestra propia responsabilidad
Estas cosas tienen dificil arreglo, lo suyo es hablar con el párroco para que recuerde cuál es la adecuada forma de vestirse y comportarse teniendo en cuenta dónde están y qué sucede en una misa, pero resulta que muchas veces es el propio párroco es el que no tiene idea de esto... o si la tiene pero le da igual.