La Iglesia Católica y Somalia
Hay muchos que aprovechan la coyuntura para descalificar a la Iglesia con el asunto de Somalia. Los datos de lo que está sucediendo son aterradores y muy ilustrativos de lo que es este Sistema Internacional, pues esta situación no es nada nueva, lleva mucho tiempo así sin que ningún Estado de la Comunidad Internacional, NIN-GU-NO, haya movido un dedo por ayudar a paliar esta inmensa tragedia. Ahora parece que algo se está moviendo, pese a que los medios de comunicación de masas no nos muestran la realidad no vaya a ser que se nos revuelvan las tripas cuando comemos. Mientras tanto, han sido algunas organizaciones las que han hecho lo que han podido, o se les ha dejado, --no olvidemos que Somalia es la tierra de los señores de la guerra y sus piratas que asaltan nuestros barcos--, por eso, sólo los Estados pueden intervenir en un Estado fallido y establecer las condiciones mínimas de seguridad y garantía para organizaciones y cooperantes, no vaya a ser que de otro modo los fondos destinados a las ayudas terminen en las zarpas de esas alimañas que antes mencionaba.
Si no fuera por ello, veamos qué haría la Iglesia Católica en Somalia si pudiera actuar y lo haremos por comparación:
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¿Y qué hacen tantas y tantas oenegés que reciben montañas de dinero en subvenciones también en comparación con la Iglesia? Hay que citar, hay que dar datos, pero sobre todo, ¡¡¡ tú, señor o señora criticón o criticona con la Iglesia Católica, ¿QUÉ HACES TÚ? ¿CON QUÉ CONTRIBUYES?, ¿con NADA? pues chitón, y ¡a callar!
Re: La Iglesia Católica y Somalia
Y además, las oenegés no son de fiar, porque suelen guardarse la mayor parte del dinero y las donaciones y es poco lo que llega de ayuda a los necesitados. Siempre es más seguro donar a Cáritas o alguna otra institución de la Iglesia. Las ONG no son otra cosa que una mala imitación, un sucedáneo de la verdadera caridad, un sustituto laico y pelagiano. No es caridad, sino mera filantropía o altruismo. No se hace por amor al prójimo sino por simple solidaridad o para hacer ver lo bueno que se es. No ven a Cristo en el prójimo necesitado.