Gente que se ha ido hacia el Vaticano o en dirección opuesta ha habido muchos, ya desde tiempos de M. Lefebvre al que también se acusó de traidor a la causa, vendido a Roma, etc. Y en muchos casos en número mucho mayor que los que están en esa unión.

Williamson nos cae simpático a muchos, pero su comportamiento y sus compañías (mucho más interesadas en lo que pueden obtener de él que en apoyarle de verdad) no son como para darle ánimos.