Yo tampoco tengo estómago para leer a Nietzsche. Compadezco a los que han tenido que leerlo para rebatirlo.

En cuanto a lo de oponer virtud a caridad, virtus en latín desde luego es mucho más de lo que entendemos habitualmente por virtud. Virtus (también en español) es fuerza, vigor, vitalidad, eficacia. ¿Y qué mayor fuerza y eficacia puede tener la caridad, que es el amor de Dios irradiado a los demás a través de nosotros. Virtud en su sentido teológico y moral y en su acepción de dinamismo. Por eso el Cristianismo transformó el mundo. Roma se había impuesto por las armas; el Cristianismo se impuso por el amor. Pero para el bigotudo que acabó sus días sumido en una incurable demencia y abandonado por sus amistades, el Cristianismo era una religión de pusilánimes y cobardes, perniciosa para la sociedad. Él prefería la fuerza bruta, el vitalismo, el superhombre. La filosofía de Nietzsche (si es que se puede llamar tal) era la soberbia llevada a su grado extremo, el "non serviam", la rebelión luciferina contra Dios. Y entre otras barbaridades llegó a afirmar que el cristianismo era una conspiración urdida por los judíos para corromper a la humanidad. Solo le veo una utilidad a los libros de Nietzsche: en caso de que de pronto te veas sin papel higiénico, pueden sacarte del apuro.