FRAY HERNANDO DE OJEDA de la orden de Santo Domingo a su amigo, Balthasar de Echave, en loor de esta obra.

Vi los Discursos que V.M. hizo y me envio de la lengua Cantabra y de su antigüedad, y hallolos tan conformes a la razon y a la naturaleza de las cosas, tan concertados y de buen lenguaje; que ningun hombre de entendimiento dejara de estimarlos en mucho, y particularmente los historiadores Españoles, que de ordinario tropiezan cuando llegan a tratar de los principios de nuestra nacion y del lenguaje que entonces hablaban. Por que como este se perdio, o se confundio muchos tiempos ha en la mayor parte de España, con el de las muchas naciones extranjeras y poderosas que en ella poblaron, ignoran casi de todo punto el que entonces corria (por que apenas tienen del una vislumbre, y esta por conjeturas) asi cuando llegan a tratar este punto, o le pasan en blanco o dicen muy poco de el. Y asi me sucedió a mi en las historias que voy escribiendo de Galicia, que las pase en silencio, por no hallar cosa que me satisficiese: hasta que V.M. me dio noticia de la inteligencia y significacion de muchos nombres de pueblos, montes, rios y valles, asi de Galicia como de todas la otras Provincias de España, que todos ellos se hallan en la lengua Cantabra, y en ella tienen propia significacion. Por lo cual vine a entender claramente que en toda ella se hablo en los principios de su poblacion, la misma lengua que se habla agora en la Cantabria. Por que aunque es verdad que por discurso de largo tiempo la gente vencedora y su lenguaje confunden a la venciada y al lenguaje della: pero no los nombres que ya tenian los lugares y Provincias, montes, rios y fuentes, aunque se alteran en algo, como lo experimentamos en las infinitas Provincias de estas Indias, las cuales conservan todavia con poca variacion, sus nombres antiguos, por que aunque a muchas de ellas les pusimos nosotros nuevos nombres a lo Español; estos se han olvidado y caido o son poco usados, y despues de muertos todos ellos en muchas partes. Como se verifica en el de la Isla de Cuba, que los Españoles llamaron al principio Fernandina, en los de la Habana, Bayamo, Jamayca, Yucatan, Campeche, Mexico, Mechoacan, Tezcuco, Tlaxcala, Cholula, Guaxaca, que algunos llaman Antequera, Atrisco, que otros llaman Carrion, Xalisco, Guayangareo, y otros de esta manera, que todos cuya conservacion y memoria de la antiguo reservo Dios intactas como brasas entre las ceniza, las cuatro Provincias que hablan aquella primera lengua, cuales son Vizcaya, Guipuzcia, Alava, y Navarra: de las cuales saco a V.M. como centella, o lucero que sale a deshora, para que de noticia al mundo del tesoro que alli ay encerrado, y de lo que fue antiguamente. Yo doy a V.M. muchas gracias en nombre de todos los que tratamos de historia, por lo que en ello ha trabajado, y por la luz que con ello nos de para otras cosas. Y aunque su Vizcaya estara quejosa de que hay olvidado tan presto, y no aya mostrado en este libro la lengua cortesana que los de su nacion hablan de ordinario en Castilla, cuando de nuevo vienen a ella: con todo esto le suplico lo saque a la luz para consuelo de todos, que ella lo tendra por bien, y confio en Dios sera de todos muy bien recivido, el cual guarde a V.M. muchos años para gran servicio suyo. De Santo Domingo de Mexico, a 12 de octubre de 1606. Años.

Fr. Hernando de Ojeda