Una bonita e histórica tradición hispánica: Antzuola revivió el Alarde del Moro
Kaixo sorterrikide guztioi!
Antzuola es una pequeña localidad del Reino de Gipuzkoa que celebra todos los años un histórico Alarde llamado "del Moro" en recuerdo de una de las primeras y grandes batallas de la Reconquista, la de Valdejunquera (920).
Os dejo esta noticia publicada en El Diario Vasco. Espero que os resulte interesante.
Gure tradizioa defentsan dezagun!
http://www.diariovasco.com/pg060716/...7D7VERP2_1.jpg
Antzuola revivió el Alarde del Moro
El caudillo Abd al-Rahman III volvió a jurar fidelidad eterna al valiente pueblo que le derrotó en el año 920 en la contienda de Valdejunquera
Una tarde apacible acogió este año el alarde de Antzuola. Aunque el calor sofocante que reinó durante todo el día mermó a la hora de que comenzara la representación, la gente que se acercó a la plaza para disfrutar del acto más importante de las fiestas, utilizó incansablemente los abanicos para refrescarse.
A las 18.00 horas toda la formación estaba ya reunida en la plaza del pueblo dispuesta a recorrer las calles al compás de los tambores y los txistus. Mientras el Alarde avanzaba por todos los rincones de An-tzuola, el público apostado en los sitios de mejor visibilidad descubrió gratamente una de las novedades de este año: unos altavoces relataban los detalles históricos del acontecimiento que estaba teniendo lugar, mientras esperaban a los protagonistas de la batalla.
Terminado el recorrido, ante el numeroso público, el general, Joseba Iparragirre, comenzó con el relato de lo acontecido en el siglo X. En el intermedio entre crónica y rendición del caudillo, el coro entonó los bertsos que el urre-txuarra José María Iparraguirre compuso expresamente para la ocasión. Dos lonas colocadas a ambos lados del balcón del Ayuntamiento permitieron seguir la letra de los bertsos, aunque algunos los recitaron de memoria sin necesidad de apuntador.
A continuación la atención recayó sobre el caudillo Abd al-Rahman III que, rendido y arrodillado después de besar el suelo, prometió fidelidad eterna al pueblo de Antzuola.
Cuando el infiel abandonó el escenario un gran estruendo retumbó en la plaza. Los dos cañones, recién restaurados, y las nuevas escopetas se estrenaron a lo grande. Concretamente, fueron 35 las armas de fogueo que resonaron e hicieron estremecerse a los más pequeños. Parece que la inversión valió la pena y cumplió con su función, ya que el público se tuvo que echar las manos a los oídos ensordecidos por el ruido de las dos piezas.
La aventura de los vecinos de Antzuola, ayer representada en la plaza, se remonta al 26 de julio del año 920 y pone de manifiesto la valentía de la compañía antzuolatarra en la lucha por recuperar la bandera y derrotar al infiel Abd al- Rahmán III en las tierras navarras de Valdejunquera.
La revista de armas es el eje central de un Alarde que, además de recordar la batalla, pone en escena una de las libertades más significativas del País Vasco, el ordenamiento militar. Una figura que desapareció en 1876 con la pérdida definitiva de los fueros, pero que todavía recuerdan localidades como Irun, Hondarribia, Tolosa y Elorrio.
Marcha de fusileros
La música que acompaña la marcha rememora una partitura que data de 1761 conocida como Marcha de Fusileros para Pífanos y Tambores de Espinosa. Música de Ordenanza de Carlos III. La otra protagonista de esta celebración es la bandera, que en este día tan especial recorre las calles de Antzuola. La particularidad de esta última insignia la forma la traza de los distintos dibujos que en ella se plasman, similares a algunos de los cuarteles del escudo de la villa, diseñados en la Certificación de Armas de 1745.
El Alarde del Moro, con el caudillo rendido, se despidió entre calurosos aplausos y un año más dejó un inmejorable sabor de boca tanto a los asistentes locales como a los visitantes. «Vengo todos los años a verlo y nunca me cansaré de hacerlo», afirmaba una fiel espectadora, que no perdió detalle de todo lo ocurrido. Seguro que es una opinión compartida.
Re: Una bonita e histórica tradición hispánica: Antzuola revivió el Alarde del Moro
Lo que no sé es cómo todavía no la ha prohibido algún predicador del multiculturalismo y la alianza de civilizaciones.
Pensadlo bien:¿Alarde del Moro?¡Qué vergüenza!Habría de llamarse, por lo menos, Alarde del Norteafricano o Alarde del Mogrebí, para así no ofender.E incluso eso de 'Alarde' puede resultar ofensivo a los delicados oídos de la tolerante comunidad islámica internacional, por lo que pueda tener de 'demostración de fuerza'.Deberíamos, por ello, proponer su sustitución inmediata por unas 'jornadas del entendimiento y la armonía intercultural', con rezos de almoecín incluidos y festival de música morisco-bereber.Todo muy vasco -gracias a la ikurriña que presidiría los actos-.
¿Y que es eso de emplear a un ciudadano de raza negra para simular a Abderramán III? (Cuyo nombre, tras siglos de grafía castellana ahora debe escribirse en árabe aunque no lo sepamos pronunciar, para así ser más guais que nadie) ¿No se dice que era blanco pues descendía de cristianas?¡Abajo con la discriminación racial! El ciudadano subsahariano -tú y yo somos 'blancos', pero él no es 'negro', no.Eso es ofensivo (?!)- no parece muy molesto, sino todo lo contrario, pero qué sabrá él.Lo vamos a integrar a golpes de chorricorrección política.
Y que nadie piense que exagero.Si no se han oído las anteriores idioteces todavía es porque no es una celebración conocida.Cuando se enteren los progres, quintacolumnistas y acomplejados varios de aquí y allá, ya veréis lo que dicen.Y si no me creéis, recordad lo que ha pasado con el escudo de Aragón.
(Y se me olvida, ojo, glosar la vergonzosa propaganda militarista que supone el acto así como la flagrante discriminación de la mujer de las filas de los soldados).
Re: Una bonita e histórica tradición hispánica: Antzuola revivió el Alarde del Moro
Está muy bien. Pero identificar al moro de entonces con la negritud es un error. Pero güeno....
Re: Una bonita e histórica tradición hispánica: Antzuola revivió el Alarde del Moro
Eres el rey de la ironía, Juan del Águila :)