Pedro Soares Martínez, miguelista y ministro de Salazar

Pedro Soares Martínez. In memoriam.

PUBLICADO POR: LA ESPERANZA ABRIL 26, 2021

Me entero del fallecimiento en Lisboa, el pasado 12 de abril, a los noventa y cinco años de edad, del profesor Pedro Soares Martinez. Catedrático desde 1958 en la Facultad de Derecho de la Universidad de Lisboa, de la que fue decano (1971-1974) y en la que continuó como profesor de doctorado hasta 2019. También enseñó en las Universidades Católica y Libre de Lisboa. Autor de una obra vastísima en las materias de derecho tributario, economía política, historia diplomática y aun filosofía del derecho, la sola enumeración de estas disciplinas da una idea de su personalidad y envergadura intelectuales, verdaderamente de otro tiempo. No debe olvidarse tampoco su dedicación al servicio público: funcionario del Ministerio de Asuntos Exteriores (1948-1956), procurador en la Cámara Corporativa (1960-1968) y Ministro de Salud (1962-1963).

Era uno de los últimos ministros supervivientes del Estado Nuevo de Salazar. Con Adriano Moreira. Pero a diferencia de éste, a quien también he conocido, no buscó adaptarse a los nuevos vientos políticos tras la caída del régimen, sino que continuó imperturbable con su posición de siempre, reducido al ámbito académico, donde era respetado por su ciencia y temido por su rigor examinador. En 2003 tuve el honor de encontrarlo durante un almuerzo, del que guardo un recuerdo imborrable, en el Circulo Eça de Queiroz, junto con mis amigos los hermanos João y Mário Bigotte Chorão, el primero crítico literario y el segundo filósofo del derecho, ambos fallecidos, además del historiador de la filosofía portuguesa António Braz Teixeira. Resulta imposible olvidar la cultura y la caballerosidad que allí desplegaron. Como lo es, ahora que tengo a la vista la impresionante História diplomática de Portugal, no admirarse de la obra del profesor Pedro Martinez.

Salazar no tuvo una relación clara con la monarquía. Así lo acreditan sus dificultades con Don Duarte Nuno y con los ambientes monárquicos del integralismo lusitano. En cuanto a éste, su inspirador, Antonio Sardinha, había empezado al modo de Maurras en Francia, o luego de Eugenio Vegas en España, defendiendo la monarquía tradicional, pero encarnada en los príncipes de la dinastía liberal. Fue su extinción y la supervivencia de la rama legítima la que completó el curso lógico de la adhesión al tradicionalismo miguelista. Si bien a la larga aquel hecho no tuviera sólo efectos positivos. Salazar, como quiera que sea, nunca dio paso alguno para la restauración monárquica durante su dictadura. Pedro Soares Martinez, en cambio, fue siempre un entusiasta tradicionalista miguelista y perteneció al Consejo Privado de S.A.R. Don Duarte Nuno, de quien se convirtió en uno de los colaboradores más estrechos. En una conferencia pronunciada en 2016 se expresaba así: «Don Duarte Nuno de Braganza era el más amable de los príncipes. Y empleo la expresión en su significado, de sabor clásico, de digno de ser amado […]. Y porque esa amabilidad, esa vocación para ser amado, envolvía la serenidad, la sensibilidad, el respeto propio y ajeno, la sencillez digna de las posturas, la generosidad y la bondad, ninguna duda cabrá, al menos para quien lo conoció, de la decidida disposición de Don Duarte Nuno para ser justo y firme en la rectitud de los procedimientos, lo que le habría dado una enorme popularidad si la oportunidad se hubiese presentado. Pero no quiso el destino que así fuera».

Siempre sintió simpatía por Castilla, que –llegado el momento– lo acogió, como a tantos otros, tras la «Revolución de los Claveles», así como por sus viejos reinos ultramarinos, a los que le gustaba viajar. Requiescat in pace.

Miguel Ayuso, Consejo de Estudios Hispánicos Felipe II




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