ACM
Con la partida de María de Jesús Gallardo de Garcia LLorente nos queda en profundo vacío, una herida abierta, en dolor que no hay tijera que corte.
Sin duda fue "La Mujer Fuerte del Evangelio", alguien muy pero muy querida, inolvidable e irremplazable.
Todos los que la hemos conocido sabemos que lo que digo es una verdad indiscutible.
En estos tristes momentos nos unimos en oraciones y tenemos muy presente a toda la entrañable familia Garcia-Gallardo.
Que el buen Dios la tenga junto a los Bienaventurados y el Corazón Inmaculado de la Santísima Virgen de quien fuera una permanente y ferviente propagadora y consoladora la guarde por siempre.