España en la hora de la verdad
España en la hora de la verdad
El Manifiesto
ANTONIO MARTÍNEZ
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Cuando Manuel Fraga Iribarne, ministro de Información y Turismo, dijo por los años sesenta aquello de que Spain is different, no sólo estaba creando un slogan que haría fortuna. España es, efectivamente, diferente de los demás países de Europa. Lo atestigua el hecho mismo de que haya surgido, sobre todo en suelo británico, la raza curiosísima de los hispanistas: estudiosos apasionados por el enigma de España, y todos de acuerdo con aquella idea de Sánchez Albornoz según la cual, en efecto, “España es un enigma histórico”.
No lo son en el mismo sentido, ni con intensidad en modo alguno comparable, el resto de los países europeos. España es, a todas luces, un caso aparte: tierra de extremos y de contrastes, de sentimientos desbordados y, con frecuencia, de una obcecación cerril, en nuestra patria las tensiones suelen alcanzar un paroxismo desconocido en otros lugares. Nuestra propia Guerra Civil es un ejemplo de ello. De hecho, un hilo sutil une a los dos países que se ubican en los extremos occidental y oriental de Europa: por un lado, Rusia, donde triunfó la Revolución comunista; por otro lado, España, donde estuvo a punto de triunfar. Rusia y España: países de místicos y de anarquistas, de santos y de exaltados. Los rusos comprenden muy bien el alma de España y admiran profundamente la figura de don Quijote. Lo que ya es más dudoso es que los propios españoles se comprendan a sí mismos.
Entre otras cosas, porque no están interesados en comprenderse. No quieren comprender que fue ante todo el furor ideológico de las izquierdas lo que condujo a la ruina de la República y desencadenó la Guerra Civil. No quieren reconocer la grandeza histórica de Franco, acto de honradez intelectual perfectamente compatible con la convicción de que, llegado cierto punto de su existencia, el régimen franquista ya había cumplido su misión y debía desaparecer en beneficio de una monarquía democrática instaurada bajo el signo del sentido común. No quieren reconocer, en fin, que, desde 1975, España, tras haber cometido el asesinato freudiano del Padre Franco, ha entrado en una etapa de inmadurez adolescente, cuyo máximo símbolo es el irracional e inviable Estado de las Autonomías.
La España adolescente hizo como que se reconciliaba durante la Transición, cuando la pervivencia de amplias fuerzas adictas al franquismo, y todavía pujantes, aconsejaba a la izquierda una prudente moderación táctica, en espera de tiempos más propicios. Y esos tiempos efectivamente llegaron: el acceso de Zapatero al poder en 2004, con su infausta Ley de la Memoria Histórica, constituyó un signo de los tiempos. Zapatero, el político adolescente por antonomasia, significa la apoteosis de esa inmadurez colectiva que ha caracterizado a la España de la Constitución del 78. Una España que ha vivido durante décadas fuera de la realidad, y a la que ahora la realidad, bajo la forma de crisis económica, le ha lanzado un gancho directo al mentón que la ha dejado noqueada sobre la lona.
Ya no queda más tiempo, se nos han acabado todas las prórrogas. La votación ganada por Zapatero la semana pasada en el Congreso puede haberlo salvado transitoriamente; pero su significado simbólico va mucho más allá de eso. Ese significado no consiste sólo en el acta de defunción política de Zapatero, desde ahora un cadáver andante que, sin embargo, se agarrará a lo que haga falta para llegar a las elecciones de 2012, a ver si su baraka y el paso del tiempo lo sacan una vez más del apuro. Lo que realmente marca esa decisiva votación es una frontera que tenemos que atrevernos a cruzar. A este lado de ella se encuentra la España adolescente de los últimos treinta años, la de una clase política irresponsable que nos ha conducido hasta un callejón sin salida, y la de una población cada vez más conformista y anestesiada. Al otro lado se abre la era de una nueva España que se decida de una vez por todas a madurar. A acceder a esa edad adulta que ha esquivado hasta ahora con tanto éxito. A tomar en los más distintos ámbitos –política, economía, cultura, universidad, educación- las decisiones inaplazables que llevamos tanto tiempo aplazando.
Está sonando hoy para España la hora de la verdad. El tsunami de la Historia se aproxima a nuestras soleadas costas. Podemos cerrar los ojos e insistir en no hacer nada, o en hacer menos de lo necesario. O podemos también realizar un durísimo examen de conciencia y un profundo acto de contrición colectivo. Y estemos seguros de que sólo esto último nos salvará.
Respuesta: España en la hora de la verdad
Considero interesante este artículo , básicamente, desde el punto de vista tradicionalista, más allá de su análisis principal, su tesis del examen de conciencia necesario en nuestra sociedad.
Ya lo comenté en otro mensaje, creo sinceramente ver algo que empieza a nacer, a muy baja escala y sin control , principalmente en la generación de los "nacidos en democracia" que comienzan a ver que esto no les convence, que ni es tan bueno ni tan ideal como se les ha vendido durante toda su vida, pues no deja de ser una generación práctica, y en la práctica han contemplado el fracaso , dejando ver en más casos de los que uno pudiese imaginar, un cierto retorno a los valores tradicionales, lo que el buen padre Tony Anatrella considera "saltar a los padres para volver a los abuelos", en cuestiones de índole metafísica, intelectual, éticas y costumbristas.
En mi opinión unicamente se están dando cuenta y tomando las primeras y más fáciles medidas, pero siempre puede suceder que se queden en el camino , cosa que deseo no suceda, o que se planteen mal estas exigencias del "yo" íntimo , desfigurándose las tendencias del ser y entrando en el pozo del nacionalismo paleto , llámese español , castellano o catalán.
Desde luego, estimados amigos, tengo por cierto que este es nuestro actual campo de batalla, ofrezcámosle tributo a Don Quijote,¡carguemos contra los gigantes!, rindamos honores a nuestra herencia cervantina y volvamos a ser niños con ideales, marquemos la cruz en nuestro ser con nuestra mano derecha para que la luz de la Fe ilumine la mano que ha de empuñar la espada.
Señores, aunque todos los indicios lo nieguen , es el momento para la Hispanidad y sus hijos.
Mef.
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Mefistofeles
[B]Al otro lado se abre la era de una nueva España que se decida de una vez por todas a madurar. A acceder a esa edad adulta que ha esquivado hasta ahora con tanto éxito. A tomar en los más distintos ámbitos –política, economía, cultura, universidad, educación- las decisiones inaplazables que llevamos tanto tiempo aplazando.
¿En dónde dice que está ese lado?
Respuesta: España en la hora de la verdad
He ahí la cuestión: "Spain is diferent" es mcho más que un eslogan publicitario anque lo quieran reducir a eso. El verdadero problema es que han pretendido y pretenden hacer de España un Estado liberal tipo Francia y, eso, siempre fracasará. El pueblo español es diverso y diferente. Somos distintos unos de otros siendo todos igual de españoles. Lo que ocurre que este liberalismo imperante reduce la foralidad y la diferencia al tema económico. La salida de esta crisis económica y de valores la tenemos en nuestra propia historia y tradición. Volvamos a ella. Volvamos a ser ESPAÑA.
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Donoso
¿En dónde dice que está ese lado?
El problema que yo veo, es el de los liberales, que se están frotando las manos con todo este proceso. Los errores se repiten, y son ellos, los liberales, los que ahora reclaman para si el nombre de la patria , aliñado con cierto costumbrismo superficial, que les sirve para tapar su libremercantilismo ferreo , su laicismo y su doble juego histórico. Lo están haciendo y lo están haciendo bien, pero como dije, es muy pronto y podemos hacer grandes cosas.
El descontento está en la calle, la izquierda a día de hoy engaña a menos gente y la correción política parece ya no estar tan de moda como hace 10 o 5 años.
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DON AMBROSIO
He ahí la cuestión: "Spain is diferent" es mcho más que un eslogan publicitario anque lo quieran reducir a eso. El verdadero problema es que han pretendido y pretenden hacer de España un Estado liberal tipo Francia y, eso, siempre fracasará. El pueblo español es diverso y diferente. Somos distintos unos de otros siendo todos igual de españoles. Lo que ocurre que este liberalismo imperante reduce la foralidad y la diferencia al tema económico. La salida de esta crisis económica y de valores la tenemos en nuestra propia historia y tradición. Volvamos a ella. Volvamos a ser ESPAÑA.
Totalmente de acuerdo, no había leido su mensaje.
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Mefistofeles
El descontento está en la calle, la izquierda a día de hoy engaña a menos gente y la correción política parece ya no estar tan de moda como hace 10 o 5 años.
Que hay un descontento en la calle que se puede capitalizar ocurre en muchas partes. En Grecia lo hacen los comunistas, en Cataluña probablemente lo hará PxC...
¿el resto de España? A saber.
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Spain is different....from what??
Ese slogan es puro disparate. España en general no difiere mucho del sur de Francia o Italia. El norte español no contrasta con las islas Britanicas. Etc. Etc.
Los britanicos en el siglo 19 construyeron muchas fantasias pseudohistoricas, incluyendo la idea de una España perifieral a Europa, una Europa que nunca ha constituido una unidad y cuya cultura no se define por la que bordea el canal de la mancha si no mas bien por la que emana de la mediterranea Roma.
Respuesta: España en la hora de la verdad
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Donoso
Que hay un descontento en la calle que se puede capitalizar ocurre en muchas partes. En Grecia lo hacen los comunistas, en Cataluña probablemente lo hará PxC...
¿el resto de España? A saber.
El descontento al que me refiero no es el político, que obvia decir que es casi tangible , y de dicho vacío ya se está beneficiando el PP en este caso, es un descontento generado por la mala praxis gubernamental y la crisis económica, total, nada nuevo bajo el sol, pero el descontento al que me refiero es el existencial, al vacio cultural y desarraigo al que nos han arrastrado y nos hemos dejado arrastrar.
Ya se que quizás pueda pecar de optimista, pero cada vez veo más gente que opta por la duda y que se pregunta aquello tan usado de ¿Quiénes somos?¿Hacia donde vamos? , y aquí es donde digo se encuentran irónicamente los liberales, pero también es un campo abierto, pues quienes se hacen dichas preguntas suele ser un sector de la población joven ,con un nivel cultural medio-alto, que no se quiere dejar arrastrar en esta deriva, y por ello es por lo que debemos de dar guerra.
En mi experiencia, por ejemplo, en el trabajo ya he podido prestar pues me lo han pedido, varios libros de autores que simbolizan un renacer, tanto de teología , como de historia o hispanidad propiamente dicho, y para mi alegría, he podido comprobar que la cadena ha continuado sin mi mediación...y eso es sin duda una alegría.
