Prohibicionistas

[Ordóñez]

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Prohibicionistas

En mayo del 68 unos “estudiantes” aburridos y aburguesados rebuznaban por París aquello de “prohibido prohibir”. Aquellos amarihuanados seres no tenían que ganarse el pan recogiendo aceitunas o haciendo mezcla, igual por eso sacaron tan pegadizas consignas.
Tengo para mí que los prohibicionistas son gente aburrida, amén de ignorante, incongruente y pija. Son los mismos que se tiran de los pelos contra el tabaco pero después recaudan muy gustosos sus impuestos. Una ministra nos habló –contra médicos criterios– de la maldad de pensar que un par de copitas de vino resulta saludable. Chesterton ya nos adelantó tabernas errantes…
Ahora, a esos que decían “prohibido prohibir”, les da por favorecer el aborto y rasgarse las vestiduras contra la tauromaquia. El fariseísmo tiene múltiples caras. ¿O debería decir el puritanismo? Prohíben el nacimiento de un ser humano como prohíben la tauromaquia aquellos que continúan el decurso de la guillotina al Gulag. Muy supuestamente se obsesionan con la salud aquellos que defienden que la persona es un número de consumo hedonista orientado a ser un eterno adolescente, y a todo aquel que estorba para estos fines globales, eugenesia y/o eutanasia.
¿Nos van a prohibir respirar? ¿O quizá nos van a cobrar por ello? Pues no es para descartarlo. Por supuesto en nombre de la libertad, la tolerancia y el progreso. En el mismo nombre que pretenden prohibir el catolicismo y beneficiar al islam.

Duque de Monte Gordo

Etiquetas: Gobierno, liberales, Prohibición, Tabaco
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[Ordóñez]

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Me ha llamado la atención el anterior artículo del Sr. Duque de Monte Gordo sobre el carácter prohibicionista del Gobierno que padecemos por dos motivos fundamentales: primero porque esta calcomanía de Gobierno que padecemos no ha hecho sino poner en práctica el furibundo intervencionismo que pregona la más genuina doctrina marxista, y segundo porque es sintomático que los integrantes de este mal llamado “Gobierno de España” son gente resabiada ó ignorante según se mire. Los de mayor edad son casi todos “cachorros liberados” descendientes de personas vinculadas a la Dictadura. Los menores en edad son víctimas de la Logse implantada por su propio partido. Agiten Vds. todo ello en una coctelera y obtendrán el cúmulo de despropósitos que ha votado democráticamente la inculta mayoría del pueblo español.
El diccionario español define el término “prohibir” como la calidad de “imponer, quien tiene autoridad para ello, que no se haga cierta cosa”. De su misma definición se desprende algo fundamental a la hora de ejercer las prohibiciones: puede prohibir algo quien tenga autoridad para ello.

Llegados a este punto, sólo nos caben tres preguntas y una única respuesta: ¿Puede el Gobierno de una nación prohibir al pueblo el ejercicio de su voluntad en asuntos que afecten a sus convicciones religiosas y/ó morales?. ¿Puede ese Gobierno prohibir, igualmente, actitudes sociales consonantes con el Derecho Natural ó celebraciones culturales tradicionales de ese mismo pueblo?. ¿Tiene autoridad para ello?. La respuesta es clara: NO.
En España se ha llegado a un punto en el que matar a tu hijo antes de alumbrarlo es tu derecho. Se defiende la vida del toro de lidia, (nacido para morir en la plaza), mientras matamos a los españoles del mañana antes de nacer. Se prohíbe a los médicos objetar contra la práctica del aborto, pero no se prohíbe, más bien se fomenta, la práctica abortiva. Se abre las puertas del Ejército a mercenarios extranjeros porque la conciencia de los españoles es contraria al servicio militar pero se prohíbe al español esa misma libertad de conciencia a la hora de defender la educación católica de sus hijos. Se prohíbe la libertad individual del fumador de llenarse los pulmones de monóxido de carbono (incluso en espacios abiertos), pero no se prohíbe a los medios de comunicación que embrutezcan nuestro intelecto con “programas basura”. Se prohíben las corridas de toros pero no se prohíben las películas pornográficas nocturnas en televisión. Se prohíbe la moralidad y se fomenta el libertinaje. Esto es el Mundo al revés.
En cierta página web he encontrado diversas prohibiciones que, aunque a mí me parezcan cuanto menos absurdas, bien pueden ilustrar y dar pié a esta caterva de gobernantes a continuar su “talante” prohibicionista. Ahí le dejo al Gobierno alguna de esas “perlas” por si quiere seguir sacando prohibiciones de su chistera:
“Se prohíbe: pellizcar a la cantante (bar en Cádiz), calentar bocadillos en los hornos del laboratorio (centro de investigación en Málaga), orinar en lavabos y duchas (campo de deportes en El Escorial), sonarse sin pañuelo (colegio de Almería), sobar los cuadros (galería de arte en La Coruña), quitarle la comida al mono (zoológico en Grecia), preguntar por “la Dolores” (estación de autobuses en Calatayud), ponerse enfermo los fines de semana a partir del viernes a las 3 de la tarde (Ayuntamiento de Zagra, en Granada), subirse a las ventanas para espiar las fiestas privadas (Ayuntamiento de Pachuca, en Méjico), arrojar cadáveres desde la colina (Medellín en Colombia), cantar mal y si cree que canta bien, váyase a la puta calle (bar en San Sebastián), escupir, eructar ó tirarse pedos (Casino Recreativo e Instructivo de Amposta), defecar en las piedras del rompeolas (Puerto Artesanal de Acaputla, en El Salvador) ó asustar al león (Circo Atlántico)”.
Como puede verse, todo es regulable, todo es legislable y todo puede ser objeto de prohibición si un buen gobierno liberal se pone manos a la obra. El problema es que todas esas cosas que se prohíben en España y en el Mundo son cuestiones que dependen directamente de la educación del pueblo y de la de sus propios gobernantes. Con mayor educación, no sería necesario prohibir tantas cosas. El Gobierno se empeña en prohibir, prohibir y prohibir pero no le presta la mayor atención a educar, educar y educar. Y cuando lo hace, más vale que no lo hiciera porque en lugar de educar, maleduca.
Como dijimos en anterior artículo, contra esta batería de leyes absurdas, la única postura inteligente es la de obedecerlas por su rango de ley pero no cumplirlas por su estupidez. Y puestos a prohibir, por favor, ¿por qué no prohíben que salga la cara de la Ministro de Sanidad en la tele?.

Manuel Nieto de Nevares.

Etiquetas: autoridad, disparates, Gobierno, Prohibiciones






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