Re: Dar gracias a Dios
Muchas gracias por vuestro apoyo e interés. Lo cierto es que lo peor ha sido después cuando la cabeza le da vueltas a lo sucedido buscando las razones. Pero, tal como me indicó un agente de la G.C., se dieron un conjunto de factores. Sin embargo, algo sobre lo que he meditado es lo frágil que es nuestra existencia. Al igual que estoy aquí, podía haberme quedado en el sitio y me pregunto dónde está la línea separadora. Por eso, gracias a Dios, a la Santísima Virgen María, al Ángel de la Guarda (con mayúsculas, que cada cual tiene el suyo aunque no sepamos su nombre), y hasta a San Antonio de Padua, del que mi madre es muy devota y siempre le pide por mi.
Desde luego fue muy desagradable aunque muy rápido, duró prácticamente unas fracciones de segundo seguidas de unos golpazos -frontal y lateral izquierdo-, seguidos de otro instante de quietud total en el que la mente se queda en blanco hasta tomar conciencia de lo que acaba de suceder. Es una experiencia que deseo que jamás la tengáis. A mi me ha hecho algo más prudente -o conducir con más mieditis, no lo sé-, y espero que sea algo definitivo y que no se me olvide con el tiempo.
De nuevo mi agradecimiento y un abrazo a todos.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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