Re: ¿Qué pasa con la señal de STOP?
Muy bueno, si señor 
Pero como acá la DGT tiene asumido -que para eso estamos en la UE, que ha de ser en el idioma bárbaro, lo suyo sería que en las autoescuelas explicasen con claridad que ordena, manda, exige, la dichosa señal. Recuerdo que en una de esas ocasiones en las que yendo yo por mi correcto sentido, el que estaba en la parada obligatoria, se la saltó y nos quedamos a muy poca distancia del accidente, que hubiese pagado su seguro de todas, todas, además de la correspondiente sanción económica mas retirada de puntos de su permiso de conducir. Se entabló la habitual discusión, en la que nadie suele razonar correctamente, aunque los hay cuando tienen razón que intentan demostrar el error, o la infracción cometida por el otro, inútilmente todo sea dicho, pero en esa ocasión yo saqué una enseñanza y una conclusión: me afirmó que él había "hecho" la parada obligatoria, lo que era cierto, pero se olvidaba que la infracción estaba en la segunda parte, es decir, mientras haya otro vehículo en la calzada, quedarse quieto. Es válida la maniobra de parar, mirar y seguir, pero si no hay nadie. La conclusión que saqué es que no le habían enseñado correctamente, o no lo había entendido. Si se debía a la primera posibilidad, la responsable era la autoescuela en la que se había preparado, pero si era la segunda, la responsabilidad era suya por que tiene la obligación legal de enterarse y aprender correctamente las normas y el significado de las señales.
Sin embargo, yo que soy mal pensado, tengo la convicción de que fue un acto más de chulería y prepotencia, que sabía sobradamente que estaba haciéndolo mal, pero debió decirse "que se joda". La pena es que en esa intersección, donde confluyen dos carreteras y una salida de una vía urbana, nunca está ni la Guardia Civil, ni la Policía Local, para denunciar semejantes conductas temerarias, pues de cada 100 vehículos que se ven obligados a parar, 80 no respetan la señal, y soy testigo de ello. He llegado a ver individuos que ni siquiera hacen el ademán de parar. El día en el que se produzca un accidente, como haya muertos, alguno de ésos termina en la cárcel.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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