Alfonso Junco Voigt 1896-1974
Filósofo de la historia, escritor, poeta e ideólogo católico mejicano. Nace el 25 de febrero de 1895 en Monterrey, hijo de Elisa Voigt y del escritor y periodista Celedonio Junco de la Vega, nieto del asturiano Manuel Junco Vega, y muere en la Ciudad de Méjico el día de la Hispanidad de 1974.
Su ardorosa defensa del español, de España y de la Hispanidad, de la Virgen de Guadalupe, de Isabel la Católica, de Hernán Cortés; sus puntualizaciones sobre la Inquisición y los episodios más controvertidos de la historia de Méjico, su opción por la grafía moderna de Méjico frente a la arcaica de México (vestigio del Antiguo Régimen conservado por influencia del dominico fray Servando), sus ataques al “indigenismo descaminado y angosto, adorador del dialecto y de la orejera y del collar, que busca ejemplares de aborígenes como buscaría ejemplares de fauna exótica, que suele prescindir de lo hispánico y aun repudiarlo, para quedarse con el indio en vivas plumas”, &c., han provocado tanto la damnatio memoriae de su persona como una selectiva memoria histórica sectaria promovida contra él por sus enemigos y otros compañeros de viaje más o menos malvados, despistados o tontos.
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Como ensayista desarrolló, simultáneamente, una tarea de cierto valor. En 1927 publicó Fisonomías y, en los años siguientes, La traición de Querétaro (1930), Cristo (1931), Motivos mexicanos (1933) e Inquisición sobre la Inquisición (1933). Bien mirados ambos aspectos de su producción, confrontados con el nacimiento de una poesía y un pensamiento mexicanos más avanzados, puede hablarse de un Junco reaccionario, que pierde su significación en el contexto histórico de las letras mexicanas.
Su hispanismo no solo le llevó a una fidelidad absoluta a la lengua de Castilla, sino a una cierta servidumbre lingüística, que en los años siguientes se tradujo en incondicionalidad política hacia los acontecimientos posteriores a la Guerra Civil española. Su producción fue, en todo caso, incesante. Cabe destacar, entre sus más conocidos ensayos, Un siglo de México: de Hidalgo a Carranza (1934), Cosas que arden (1934), Carranza y los orígenes de su rebelión (1935), Gente de México (1937), Sangre de Hispania (1940), Tres lugares comunes (1943) y Egregios (1943).
Director de la revista de arte y literatura Ábside y miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, colaboró en los diarios El Excelsior, El Universal y otras publicaciones. Numerosos fueron sus ensayos y frecuentes, desde 1947, sus viajes a España. En 1950 fue nombrado miembro titular del Instituto de Cultura Hispánica y, en 1973, galardonado con el premio Miguel de Cervantes.»
(Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo-Americana, Apéndice 1934-2004, Espasa-Calpe, Madrid 2004, tomo 5, pág. 3909.)
Alfonso Junco 1896-1974
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