Isidro Gomá y Tomás, apóstol de la Hispanidad
Cesáreo Jarabo 03/11/2023
Nació el 19 de agosto de 1869 en La Riba (Tarragona), y falleció en Toledo el 22 de agosto de 1940. Cardenal primado, teólogo.
En la Universidad de Tarragona se doctoró en Filosofía y en Derecho Canónico, y en la de Valencia lo hizo en Teología.
Fiel apóstol de la Hispanidad, en 1897 pasó a ser primero docente del Seminario Pontificio de Tarragona y su rector en 1899, cargo que desempeñaría durante diecinueve años, tras lo cual, en 1922, pasaría a ser arcediano de la catedral de Tarragona, en cuyo puesto desarrolló el cultivo de la oratoria sagrada, alcanzando fama mundial.
Y fiel apóstol de la Iglesia, el 24 de abril de 1931, diez días después de la proclamación de la II República, dirigió a los fieles la pastoral “Los deberes de la hora presente” en la que hacía público que:
Es deseo de la Santa Sede que VE. recomiende a los sacerdotes, a los religiosos y a los fieles de su diócesis, que respeten los poderes constituidos y obedezcan a ellos, para el mantenimiento del orden y para el bien común.
Dos semanas después, los días 11 y 12 del mes de mayo, ardían más de cien edificios religiosos en Madrid, Valencia, Alicante, Murcia, Sevilla, Málaga y Cádiz.
A efectos políticos, la pastoral no obtuvo grandes resultados, siendo que el gobierno decretó el 15 de junio la expulsión del cardenal primado don Pedro Segura y Sáenz. Y sería dos años después, el 12 de abril de 1933, cuando Isidro Gomá fuese nombrado Arzobispo Primado.
No recibía don Isidro un camino de rosas. El Gobierno Civil ponía trabas, y prohibió a los toledanos colgar adornos en los balcones, lo que no impidió un lleno en la Catedral para darle la bienvenida. No obstante, recibió la felicitación por parte de Manuel Azaña, presidente del Consejo de Ministros.
Su labor pastoral conoció en primera persona los avatares del momento, lo cual no le impedía realizar actos apostólicos y culturales en diversos lugares; así el 12 de Octubre de 1934, y mientras se producía la Revolución que se llevaba por delante la vida de multitud de religiosos, monseñor Gomá pronunciaba en Buenos Aires su “Apología de la Hispanidad”, donde proclamaba:
¡Excelsos destinos los de España en la historia, señores! Dios quiso probarla con el hierro y el fuego de la invasión sarracena; ocho siglos fue el baluarte cuya resistencia salvó la cristiandad de Europa; y Dios premió el esfuerzo gigante dando a nuestro pueblo un alma recia, fortalecida en la lucha, fundida en el troquel de un ideal único, con el temple que da al espíritu el sobrenaturalismo cristiano profesado como ley de la vida y de la historia patria.
El mismo año en que terminaba en Granada la reconquista del solar patrio, daba España el gran salto transoceánico y empalmaba la más heroica de las reconquistas con la conquista más trascendental de la historia.
América es la obra de España por derecho de invención.
Durante más de dos años ejerció la Primatura sin haber sido nombrado cardenal. El nombramiento tendría lugar el 19 de diciembre de 1935, y con el mismo surgiría la duda sobre cual sería la primatura de España, ya que existía un antiguo pleito entre Toledo y Tarragona, y justamente de Tarragona era natural Isidro Gomá.
Movido por esa duda escribió al nuncio, cardenal Tedeschini:
No se le ocultará a V.E. lo difícil y delicado de mi situación. Nacido en Cataluña y amante de mi tierra y de sus glorias, nunca oculté tampoco mi amor hacia la Patria grande, dentro de la cual caben todas las manifestaciones de la personalidad de cada región. Mas no bastó esto para evitar que en ciertos medios se insinuase maliciosamente, por el solo hecho de mi origen catalán, que había sido yo nombrado para esta Sede precisamente para facilitar la amputación de sus derechos primaciales.
Pero los temores no tenían ninguna base.
Los tiempos convulsos llevaron a que el 17 de julio de 1936 fuese asesinado Calvo Sotelo. En esas fechas el cardenal estaba de viaje a Tarazona de Aragón, su antigua diócesis, y sin lugar a dudas eso le salvó la vida. Pretendió volver…, pero el palacio arzobispal había sido asaltado y convertido en cuartel general del ejército rojo, por lo que don Isidro se dirigió a Pamplona. El mismo ejército que ocupó el palacio asesinó a 42 religiosos adscritos a la Catedral toledana.
Iniciada la guerra, la propaganda del clero separatista vasco difundía en el Vaticano noticias contrarias a la verdad. Para aclarar el asunto, se desplazó a Roma para exponer al cardenal Pacelli, futuro Pío XII, con la intención de que el Vaticano reconociese al gobierno de Burgos, y en noviembre difundía su escrito “El caso de España” en el que señala:
Nos place hacer el honor debido a los Obispos y fieles de muchas naciones que por nuestro conducto han querido expresar al pueblo español su admiración por la virilidad, casi legendaria, con que gran parte de la nación se ha levantado para librarse de una opresión espiritual que contrariaba sus sentimientos y su historia, al par que algunas de ellas socorrían con largueza nuestras necesidades creadas por el terrible azote. Es la expresión del vínculo de caridad cristiana que, como une entre sí a individuos y familias y lo acerca más en días de tribulación, así lo hace del internacionalismo católico, en que todos formamos el gran cuerpo místico cuya Cabeza es Jesucristo, nuestro Padre y Señor.
Esta actividad hizo que el Papa lo designara su “representante confidencial y oficioso” ante el Gobierno nacional, que además dio lugar a una declaración de adhesión por parte del Vaticano al general Franco, pero no a su Gobierno.
La actividad del prelado era frenética; así, en respuesta a José Antonio Aguirre, que aseguraba que la guerra no era religiosa sino económica, Gomá sentenció: «Es en el fondo, guerra de amor y de odio por la religión».
Lo curioso, después de todo es que, según aseveró el General Mola a Franco… y Franco a Gomá, el PNV había estado comprometido, al principio, con el alzamiento militar. Fue la noche del 18 de julio cuando cambió de bando, presionado por Indalecio Prieto.
Como se deduce de lo señalado, el Cardenal Gomá fue vital durante la guerra civil. En defensa del Alzamiento se manifestó no sólo en el Vaticano sino en todos los ámbitos; así difundió por el mundo su alegato en “El caso de España”, redondeando su labor con la Carta colectiva del Episcopado español, de la que fue principal redactor, y que fue respaldada por todos los obispos que habían sobrevivido.
A excepción de Mateo Múgica, obispo de Vitoria, que aún estando de acuerdo había sido repudiado por la Junta de Burgos, y Vidal y Barraquer, cardenal de Tarragona que estaba en Italia, y no en Inglaterra como era su gusto, gracias a que Companys le liberó de ser combustible de la central térmica de Badalona, lugar al que en ese momento el mismo Companys estaba destinando a centenares de barceloneses.
Este importante manifiesto de los obispos fue hecho público el 1 de julio de 1937, y en el mismo se señalaba lo siguiente:
La revolución fue esencialmente antiespañola. La obra destructora se realizó a los gritos de ¡Viva Rusia!, a la sombra de la bandera internacional comunista. Las inscripciones murales, la apología de personajes forasteros, los mandos militares en manos de jefes rusos, el expolio de la nación a favor de extranjeros, el himno internacional comunista, son prueba sobrada del odio al espíritu nacional y al sentido de la patria.
Pero sobre todo la revolución fue anticristiana.
Contamos los mártires por millares. Su testimonio es una esperanza para nuestra pobre patria, pero casi no hallaríamos en el martirologio romano una forma de martirio no usada por el comunismo, sin exceptuar la crucifixión, y en cambio hay formas nuevas de tormento que han consentido las sustancias y las máquinas modernas.
En la Carta se definía al Alzamiento como “cruzada”, pero ello no implicaba que Gomá concediese carta blanca a las tropas nacionales; así, tuvo manifiestos enfrentamientos en defensa de los derechos de la Iglesia y de la dignidad humana, y es que en la misma se limitaba a exponer los acontecimientos sufridos por España, ante los que la Iglesia no podía permanecer indiferente.
Cuando se publicó la Carta colectiva, habían sido asesinados 11 Obispos y centenares de sacerdotes y fieles.
Una vez alcanzada la paz, Gomá se manifestó en defensa del bilingüismo, sobre el que emitió su pastoral “Lecciones de la Guerra y deberes de la Paz”, que fue censurada.
En 1940 fue nombrado miembro de la Real Academia Española, ocupando el sillón T, pero sería por breve espacio de tiempo, dado que, habiendo empeorado el cáncer que padecía, fallecía en Toledo el 22 de agosto.
https://espanaenlahistoria.org/perso...la-hispanidad/
El cardenal arzobispo Gomá, nada menos que Primado de las Españas, fue (digan lo que quieran los actuales revisionistas del pensamiento eclesial "correcto"), acérrimo partidario de Franco, y puede considerársele el propulsor de lo que años adelante se conocería como nacional-catolicismo. Ahí están sus numerosos escritos que no dejan lugar a dudas. Como ejemplo sirva un texto de su larga carta pastoral "Catolicismo y Patria" (1939) donde casi al final puede leerse, como conclusión, una alabanza de Franco y su proyecto de hacer católica a España desde el Poder:
"... Pero, contra todo ello, esperamos el resurgimiento del Catolicismo en nuestra Patria. Lo presagia la decidida voluntad del Jefe del Estado, que reiteradamente ha dicho que, por exigencia de nuestra historia y por convicción personal, el Catolicismo ha de ser el nervio de la España futura. Hoy mismo, al derogar la Ley de Confesiones y Congregaciones, dice el Jefe del Estado español: “Es notorio que en nuestra Patria no hay más que una confesión religiosa, que marcaron los siglos con singular relieve, que es la Religión Católica, “inspiradora de su genio y tradición”. No podía en menos palabras comentarse la verdad que hemos querido demostrar en esta Pastoral: El Catolicismo y su valor de Patria. La nuestra, España, es lo que es por el Catolicismo. “Los poderes de los Estados, nos decía pocos meses ha nuestro Santísimo Padre, hacen hoy de los pueblos lo que quieren”. Demos gracias a Dios de que se quiera hacer de España un pueblo católico desde las alturas del poder.
Lo anuncia, además, la nueva legislación del Estado, que en su trayectoria general está informada del espíritu católico. Y confirma nuestra esperanza, amados diocesanos, el innegable resurgir religioso que hemos observado en la parte liberada de nuestra querida Archidiócesis. Tanto nos consuela este hecho, que no cesamos de dar gracia a Dios por ello y os alabamos ante todos, “para que la Iglesia reciba edificación”, como reza nuestro lema. Quiera Dios que en todas partes la prueba tremenda sea estímulo que levante nuestro pueblo a Dios..."
Fueron ambos jefes de España, el político y el religioso, quienes proyectaron e implantaron el "nacionalcatolicismo"; no fue sólo cosa de Franco.
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Última edición por ALACRAN; 29/12/2023 a las 16:30
"... Los siglos de los argumentadores son los siglos de los sofistas, y los siglos de los sofistas son los siglos de las grandes decadencias.
Detrás de los sofistas vienen siempre los bárbaros, enviados por Dios para cortar con su espada el hilo del argumento." (Donoso Cortés)
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