Virrey de la Nueva Granada, nacido en Córdoba, España, el 16 de febrero de 1700, muerto en Madrid, en 1783. Marqués de la Vega de Armijo, caballero Gran Cruz de Justicia de la Orden de San Juan, gentilhombre de cámara de Su Majestad, caballero y comendador de la Llave Dorada, Pedro Messía de la Cerda, en su viaje a ocupar el Virreinato de la Nueva Granada, trajo como médico personal a José Celestino Mutis. Hijo de Luis Rodrigo Messía de la Cerda, marqués de la Vega, caballero de Calatrava y veinticuatro de Córdoba, ingresó a la armada como guardia de marina. Al terminar sus estudios, asistió a la conquista de Cerdeña y a la reconquista de Sicilia. En 1719 participó en varios combates contra los ingleses y en 1726 ascendió a alférez de fragata. Después de participar en diversas acciones bélicas y de recibir sucesivos ascensos en su carrera militar, fue promovido a capitán de navío en 1745. En 1753, cuando estaba en Cartagena ocupando un cargo militar que le obligaba a perseguir a corsarios y contrabandistas, tuvo que recibir y agasajar a José Solís Folch y Cardona, quien había sido nombrado virrey en la Nueva Granada y al cual, años más tarde, le recibiría el cargo. En 1755 Pedro Messía fue ascendido a teniente general de la Real Armada, y dos años después se le nombró en el Consejo Supremo de Guerra. En marzo de 1760 fue nombrado virrey del Nuevo Reino de Granada, y ese mismo año, en octubre, llegó a Cartagena para ocupar el cargo. A finales de febrero de 1761 entró a Santafé, donde fue recibido con el ceremonial del caso. En septiembre del siguiente año el virrey viajó nuevamente a Cartagena, al enterarse de que los ingleses habían bloqueado La Habana. Conjurado el peligro, se dirigió nuevamente a la capital a mediados de 1763. En desarrollo de las gestiones propias de su cargo, Messía se preocupó por el incremento de las reales rentas, en particular por la del aguardiente, que era la que más ingresos proporcionaba, aunque su consumo era señalado como altamente dañino para la población. Impuso igualmente la renta sobre el tabaco, siguiendo las instrucciones reales sobre el particular, y trató de estimular la actividad minera del reino. Bajo su administración se estableció la fábrica de pólvora en la capital y la de salitres en Tunja. Apoyó al gobernador del Darién para controlar las invasiones de los indios cunas. También adelantó campañas contra los indios chimilas y contra los guajiros, que no se habían sometido al yugo español, aunque con poco éxito. Paralelamente buscó promocionar las misiones, aunque tampoco obtuvo mayores resultados. Afrontó el ataque de los indios del pueblo de Coyaima, quienes dieron muerte e incendiaron la casa de un vecino e hicieron huir al corregidor; y apaciguó a la población de Neiva que, en 1767, se había rebelado contra el gobernador provincial. Ese mismo año el virrey hizo cumplir la real cédula de Carlos II que dispuso el extrañamiento de los jesuitas del reino, y dirigió el establecimiento de mecanismos para administrar los bienes que les fueron confiscados. En 1771 el rey atendió su solicitud para regresar a España, una vez se posesionara el nuevo virrey, Manuel Guirior. El 14 de septiembre de 1772 Messía salió para Cartagena y un mes más tarde le entregó el mandado a su sucesor. Diez años después de su regreso a España, en 1783, murió [Ver tomo l, Historia, pp. l52-153 ] .
Marcadores