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Tema: Miguel Ángel

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Toronjo Miguel Ángel 30/06/2009, 20:23
Toronjo Respuesta: El Arte en la... 30/06/2009, 20:35
Toronjo Respuesta: El Arte en la... 30/06/2009, 20:47
Toronjo Respuesta: El Arte en la... 30/06/2009, 20:59
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    Respuesta: El Arte en la pintura.

    Miguel Angel

    Escritores, Artistas y Filósofos. Miguel Ángel. Parte III.

    En el año 1527, el David, la famosa escultura de Miguel Ángel (Caprese, cerca de Arezzo, 1475-Roma 1564) situada en la plaza de la Señoría de Florencia sufrió un accidente. Sucedió que algunos jóvenes republicanos florentinos, aprovechando el paso de los lansquenetes que se dirigían a Roma, intentaron una revuelta atrincherándose en el Palacio Viejo. Fue en estas circunstancias cuando el David perdió el brazo, al ser golpeado por un banco lanzado desde la galería del palacio. Según parecen el brazo roto del David estuvo durante tres días tirado en la plaza, hasta que el joven pintor de diecisiete años Francesco Salviati y Giorgio Vasari, desafiando a los soldados, recogieron los trozos y los escondieron en la casa del primero. Poco tiempo después, el duque Cosme I de Médicis, mandó hacer la restauración de la escultura.Cuando el 6 de mayo de 1527 comenzó el denominado “saco de Roma” por parte de las tropas del emperador Carlos V, al Papa Clemente VII no le quedó más remedio que, temiendo por su vida, refugiarse en Castel Sant'Ángelo. Mientras, en Florencia, su regente, el cardenal de Cortona asustado por las noticias que recibía de Roma decidió huir con los jóvenes Hipólito y Alejandro de Médicis, sobrinos del Papa Clemente VII. Los florentinos decidieron entonces formar un gobierno popular nombrando como gonfaloniero a Niccolo Capponi. Cuentan que Miguel Ángel, que en esos momentos trabajaba en las tumbas de los Médicis en la Sacristía Nueva de la Iglesia de San Lorenzo, entregó la llave de dicha sacristía al banquero Pietro de Filippo Gondi para que escondiera en ella sus cosas y las de su hermana.
    Según la historia, tras el “saco de Roma” los miembros de la familia Médicis son expulsados de la ciudad de Florencia donde se había establecido un gobierno popular. Cuentan además las crónicas de la ciudad que el famoso Miguel Ángel llegó, incautamente, a afirma que el palacio Médicis de la vía Larga tendría que ser derribado para hacer sitio a una “plaza de mulas”. Parece ser que con esta alusión se refería a los bastardos de la familia Médicis, Hipólito y Alejandro. No es de extrañar que el Papa Clemente VII, tío de ambos, tras llegar a sus oídos los comentarios de Miguel Ángel no le hiciera muchos encargos durante su pontificado.
    Cuentan las crónicas de Florencia que en 1528 los representantes del pueblo florentino eligieron a Jesús Cristo Rey de la ciudad; hacían esto mientras esperaban la intervención del rey de Francia Francisco I contra el ejército de Carlos V, que asediaba la ciudad desde hacia ya cinco meses. Para la defensa de la ciudad durante este asedio Miguel Ángel construyó los bastiones de la zona de San Miniato. Parece ser que los florentinos hicieron tierra quemada y destruyeron todo, salvándose sólo la Cena pintada por Andrea del Sarto en el Monasterio de San Salvador.Durante el asedio de la ciudad de Florencia en 1528 algunos ciudadanos llegaron a opinar que estarían mejor bajo las “pelotas”, haciendo referencia al emblema de los Médicis, que bajo la soberanía del pueblo... Para burlarse, los florentinos jugaron al balón en la Plaza de Santa Croce mientras tocaban los pífanos sobre los techos de la iglesia. Finalmente, y tras la aparición de la peste fue acordada la rendición en Gavinana. La garantía de que no se produciría ningún saqueo le costó a la ciudad de Florencia 80.000 florines de oro.
    Según recogen sus biografías el 2 de julio de 1528 murió el hermano de Miguel Ángel, llamado Buonarroto. Al parecer se vio afectado por la epidemia de peste que asoló la ciudad de Florencia durante su asedio por las tropas del emperador Carlos V ese mismo año. Parece ser que Buonarroto murió entre los brazos del Miguel Ángel, que en ningún momento temió contagiarse de la terrible enfermedad.



    Parece ser que en agosto de 1528 Miguel Ángel Buonarroti (Caprese, cerca de Arezzo, 1475-Roma 1564) recobró el famoso mármol que le entregó Pier Soderini y que luego fue bosquejado por el escultor Baccio Bandinelli, quien se lo había apropiado. Miguel Ángel comenzó a esculpir un Sansón con dos filisteos, pero tuvo que abandonar la obra cuando los Médicis regresaron a la ciudad de Florencia gracias al apoyo del emperador Carlos V.Según parece fue el joyero Piloto quien llevó por primera vez a Miguel Ángel al taller del escultor y orfebre Benvenuto Cellini (Florencia, 1500-Florencia 1571). En esa primera visita Miguel Ángel pudo ver como Cellini cincelaba una gran medalla de oro para el sienés Girolamo Marretti. Al parecer Miguel Ángel alabó tanto la obra, que Cellini se convirtió para siempre en admirador de Miguel Ángel Buonarroti, e incluso en sus memorias se reconoce como discípulo del genial artista.
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    Durante el año 1529, el artista Miguel Ángel recibió de la República de Florencia dos nombramientos. El primero en enero, como magistrado de los Nueve de la Milicia; y el segundo en abril, como Gobernador General de las fortificaciones ciudadanas. Finalmente no pudo realizar las fortificaciones proyectadas para San Miniato, debido a las numerosas misiones fuera de Florencia que le fueron encomendadas y que le distrajeron, según parece debido a un influyente personaje llamado Capón que quería mantenerlo alejado de la ciudad. Por ejemplo se sabe que fue enviado a Pisa y a Livorno para estudiar las fortificaciones del río Arno. También viajó a Ferrara, donde solicitó al duque Alfonso que le enseñara su sistema de defensa basado en fosos, con la idea de utilizarlos en Florencia.Según parece, la situación de la ciudad de Florencia durante el año 1529 no fue muy boyante, sobre todo si hacemos caso de lo que cuenta Miguel Ángel en su biografía. Al parecer después de su viaje a Ferrara en 1529 Miguel Ángel tuvo que prestarle a la República de Florencia la cantidad de 1000 escudos. Además, su dedicación a la República como Gobernador General de las fortificaciones hizo que desatendiera sus encargos como artista, sobre todo la capilla funeraria de los Médicis y la estatua del Hércules.
    A finales de 1529, y mientras ocupaba el cargo de Gobernador General de las fortificaciones de Florencia Miguel Ángel se percató de que Malatesta Baglioni había colocado la artillería fuera de los bastiones de la ciudad y sin defensa. Miguel Ángel decidió así informar al gonfaloniero Carducci quien además de no hacerle caso le expulsa de la ciudad. Miguel Ángel decidió así huir de la ciudad de Florencia, instigado por Rinaldo Corsini que le advierte de un inmediato regreso de los Médicis. Miguel Ángel escapa inmediatamente a Venecia a caballo, acompañado por Corsini, Antonio Mini y por el joyero Piloto. Tiene la intención de continuar hasta Francia. Miguel Ángel cuenta en su biografía, que cada uno de ellos llevaba un abrigo lleno de escudos de oro.


    Durante el viaje de huída de Florencia, Miguel Ángel (Caprese, cerca de Arezzo, 1475-Roma 1564) y sus compañeros se detuvieron en una posada de Ferrara, desconociendo que el duque Alfonso de Este, temeroso de los acontecimientos relacionados con el asedio de Florencia, había dado la orden de anotar los nombres de todos los extranjeros. Teniendo noticias de su llegada, el duque hizo conducir a la corte de Ferrara a Miguel Ángel, que estaba muy irritado por haber sido reconocido, por no tener regalos que ofrecer al duque y por los 12.000 escudos que había dejado en la posada. Al parecer, el duque, viéndolo tan desamparado, lo llenó de regalos y de amabilidades, rogándole que pidiera todo cuanto desease e invitándolo a quedarse en su corte, al menos durante la guerra.Cuenta Miguel Ángel que, vencido por la abrumadora cortesía del duque de Ferrara, no se le ocurrió otra cosa que, ofrecerle a éste los 12.000 escudos que escondía en su abrigo y que había dejado en la posada, a cambio de partir cuanto antes hacia Venecia. El duque rechazó la oferta e intentó una vez más retenerlo haciéndole visitar su palacio y admirar su retrato hecho por Tiziano. Al final, Miguel Ángel logró volver a la posada, dónde el tabernero había recibido la orden de servirle del mejor modo y, posteriormente partir hacia Venecia, donde sería hospedado por el florentino Bartolomé Panciatichi.Según las crónicas de la ciudad de Florencia, el 30 de septiembre de 1529 Miguel Ángel, huido de Florencia, es declarado rebelde. Al pintor Andrea del Sarto se le encarga pintar a los rebeldes como ahorcados sobre las paredes del Palacio Viejo. Cuentan que Andrea, no queriendo tener el fin de Andrea del Castagno, que fue llamado “Andrea de los ahorcados”, simuló que las pinturas habían sido realizadas por su alumno Bernardo del Buda, aunque en realidad las había hecho él mismo. Cuentan además que retrasó la realización del retrato de Miguel Ángel, por la gran admiración que sentía por él, hasta que el bando fue quitado.
    Durante su estancia en Venecia, tras su huida de Florencia, Miguel Ángel se encuentra con Tommaso Soderini y Niccolò Capponi, enviados por la República florentina en misión diplomática ante en emperador Carlos V para acabar con el asedio de la ciudad. Cuentan que Miguel Ángel reprochó duramente a Niccoló Capponi por el fracaso en las negociaciones con el emperador, considerándolo único responsable. Al parecer a causa de esto, Capponi fue presa de una violenta fiebre que le causó la muerte siete días después.
    A finales de octubre de 1529 los soldados del conde de Orange han completado el cerco a la ciudad de Florencia. Parece ser que Ludovico Buonarroti, padre de Miguel Ángel, fue nombrado, como oficial al servicio de la República florentina, alcalde de la cercana ciudad de Castelfranco. Cuentan las crónicas que por miedo al asedio Ludovico desertó de su cargo y se refugió en la ciudad de Pisa.Durante el mes de octubre de 1529 la República de Florencia realiza diversos intentos para lograr el regreso de Miguel Ángel a Florencia. Así, le fue encargado al orador florentino Galeotto Giugni el invitar a Miguel Ángel a Ferrara para rogarle que regresara a Florencia. Posteriormente la Señoría florentina le confió a Bastiano, cantero amigo de Miguel Ángel, un salvoconducto para hacerlo regresar de Venecia con toda seguridad. También el duque Alfonso de Ferrara le proporcionó a Miguel Ángel un salvoconducto para que pudiera atravesar su ducado en su camino de regreso a Florencia. Finalmente convencido, el 11 de noviembre de 1529 Miguel Ángel parte de Venecia para regresar a Florencia.
    Al parecer Miguel Ángel decidió regresar a Florencia antes de que fuera revocada su rebeldía a la República florentina. Finalmente el 23 de noviembre de 1529 la República florentina revoca el bando de rebelde contra Miguel Ángel y cambia su condena por la pena civil de interdicción en el Consejo Mayor por 3 años. Pese a esta prohibición se le otorga la facultad de solicitar la admisión a dicho consejo cada año.


    En el año 1530 el emperador Carlos V, en guerra contra el Papa Clemente VII y sus aliados, pone a Florencia en estado de asedio, bombardeándola desde las colinas cercanas a San Miniato. La población florentina además de estar asediada se vio afectada por una epidemia de peste, que la redujo a la mitad. Según cuentan las crónicas de la ciudad 44.000 muertos yacían insepultos fuera de las murallas. Para animar a los ciudadanos, algunos jóvenes florentinos decidieron leer y comentar una oración a la milicia en las principales iglesias de Florencia: Luigi Alamanni en Santa Croce. Pier Filippo Pandolfini en San Lorenzo, Pier Vettori en Santa Maria Novella, Bartolomeo Cavalcanti en Santo Espíritu.Fue durante este asedio a la ciudad de Florencia cuando, en señal de mofa y escarnio a los sitiadores se organizó, el 17 de febrero de 1530, el primer partido de calcio in costume o calcio histórico (fútbol antiguo), como se denomina en la actualidad. Parece ser que además para que los sitiadores oyeran perfectamente como se divertían durante el juego de pelota, pusieron trompeteros sobre los techos de las casas.Tras un largo asedio, el 13 de agosto de 1530 los franceses entran finalmente en Florencia. Saquearon toda la ciudad, incluidas las iglesias, también el famoso tesoro de la iglesia de la Santa Croce. Según la biografía de Belli, Miguel Ángel (Caprese, cerca de Arezzo, 1475-Roma 1564) temiendo por su vida, se escondió, primero en la casa de Bugiardini, luego en el campanario de San Niccolo, y finalmente en los subterráneos de San Lorenzo. Su casa fue saqueada por los emisarios de Baccio Valori y Miguel Ángel, como consecuencia, se vio reducido a la miseria.Cuentan la biografían de Miguel Ángel que aprovechando la confusión producida por la entrada de los franceses en Florencia, Bartolommeo Ammannati y Nanni de Baccio Bigio entraron en la casa de Antonio Mini y robaron muchos dibujos de Miguel Ángel que allí había. Tras ser descubiertos, son condenados por el Consejo de los Ocho y sólo la intercesión de Miguel Ángel, les salvó de una pena severa. Miguel Ángel tuvo que esculpir un Apolo para Baccio Valori, para salvarse y para obtener la gracia del Papa Clemente VII. Según parece, Valori, no satisfecho con la estatua, le exigió también a Miguel Ángel el diseño de un palacio.En el año 1531 Miguel Ángel compra en Roma una casa en Macel de Corvi. La casa tiene una galería exterior y un huerto. En la planta baja tiene además una habitación utilizada por Miguel Ángel como taller, y que según cuentan estaba siempre llena de esquirlas de mármol; además había un comedor y un sótano. En la primera planta había dos habitaciones, una de ellas con una cama de hierro y un jergón, un aparador para los paños y un arca con llave para el dinero y los dibujos. Cuando Miguel Ángel entró en ella por primera vez la encontró llena de telarañas, al limpiarla descubrió que en la escalera había dibujado un esqueleto, con la siguiente inscripción:Os digo a vosotros, que al mundo habéis dadojunto al alma y el cuerpo, el espíritu:en esta caja oscura está vuestro lado.
    Parece ser que Miguel Ángel, durante sus numerosas estancias en Roma para atender los encargos de los distintos Papas residió siempre en la casa comprada en 1531 en la zona de Macel de Corvi, todo pese a que era una casa de lo más pobre. Cuentan de Miguel Ángel que, aunque llegó a hacerse rico gracias a su arte, vivió siempre como si fuera pobre. Todo lo contrario a otros artistas contemporáneos de él, que gracias a sus ingresos vivían en lujoso palacios rodeados de comodidades.


    Según las crónicas de la ciudad de Roma, los restos de la casa de Miguel Ángel (Caprese, cerca de Arezzo, 1475-Roma 1564) en Roma estuvieron, hasta el año 1885 en el número 212 del callejón de Fornari. En ese año, fueron demolidos cuando se iniciaron los trabajos para la construcción del monumento a Víctor Manuel II, primer rey de Italia. Dicho monumento fue inaugurado finalmente en el año 1911. Se perdieron así los restos de la casa de Miguel Ángel en Roma, y no ocurrió como con las casas de otros artistas, que fueron finalmente convertidas en museos.Muy pocos saben que al genial artista Miguel Ángel no le gustaba pintar animales, plantas o bodegones. Quizá fue esta la razón por la que no soportó la intromisión del pintor y estuquista Giovanni da Udine (Udine, 1487-Roma, 1564) cuando retomó las negociaciones con el Papa Clemente VII para el estucado de la Sacristía Nueva de San Lorenzo. Al parecer a Giovanni de Udine le apasionaba pintar todo tipo de naturalezas muertas. Quizá la razón principal por la que a Miguel Ángel no le gustaba Giovanni de Udine era porque éste era amigo y colaborador de Rafael, con quien nuca se llevó bien. Por eso cuentan que todo lo que tenía que tratar con Giovanni lo hacía por medio del pintor Sebastiano del Piombo.
    Muchos sabrán que la tumba del Papa Julio II fue un proyecto además de largo, costoso. Su duración se alargó en el tiempo debido al fallecimiento del propio Julio II, y a las dudas de sus herederos de financiar el ambicioso proyecto realizado por Miguel Ángel por encargo de Julio II. Así en 1532 Miguel Ángel realizó un nuevo contrato para realizar la tumba de Julio II; pero lo realmente curioso es que Miguel Ángel para hacer frente al nuevo contrato tuvo, en lugar de recibir dinero, que vender algunas de sus propiedades.
    Según cuentan las crónicas de la época, fue en el año 1532 cuando a través del escultor Pierantonio, quien había ayudado a Miguel Ángel en la realización de las tumbas de los Médicis en la Sacristía Nueva de San Lorenzo, que Miguel Ángel conoció al joven escultor Tommaso Cavalieri o del Cavaliere. Según parece se trataba de un muchacho muy guapo, y según cuenta las malas lenguas Miguel Ángel enamorado de él, lo tomó inmediatamente como ayudante. Según parece fue el modelo utilizado por Miguel Ángel para el rostro del Cristo Juez del Juicio Universal de la capilla Sixtina.
    Sabemos por una carta del pintor Sebastiano del Piombo a Miguel Ángel que, el Papa Clemente VII no estaba satisfecho con la decoración de la bóveda de la Sacristía Nueva llevada a cabo por Giovanni de Udine durante la ausencia de Miguel Ángel de Florencia. Al parecer la decoración de la bóveda, realizada en poco tiempo, consistía en hojas y adornos varios de estuco y oro. Clemente VII la encontraba demasiado pobre, y sobre todo demasiado blanca, ya que sus preferencias se inclinaban más por los colores vivos, por considerarlos más bellos. Pero Miguel Ángel se negó a obedecer la solicitud del Papa de hacer enriquecer la decoración, tal y como podemos apreciar todavía hoy.Parece se que el retrato más conocido de Miguel Ángel no se debe a la factura del famoso artista. Al parecer en el año 1532 un miembro de la importante familia florentina de los Médicis, Octaviano, encargó al pintor Bugiardini un retrato de Miguel Ángel. Perdido con el transcurso del tiempo, actualmente se conoce gracias a las numerosas copias que de él se hicieron ya en su época.
    Fue en el año 1532 cuando el escultor y pintor italiano Baccio Bandinelli (Florencia, 1488- Florencia, 1560) convenció al Papa Clemente VII para que le devolviera el mármol que había empezado y que posteriormente fue entregado a Miguel Ángel. Esculpió en dicho mármol el grupo de Hércules y Caco colocado en la plaza de la Señoría de Florencia junto al David de Miguel Ángel. Parece ser que al contemplar este grupo escultórico, el también escultor y orfebre Benvenuto Cellini, amigo personal de Miguel Ángel hizo el siguiente comentario: “si Hércules se apartara el cabello comprobaríamos que su cabeza no es más grande que un cebollino, en cambio su cuerpo parece un saco de melones apoyado en un muro."

    Según cuentan las crónicas de la ciudad de Florencia, cuando en 1534 el grupo escultórico de envidioso artista Baccio Bandinelli, Hércules y Caco, fue colocado por el arquitecto Baccio d'Agnolo en la plaza de la Señoría en Florencia, junto al David de Miguel Ángel, no fue muy bien visto. Entre los que estaban descontentos estaba el mismísimo Miguel Ángel, muy contrariado por ver su hermosa escultura de David tan cerca del Hércules de Bandinelli. Finalmente se pudo comprobar que esta cercanía resaltaba aun más la perfección y belleza del David de Miguel Ángel, símbolo de Florencia.Casi todos conocemos a Miguel Ángel por se un artista genial, pero además de sus conocidas facetas artísticas como pintor, arquitecto y escultor, Miguel Ángel cultivo además otras artes, como fue la poesía. Según parece fueron los cantores y compositores de la capilla Sixtina: el italiano Costanzo Festa (Villafranca Piemonte, 1480-Roma, 1545) y el parisiense Jean de Conseil quienes, en 1533, pusieron música a algunos madrigales de Miguel Ángel. Años después sería el flamenco Jacob Arcadelt quien, además de poner música a otros madrigales de Miguel Ángel, publicó varios de ellos en la ciudad de Venecia.
    Según parece en el año 1533 ocurrió un hecho curioso, Miguel Ángel (Caprese, cerca de Arezzo, 1475-Roma 1564) fue requerido por Alejandro de Médicis, duque de Florencia, para que le acompañara a Vitelli para decidir la mejor ubicación para construir una fortaleza. Parecer ser que Miguel Ángel se negó, pretextando que estaba esperando las disposiciones del Papa Clemente VII. Contrariado por la negativa de Miguel Ángel, Alejandro de Médicis requirió los servicios de un astrólogo para decidir entre los proyectos de Giuliano Buonamici, para construir una fortaleza en Prato, y el proyecto de Pier Francesco para construirla en Viterbo. Finalmente elegido el proyecto de Pier Francesco, la fortaleza fue llamada, inicialmente, Alexandra.
    Parece ser que el duque de Florencia, Alejandro de Médicis (Florencia, 1510- Florencia, 1537) fue un gobernante amante de los impuestos. Al parecer ni siquiera Miguel Ángel se libró de los abusivos impuestos del nuevo duque, por lo que decidió pedir ayuda al Papa Clemente VII, tío del joven duque. Así a través del pintor Sebastiano del Piombo, Miguel Ángel envió una súplica al Papa para recobrar 1100 ducados requisados por el duque Alejandro injustamente. Al parecer, la intervención del Papa sería providencial, recobrando Miguel Ángel su dinero.Según sus biografías en el año 1533 Miguel Ángel regaló a su amigo Bartolomeo Bettini el cartón con el bosquejo de una sensual Venus besada por cupido. Bettini, entusiasmado con el dibujo le hizo el encargo del cuadro al pintor Iacopo Carucci, llamado il Pontormo (Pontormo, 1494-Florencia, 1556), quien tras ser alumno de Andrea del Sarto en Florencia, se vio muy influido por Miguel Ángel. Al parecer el duque de Florencia Alejandro de Médicis tras el ver el cuadro de la Venus lo quiso para sí, hecho que disgustó mucho a Miguel Ángel. Parece ser que finalmente Alejandro de Médicis se hizo con el cuadro, ya que actualmente se encuentra en Florencia, en la Galería de los Uffizi.
    En el año 1533 ocurrió un hecho desgraciado, el joven Antonio Mini, amigo de Miguel Ángel murió en Francia. La causa de semejante desgracia parece ser que fue la angustia por haber sido estafado por Juliano Bonaccorsi, tesorero del rey de Francia Francesco I, durante el trato por la adquisición de un cuadro de Miguel Ángel cuyo tema era el mito griego de Leda. Al parecer a Mini le fue robado el cuadro en el castillo de Fontainebleau, durante su estancia en él. Finalmente recuperado el cuado fue devuelto a Miguel Ángel por el pintor Rosso Florentino, quien se encargó de su transporte en 1536.


    El 20 de septiembre de 1534 Miguel Ángel (Caprese, cerca de Arezzo, 1475-Roma 1564), tras ser llamado por el Papa Clemente VII, abandona definitivamente su adorada Florencia. Las causas de este abandono, dos principalmente, son narradas en su biografía. La primera de ellas el miedo al duque Alejandro, y en segundo lugar la muerte de su padre. Además parece ser que Miguel Ángel conocía el estado de salud del Papa, y tenía miedo a que su muerte le haría perder la protección contra la venganza de Alejandro de Médicis. Así, tras abandonar Florencia Miguel Ángel llega a Roma el 23 de septiembre, dos días después, el 25 moriría el Papa Clemente VII.Tras la muerte de Clemente VII en 1534 fue elegido Papa, con el nombre de Paulo III, Alessandro Farnese (Canino, 1468-Roma, 1549). Es considerado un típico papa renacentista, tanto por su vida privada como por su protección de las ciencias y las artes.Fue Paulo III quien confió a Miguel Ángel la dirección de las obras de San Pedro y la realización del fresco del Juicio Universal de la Capilla Sixtina. Lo curioso es que el encargo inicial para la capilla Sixtina fue el de pintar una Resurrección, encargo que se convirtió luego en el celebérrimo Juicio Universal.Según cuentan las crónicas de la época, nada más convertirse en Papa, Alejandro Farnese convocó inmediatamente a Miguel Ángel, el cual le respondió que no podía asumir nuevos encargos hasta que no hubiera terminado la tumba de Julio II. Al parecer Paulo III enfurecido le hizo saber que hacía treinta años que esperaba ser servido por él y que no dispondría de mucho más tiempo. Miguel Ángel asustado medita si huir a Genova, a la Abadía de su amigo el obispo de Aleria, antiguo protegido de Julio II. También parece ser que pensó irse a Urbino desde donde el duque, que insistía en ver terminada la tumba de Julio II, lo amenazaba; pero que como enemigo de Paulo III lo habría protegido.Según cuenta en su biografía Miguel Ángel se instaló en Roma para tallar las estatuas de la tumba del Papa Julio II. Fue, mientras realizaba este trabajo en su taller romano, cuando un día recibió la repentina visita del Papa Paulo III con su sequito. Hasta el momento Miguel Ángel había terminado tres de las estatuas acordadas con los herederos de Julio II, pero vistas las estatuas acabadas, el cardenal Gonzaga comentó que una sola de ellas era suficiente para la tumba de Julio II. Empeñado Paulo III consiguió que el duque de Urbino aceptara las tres estatuas, además de otras que serían confiadas a otros escultores. Liberado así Miguel Ángel de su trabajo lo tiene a su disposición, y le encarga pintar el Juicio Universal para la capilla Sixtina.En septiembre de 1535, poco antes de comenzar a decorar el cabecero de la capilla Sixtina Miguel Ángel es nombrado por el Papa Paulo III supremo arquitecto, escultor y pintor del palacio apostólico, agregándolo entre sus parientes, con todos los honores y prebendas. Además le asigna 1200 escudos de oro anuales y vitalicios, que debían ser recaudados la mitad por la Cámara Apostólica y la otra mitad de los impuestos del puerto del Po, cerca de Piacenza. Todo un logro para un artista de la época.
    Finalmente en el año 1535 se montaron los andamiajes para que Miguel Ángel pudiera decorar la pared situada tras el altar de la capilla Sixtina con el fresco del Juicio Universal, trabajó para el que empleo unos cinco años, de 1536 a 1541. Según las crónicas de la época, para proteger el fresco del polvo, Miguel Ángel hizo construir una cornisa de ladrillos selectos y bien cocido, que tenían una largura de medio brazo.
    En el año 1537 Piero Aretino le escribe a Miguel Ángel una descripción de cómo imaginaba él que sería el Juicio Universal. Pero los cartones con el diseño del fresco estaban ya terminados, hecho que Miguel Ángel le comunica por carta. Mientras ese mismo año los exiliados florentinos son derrotados en Montemurlo. Miguel Ángel, conseguida la gracia del Papa Clemente VII, finalmente no se había unido a ellos, por lo que se salvó del triste final sufrido por los florentinos republicanos exiliados tras el regreso de los Médicis a Florencia.


    En el año 1537 se rompe la amistad de Miguel Ángel con el también artista Sebastiano del Piombo. Al parecer la causa de la ruptura fue la pelea que se produjo entre Miguel Ángel y Sebastiano del Piombo, cuando Miguel Ángel comprobó que Sebastiano le había preparado la pared del Juicio Universal para pintura al óleo en lugar de al fresco. Enfadado Miguel Ángel mandó echar abajo el enlucido diciendo: “qué no quería hacerlo si no era al fresco, y que pintar al óleo era arte de mujeres y de personas acomodadas y holgazanas, como Fra Bastiano”.Cuentan que cuando Miguel Ángel llevaba pintadas más de tres cuartas partes del fresco del Juicio Universal recibió la visita del Papa Paulo III, deseoso de comprobar como avanzaba el trabajo. Parece ser que el Papa fue acompañado del maestro de ceremonias Biagio de Cesena, del que cuentan que se escandalizó por las numerosas figuras desnudas del fresco, al que consideró más adecuado para una taberna que para una capilla papal. Cuentan que por venganza Miguel Ángel lo retrató, de memoria, en la figura de Minos, rodeado de diablos. Es más, se negó a cambiarlo, a pesar de las protestas del maestro de ceremonias y de las suplicas del Papa, ya que todavía hoy podemos verlo nada más entrar en la capilla Sixtina, justo encima de la puerta.
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    En el Juicio Universal, Miguel Ángel exhibirá su admiración hacia la anatomía del cuerpo humano, que le llevará incluso a desnudar al propio Cristo, que en actitud de Juez, se convierte en el centro de la composición. A su izquierda, la salvación de las almas que van ascendiendo al cielo; a su derecha, los condenados que van cayendo a un infierno dantesco.En el fresco del Juicio Universal se ven no sólo las múltiples maneras de representar el cuerpo humano, sino también las pasiones y las sensaciones. Miguel Ángel consigue así directamente el objetivo del arte, descuidando incluso los embellecimientos coloristas y la minuciosidad de los detalles. Miguel Ángel fue criticado no sólo porque las figuras aparecían desnudas, sino también por algunos elementos iconográficos, como el hecho de que algunos muertos aparecían como esqueletos y otros aparecía ya con su forma carnal, ya que según la Biblia todos lo muertos resucitarían a la vez. Además Miguel Ángel se permitió mezclar lo religioso con lo pagano, ya que los muertos son trasladados ante el juez infernal Minos en la barca de Caronte.

    Curiosamente, y como podemos comprobar si visitamos la capilla Sixtina, o en alguna buena reproducción, el mismo Miguel Ángel (Caprese, cerca de Arezzo, 1475-Roma 1564) se autorretrató en el fresco del Juicio Universal situado en el testero de la capilla. Si nos fijamos atentamente, veremos el rostro de Miguel Ángel en la piel desollada de san Bartolomé, santo que se encuentra a los pies de Cristo Juez.Según parece, poco antes de terminar el fresco del Juicio Universal de la capilla Sixtina, Miguel Ángel sufrió un aparatoso accidente al caer del andamio que utilizaba para pintar. El resultado fue una gran herida en la pierna. Parece ser que Miguel Ángel rehusó todo el cuidado médico que le ofreció el Papa Paulo III y se encerró en su casa de Macel de Corvi, donde no dejó entrar a nadie. Sólo su amigo el médico florentino Baccio Rontini consiguió entrar en su casa, no abandonando a Miguel Ángel hasta la completa curación de la herida de su pierna.
    El 1 de noviembre de 1541 y después de cinco largos años de trabajo es descubierto el fresco del Juicio Universal en el testero de la capilla Sixtina. Miguel Ángel había pintado al fresco una pared con más de 167 metros cuadrados con casi cuatrocientas figuras. El Juicio Universal despertó ya entonces la admiración de quienes lo contemplaban, aunque también la desaprobación de los más moralistas por la desnudez de las figuras, incluida la de Cristo que aparece representado como Juez.
    Curiosamente en 1542 Nanni de Baccio Bigio, el mismo que junto a Bartolommeo Ammannati había robado algunos de los dibujos de Miguel Ángel en casa de Antonio Mini durante la entrada de los franceses en Florencia, ejecuta dos copias de la Piedad de Miguel Ángel, una de las cuales está actualmente en la iglesia de Santo Spirito. El verdadero nombre de este florentino era Giovanni de Bartolommeo Lippi. Gran admirador de Miguel Ángel estudió escultura con Rafael de Montelupo y desde 1540 se encontraba en Roma siguiendo la estela de su idolatrado Miguel Ángel.En junio del año 1544 Miguel Ángel enfermó gravemente. Para poderlo curar tuvieron que sacarlo de su casa de Macel de Corvi donde como en otras ocasiones se había encerrado. Fue hospedado en el palacio Strozzi de Roma, donde estuvo cerca de dos meses hasta su completa recuperación. Vemos en situaciones como esta que el genio del artista no sólo se reflejaba en sus obras, sino también en su carácter y en su forma de ser y actuar.

    En enero del año 1545 por fin Miguel Ángel puede levantar en la iglesia de San Pietro in Vincoli la tumba del Papa Julio II. Han pasado casi cuarenta años desde que el Papa le hiciera el encargo de su tumba y treinta y dos desde su muerte. Las 40 estatuas iniciales se han reducido a tres, y sólo el Moisés es digno de Miguel Ángel, mientras que la Vida Terrenal y aquella Contemplativa son obras cansadas de la vejez. Miguel Ángel consideró durante toda su vida este encargo como una pesadilla que le costó numerosos pleitos con los herederos de Julio II, solventados en su mayoría gracias a la ayuda de Paulo III.

    El escultor flamenco Jean de Boulogne, llamado Giambologna (Douai, 1529-Florencia, 1608) quien durante su estancia en Roma recibió directrices y consejos de Miguel Ángel, contó en su vejez una anécdota ocurrida con el maestro. Parece ser que en 1545 un jovencísimo Giambologna le enseñó a un septuagenario Miguel Ángel una estatuilla suya, modelo de su invención, la cual había terminado, como solían decir, con el aliento. Cuando fue a mostrársela al gran Miguel Ángel, este la cogió con las manos, estropeándola, según le pareció a él, modelándola de nuevo, todo al contrario de lo que Giambologna había hecho y le dijo: “Ahora ve primero a aprender a bosquejar y después a terminar”.

    En noviembre de 1542 Miguel Ángel comenzó, por encargo de Paulo III, a pintar la capilla Paulina con la Crucifixión de San Pedro y la Visión de san Pablo sobre las calles de Damasco. Pero en julio de 1545 se produce un gran incendio que destruye el techo de la capilla Paulina. Un septuagenario Miguel Ángel comienza a repararlo inmediatamente, para evitar que la lluvia pudiera estropear los frescos, ya a medio terminar. En todo caso, un melancólico y envejecido Miguel Ángel medita abandonar Roma debido a su descontento con el Papa, quien le había quitado la asignación anual vitalicia concedida diez años antes.En noviembre de 1545 el escritor Pietro Aretino (Arezzo, 1492-Venecia, 1556), famoso por sus escándalos y por su pluma calumniadora; y aquel que le había propuesto a Miguel Ángel una descripción del Juicio Universal, se enemista con éste porque no le ha regalado un dibujo. Enfadado con él le escribe condenando los desnudos del Juicio Universal. Además le aconseja tomar ejemplo del recato florentino, que le ha colocado al David una hoja de higo dorada para tapar las partes pudendas de la escultura, por su ubicación pública en la plaza de la Señoría.Miguel Ángel se consideró durante toda su vida ciudadano florentino, pero tras abandonar su querida ciudad y establecerse en Roma, fue nombrado el 19 de marzo de 1546, junto al pintor Tiziano, ciudadano romano. En esos años Miguel Ángel había comenzado a proyectar la disposición de la plaza del Capitolio, cuyos trabajos no comenzaron hasta finales de la década de 1550. Es más, la plaza no se remató hasta bien entrado el siglo XVII.
    Tras la muerte en 1546 de Antonio da Sangallo, llamado el Joven, se le pide a Miguel Ángel terminar la cornisa del palacio Farnese, cuidar las defensas del Borgo y dirigir las obras del Vaticano. Para la basílica de San Pedro, y siguiendo el esquema original de Bramante, Miguel Ángel diseñó un templo de planta de cruz griega coronado por una espaciosa y monumental cúpula sobre pechinas de 42 metros de diámetro, a imitación de la cúpula de Brunelleschi para Santa Maria dei Fiore, cúpula que nunca terminó debido a su muerte.
    En 1546 el pintor florentino Agnolo Tori, llamado il Bronzino (Florencia, 1503-Florencia, 1573) llega a Roma con una beca de dos años, concedida por Cosme I de Médicis. Durante toda su vida se vanaglorió de haber gozado de la amistad de Miguel Ángel, que efectivamente, le mandaba sus saludos por medio de su sobrino Leonardo. Según parece el Bronzino era de naturaleza dócil y tranquila y era imposible pelear con él. Pero una vez, escribió a Benedetto Varchi un ensayo, en el que sostenía la primacía de la pintura sobre la escultura. Miguel Ángel enterado del escrito, comentó que semejante argumento lo habría escrito mejor su sirvienta.
    En 1546 y por encargo de Cosme I de Médicis (Florencia, 1519-Florencia, 1574), duque de Florencia y gran duque de la Toscana, el obispo Tornabuoni le escribe a Lottini de referirle a Miguel Ángel que, si acepta regresar a Florencia, será nombrado miembro del Senado de los 48. Sorprende que Cosme I deseara el regreso de Miguel Ángel a Florencia, sobre todo si tenemos en cuenta que gobernó por medio del terror e impidió por todos los medios el retorno a Florencia de los exiliados republicanos, entre ellos la familia Strozzi.
    En 1546 el pintor, arquitecto y escritor italiano Giorgio Vasari (Arezzo, 1511-Florencia, 1574) es llamado a Roma, donde comisionado por Alejandro Farnese y por petición del literato Paolo Giovio, pinta el salón grande del palacio de la Cancillería con el ciclo de las Empresas del Papa Pablo III. La realización de la obra duró poquísimo y por ello fue denominada “la sala de los 100 días". Cuentan que cuándo Miguel Ángel fue llevado a ver la obra y le comentaron lo poco que se había tardado en realizarla, su único comentario fue: "Se nota".
    "QUE IMPORTA EL PASADO, SI EL PRESENTE DE ARREPENTIMIENTO, FORJA UN FUTURO DE ORGULLO"

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    Respuesta: El Arte en la pintura.

    Miguel Angel

    Escritores, Artistas y Filósofos. Miguel Ángel. Parte IV.

    En 1546 el escritor Donato Giannotti publica la obra titulada Los diálogos de los días que Dante consumió buscando el Paraíso y el infierno (I dialoghi dei giorni che Dante consumò nel cercare il Paradiso e l'Inferno), en los que además sorprendentemente recoge las reflexiones y argumentos que sobre el tema tenía el famoso Miguel Ángel, argumentos que conocía muy bien debido al continuo trato con el genial artista.En febrero de 1547 el anciano Miguel Ángel contrata a Caterina para que le atienda. Pero sucedió que ésta enfermó y estuvo convaleciente durante dos meses. Como el mismo Miguel Ángel cuenta, este contratiempo le costó nada menos que nueve escudos de oro, por los gastos médicos y por la asistencia que requirió Caterina y el mismo. Al parecer tras recuperarse Miguel Ángel la despidió, no queriendo pagarle el suelo de los dos meses, ya que su enfermedad le había costando ya mucho dinero.
    Durante toda su vida Miguel Ángel ayudó en lo que pudo a los jóvenes artistas que así se lo pedían. Por ejemplo, en 1547 tras la muerte de Sebastiano del Piombo Miguel Ángel intercedió para que le fuera confiado el cargo de Sebastiano del Piombo a Guglielmo della Porta, escultor e hijo de un amigo de Sebastiano. Parece ser que Miguel Ángel ya había ayudado a Guglielmo cuando Paulo III quiso rehacer las piernas del Hércules Farnese. Cuando las piernas originales fueron halladas, Miguel Ángel aconsejó al Papa dejar aquellas rehechas por della Porta, ya que eran más perfectas que las originales.
    En el año 1547 Miguel Ángel es nombrado arquitecto de la Fábrica de San Pedro. Deseoso de mantener la planta cuadrada proyectada por Bramante, encarga un modelo, hoy perdido, a Dionisio Piccardo y a Rambao entre otros. Comienza a proyectar la cúpula cuando el Papa Paulo III le encarga levantar un obelisco en medio de la plaza de San Pedro, cosa que Miguel Ángel rechaza. Dicho obelisco había sido llevado a Roma por Caligula, alrededor del año 40 y había adornado durante siglos el Circo de Nerón.De todos los obeliscos llevados a Roma por Caligula, era el único que no se había roto. Miguel Ángel, aunque experto inventor de árganas, temía la existencia de grietas internas del bloque, que tenía 25 metros de largo y pesaba más de quinientas toneladas. Además era consciente del tiempo que habría tenido que perder preparando el transporte, y él tenía ya más de setenta años.Sabemos gracias a la biografía de Ascanio Condivi que en mayo de 1548 Miguel Ángel padece cálculos renales. Sólo diez meses después, en marzo de 1549, expulsará Miguel Ángel los cálculos, y solo gracias a las curas del anatomista italiano Realdo Colombo (Cremona, 1516-Roma, 1559). Sorprendentemente, y pese a la importancia de la medicina para su curación, Miguel Ángel siguió creyendo más en el efecto de las oraciones que de las medicinas.
    En 1549 Nanni de Baccio Bigio fue encargado, gracias al apoyo del cardenal Farnese, de reparar el puente de Santa Maria, llamado el “puente roto”. Parece ser que Miguel Ángel había proyectado también las reparaciones, pero Nanni, que formaba parte del grupo sangallesco, hostil a Miguel Ángel, realiza finalmente la obra, aunque al parecer de forma insuficiente. Cuentan que un día que Miguel Ángel paseaba a caballo sobre el puente reparado, junto a Giorgio Vasari, le sugirió que se apresurara, porque sentía demasiadas vibraciones y no se fiaba. Premonitorias fueron las palabras de Miguel Ángel, ya que el puente se derrumbó unos años después, en 1557.
    El 10 de noviembre de 1549 muere el Papa Paulo III. Miguel Ángel sólo comenta: “Sólo hace falta tener paciencia”. El sobrino de Paulo III, el cardenal Farnese, le ordena a Miguel Ángel realizar su sepultura. Miguel Ángel que tiene, como director de la fábrica de San Pedro, mucho trabajo, aconseja confiarle el trabajo a Guglielmo della Porta, quien proyectó colocar la tumba en medio de San Pedro. Tras negar Miguel Ángel el permiso a Guillermo Della Porta para colocar la tumba de Paulo III en el centro de la basílica de San Pedro, Della Porta se convierte en su más acérrimo enemigo.



    Tras la muerte de Paulo III es elegido Papa en 1550 y con el nombre de Julio III, Giovan Maria del Monte (Roma, 1487-Roma, 1555). Parece ser que Julio III pensó más en sus propios placeres que en los de la cristiandad, y para no tener molestias, concedía todas las solicitudes, vaciando así las cajas del Vaticano. Aunque hizo trabajar muy poco a Miguel Ángel, si que le pidió muchos dibujos y proyectos, pero sin hacerle realizar nada, parece ser que por la envidia de los partidarios de Sangallo. Pese a eso Miguel Ángel reconoce de él que lo trato siempre con amabilidad y que una vez incluso le hizo sentarse junto a el, pero Buonarroti se medio ocultó, ya que sabía que el Papa se alimentaba de picantísimos ajos y cebollas, por lo que sus digestiones eran algo apestosas.Se conserva una carta de Miguel Ángel a su sobrino Leonardo fechada el 10 de febrero de 1552, en la que Miguel Ángel le comunica a éste que quiere hacer testamento. En dicho testamente Miguel Ángel se lo deja todo a él y a su hermano Gismondo, con la cláusula de que, si no tuvieran herederos, todos los bienes se destinarían a la obra de de los pobres vergonzosos del convento de San Martino.
    En el año 1552 se produce un nuevo intento del duque de Florencia y gran duque de la Toscana, Cosme I de Médicis (Florencia, 1519-Florencia, 1574) para conseguir el regreso de Miguel Ángel a Florencia. Esta vez utiliza la ayuda de un buen amigo y discípulo suyo, el también escultor Benvenuto Cellini (Florencia, 1500-Florencia 1571) que, en un primer intento le escribirá varias cartas. Posteriormente Cellini irá personalmente a Roma para convencer a Miguel Ángel de regresar, pero sin lograr su empeño.
    En 1550 se publica la obra del pintor, arquitecto y escritor italiano Giorgio Vasari (Arezzo, 1511-Florencia, 1574) titulada: Vidas de los mejores arquitectos, pintores y escultores italianos (1542-1550). Pese a tener muy buena crítica, Miguel Ángel consideró que la obra de Vasari estaba llena de inexactitudes, por lo que en 1552 le propone a Ascanio Condivi escribir su biografía, publicada en 1553 y que comienza hablando de los orígenes de Canossa. Pese a la opinión de Miguel Ángel el libro de Vasari es una fuente básica para la historia del arte italiano, y ha constituido en Europa un modelo historiográfico para el desarrollo de la literatura de arte posterior.En 1553 el Papa Julio III solicita a Miguel Ángel y a Vasari que realicen las tumbas para dos de sus antepasados, las cuales serían colocadas en la iglesia de San Pietro in Montorio. Vasari, muy ocupado propone que sean realizadas por Bartolommeo Ammannati. Pero Miguel Ángel no quiere, recordando cuando el joven Ammannati le robó unos dibujos. Vasari intenta convencerlo haciéndole notar que si hubieran buscado dinero hubiera sido condenado, pero que había robado sus dibujos por admiración y para estudiarlos, por lo que tendría que estar orgulloso. Miguel Ángel, quizás recordando los dibujos del Ghirlandaio que Granacci le llevaba a hurtadillas finalmente consiente.

    Miguel Ángel debía ser una persona difícil de tratar. Por ejemplo se sabe que en 1554 Miguel Ángel contrata a Isabel de Castel Durante y Vincenza, hija de un punteador de Macel de Corvi y estipula un contrato en el que se compromete a pagarle una dote de 50 escudos de oro si trabaja bien para él durante 4 años. Pero, casi dos años después, no se sabe por qué, el hermano de Isabel viene a recogerla, y tras ser amenazado Miguel Ángel, que no pensaba pagarle por incumplimiento de contrato, consiente finalmente en pagarle una dote de 25 escudos.

    En octubre de 1554 se colocó la primera piedra de la famosa Iglesia del Gesú de Roma, en presencia de Ignacio de Loyola y Miguel Ángel, que había hecho gratis el proyecto y que quería bajar personalmente a la fosa para colocar bien la piedra. Miguel Ángel ofreció gratis su proyecto a San Ignacio por pura devoción, pero no fue realizado nunca, principalmente por la oposición de los propietarios de los edificios cercanos, las familias Altieri y Muti. Finalmente fue construida la iglesia según el proyecto de Vignola y del inicial proyecto de Miguel Ángel, perdido, no quedó ni huella.En el año 1555 muere el pintor Iacopo Carucci, llamado il Pontormo, cuentan las crónicas que de angustia tras darse cuenta de haber fracasado al intentar imitar a Miguel Ángel en los frescos del coro de San Lorenzo, iniciados en 1545. El día del descubrimiento de la obra la crítica se dividió: los favorables admiraron los colores y la profundidad, los críticos, contrarreformistas, no aprobaron las figuras. Los frescos fueron completados por Bronzino y finalmente destruidos mediante su raspado en 1738.
    En diciembre de 1555 muere el mejor amigo de Miguel Ángel, Urbino, hecho que le causa un gran dolor. Miguel Ángel por miedo a morir antes que él y dejarlo sin bienes le había regalado en un solo día 2000 ducados de oro. Miguel Ángel le escribe a su sobrino Leonardo y a Giorgio Vasari que el dolor es tan grande, que habría preferido morir él. Cuentan que incluso le escribió un soneto que envió a su amigo Antonio Beccadelli.
    El 31 de julio de 1556 murió san Ignacio de Loyola (casa solariega de Loyola, Azpeitia, 1491?-Roma, 1556). Recogen las crónicas de la época que para retratarlo es llamado Jacopo del Conde. Según parece la única efigie auténtica de San Ignacio es del mismo autor del retrato de Miguel Ángel, Jacopo del Conte.En septiembre de 1556 el ejército del Duque de Alba saquea los Estados Pontificios, por la oposición del Papa Paulo IV a Felipe II. El Papa creía tener un ejército suficiente para oponerse a los españoles, pero se asusta pensando en un nuevo “saco de Roma”. Ante esta situación Miguel Ángel decide escapar de Roma acompañado de Sebastián Malenotti, primer ayudante en la obra de San Pedro y dos sirvientes. Se dirigen hacia Loreto, pero se paran en Espoleto. A finales de octubre Miguel Ángel, viendo que se estaban realizando negociaciones de paz, regresa a Roma. Miguel Ángel, avergonzado por que una vez más había escapado, le escribirá a su sobrino Leonardo que, habiéndose ralentizado los trabajos en San Pedro, había decidido realizar una excursión que deseaba desde hacía tiempo.
    Muchos conocerán el cuadro de la Piedad de la pintora italiana Sofonisba Anguissola (Cremona, 1527-Palermo, 1623), que se encuentra en la Pinacoteca Brera, en Milán. Pues bien, el origen de esta pintura en un dibujo de Miguel Ángel que éste le regalo a la joven y prometedora pintora cuando la conoció en Roma en 1556.
    Tras utilizar numerosos intermediarios, tales como Cellini, Vasari... en 1557 el duque Cosme I escribe directamente a Miguel Ángel rogándole que regrese a Florencia, donde será honrado como merece. Miguel Ángel contesta que no puede dejar Roma alegando que está más ocupado que nunca con los trabajos en la basílica de San Pedro, en los que si él no estuviera todo iría mal. Parece ser que de la carta se trasluce más la molestia y el aburrimiento por la insistencia del duque, que el honor por la invitación. Pese al tono molesto de su respuesta le hace presente que espera liberarse de trabajo para el año siguiente.


    En 1557 Miguel Ángel, insatisfecho de la Piedad que está tallando para su propia tumba la hace pedazos. Su criado Antonio le ruega que no tire los trozos y Miguel Ángel se los regala. Tiberio Calcagni cuenta el hecho a Bandini, quien le compra a Antonio los fragmentos por 200 escudos de oro y los hace llevar a su viña de Monte Cavallo, encargando a Calcagni su arreglo. Dicho arreglo fue realizado con los consejos de Miguel Ángel, que se trasladaba a menudo por los alrededores para encontrarse con su amigo Danielle da Volterra. La Piedad se encuentra ahora en el museo catedralicio del Duomo de Florencia, y estudios recientes demuestran que el alumno no estaba muy capacitado ya que la reconstrucción del grupo fue errónea y el ángel de izquierda, obra de Tiberio Calcagni, contrasta con el resto del grupo.Parece ser que en la Piedad de Miguel Ángel, aquella que pensó para su tumba y para ser colocada en la iglesia de Santa María la Mayor, pero que fue trasladada por orden de Cosme III al Duomo florentino, y que Miguel Ángel finalmente hizo pedazos hay esbozado un autorretrato suyo. Según algunos expertos se reconoce un autorretrato del propio Miguel Ángel en el rostro esfumado de José de Arimatea, personaje que en esta Piedad sostiene a Cristo muerto.Al año 1558 se remonta probablemente la Piedad denominada de Palestrina, porque hasta 1938 estuvo en la capilla de santa Rosalía en el palacio Barberini de Palestrina; después trasladada a la Galería de la Academia. No existe ningún documento sobre esta obra. Se ha llegado incluso a especular que Miguel Ángel la habría tallado directamente en una cantera de Carrara. En realidad Miguel Ángel la esculpió en un bloque de mármol de la época imperial romana; si la observamos bien comprobaremos que en una esquina, todavía visible la mella de una hoja de acanto. En el momento del traslado a la Galería de la Academia, esta Piedad fue por suerte liberada de unos desgraciados arreglos realizados en el siglo XVII.
    En el año 1558, y por insistencia de Donato Giannotti, Tommaso del Cavalliere y de Francesco Bandini, Miguel Ángel realiza un modelo en barro de su proyecto de la basílica de San Pedro; mandando posteriormente que se tallara en madera, encargo que realizan Giminiani de Baptista de Carrara y de Giacono dei Conti. Gracias a este modelo que se encuentra en el museo de San Pedro conocemos al detalle como hubiera construido Miguel Ángel la basílica de San Pedro, con una esbelta cúpula.
    Por su biografía, escrita por Ascanio Condivi, sabemos que el 10 de septiembre de 1560 Miguel Ángel ofreció al nuevo Papa Pío IV (Milán, 1499-Roma, 1565), elegido el año anterior, su dimisión como superintendente de la fábrica de San Pedro, conocedor de que lenguas malévolas le llevan comentarios negativos sobre su trabajo. Miguel Ángel tiene 85 años y quiere terminar con todas sus tribulaciones; pero el Papa no acepta y le confirma en el cargo con toda su benevolencia.En 1560 se celebró en Florencia el concurso para la realización de la fuente de Neptuno para la plaza de la Señoría. Finalmente se escogió el proyecto de Bartolommeo Ammannati en lugar del de Cellini, quien escribió a Miguel Ángel, a Roma, rogándole que intentara reparar lo que el consideraba una injusticia. En realidad Miguel Ángel ya había visto el diseño de Ammannati, quien se lo había enviado a través de Vasari, y que además le había gustado mucho. De todas formas Miguel Ángel envió a Leone Leoni a ver los modelos y Leoni le advirtió que el mármol para la obra estaba ya en el taller de Ammannati.
    En la Pascua del año 1561 Miguel Ángel recibe la visita de su sobrino Leonardo. Un envejecido Miguel Ángel, quizá viendo su fin cercano le encomienda a su sobrino hacer muchas limosnas en su nombre en su adorada Florencia. Miguel Ángel, quizás en su juventud un hombre poco piadoso trata de, mediante las limosnas, redimirse a los ojos de Dios.


    El 29 de agosto del año 1561 Miguel Ángel sufrió un desmayo mientras estaba trabajando en su taller de Macel de Corvi. Según parece cayó como muerto, y eso debía parecer, dado que rápidamente se extendió por toda Roma la noticia de su muerte. Recuperado el conocimiento Miguel Ángel se restableció de su crisis de agotamiento en poco tiempo.Según las crónicas de la época el 6 de septiembre de 1561 el teólogo Escipión Saurolo, le escribió a San Carlos Borromeo, secretario de estado y sobrino del Papa Pío IV, para que intercediera ante el y ordenara eliminar los desnudos del Juicio Universal pintados por Miguel Ángel en la capilla Sixtina. Ni siquiera la petición hecha a través de Carlos Borromeo será atendida por el Papa, y una vez más se salvaron los frescos del Juicio Universal.Según diversas fuentes en 19 de abril del año 1562 el duque de Florencia Cosme I de Médicis responde negativamente a la solicitud de Nanni de Baccio Bigio, que pretende reemplazar a Miguel Ángel en la dirección de la fábrica de San Pedro. Cosme I le asegura que no sustituirá nunca como superintendente de las obras de San Pedro a Miguel Ángel mientras éste viva; e incluso, si seguía insistiendo, tampoco después de su muerte.
    El 8 de agosto de 1563 Miguel Ángel es llevado ante el juez. Un campesino, que hacía trabajos de roturación en un cortijo de Orazio Muti, cerca de San Vitale, encontró un pequeño tesoro compuesto de monedas y medallas de oro antiguas. En lugar de advertir a Muti, se quedó con las monedas y huyó a Venecia. Con las prisas olvidó algunas de ellas en el agujero, y Muti comprendiendo lo sucedido, advirtió a todos los cambistas y joyeros de Roma. Unos días después Miguel Ángel mandó a Pier Luigi Gaeta a cambiar algunas monedas de oro fuera de curso. El cambista advertido por Muti denunció a Miguel Ángel, que con ochenta y ocho años fue arrastrado delante del juez. Tomando la cosa a broma, se mofó de los acusadores y del juez, hasta que un cardenal, advertido por Gaeta, fue a liberarlo del embrollo.
    En agosto de 1563 es asesinado Cesare de Castel Durante, primer ayudante de Miguel Ángel en la obra de San Pedro. Miguel Ángel manda para sustituirlo a Pier Luigi Gaeta, jovencísimo, pero de su confianza. Sucedió entonces que la comisión de la obra expulsó a Gaeta e hizo correr la voz de que Miguel Ángel, a causa de la edad, no tenía intención de ocuparse de la obra. Miguel Ángel envía a Danielle da Volterra a desmentir dicho bulo ante el cardenal Ferratino, quien promete nombrar al mismo Danielle, como sucesor. Pero se olvida de su palabra y nombra a Nanni de Baccio Bigio, quien rápidamente entra como si fuera el dueño de la obra y comienza inmediatamente a modificar peligrosamente el proyecto. Miguel Ángel que aunque no iba ya a la obra, estaba constantemente informado, y un día aprovechando un encuentro con el Papa Pío IV en la plaza del Campidoglio, le expuso sus temores. Tras ser informado el Papa convoca a Miguel Ángel para el día siguiente en Aracoeli, dónde reúne además a la comisión, los cuales repro
    charon a Miguel Ángel muchos errores del proyecto. Ante tal embrollo el Papa ordena una inspección dirigida por Gabrio Serbelloni, que se concluye a favor de Miguel Ángel y decreta la expulsión de Nanni de Baccio Bigio de la obra de San Pedro.
    En 1563 sucedió un suceso en Venecia que de manera casual involucró a Miguel Ángel. Ocurrió que el pintor Paolo Caliari (Verona, 1528-Venecia 1588), llamado il Veronese fue llevado ante el tribunal de la Inquisición de Venecia por el escándalo causado por los desnudos de su obra la Cena en casa de Leví. A Paolo Veronese no se le ocurrió otra cosa que defenderse recordando los desnudos del Juicio Universal pintados por Miguel Ángel en la capilla Sixtina, capilla personal del Papa.
    La fama de Miguel Ángel alcanzó las cotas más elevadas en los últimos años de su vida. Entre otros honores recibió el de ser nombrado Presidente honorario de la Academia de las artes y el dibujo de Florencia. La Academia florentina había sido fundada en el año 1563 teniendo entre sus más activos promotores a Giorgio Vasari. Miguel Ángel se convirtió así en el primer presidente de dicha Academia, todo pese a que nunca más regresaría a Florencia antes de su muerte.


    Las últimas obras del genial escultor, pintor y arquitecto Miguel Ángel Buonarroti (Caprese, cerca de Arezzo, 1475-Roma 1564) fueron tres esculturas. Concretamente fueron tres Pietà que cerraron la obra escultórica del artista. Según recogen sus biografías Miguel Ángel no sólo expresaba su fe y su dolor en sus obras, sino que en sus últimos años expresaba también sus sentimientos en sus escritos. Conocida su faceta como poeta a los largo de su vida sus últimos escritos ponen de manifiesto sus pensamientos, pero sobre todo sus ansiedades y frustraciones, más relacionadas con la filosofía que con el arte.El 21 de enero del año 1564 la Congregación del Concilio de Trento consiguió que el Papa Pío IV (Milán, 1499-Roma, 1565) aprobara, tras años de insistencia, la cobertura de los desnudos del Juicio Universal pintado por Miguel Ángel en la Capilla Sixtina. Pío IV pertenecía a la familia Médici, hombre benévolo y propicio al diálogo, fue elegido como contraposición al rigorismo de su antecesor, Paulo IV, pero al final de su papado, y finalizando el Concilio de Trento no pudo oponerse por más tiempo a que los desnudos pintados por Miguel Ángel fueran cubiertos.Según diversas crónicas de la época Miguel Ángel Buonarroti comenzó a sentirse mal el 5 de febrero de 1564. Como en otros períodos de enfermedad no consintió en hacer reposo, todo pese al consejo de sus médicos y amigos. Finalmente Miguel Ángel murió el 18 de febrero de 1564. Al parecer en su cabecera se encontraban sus mejores amigos: Tommaso del Cavaliere, Diomede Leoni, su criado Antonio y Daniele da Volterra, al que Miguel Ángel, consciente de su situación terminal, pidió que escribiera a su sobrino Lionardo para que viniese a Roma. Por desgracia su sobrino no llegó a tiempo.
    Según cierta descripción de la época, mientras Miguel Ángel expiraba, sus mejores amigos Tommaso del Cavaliere, Diomede Leoni, su criado Antonio y Daniele da Volterra se arrodillaron, murmurando entre las lágrimas, las grandes palabras latinas de la liturgia. Sobre el camastro Miguel Ángel, el escultor de los gigantes y los colosos no fue más que un inmóvil cadáver delgado, parece ser que tan pequeño que se habría podido confundir con el de un niño, si no hubiera sobresalido, fuera de las mantas, una barba blanca, una boca triste, una frente arrugada, “y sobre todo dos manos huesudas, venosas e hinchadas, dos manos grandes, enormes, potentes manos de viejo artista y fabuloso demiurgo. Y ahora, extendidas, inertes, pesadas, podían por fin descansar para siempre".
    Cuando Miguel Ángel murió el 18 de febrero de 1564 dejó incompleta una escultura, la denominada Piedad Rondanini, actualmente en Milán, en el Castillo Sforzesco. Ésta vez el inacabado no fue voluntad del artista, sino que su repentina muerte impidió que la terminara. Según parece fue en esta escultura en la que el artista trabajó sus últimas noches de insomnio, en lugar de reposar como le aconsejaban sus allegados, Miguel Ángel trabaja de noche, a la luz de una vela de sebo de cabra.
    La Pietá Rondanini fue esculpida por Miguel Ángel en una gran columna romana, y como en la Piedad del Vaticano hay, además de la figura del Cristo muerto, la de la Virgen. Pese a lo inacabado de la escultura podemos apreciar que la Virgen, debido a su dolor, apenas puede sostener el cuerpo de su hijo, extremadamente delgado. La cabeza de la Virgen, vuelta y encerrada en un casco de piedra, muestra en su semblante, apenas esculpido, un inmóvil y casi humilde dolor. El Salvador parece que haya sido de repente desgastado y comprimido por la agonía del suplicio, el costado parece que se alarga y encoge en la lenta caída; el rostro no tiene boca pero los ojos entornados miran hacia el suelo, como si buscaran la oscuridad y el descanso del sepulcro.
    Tras la muerte de Miguel Ángel todos los arquitectos que se alternaron en la obra de la basílica de San Pedro la redujeron a un coloso en las medidas, pero carente de aquella grandiosidad que no nace del gigantismo de los elementos, sino de la unidad luminosa de un proyecto. Un ejemplo es la fachada, que Miguel Ángel concibió como un ciclópico peristilo, formado por cuatro únicas columnas, altísimas, que habrían sido una majestuosa invitación al mayor templo de la cristiandad y no habría turbado la visión de la mole trasera y la cúpula. Maderno, incluso jurando fidelidad al proyecto de Miguel Ángel, realizó una fachada torpe y pesada. Ni siquiera la cúpula corresponde al proyecto original.




    Miguel Ángel Buonarroti (Caprese, cerca de Arezzo, 1475-Roma 1564), el denominado artista de la terribilità, definidor del último Cinquecento italiano, falleció el 18 de febrero de 1564 en Roma, y no en Florencia como hubiera sido su deseo. Miguel Ángel murió cuando casi tenía 89 años de edad, y decimos casi ya que su fallecimiento se produjo unos quince días antes de cumplir los 89 años, ya que los hubiera cumplido el 6 de marzo. A pesar de ellos es considerado uno de los artistas más longevos de la Historia.El 20 de febrero de 1564, dos días después de su muerte el cuerpo de Miguel Ángel Buonarroti es depositado en la iglesia de los Santos Apóstoles en Roma. Pese a ser llamado su sobrino Leonardo no consigue llegar a Roma para despedirse de su tío. Según parece Leonardo llevaba consigo una carta de recomendación del duque Cosme I para el embajador florentino. Tras recoger su gran herencia Leonardo organiza el transporte del cuerpo de Miguel Ángel a Florencia. Temiendo, no se sabe por qué, ser obstaculizado, esconde el cuerpo de Miguel Ángel en un rollo de paños y lo carga sobre un carro con otras mercancías y emprende viaje a Florencia.
    El 10 de marzo de 1564, después de tres semanas de viaje llegó a Florencia el cuerpo de Miguel Ángel Buonarroti envuelto en una bala de mercancía, según parece, después de ser substraído de Roma por su sobrino Leonardo. Es depositado en la compañía dell'Assunta, detrás de la iglesia de San Pedro Mayor. Después de dos días de velatorio es transportado, de noche, por los artistas de la Academia, en medio de una muchedumbre inmensa y a la luz de las antorchas a la iglesia de Santa Croce para ser enterrado.
    Según la correspondencia del pintor y escultor italiano Daniele Ricciarelli, llamado Daniele da Volterra (Volterra, 1509-Roma, 1566) al también artista Giorgio Vasari, Volterra sintió mucho más que ningún otro la muerte de su maestro y amigo Miguel Ángel Buonarroti. En una carta fechada el 17 de marzo de 1564 le escribe a Vasari: “En este tiempo me encuentro afligido por estar privado tanto del consejo como de la dulzura del maestro; ciertamente pensaba que me dolería mucho su muerte pero nunca tanto, ya que me duele como una llaga abierta”.El 14 de julio del año 1564, cuatro meses después de ser enterrado en la iglesia de Santa Croce de Florencia, y después de numerosos aplazamientos, se celebrará en la iglesia de San Lorenzo un fastuoso funeral por Miguel Ángel. Según las crónicas de la época la iglesia estaba irreconocible, ya que el tratadista de arte Rafael Borghini, había encargado a todos los artistas florentinos cuadros sobre la vida de Miguel Ángel, para colgarlos delante de las capillas laterales de la iglesia. Al parecer el catafalco era no sólo alto, sino también complicado y extravagante. Al parecer el duque Cosme I no asistió personalmente al funeral, pero fue informado inmediatamente después de la ceremonia por Vasari.Según cuentan las crónicas de la época, tras celebrase el funeral por Miguel Ángel Buonarroti en la iglesia de San Lorenzo la caja con el cuerpo del artista fue reconducida a la iglesia de Santa Croce, donde estaba enterrado. Según parece, el mismo Rafael Borghini, organizador de la ceremonia, hizo abrir la caja para comprobar que los restos de Miguel Ángel no habían sufrido daño en los traslados. Rafael Borghini descubrió que el cuerpo de Miguel Ángel estaba incorrupto, cinco meses después de su muerte.
    Según cierta documentación histórica, en el año 1700, ciento treinta y seis años después de la muerte de Miguel Ángel Buonarroti, un descendiente suyo, el senador Filippo Buonarroti ordenó un reconocimiento del cadáver. Según parece, también esta vez el cuerpo del artista fue encontrado intacto, vestido con el traje de terciopelo verde a la antigua, y mostrando además un rostro sereno y reconocible.




    El libro de pintor, arquitecto y escritor italiano Giorgio Vasari, Vidas de los mejores arquitectos, pintores y escultores italianos (1542-1550) y la biografía de Ascanio Condivi (1552) consagraron la obra y la figura del genial artista Miguel Ángel Buonarroti (Caprese, cerca de Arezzo, 1475-Roma 1564). Pese a sus diversas facetas como escultor, pintor, arquitecto y poeta Miguel Ángel fue, por encima de todo, escultor. Curiosamente los florentinos debían, en su época, pensar lo mismo, y siempre le llamaron “Maestro de la piedra viva”.Miguel Ángel, pese a no haber nacido en Florencia se consideró durante toda su vida florentino. Quizá por eso, y aunque pasó gran parte de su vida en Roma trabajando en distintos encargos de los sucesivos Papas, se preocupó de dejar a sus familiares y amigos las oportunas instrucciones para ser enterrado en Florencia. Quizá por su voluntad, y porque su sobrino Leonardo sacó su cuerpo a escondidas de Roma, su cuerpo descansa en la iglesia de Santa Croce de Florencia.En febrero de 1564, apenas muerto Miguel Ángel, Nanni de Baccio Bigio, su envidioso enemigo, no tardó en dirigirse al duque Cosme I para obtener la dirección de la obra de San Pedro. Por desgracia, la dirección le será finalmente concedida, y su intervención traicionará el proyecto inicial de Bramante, que había sido continuado por Miguel Ángel. El artista quería volver a la concepción bramantesca de la cruz griega, coronada, en el medio, por unaa cúpula, pero no lo logró. Por culpa de los predecesores y los continuadores de Buonarroti, la basílica no tiene la perfecta armonía del cuadrado que se levanta en el círculo de una esfera, como Bramante y Miguel Ángel habían soñado.La grandeza de Miguel Ángel como arquitecto y la importancia de la obra arquitectónica más famosa y grandiosa de su tiempo, la basílica de San Pedro, configuraron los golpes bajos que le dieron, no los usuales líos entre artistas envidiosos, si no un real atentado a su prestigio y amargaron los últimos años de la vida del genial artista. No nos extraña que en la correspondencia de Miguel Ángel a sus familiares y amigos calificara su relación con la obra como la “tragedia de San Pedro", que finalizó con una verdadera derrota, ya que no pudo lograr realizar el proyecto de Bramante, que había hecho suyo.Miguel Ángel, fascinado desde siempre por la cúpula de Brunelleschi, había entendido que sólo una construcción aérea parecida habría podido coronar la basílica de San Pedro. Cuando murió, sólo una parte del gigantesco tambor había sido construida. La parte alta no corresponde al proyecto. De las cuatro cúpulas menores sólo fueron construidas dos, mientras que las otras dos fueron reemplazadas por los incongruentes campanarios de Bernini. San Pedro, concebida al alba del siglo XVI como un desnudo gigante juvenil del Renacimiento, se volvió, poco a poco, un mediocre coloso guarnecido y a veces estropeado por las ambiciones del Barroco. Según sus contemporáneos, la muerte liberó a Miguel Ángel del asistir a los últimos actos de su última tragedia, la terminación de la basílica de San Pedro con un proyecto diferente al suyo, que era el original de Bramante.
    Dos años después de la muerte de Miguel Ángel, en abril de 1566 murió Daniele Ricciarelli, llamado Daniele da Volterra (Volterra, 1509-Roma, 1566), alumno e intimo amigo de Miguel Ángel. Según las crónicas de la época, en esos dos años que sobrevivió al maestro tanto le echó de menos que modeló, de memoria, dos bustos de Miguel Ángel.
    El cubrimiento de los desnudos del Juicio Universal pintados por Miguel Ángel en la capilla Sixtina y ordenado por la Congregación del Concilio de Trento, es completado por el pintor Girolamo da Fano. Otros cubrimientos se realizaron posteriormente, bajo los pontificados de Sixto V, a finales del siglo XVI; y Clemente XIII, en la segunda mitad del siglo XVIII. Pero sorprendentemente lo peor es que pocos años después de la muerte de Miguel Ángel, en el último cuarto del siglo XVI los Papas Gregorio XIII y Clemente VIII pensaron incluso en blanquear con cal toda la pared donde estaba pintado el Juicio Final.


    En el año 1574, diez años después de la muerte de Miguel Ángel, es instalada su tumba en la iglesia florentina de Santa Croce. El diseño arquitectónico es obra del mismísimo Giorgio Vasari, gran artista y uno de sus biógrafos. La estatua de la Pintura y el busto de Miguel Ángel son de Baptista Lorenzi; la estatua de la Escultura es de Valerio Cioli; y la estatua de la Arquitectura es de Giovanni Bandini. La Piedad fue en cambio pintada por Baptista Naldini, en lugar de ser esculpida.La ajetreada e interesante vida del genial Miguel Ángel no pasó desapercibida para la literatura, y fue transformada en una novela por el escritor Irving Stone. La biografía de Miguel Ángel apareció así novelada bajo el título de El tormento y el éxtasis. Ésta novela sirvió además de base para que la vida de Miguel Ángel fuera llevada al cine con una película titulada igual que la novela de Irving Stone, e interpretada por Charlton Heston.
    Uno de los autores esenciales del Renacimiento italiano, Ludovico Ariosto (Reggio Emilia, 1474-Ferrara, 1533) escribió refiriéndose a Miguel Ángel que era “más que mortal, divino”. Ya durante su vida el epíteto divino le fue extensamente aplicado a Miguel Ángel, debido sobre todo a su extraordinario talento. Dos generaciones de pintores y escultores italianos, tanto contemporáneos como posteriores, desde Rafael a Tiziano, admiraron su manera de tratar el cuerpo humano.
    Referencias a Miguel Ángel han aparecido a lo largo de la Historia, por ejemplo, una crónica del siglo XVIII recoge como en el año 1740, entre los puertos de Livorno y Civitavecchia se hundió un barco, en cuyo naufragio se perdió además el ejemplar de La Divina Comedia ilustrado a mano por el mismísimo Miguel Ángel. Según parece este ejemplar de la obra era propiedad del escultor y arquitecto florentino Antonio Montauti.
    Otra referencia al genial artista Miguel Ángel Buonarroti, ésta curiosa de verdad, apareció en el último cuarto del siglo XIX. Parece ser que en el año 1879, al ser removida la antigua cornisa del fresco de la Piedad de la iglesia de Santa Maria a Marcialla en Florencia, pintado por Miguel Ángel en el año 1495, salió a la luz las siglas de éste genial artista: BMF, Michelangelo Buonarroti Florentino, Miguel Ángel Buonarroti florentino.
    Todos aquellos que tuvieron la suerte de conocer a Miguel Ángel Buonarroti destacaron de él que estaba obsesionado por su trabajo, lo que incluso le llevaba a ser una persona huraña e intratable, e incluso desaseado. Al parecer no le importaban las comodidades y los lujos que, su genio como artista, le podían proporcionar. Lleno de vigor, y de un especial carácter sus contemporáneos le apodaron Il Terribile, “El Terrible”.A lo largo de su dilatada vida, Miguel Ángel Buonarroti fue amigo de príncipes y Papas, poetas, pintores, escultores y artistas en general. Desde Lorenzo de Médicis, su primer mecenas al duque Cosme I de Médicis. Los Papas: Julio II, León X, Clemente VII, Paulo III, Pío III. A pintores, como su primer maestro Ghirlandaio, Rafael, Leonardo, Daniel da Volterra,… Arquitectos como Bramante o Sangallo. Poetas, filósofos y científicos, desde Savonarola a Copernico.
    "QUE IMPORTA EL PASADO, SI EL PRESENTE DE ARREPENTIMIENTO, FORJA UN FUTURO DE ORGULLO"


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