FREUD un pseudocientífico
Mucho y variado se ha expuesto y debatido en este Foro sobre la Ciencia y las ciencias, pero no se ha tocado el tema de las Pseudociencias, al menos no de una forma temática. Pero ¿a qué se llama pseudociencia? empecemos por sus características generales:
Características de las pseudociencias
Los autores que diferencian entre ciencias reales y pseudociencias señalan características cuya presencia simultánea, no necesariamente de todas a la vez (definición politética), ayuda a reconocer a las pseudociencias como tales
No tienen consistencia interna y externa. Es decir, soportan contradicciones lógicas y no se integran con otras ciencias.
No aplican métodos como los característicos de las ciencias, aquellos cuya validez pueda aceptarse con independencia de las expectativas del observador. Pero, Norwood Russell Hanson, en su libro Patterns of discovery de 1958, y apoyándose en la obra póstuma de Ludwig Wittgenstein, particularmente en sus Investigaciones filosóficas, señala cómo la observación de un hecho cualquiera siempre está sujeta a las expectativas del observador.
Son dogmáticas. Sus principios están planteados en términos tales que no admiten refutación, a diferencia de las ciencias, donde las condiciones de refutación de las hipótesis o teorías están determinadas o pueden determinarse con precisión. Aunque esto último no es de aplicación estricta a las ciencias sociales, que a menudo no producen (ni pretenden producir) resultados precisos, y parten de premisas que hay que interpretar con cierto grado de subjetividad.
Proclaman teorías para las que no aportan pruebas empíricas, que a menudo contradicen abiertamente las observaciones o resultados experimentales conocidos y aceptados. Aunque este tipo de problemas también aparecen ocasionalmente en las ciencias (véase por ejemplo: Problema del horizonte)
Son incoherentes con el cuerpo teórico de disciplinas relacionadas, invalidando las explicaciones admitidas sin ofrecer alternativas mejores para la explicación de los mismos fenómenos ni reconocer la necesidad de hacerlo.
Son inmutables. Al no tener bases experimentales, no cambian incluso ante nuevos descubrimientos (como excepción especial están las ciencias a priori, concretamente las matemáticas y la lógica). La máxima autoridad teórica se le sigue atribuyendo al fundador o fundadores de la disciplina, y sus enseñanzas son tratadas como escrituras sagradas.
Utilizan ante el público un lenguaje oscuro, o emplean términos que tienen un significado preciso en ciencia con sentidos totalmente diferentes.
No cumplen la estrategia de la navaja de Occam (también conocido como principio de parsimonia), que es un método heurístico de búsqueda creativa de soluciones que propone que, en igualdad de condiciones, la explicación más sencilla es la que se debe considerar como la más probable.
No buscan leyes generales.
Descalifican las críticas por parte de las ciencias, a menudo, utilizando falacias ad hominem, aduciendo conspiraciones o proclamándose objeto de persecución cuando sus planteamientos son rebatidos.
Invocan entes inmateriales o sobrenaturales, tales como fuerza vital, creación divina, inconsciente metafísico, quintaesencia, etc. de los que proclaman a la vez, contradictoriamente, que intervienen en fenómenos observables, pero que son inaccesibles a la investigación empírica. Aunque también en física se especula con entidades que, a día de hoy, son inaccesibles a la investigación empírica, pero que se supone que intervienen en fenómenos observables (véase por ejemplo: Bosón de Higgs), y en psicología se emplean entidades inmateriales tales como por ejemplo: "inteligencia".
Los promotores de la teoría hacen poco esfuerzo para desarrollar una teoría que supere los problemas a los que se enfrenta.
Carecen de la vocación autocrítica propia de los científicos verdaderos.
Proclaman y exigen que se reconozca su carácter científico, pero solo ante el público general, renunciando o siendo muy reticentes a poner a prueba sus explicaciones ante la comunidad científica establecida.
El hecho de reclamar estatus científico las diferencia de otros campos, como la religión o la metafísica.
Algunos autores afines al relativismo epistémico o al llamado «programa fuerte» (o «estándar») de la sociología de la ciencia (Barry Barnes, Steve Shapin y David Bloor), la Escuela de París, (Bruno Latour y Michael Callon), el grupo de Bath, (Harry Collins y Steven Yearley), el grupo de norteamericanos y su “Etnometodología”, (Harold Garfinkel y Michael Lynch), ponen en duda que sea posible diferenciar con rigor y objetividad el límite que demarca la "ciencia" de la "pseudociencia", respaldando en algunos casos posiciones abiertamente contrarias a determinadas concepciones de lo que es ciencia y criticando el método científico. Estas posiciones relativistas fueron contestadas por los científicos Alan Sokal y Jean Bricmont en su libro Imposturas intelectuales (1997), el cual a su vez recibió contrarréplicas.
Algunos críticos de la pseudociencia consideran algunas o todas las formas de pseudociencia como pasatiempos inofensivos. Otros, como Richard Feynman, Richard Dawkins, Carl Sagan, Michael Shermer y Mario Bunge consideran que todas las formas de pseudociencia son dañinas, causen o no daños inmediatos a sus seguidores.
Estos críticos generalmente consideran que la defensa de la pseudociencia puede suceder por varias razones, que van desde la simple candidez sobre la naturaleza de la ciencia y el método científico, hasta un engaño deliberado por beneficios económicos o políticos. No es apropiado tratar de pseudociencia cualquier cuerpo sistemático de creencias solo por no considerar veraces sus postulados, sino que solo tiene sentido hacerlo cuando desde la disciplina en cuestión se proclama sin fundamento su carácter científico.
FUENTE: WIKIPEDIA
Y ajustándose a estas características está el Psicoanálisis freudiano del que se separaron a causa de su naturaleza puramente especulativa otros psicólogos. FREUD hoy está ampliamente superado, y en el ámbito científico ya nadie lo sigue. De sus afirmaciones se pueden entresacar argumentos explicativos que son de traca y cuyo valor empírico es absolutamente nulo. Pero de ello ya habrá tiempo de hablar. Ahora veamos los motivos por los que se considera que el Psicoanálisis de Freud es una pseudociencia.
En su modelo de demarcación de la ciencia, Karl Popper tomó al psicoanálisis como ejemplo de pseudociencia, en contraste con la teoría de la relatividad de Albert Einstein. Popper observó que mientras las condiciones de refutación de las hipótesis de Einstein estaban determinadas con precisión y Einstein estaba dispuesto a empezar de nuevo si la evidencia no las sustentaba, las teorías de Sigmund Freud eran infalsables y le permitían reinterpretar la evidencia para mantener las hipótesis.
Aunque Popper calificaba al psicoanálisis como pseudociencia no sugiere que no sea racional o que no sea valioso. Popper mismo declara que el psicoanálisis: "Constituye una interesante metafísica psicológica (y no cabe duda de que hay alguna verdad en él, como sucede tan a menudo en las ideas metafísicas)".
Adolf Grünbaum considerado el heredero de Popper en la crítica epistemológica al psicoanálisis, considera por otro lado que el psicoanálisis sí es falsable, pero con el resultado de ser una teoría falsa.
Alan Sokal y Jean Bricmont explican en su controvertido libro Imposturas Intelectuales cómo Jacques Lacan usa el lenguaje matemático en su teoría del psicoanálisis de forma incorrecta y totalmente fuera de contexto para aparentar carácter científico. Otros autores, sin embargo, explican que el uso por parte de Jacques Lacan de un lenguaje matemático significó no el intento de demostrar matemáticamente las afirmaciones del psicoanálisis, sino una representación explícitamente metafórica de algunas de tales afirmaciones. La respuesta de Sokal es que tal uso simbólico de conceptos matemáticos, muy probablemente desconocidos por la gran mayoría de los lectores de Lacan, es de dudosa utilidad. El matemático Arkady Plotnitsky manifestó que dicho libro contiene aseveraciones matemáticamente erróneas, en particular cuando se trata con números complejos, lo cual desacreditaría el argumento expuesto.
El epistemólogo Mario Bunge también usa al psicoanálisis como ejemplo en su modelo de demarcación de la ciencia. Sostiene que el psicoanálisis es una forma de pseudociencia porque carece de consistencia externa: las diferentes disciplinas científicas interactúan apoyándose las unas a las otras tanto en sus aspectos teóricos como empíricos. El grave problema del psicoanálisis, sostiene Bunge, es que se trata de una disciplina aislada del resto del conocimiento (no interactúa con disciplinas obviamente pertinentes, tales como la psicología experimental, la neurociencia cognitiva y las ciencias biológicas). Más aún, el psicoanálisis es incongruente con los descubrimientos de estas disciplinas.
Por otra parte algunos filósofos de la ciencia e investigadores sostienen que el psicoanálisis sí puede investigarse científicamente. Aunque otros filósofos y psicoanalistas sostienen que el psicoanálisis no puede investigarse científicamente. En todo caso hay gran variedad de corrientes psicoanalíticas y solo cabría plantear la posibilidad de acusar de pseudocientíficas a aquellas que se consideran a sí mismas científicas.
Autores como Van Rillaer recopilaron ejemplos sobre la forma en que Freud y otros psicoanalistas descalifican a sus críticos empleando argumentos de autoridad y falacias ad hominem.
Pese a lo anterior, el psicoanálisis es enseñado como técnica de psiquiatría/psicología en muchas universidades y aplicado en hospitales psiquiátricos y centros médicos, así como por psicólogos, psiquiatras, médicos, neurólogos y antropólogos entre otros.
FUENTE: WIKIPEDIA
Lo que en modo alguno hace que sea suficiente para ser considerado como científico. El psicoanálisis freudiano puede ser tomado como una herramienta a fin de alimentar otro tipo de análisis, por ejemplo, en Antropología Social hay autores que se apoyan en él para buscar una justificación a la aparición de la figura del padre en el grupo humano, pero la explicación que daba Freud no resiste ni el más elemental de los análisis, ¿por qué? por carecer de base comprobada alguna, por suponer una simple especulación y porque no se han observado comportamientos similares en la naturaleza dentro de ninguna especie entre los simios, ya que de los pre-homínidos y de los homínidos posteriores , de los cuales hay que recordar que no desciende el Hombre, se ignoran prácticamente casi todas las prácticas sociales que pudieron haber tenido.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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