Se celebraron en Santiago de Chile y España logró 14 medallas

50 años de los primeros Juegos Iberoamericanos


Por : Miguel Villaseñor (miembro de la AEEA)


La ciudad gaditana de San Fernando acogió el pasado mes de junio el decimocuarto campeonato Iberoamericano de atletismo. Hace 50 años, en octubre de 1960, el estadio Nacional de Santiago de Chile fue testigo de la primera edición de los Juegos Atléticos Iberoamericanos. Este campeonato, que reunió por primera vez a los países de habla hispana y portuguesa, supuso un punto de inflexión para el atletismo español, que a partir de entonces comenzó a escalar peldaños en el concierto internacional.

La competición se desarrolló del 11 al 16 de octubre de 1960. Aquella temporada fue especialmente larga e intensa. El atletismo español había acudido por primera vez desde 1948 a unos Juegos Olímpicos y estuvo presente en Roma, a principios de septiembre, con 13 atletas. Poco más de un mes más tarde, 31 atletas españoles se desplazaron a Sudamérica para participar en los primeros Juegos Atléticos Iberoamericanos, organizados por la Fedachi (Federación Atlética de Chile). La competición se llamaba así, Juegos Iberoamericanos, pero en realidad no era un certamen multideportivo, como otras competiciones denominadas Juegos, sino que era únicamente una competición de atletismo. Encabezaba el equipo español don Fernando Serrano Misas, presidente de la Federación Catalana; le acompañaron el gran Josep Corominas, Jorge Pozuelo y José Casero, José Luis Torres como entrenador y Pedro Escamilla como periodista. Y hay que decir que la delegación española fue tratada con especial cariño por el público y las autoridades chilenas.

El atletismo de Iberoamérica había tenido hasta entonces un nivel muy superior al español. Contaba con algunas figuras de auténtico nivel mundial: el cubano Enrique Figuerola, los venezolanos Horacio Estévez y Rafael Romero o el brasileño Adhemir Ferreira da Silva (campeón olímpico en 1952 y 1956 y que ganó el triple), por citar a algunos. Sudamérica, no afectada por la Segunda Guerra Mundial, vivió, en los años cuarenta y cincuenta, el mejor momento de su atletismo en la historia de este deporte. Para apreciar mejor el nivel del atletismo iberoamericano de la época y su comparación con el español, remitimos al cuadro de récords que figura al pie de este artículo. Hemos citado la cifra de 31 hombres en Santiago de Chile, pero a la capital chilena no viajó ninguna mujer. La razón es que no existía el atletismo femenino en España, pues estaba prohibido. Sí hubo competición femenina en aquellos primeros Juegos Iberoamericanos; de hecho, en la América Latina el atletismo femenino había tenido siempre una buena acogida y en todas las competiciones de ese continente se disputaba. En Santiago hubo nueve pruebas de mujeres, destacando las brasileñas, chilenas, argentinas y panameñas.



Final de 200 metros con la victoria del venezolano Rafael Romero, igualando el récord sudamericano con 20.8

Como hemos dicho, los nuestros llegaban a Santiago al final de temporada, aunque por aquel entonces las temporadas de los atletas se prolongaban algunas (o muchas) más semanas que ahora. Entre los Juegos Olímpicos de Roma y los Iberoamericanos, hubo un encuentro internacional en Ginebra ante Suiza y la selección B de Francia, que, como ocurría a menudo entonces, perdimos y que no dejó buen sabor de boca. De los trece atletas que habían estado en los Juegos Olímpicos, a principios de septiembre, diez estuvieron en Santiago. Faltaron el maratoniano Miguel Navarro y el saltador Luis Felipe Areta, que, aunque seleccionados para el Iberoamericano, no pudieron viajar; asimismo faltó el marchador José Ribas, pues en Santiago no hubo pruebas de marcha. El viaje a Chile fue para la mayoría el más largo de cuantos habían realizado hasta entonces, cruzando por primera vez el "charco", y además, dicho sea de paso, fue muy largo, harto accidentado y muy comentado en su momento; finalmente los españoles, tras 35 horas de viaje y numerosas vicisitudes, llegaron a la capital sólo 15 antes del inicio de la ceremonia inaugural. Esta fue sorprendente, bellísima y espectacular.

España presentó un gran equipo compuesto, como ya hemos dicho, por 31 atletas, en el que faltaban pocos de nuestros primeros (y segundos) espadas. Y aunque los pronósticos no eran excesivamente optimistas, por la ubicación de los Juegos en el calendario, el equipo español realizó un muy buen campeonato. Se obtuvieron nada más y nada menos que 14 medallas. Además, hubo 10 puestos más entre los 8 primeros. España se alzó, como veremos, con el segundo puesto en la clasificación oficial. Sin embargo, la buena actuación española sólo se vio refrendada por una medalla de oro. La consiguió el madrileño José María Elorriaga en lanzamiento de martillo, logrando así el mayor éxito de su carrera deportiva. Cinco atletas consiguieron siete platas: el barcelonés Tomás Barris, al que le pesó algo la larga temporada, en 800 y 1.500 metros, en ambos casos tras el ídolo chileno Ramón Sandoval, que fue inabordable; el también catalán Josep Molins en 5.000 y 10.000, también en las dos pruebas tras el mismo atleta, en este caso el acreditado argentino Oswaldo Suárez (que había competido hacía pocos días en España y que, por cierto, a lo Zatopek, ganó también el maratón); el gallego Manuel Augusto Alonso en obstáculos, tras el brasileño Sebastiao Mendes, que hizo récord de Sudamérica; el vasco Fernando Adarraga en pértiga, tras el puertorriqueño Rubén Cruz (y no su hermano Rolando, como figura a veces erróneamente); y, por último, el jabalinista catalán José Culleré, a priori favorito (había batido el récord de España días antes) pero que se vio sorprendido por el también puertorriqueño Emilio Navarro, que le venció por 15 cm. Seis atletas consiguieron la medalla de bronce: Julio Gómez en 1.500 tras Barris, Carlos Pérez en 10.000 tras Molins, José Jesús Fernández en obstáculos tras Alonso, Alfonso Vidal-Quadras en peso, Alfonso Carlos de Andrés en jabalina tras Culleré, y el relevo largo con Ramón Pérez, Jesús Rancaño, José Luis Martínez y Atilano Amigó. Es decir, que las catorce medallas se repartieron entre diez pruebas.

Otros atletas finalistas fueron José Luis Albarrán, gran actuación la suya, sexto en 200 metros; Julio Gómez, cuarto en los 800, y llevando el peso de la carrera; Emilio Campra, cuarto en los 110 vallas, ante enormes rivales; Francisco Javier Sáinz de Artiach, sexto en los 400 metros vallas y a tres décimas del récord nacional en eliminatorias; Francisco López Aguado, cuarto en altura con 1.90, igualando el récord de España júnior; Felipe Rodríguez Armengol, cuarto en pértiga (esta vez Adarraga ganó en su duelo personal); Alfonso Mauleón, quinto en longitud y a 1 cm del bronce; Miguel de la Quadra-Salcedo, cuarto en disco y en una actuación algo decepcionante; José Luis Falcón, que, aunque era favorito y había batido el récord nacional en Roma sólo fue cuarto en martillo; y el equipo de 4 x 100 metros, con José Luis González, Armando Roca, Melanio Asensio y Albarrán, que ocupó la sexta posición. Citemos por último a otros españoles presentes en Santiago: fueron el cuatrocentista Virgilio González Barbeitos (que corrió la prueba individual pero que luego enfermó gravemente), los fondistas Luis García y Fernando Aguilar, el saltador Ricardo Bustamante y el discóbolo Luis Rodríguez. Digamos asimismo que el vigués Carlos Pérez se alineó también en la maratón, pero no pudo terminar.

Como puede apreciarse en el cuadro que acompaña a estas líneas, España ocupó el sexto lugar en el medallero, según la clasificación habitual hoy día. El criterio, siempre discutible, es aquí inequívocamente erróneo: España fue la nación que más medallas ganó. Pero entonces, y a imagen y semejanza de lo que se hacía siempre en los Campeonatos Sudamericanos, se estableció una clasificación oficial merced a los puntos que conseguían sus atletas, del mismo modo que los encuentros internacionales. Y aquí se aprecia el verdadero rendimiento de cada país. Sólo cuatro puntos separaron a Argentina, ganadora, de España, segunda. Al comienzo de la última jornada los españoles estaban en cabeza, pero el último día fue más propicio para los argentinos, que se llevaron la competición.

Medallero General
País ........... Oro .... Plata .... Bronce .... Total
Argentina .....6 ........ 3 ............ 3 ..............12
Venezuale ....4 .........1 ............ 1 ............... 6
Puerto Rico ..3 ........ 1 ............ 1................ 5
Brasil ........... 2 ........ 5 ............ 4 ............. 11
Chile ............ 2 ........ 3 ............ 4 ............... 9
España ........ 1 ........ 7 ............ 6 ............ 14
Cuba .......... 1 ......... 1 ............ 0 ................2
Portugal ...... 1 ......... 0 ............ 2 ................3
Panamá ...... 1 ........ 0 ............. 1 ................2
Guatemala .. 1 ........ 0 ............. 1 ................2
México ....... 0 ........ 1 ..............0 ................0



Clasificación Oficial
1. Argentina 113 puntos
2. España 109 puntos
3. Brasil 103 puntos
4. Chile 91 puntos
5. Venezuela 83 puntos
6. Puerto Rico 59 puntos
7. Portugal 33 puntos
8. Cuba 19 puntos
9. Panamá 18 puntos
10. México 13 puntos
11. Guatemala 10 puntos
12. Perú 3 puntos



No puntuaron Ecuador, Paraguay y Uruguay

Los Juegos fueron bien aprovechados por los españoles para mejorar sus registros, pues fueron siete los récords de España superados en Santiago. José Luis Albarrán batió dos veces el de 200 metros, que era de 21.8, con 21.7 en eliminatorias y 21.6 en semifinales (aunque el propio Albarrán y Melanio Asensio habían corrido ya ese año en 21.6 pero sin curva completa). El almeriense Emilio Campra tuvo una gran actuación en las vallas altas, antes rivales de gran entidad, y en la final fue cuarto con 14.8, mejorando en una décima su propio registro. Fernando Adarraga batió por dos veces el récord de salto con pértiga, que era de 4.11, al saltar 4.15 y luego 4.20, lo que le valió la segunda plaza tras Rubén Cruz. Por último, los dos equipos nacionales de relevos superaron los topes nacionales: 42.1 el relevo corto (con José Luis González, Roca, Albarrán y Asensio) y 3:15.6 el largo (con Pérez, Rancaño, Martínez y Amigó).




Momento de la clausura de estos Juegos Iberoamercianos que se celebraron en el Estadio nacional de Santiago de Chile

Los primeros Juegos Atléticos Iberoamericanos fueron un rotundo éxito. Bien organizados, el certamen se desarrolló en un extraordinario ambiente que quedó para siempre en la memoria de los que allí acudieron. Santiago de Chile acogió con enorme calor y cariño a todos los visitantes, en especial a los españoles. Dos años más tarde la competición tendría una brillante segunda edición, celebrada en el estadio de Vallehermoso de Madrid. Los segundos Juegos fueron otro rotundo éxito, no sólo para el atletismo sino para el deporte español en general, tuvieron en su momento un enorme eco en todos medios y a todos los niveles y supusieron el lanzamiento irresistible del atletismo en nuestro país, que creció año a año a partir de ese momento. Desgraciadamente, un campeonato cuya semilla germinó en Santiago y que creció en Madrid, no tuvo continuidad. Hubo que esperar 21 años para que el atletismo iberoamericano se reuniese de nuevo en una competición de atletismo.




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Portada del programa oficial de la competición




De ziquierda a derecha: Ramón Sandoval, Tomás Barris, Ricardo Vidal y Julio Gómez

El único vencedor español: el martillista José María Elorriaga y en el podio

Tomás Barris en la prueba de 800m donde fue plata, siguiendo al vencedor, el chileno Ramón Sandoval


Manuel Augusto Alonso, segundo en 3.000m obstáculos


10.000m: Josep Molins y Carlos por detrás del vencedor, el argentino Osvaldo Suárez




La gran figura, el triplista brasileño Adhemar Ferreira da Silva

La argentina Ada Brenner, vencedora en longitud

El puertorriqueño Rubén Cruz, vencedor en pértiga


El más fuerte en decatlón, el venezolano Héctor Thomas


El podio de la altura femenina, en el centro la vencedora, la chilena Nelly Gómez


Entrega de trofeos a los representantes de Argentina (1º), España (2º) que recogió el jefe de la expedición español Josep Corominas y Brasil (3º)





Fuente: 1º juegos iberoamericanos de atletismo chile 1960