El arca santa

7 Set 2022

Nicoletta De Matthaeis



La Cámara Santa. En primer plano el Arca Santa


El arca se encuentra en la Cámara Santa de la catedral de Oviedo (España). La Cámara Santa recibe este nombre porque alberga muchas reliquias, entre las cuales el Santo Sudario, sobre el cual Reliquiosamente publicó un artículo, además de muchas obras de arte de extraordinario valor.

La tradición ligada al origen del Arca Santa hace remontar la datación de este objeto al siglo VII. Durante la ocupación persa de Jerusalén por parte de Cosroe II (614), muchas reliquias (entre las cuales el Santo Sudario) fueron trasladadas por los cristianos desde Palestina a Alejandría, en Egipto. Pero cuando posteriormente los persas también ocuparon Alejandría, las reliquias fueron enviadas por mar a la península ibérica, siendo recibidas por el obispo de Sevilla y entregadas posteriormente al obispo de Toledo, Ildefonso, alrededor del 657. Toledo en aquel entonces era la capital del cristiano reino visigodo. Con la sucesiva invasión musulmana de la península ibérica, a principios del siglo VIII, solo Asturias, un pequeño territorio del norte de la península ibérica, permaneció a salvo. Fue aquí donde acabaron refugiándose muchos cristianos visigodos. La tradición ligada al arca dice que para salvar el Santo Sudario, y otras reliquias, de la invasión musulmana, las metieron en un arca de madera y las llevaron a Asturias. El arca inicialmente fue escondida en un eremitorio en el Monsacro, a pocos kilómetros de Oviedo.


El Arca Santa, parte frontal. Antes de la restauración

Según algunas crónicas del siglo XII, alrededor del 840 el rey Alfonso II el Casto mandó construir en el interior de su palacio la Cámara Santa, donde sucesivamente fue llevada el arca. Este dato ha sido desmentido por los datos arqueológicos que sitúan la construcción de la Cámara Santa en la época del rey Alfonso III (866-910). A partir del signo XIX forma parte del complejo de la catedral de Oviedo.

Las reliquias contenidas en el arca eran de diferente naturaleza: bíblicas (huesos de profetas); cristológicas (de la vera cruz, de la sangre, del pan de la última cena, de la piedra del sepulcro, de la túnica y el famoso Santo Sudario); marianas (de los vestidos y de la leche de la Virgen); apostólicas (de San Pedro, San Pablo, San Tomás, San Bartolomé, Santiago, San Andrés y San Juan); de los santos mártires (una larga lista).

La fama de la llegada de todas estas reliquias a Oviedo y también su importancia (sobre todo el Santo Sudario) fueron tales que muchos peregrinos que se dirigían a Santiago de Compostela se desviaban para ir a venerarlas.

El Arca Santa después de la restauración

En ocasión de la visita del rey Alfonso VI de León y su hermana Doña Urraca a Oviedo (1072), se abrió el arca para descubrir y hacer el inventario de todos sus tesoros. En el acta de la apertura del Arca, un pergamino del siglo XII, se cuenta que en el año 1075 Alfonso VI presidió la apertura solemne del Arca, en presencia del obispo Arias y otros dignitarios, y que maravillado por la cantidad de reliquias que contenía, ordenó que fuera recubierta de plata. Describe, al mismo tiempo, en qué circunstancias el arca habría llegado a Oviedo para evitar que cayera en mano de los infieles.

Según las crónicas medievales, Liber Testamentorum1 y Crónica Silense2, ambas del siglo XII, el arca actual no sería la original llegada de Toledo, que habría sido de madera de cedro, sino que habría sido sustituida por otra más grande, después de su solemne apertura.

El Arca es de madera de roble y mide 119x93x83 cm. Contrariamente a lo que en muchas ocasiones se ha creído, debido a su forma, no ha sido utilizada como altar, salvo en ocasiones esporádicas.

Se trata de una excepcional obra de orfebrería del siglo XI realizada en un taller de León y su importancia llegó a ser tal como para convertirse en objeto de devoción por sí mismo. Las láminas de plata que la recubren están trabajadas con las técnicas del niel, del cincelamiento, repujadas y doradas, con iconografía cristológica.


Arca Santa. Tapa, antes de la restauración. La inscripción en latín recorre, sobre cuatro líneas, todo el perímetro


Tapa del Arca Santa después de la restauración (detalle)

En la parte frontal está representado un pantocrátor, Cristo en majestad en la mandorla, con un grupo de seis apóstoles a cada lado. Las partes laterales del Arca están decoradas con escenas de la vida de Jesús. La tapa, además de una representación del Calvario, presenta numerosas inscripciones en latín y árabe en los cuatro lados de la misma. Las que están en latín (4 rótulos en espiral que recorren todo el perímetro del Arca), constituyen fundamentalmente una parte del acta de apertura del Arca del 13 de marzo de 1075, con el elenco de las reliquias contenidas. Las inscripciones en árabe, en caracteres cúficos, son loas a Dios, pero en realidad se trataría de frases copiadas, sin ningún criterio específico, por un artesano cristiano que no conocía el árabe, puestas solo para fines ornamentales. Esto respondía a un cierto gusto de esa época, si pensamos en la gran influencia musulmana que había en España desde hacía ya tres siglos.

Arca Santa. Detalle de la tapa. Puede verse claramente la inscripción latina y la árabe en caracteres cúficos

El Arca fue objeto de algunas reparaciones en los siglos XVII y XVIII. En 1934 a causa de una explosión durante la revolución de los mineros, la Cámara Santa resultó dañada y el Arca perdió una parte de su estructura, sufriendo diversos daños. En 1935 se hizo una primera restauración y solo recientemente ha sido objeto de una intervención mucho más profunda. Un minucioso trabajo, terminado en 2017, que supuso desmontar toda la cobertura de plata para permitir reconstruir y reforzar la estructura de madera.



Por otro lado, estudios más recientes han hecho posible reconstruir los hechos históricos.

Según Isidro Bango Torviso3, la llegada del Arca a Oviedo y sus orígenes habría sido una historia inventada por el obispo de Oviedo Pelayo (1101-1130), consejero de Alfonso VI, escrita ad hoc en el acta de 1075, con el fin de promover Oviedo como centro de peregrinaciones y aumentar el poder del monarca (y de la diócesis). El Arca habría sido fabricada en 1072. La lista de reliquias contenida en la inscripción coincide, más o menos, con aquella descrita en el acta del año 1075 pero no con la lista del año 1072, siendo las reliquias incluidas en la lista de 1075 mucho más numerosas. De hecho, en 1072 se hizo una reorganización del tesoro de la catedral y el rey, a través de su hermana Urraca, comisionó un gran relicario, digno de contener las 30 reliquias que ya existían. Otros documentos que contienen la lista de las reliquias, además del acta de 1075 (Epístola de Valenciennes y Cronicón de Pelayo) listan un número de reliquias (31) que no coinciden, en los dos tercios, con las de la lista de 1072 y que en la lista de 1072 hay dos tercios de reliquias que no figuran en las dos listas precedentes. En el acta de 1075 el número es de 67.

Por lo tanto: en 1072 se construye el Arca para contener las reliquias ya existentes en la catedral, cuyo origen es desconocido; esto da paso a la construcción y divulgación de una historia sobre la existencia de un Arca preexistente que posteriormente fue difundida en dos relatos similares pero que se basan en un mismo documento; estas dos versiones incluyen parte de las reliquias que existían en el Arca de 1072 y añaden otras (verdaderas o falsas). La ceremonia de la reapertura del arca de 1075 es, en cambio, seguramente auténtica. El rey, de paso por Oviedo, quiso ver las reliquias que contenía el arca que había patrocinado.

La falsificación, destrucción y ‘retoque’ de documentos era bastante normal en la Edad Media (y no solo en la Edad Media) para legitimar el poder, conservar y aumentar determinados privilegios o transmitir a la posteridad una imagen ‘mejorada’. Por lo tanto tampoco en los tiempos de Alfonso VI las cosas eran diferentes. Además, no existe ningún dato o documento que demuestre que haya existido una veneración del Arca antes de finales del siglo XI.

En ocasión de la última restauración también ha sido posible asignar una datación más precisa. Según los estudios realizados por C. García de Castro Valdés4, se trataría de un proyecto unitario realizado no en 1072 (o 1075) sino alrededor de 1090-1100, donde todos los elementos del arca, tanto la parte en madera como la cobertura en plata, son coetáneos.
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1.- Liber testamentorum, o Libro de los testamentos de la Catedral d Oviedo (Liber Testamentorum Ecclesiae Ovetensis). Se trata de un códice medieval conservado en la Catedral de Oviedo, y fue comisionado por Pelayo, obispo de Oviedo desde 1101 hasta 1130.
2.- Cronica silense (o Historia legionensis), es una biografía inconclusa de Alfonso VI de León
3.- Bango Torviso, I.G. La Renovación del tesoro sagrado a partir del concilio de Coyanza y el taller real de orfebrería de León. El arca Santa de Oviedo (1072) – Anales de Historia del Arte, 2011 Volumen Extraordinario (2) 11-67
4.- C. García de Castro Valdés. El Arca Santa de la catedral de Oviedo. Fundación Santa María la Real, 2017





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