MLADIC NO ES “EL CARNICERO DE LOS BALCANES SINO UN PATRIOTA QUE HA LUCHADO CONTRA LA INVASIÓN ISLÁMICAEs difícil no sentirse asqueado por la manera en que nuestros grandes medios de comunicación retoman en coro los clichés del odio a los serbios con ocasión de la detención del general Ratko Mladic. Con un desprecio total por la presunción de inocencia que debe beneficiar a todo detenido, estos medios lo condenan ante la opinión pública tratándolo de “carnicero de los Balcanes”, al igual que ya lo hicieron anteriormente con Milosevic y Karadzic. Esta sórdida calificación tuvo que ser abandonada en el caso de Milosevic, ya que este refutó todas las acusasiones presentadas contra él por el Tribunal Penal Internacional de La Haya, antes que esta parodia de justicia lo hiciera morir para evitar inocentarlo. En cuanto a Radovan Karadzic, su “carnicería” ha sido puesta provisoriamente bajo silencio a la espera de su juicio. Pero el título reverdece hoy de manera obscena contra un hombre vilipendiado sin el menor escrúpulo por los tristes loros de nuestra prensa.Nos alcanza la náusea al escuchar o al leer los comentarios de su arresto. Ni una duda, ni una reticencia. Todos los eslóganes de la demonización ciega de los serbios, que duró más de una década, han sido retomados sin la más ínfima referencia a las munerosas puestas a punto que han rectificado los errores, a los multiples testimonios y documentos que han denunciado las mentiras, a la cantidad de libros autorizados que han permitido una visión imparcial de la guerra en los Balcanes. Nuestras televisiones, nuestras radios, nuestros periódicos repiten a ciegas las mismas estupideces, las mismas calumnias. Tenemos una vez más la siniestra imagen de la nulidad de nuestros medios de comunicación, incapaces de investigar de manera independiente, de superar los prejuicios, entregados a la facilidad de la propaganda y a un mimetismo de retrasados mentales.Esa repetición simiesca es particularmente fétida en lo concerniente a Mladic. Todo aquello de lo cual es acusado es contrario a la verdad. ¿Partidario de la “Gran Serbia”? Siempre fue un defensor encarnizado de la antigua Yugoslavia, federal y pluralista. ¿Favorable a las limpiezas étnicas? Siempre se cuidó de que su ejército estuviera compuesto de soldados de todas las pertenencias étnicas y religiosas. ¿Autor de atrocidades? Detestaba a los paramilitares a los que denunciaba por su desprecio de las leyes de la guerra. ¿Masacrador de prisioneros? Era conocido por la severidad con la que castigaba a aquellos de sus hombres que maltrataban a los detenidos. Todo ello ha sido estudiado, probado, no solamente por sus propias declaraciones, órdenes o comportamientos, sino también por aquellos que lo frecuentaron, de la base a la cúspide. Era admirado por sus homólogos, los generales occidentales, que lo consideraban un gran militar de carrera, no sólo por sus cualidades de estratega y su valor legendario pero también por su lucidez y su integridad. Era venerado por sus tropas, que veían en él a un líder excepcional. No podemos olvidar el cumplido que le hizo el general norteamericano Wesley Clark, comandante en jefe de las fuerzas de la OTAN durante el conflicto: Es usted el único jefe militar que conozco que no dice a sus hombres “!Adelante!” sino “¡Sigánme!”. Un elogio, que al venir de un adversario, tenía su importancia.No he conocido personalmente a Mladic. Pero dos de mis más queridos amigos estuvieron a su lado y me han hablado muchas veces de su valor humano. El primero era el general Pierre-Marie Gallois, hace poco fallecido, que no dejaba de rendirle homenaje. El segundo es el fotógrafo de prensa Shone, que lo acompañó durante todas sus campañas y que me ha contado en diversos momentos su rectitud, su valor y su generosidad. Además he editado un libro que está dedicado a su persona, traducido de una obra norteameriana de 750 páginas -discursos, reglamentos, anécdotas, análisis políticos- y que dibuja el retrato de un personaje fuera de lo común. En lo concerniente al supuesto “genocidio” de Srebrenica, es deprimente ver que nuestros medios de comunicación no hacen ningún caso de los estudios serios que han restablecido la verdad. Hace ya tiempo que el mito de los 8 000 musulmanes ejecutados ha sido desmontado. No sólo he editado un libro en el que altas personalidades ridiculizan esa cifra imaginaria, además una obra prácticamente definitiva acaba de ser publicada en los Países Bajos con el título de “Deconstruction of a Virtual Genocide : An Inteligent Person´s Guide to Srebrenica”, que da cuenta de las investigaciones profundas de un grupo de científicos y de universitarios internacionales. Sus conclusiones concernientes el mito de Srebrenica son corroboradas en anexos por toda clase de elementos irrefutables, como son los nombres de la víctimas, el número de muertos, el resultados de las exhumaciones de cadáveres, los textos de los informes militares, los informes de las autopsias, la relación de pérdidas de los dos bandos, las listas de los pueblos incendiados y saqueados por Naser Oric (el jefe de las tropas musulmanas de Srebrenica), etc.Añadimos algunas palabras de política general. Se conocen hoy los detalles desastrosos de la intervención occidental. La guerra llevada a cabo contra la ex Yugoslavia ha desembocado en el despiece de un país cofundador de la ONU y un fiel aliado de Francia en las dos grandes guerras del siglo pasado; a la expulsión de 200 000 serbios de Kajina donde vivían desde hace siglos; a la “depuración” de Croacia de otros miles más: a la creación de seis pequeños nuevos Estados que dependen de la ayuda internacional (y eso en el momento en que los europeistas militan por la integración occidental) de los cuales dos son sendas construcciones fantoches musulmanas (una parte de Bosnia y Kosovo); a la ruina de Serbia mediante armas con uranio empobrecido; y ahora a la captura de uno de los más valientes defensor de la cristiandad.Ratko Mladic no es un “carnicero de los Balcanes”. Es un patriota que ha luchado contra la invasión islámica de los mujahidin. En lugar de encarcelarlo deberíamos erigirle una estatua. Los verdaderos criminales no son Karadzic o Mladic, sino esos que hoy se regocijan de verlos en prisión.Fuente original : Mladic n’est pas le «*boucher des Balkans*», c’est un patriote qui s’est battu contre l’invasion islamique | Riposte Laique
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