Principado de Transilvania
Estado vasallo del Imperio otomano (1543-1692)
1571-1711
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Escudo
El Reino de Hungría dividido: Hungría Real, bajo el control de los Habsburgo, Hungría otomana y el Principado de Transilvania (en verde)
Capital Gyulafehérvár (1571-1692)
Nagyszeben (1692-1711)
Idioma principal Latín (en administración, ciencias y política), rumano húngaro, alemán y ruteno (vernacular)
Religión Iglesia ortodoxa, Catolicismo romano, calvinismo, luteranismo, unitarismo y judaísmo
Gobierno Monarquía electiva y principado
Período histórico Edad Moderna
• Establecido 1571
• Disolución 1711
El Principado de Transilvania (en húngaro: Erdélyi Fejedelemség; en rumano: Principatul Transilvaniei) fue un estado independiente de idioma y cultura húngara, con una monarquía electiva que existió entre mediados del siglo XVI y principios del siglo XVIII, en los territorios de la actual región de Transilvania que se encuentra dentro de las fronteras de la moderna Rumania. El Principado de Transilvania fue el Estado que mantuvo viva la cultura húngara durante el periodo de crisis y decadencia que siguió a derrota en la batalla de Mohács en 1526 contra los turcos donde falleció el rey Luis II de Hungría. La principal figura de este Estado era el Príncipe de Transilvania, el cual era electo de entre la nobleza húngara por la gran asamblea de los altos órdenes. En muchas ocasiones el sultán del Imperio otomano intervenía directamente en la política interna del Principado, removiendo o colocando en el cargo superior a aquel noble húngaro que le conveniese, pues si bien este Estado era independiente pagaba tributos a los turcos por sus privilegios. El Principado de Transilvania desapareció cuando el reino húngaro fue reunificado después de 1686 por los Habsburgo, y el título de Príncipe transilvano disuelto, siendo entonces el emperador germánico el monarca supremo sobre todos los territorios húngaros.
Historia
La caída húngara y el surgimiento del Principado
La región de Transilvania siempre formó parte del Reino de Hungría fundado por el rey San Esteban I de Hungría en el año 1000. Él mismo al formar las diócesis y arquidiócesis en el nuevo reino estableció una en Transilvania, y a la cabeza de esta colocó a la figura del Voivoda de Transilvania, cargo vitalicio y no hereditario que era asignado por el propio Rey de Hungría a altos nobles, a los cuales tenía la potestad de destituir cuando lo considerase.
En 1526 los ejércitos húngaros fueron derrotados por los turcos otomanos en la batalla de Mohács, donde también murió el rey Luis II de Hungría. El trono quedó vacante, pues el monarca no tenía hijos herederos, y de inmediato comenzó la carrera por apropiarse del título de rey. Primero el conde húngaro Juan Szapolyai, voivoda transilvano, se hizo coronar como rey Juan I de Hungría, mientras por otra parte, el hermano menor del emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, Fernando I de Habsburgo, reclamó sus derechos sobre Hungría, pues había tomado por esposa a la hermana del fallecido rey. Haciéndose coronar un año después, tras la intervención de su hermano el emperador y rey Carlos I de España, Fernando se convirtió entonces en uno de los dos anti-reyes húngaros de esa época. Conflictos armados se sucedieron y Juan I se replegó a la región de Transilvania, donde se hallaba más seguro ante los ejércitos imperiales que habían ocupado los territorios occidentales y centrales del reino húngaro. Acudiendo ante la ayuda del sultán turco Solimán el Magnifico, Juan I consiguió que los ejércitos otomanos avanzasen hacia occidente en 1529 y expulsó a las fuerzas imperiales del reino, tras lo cual el nuevo rey húngaro arribó a la ciudad de Buda, donde fijó su corte. Fernando I continuó conspirando y actuando para obtener el control del reino, hasta que finalmente convino en secreto en 1538 con Juan I que ya que el rey húngaro no tenía hijos, luego de su muerte el Habsburgo se convertiría en rey. Sin embargo, en 1540, pocos días antes de la muerte de Juan I, su esposa Isabela Jagellón de Hungría dio a luz a un hijo varón, Juan Segismundo Szapolyai, quien faltando al acuerdo secreto fue electo rey inmediatamente.
Molesto, Fernando decidió reclamar sus derechos por la fuerza, pero el sultán al enterarse de que los cristianos conspiraban y hacían pactos a sus espaldas decidió que ni germánicos ni húngaros eran dignos de su confianza, por lo cual movilizó sus ejércitos y ocupó la ciudad real de Buda en 1541. Pronto el reino húngaro se vio dividido en tres partes, una occidental bajo el control de los Habsburgo, donde Fernando I seguía siendo rey húngaro, una central bajo ocupación otomana, y una oriental, Transilvania, donde la reina Isabela actuaba como regente junto al arzobispo Jorge Martinuzzi mientras el recién nacido Juan Segismundo alcanzaba la edad apropiada para gobernar. Con el paso de los años, la posición independiente de Juan Segismundo se reforzó cada vez más, se convirtió en un monarca culto y amante de los idiomas, historia, también caracterizado por una gran tolerancia religiosa. Juan Segismundo Szapolyai, de confesión religiosa protestante, promovió que en 1568 se firmase el Edicto de Turda donde se estipulaba que se debía respetar las cuatro tendencias religiosas cristianas principales de Transilvania: catolicismo, luteranismo, calvinismo y unitarismo (para este momento la migración del pueblo rumano a Transilvania no había comenzado, así no existían practicantes de fe ortodoxa). Este edicto fue el primer tratado de tolerancia religiosa en el mundo, convirtiendo a Transilvania en el primer estado del mundo donde se pudo practicar libremente cualquiera de las confesiones religiosas protestantes.
Con respecto a la independencia de Transilvania, la cual llegó a ser conocida inclusive por algunos en este tiempo como "El Reino de Hungría de Oriente", pronto se concretó cuando Juan Segismundo se vio forzado a llegar a un acuerdo con el hijo del fallecido Fernando I, el nuevo emperador germánico Maximiliano II de Habsburgo, quien también era rey de Hungría. Los dos monarcas firmaron entonces en 1570 el Acuerdo de Speyer donde Maximiliano reconoció a Juan Segismundo como Príncipe de Transilvania, y la consideraba una unidad político-administrativa independiente, a cambio de que el hijo del fallecido rey Juan I de Hungría renunciase a sus pretensiones sobre el trono húngaro. A partir de este momento, los siguientes monarcas Habsburgos fueron reyes de Hungría, y en Transilvania se instauró una monarquía electiva, pues Juan Segismundo murió sin hijos herederos, nombrando la gran asamblea al conde Esteban Báthory como su sucesor en 1571.
El ascenso del Principado de Transilvania y la Guerra de los 15 Años
Esteban Báthory fue un monarca que reinó con habilidad, el Principado fue elevado paulatinamente a un alto nivel cultural, y adquirió más importancia aún, cuando en 1576 fue electo como Rey de Polonia. El conde húngaro no renunció al título de Príncipe transilvano, sino que por el contrario mudó la sede a Cracovia, desde donde gobernó dejando a su hermano mayor Cristóbal Báthory como regente en Transilvania. Esteban Báthory de confesión católica, se esforzó por fortalecer la fe de Roma trayendo a jesuitas a Transilvania, la cual se había convertido mayoritariamente al protestantismo después de la reforma de Lutero. Si bien no persiguió directamente a los protestantes, sí arrestó al obispo unitario Ferenc Dávid, un importante personaje anti-católico en la Transilvania de esa época. Esteban Báthory fue entonces la principal figura vinculada con el ascenso del Principado, rápidamente conduciéndolo lentamente hacia una época dorada. En 1581 murió Cristóbal Báthory, y fue electo como su sucesor su pequeño hijo Segismundo Báthory de 9 años de edad, ya que Esteban Báthory deseaba que existiese cierta continuidad familiar en el reinado. Tutores cuidaron de Segismundo hasta que asumió el trono transilvano a su edad adulta en 1588, dos años después de la muerte de Esteban Báthory.
Por otra parte, el Habsburgo Rodolfo II, rey de Hungría, deseaba extender sus influencias sobre el Principado para reunificar el reino húngaro bajo su figura, por lo cual surgió un confuso periodo de guerras y conflictos sucedido entre numerosas firmas de paz, donde Segismundo Báthory se vio forzado a renunciar 4 veces al trono del Principado. Esta época fue conocida como la Guerra de los 15 Años, y estuvo caracterizada por constantes alianzas y enfrentamientos entre germánicos, húngaros y otomanos por igual. La nobleza húngara no aprobaba la política pro-Habsburgo de Segismundo Báthory, por lo cual el emperador germánico y rey húngaro tuvo que enviar a su general mercenario Giorgio Basta en 1598 para que apaciguase a los húngaros. El resultado fue aún peor: en marzo de 1599, Segismundo llamó a su primo Andrés Báthory para que ocupase su cargo, y posteriormente el voivoda de Valaquia, Miguel el Valiente en noviembre 1599 forzó a la asamblea de nobles húngaros en Gyulafehérvár a que lo eligiesen Príncipe tras invadir la ciudad aprovechando la situación caótica.
Pronto las fuerzas de Giorgio Basta se unificaron con las de Miguel el Valiente, y derrotaron a las de Segismundo Báthory, pero tras haber conseguido su victoria, el mercenario germánico mandó a matar al voivoda de Valaquia en 1601. Teniendo el control sobre el Principado, parecía que lo único que restaba era que fuese investido con el cargo oficialmente, pero la asamblea transilvana eligió en mayo de 1603 al noble Moisés Székely para ocupar el sillón presidencial, puesto que Segismundo Báthory había huido al exilio a Bohemia. Pero durando solo dos meses como Príncipe, Székely dejó la presidencia vacía nuevamente. No fue sino hasta 1604, que el tío de Segismundo Báthory, el barón húngaro Esteban Bocskai (hermano de su madre Isabel Bocskai) movilizó sus ejércitos transilvanos y derrotó a Basta, quien huyó dejando el control del Estado en manos del noble húngaro. Bocskai fue electo Príncipe oficialmente en 1605, y fue considerado una de las figuras más relevantes, pues su objetivo fue honrado por todos los húngaros por igual: Reunificar las tres partes del Reino de Hungría, arrebatándole la suya a los Habsburgo.
Ante esto, condujo muchas batallas contra el emperador germánico y rey húngaro Rodolfo II de Habsburgo, quien había confiado la conducción de sus ejércitos a su hermano el archiduque Matías de Habsburgo. Sin embargo la empresa de Esteban Bocskai no se llegó a consumar, pues murió al ser envenenado en diciembre de 1606. A comienzos de 1607 la asamblea transilvana eligió a uno de los nobles más influyentes del Principado para ocupar el puesto de Bocskai: Segismundo Rákóczi.
La época dorada del Principado de Transilvania
Segismundo Rákóczi fue electo como Príncipe luego de una hábil pero poco honesta jugada política. Valentín Homonnai Drugeth y Gabriel Báthory, los dos principales candidatos para suceder al fallecido Esteban Bocskai partieron acompañando el cortejo fúnebre del Príncipe, mientras Rákóczi, faltando a la procesión se adelantó y fue electo para ocupar el cargo supremo transilvano. Si bien Segismundo fue popular al comienzó de su gobierno, pues otorgó muchos privilegios a la nobleza húngara y székely en Transilvania, pronto los soldados campesinos hajdú que habían luchado para Bocskai, comenzaron a alzarse y a generar problemas. para evitar problemas y derramamiento de sangre, pronto Segismundo Rákóczi firmó un pacto con Gabriel Báthory, quien estaba aliado con los rebeldes y así, para marzo de 1608 quedó vacío el cargo de Príncipe transilvano. Desde luego, ante esta situación, la asamblea transilvana eligió entonces a Gabriel Báthory como el nuevo Príncipe, quien casi de inmediato movilizó sus ejércitos contra el Estado vecino de Valaquia (en rumano: Țara Românească o Valahia) de etnia rumana. Esto generó la ira del sultán turco, quien desaprobaba este tipo de acciones militares promotoras del caos dentro de Estados que se hallaban bajo su poder. Igualmente Báthory excluyó de su gobierno a los sajones, una importante minoría dentro del Principado, quienes disgustados llamaron en 1611 al voivoda Radul de Valaquia para que invadiese Transilvania.
Las fuerzas valacas fueron expulsadas tras lo cual arribó un ejército germánico bajo el comando del conde húngaro Segismundo Forgách, que había sido enviado por el emperador para someter a Báthory. Nuevamente manteniendo su posición tras la firma de un acuerdo de paz, Báthory finalmente fue derrotado en 1613 por otro ejército germánico, en esa oportunidad comandando por el conde húngaro Gabriel Bethlen. Báthory consiguió escapar, pero fue asesinado en su huida por un székely en octubre de 1613. La asamblea transilvana eligió ese mismo mes a Gabriel Bethlen como el nuevo sucesor del trono, quien tenía también la bendición del sultán otomano.
La Guerra de los 30 Años
Gabriel Bethlen no en vano fue considerado uno de los Príncipes transilvanos más importantes. Fue gran mecenas cultural, promotor del arte y las danzas, las ciencias, llenando su corte de extranjeros traídos de Italia, España, Alemania y muchas otras naciones. Pronto Kolozsvár se convirtió en la capital mercantil y cultural de toda Europa Central, y el Principado en una pequeña potencia que mantuvo viva la llama cultural húngara, pues los territorios centrales del reino se hallaban ocupados por los otomanos y despoblados en su mayoría, y los territorios occidentales se hallaban en manos de los Habsburgo. Viendo el estallido de la Guerra de los Treinta Años como una oportunidad factible de enfrentar frontalmente a los Habsburgo, Gabriel Bethlen (de religión calvinista) manifestó su desaprobación a las sanciones anti-protestantes tomadas por el emperador germánico Fernando II de Habsburgo en 1618 contra Bohemia. Al organizarse la liga de países protestantes que enfrentaron a los Habsburgo, Bethlen fue uno de los primeros en unirse, pues si el emperador católico Fernando II de Habsburgo era derrotado, Hungría podía ser reunificada, y el Príncipe de Transilvania colocado a su cabeza. De esta manera, sería un monarca húngaro quien gobernaría de nuevo el reino y no por el contrario uno germánico desde la corte de Viena como sucedía desde hacía décadas.
Las campañas de Bethlen fueron al comienzo en su mayoría exitosas, y en 1620 una asamblea de nobles húngaros lo nombró rey, pero éste no aceptó el título. En 1624 condujo una segunda campaña contra los Habsburgo, la cual no fue tan favorable como la primera y terminó con la paz de Viena el 8 de mayo del mismo año. Sin darse por vencido, Bethlen intentó establecer una gran coalición protestante contra los Habsburgo y tomó por esposa a Catalina de Brandeburgo en 1626, pero la campaña que condujo ese mismo año contra el emperador germánico Fernando II resultó en un fracaso, viéndose obligado a firmar la paz de Bratislava. Entonces en 1629, igual que su predecesor Esteban Bocskai décadas antes, Bethlen murió sin conseguir cumplir su objetivo de reunificar Hungría, y librarla del poder de los Habsburgo. Luego de su muerte, el poder transilvano fue detentado por su esposa Catalina de Brandeburgo, quien gobernó en nombre de la asamblea por un breve tiempo hasta que el 28 de septiembre de 1630 fue sucedida por Esteban Bethlen, hermano menor del fallecido Príncipe.
Esteban Bethlen no llegó a gobernar 3 meses, pues la asamblea lo obligó a renunciar a su cargo a favor de otro noble de mayor infuencia en Transilvania: Jorge Rákóczi I, hijo del fallecido Segismundo Rákóczi, que también había sido Príncipe de Transilvania. Rápidamente Rákóczi continuó con una política similar a la del fallecido Bethlen y se alió a las facciones protestantes de la Guerra de los 30 Años. Sin embargo, luego de varios ataques, no obtuvo victorias importantes contra los Habsburgo y se conformó con gobernar dentro de las fronteras de su Principado. En 1636 derrotó las fuerzas de Esteban Bethlen, quien se había arrepentido de renunciar a su cargo, y tras asegurar nuevamente su control sobre sus fronteras, condujo un par de años después una campaña contra el emperador germánico Fernando III de Habsburgo en 1644. Habiendo ocupado los territorios húngaros del emperador se dispuso a avanzar hacia Viena, pero el sultán se lo prohibió y le ordenó regresar a Transilvania. Rákóczi firmó en 1645 un tratado de paz con el emperador y con esto terminó su participación en la Guerra de los 30 Años que culminó en 1648 con la victoria de los Habsburgo católicos. Siendo un gran promotor del protestantismo en Transilvania, y habiendo fundado numerosas escuelas calvinistas, Jorge Rákóczi I murió en 1648, tras lo cual fue inmediatamente elegido su hijo Jorge Rákóczi II para ocupar su lugar.
La desaparición del Principado
Declive de la figura del Príncipe transilvano
Jorge Rákóczi II fue nombrado Príncipe de Transilvania el 11 de octubre de 1648 tras la muerte de su padre. Una característica del gobierno de Rákóczi fue la política de expansión de la influencia transilvana por Europa, justo como lo había hecho Esteban Báthory un siglo antes. En 1655 surgió una guerra entre Polonia y Suecia por la sucesión del trono polaco, ante lo cual Rákóczi se alió inmediatamente con los suecos planeando apoderarse del trono. Si bien los propios polacos le ofrecieron la corona a Rákóczi con la condición de enfrentar al rey Carlos X de Suecia, el monarca húngaro no aceptó para no generar conflictos con el poderoso soberano. Por otra parte había un detalle que Rákóczi no había considerado en el momento de partir hacia Polonia para luchar por el trono. No había pedido la autorización del sultán turco para poder realizar dicho movimiento político-militar a gran escala, lo cual enfureció a las altas autoridades otomanas.
Ignorando a los turcos, en enero de 1657 Rákóczi partió para enfrentar al nuevo rey Juan II Casimiro Vasa de Polonia, llevándose los ejércitos moldavos consigo. Si bien al principio la campaña fue exitosa, pronto los ejércitos cosacos y rumanos abandonaron a Rákóczi, quien resitió por un breve periodo confiando sus ejércitos al noble húngaro Juan Kemény. Sin embargo, pronto Jorge Rákóczi II fue atrapado por el khan mongol. El Gran Visir turco de Buda había decidido darle una lección a Rákóczi por su irreverencia ante los otomanos, y llamó a los ejércitos mongoles para que saqueasen Transilvania a manera de represalia. Por otra parte el 2 de noviembre de 1657 la asamblea fue obligada a elegir un nuevo Príncipe transilvano que estuviese plegado a los intereses del sultán otomano. Francisco Rhédey fue electo para suceder a Rákóczi quien regresó molesto y sin reconocer esta elección, tras lo cual recuperó el trono el 9 de enero de 1658, cuando Rhédely renunció a su favor. Pero aún más disgustados aún, los turcos continuaron presionando diplomaticamente para que Rákóczi fuese destituido, y ordenaron que Ákos Barcsay fuese electo, lo cual sucedió el 11 de octubre de 1658. Nuevamente sin aceptar dicha resolución, Rákóczi volvió a avanzar con sus ejércitos para recuperar el trono, pero fue derrotado en mayo de 1660 en una batalla tras lo cual recibió una mortal herida. Rákóczi murió a los pocos días y Ákos Barcsay continuó entonces en el trono impidiendo que Francisco Rákóczi I, el hijo del fallecido Príncipe destituido, pudiese reclamar sus derechos sucesorios en Transilvania.
Sin embargo, el breve gobierno de Barcsay no superó los tres meses, pues fue capturado y asesinado por los hombres del noble húngaro Juan Kemény, quien no deseaba que el cargo de Príncipe de Transilvania fuese ocupado por un monarca totalmente obediente al sultán. El nuevo Príncipe de Transilvania fue electo: Juan Kemény, de severa postura anti-otomana. Tras ocupar el trono, Kemény inició una cacería donde hizo ejecutar a todos los húngaros simpatizantes de los turcos, y rompió relaciones con el gobierno del sultán. De inmediato Kemény comenzó una serie de negociaciones con el emperador germánico y rey húngaro Leopoldo I de Habsburgo, donde planeaba que Transilvania pasase a manos de poderes cristianos y el reino de Hungría se reunificase finalmente. Pero el sultán sumido en cólera envió los ejércitos otomanos sobre Transilvania para ocuparla, tras lo cual Kemény huyó a Viena buscando la protección de Lepoldo I. Los turcos entonces eligieron el 14 de septiembre de 1661 a Miguel Apafi I, un nuevo Príncipe al cual podían manipular como lo deseasen.
La reunificación del Reino de Hungría
El nuevo monarca transilvano Miguel Apafi I continuó enfrentando al emperador germánico Leopoldo I de Habsburgo, y solo fueron detenidas las ofensivas húngaras cuando en 1664 se firmó la paz de Vasvár, donde Transilvania fue reconocida como Estado vasallo de los otomanos. Apafi no resultó ser un gobernante eficiente, pues obedecía los designios del sultán turco, aun cuando esto significó unirse a los ejércitos otomanos en el Asedio de Viena de 1683. Desde luego, Apafi consideraba esto apropiado, pues podría conseguir deshacerse de los Habsburgo y reunificar el reino húngaro, y después resolvería el problema de su independencia de los turcos, si es que resultaba un serio inconveniente. Sin embargo, los ejércitos otomanos fueron derrotados y se vieron forzados a huir hacia territorios húngaros, tras lo cual la Santa Liga Católica comandanda por el emperador germánico Leopoldo I de Habsburgo, también rey de Hungría decidió enviar una ofensiva a gran escala para expulsar a los turcos del reino de Hungría en 1686. De esta manera, los ejércitos cristianos comenzaron a barrer a las tropas turcas de los territorios húngaros centrales que llevaban más de un siglo ocupados. Los ejércitos imperiales comandandos por Carlos V de Lorena, Maximiliano II Manuel de Baviera, el rey Juan III Sobieski de Polonia y el Príncipe Eugenio de Saboya, entre muchos otros nobles, continuaron ganando batalla tras batalla, produciéndose la Liberación de Buda, la capital húngara que se hallaba en manos turcas desde 1541, hasta que en 1687 las fuerzas cristianas ocuparon exitosamente Transilvania. Apafi se rindió entonces ante Leopoldo I quien después de todo era el legítimo rey de Hungría, y luego de algunos enfrentamientos para someter a la nobleza transilvana, el Estado se debilitó peligrosamente. Esto se agravó cuando en 1690 murió el Príncipe Miguel Apafi I, dejando a su hijo de 14 años de edad como heredero al trono transilvano.
La asamblea transilvana escogió entonces al muy joven Miguel Apafi II como sucesor de su padre el fallecido Príncipe del mismo nombre, y le pidieron al emperador germánico Leopoldo I que reconociese la soberanía y gobierno de Transilvania. Sin embargo, precisamente era eso lo que Leopoldo I no planeaba hacer. Emitió en 1690 el Diploma Leopoldinum, donde decidió la situación jurídico-política de Transilvania. Este documento rezaba que Transilvania a partir de ese momento estaba bajo el poder del Sacro Imperio Romano Germánico, y debían pagarle un alto impuesto anual a Leopoldo I, y que tres regentes, de las tres nacionalidades de Transilvania (húngaro, székely y sajón), debían administrar el Estado hasta que Miguel Apafi II cumpliese la edad apropiada para gobernar en nombre del emperador germánico. Por otra parte, fue fundada la cancillería transilvana en Viena, y Jorge Bánffy nombrado regente en 1691. Leopoldo I continuó orquestando hábilmente sus jugadas políticas y mudó al joven Príncipe transilvano a Viena, donde le otorgó el título de Príncipe Imperial Germánico, forzándolo a renunciar oficialmente en 1701 al trono del Principado de Transilvania (Miguel Apafi II vivió en la corte imperial en Viena hasta 1713 sin intervenir en la política directamente).
Después de que el emperador germánico Leopoldo I de Habsburgo disolvió el título de Príncipe de Transilvania, no contó con que uno de los condes húngaros que lo había enfrentado anteriormente continuaba ganando influencia. Cuando Miguel Apafi I fue derrotado en 1690, y su hijo lo sucedió en el trono, el sultán otomano escogió por otra parte al noble húngaro Emérico Thököly como Príncipe de Transilvania. Thököly había conducido uan guerra de independencia contra los Habsburgo, y enormes extensiones septentrionales húngaras se hallaban bajo su poder. Sin embargo, pronto los ejércitos imperiales arribaron a Transilvania, y Thököly tuvo que renunciar a su cargo huyendo al exilio. En los siguientes años se produjeron enfrentamientos menores entre la nobleza húngara que no deseaba rendirse ante las fuerzas del emperador, hasta que finalmente se firmó en 1699 la Paz de Karlowitz, cuando se reunificó el reino de Hungría y se fijó una frontera para los otomanos más allá de Transilvania.
Cuando ya parecía que la causa húngara independentista, para establecer un Estado libre del control de los Habsburgo, surgió una figura, descendiente de tres Príncipes de Transilvania: Francisco Rákóczi II. Él era hijo del exiliado Francisco Rákóczi I y nieto del Príncipe Jorge Rákóczi II, por lo tanto, siendo el heredero principal de la familia contaba con enormes extensiones de terreno, y grandes cantidades de dinero para financiar cualquier tipo de rebelión.
Cuando los ejércitos de Leopoldo I de Habsburgo avanzaron sobre los territorios húngaros, muchas nobles se resistieron a rendirse a las fuerzas germánicas, tal fue el caso de su madre Helena Zrínyi y de su padrastro Emérico Thököly. Soportaron asedios, hasta que finalmente Zrínyi fue llevada con sus hijos (entre ellos Francisco Rákóczi II) ante el emperador en Viena. La madre fue separada de sus hijos y Francisco creció en la corte de Viena por un tiempo, hasta que en 1700 fue descubierto conspirando contra el emperador, intentando buscar aliados en Francia para alcanzar la independencia de Hungría. Fue arrestado, pero consiguió escapar con ayuda de un soldado prusiano y escapó a territorios polacos, donde su gente lo esperaba. Aprovechando la serie de conflictos surgidos durante la Guerra de Sucesión Española que estalló en 1701, Rákóczi reanudó sus planes, Rákóczi consiguió un ejército de 6.000 soldados húngaros y de 600.000 mercenarios polacos con los que decidió marchar contra el emperador germánico en 1703. Si bien la nobleza no apoyó directamente esta rebelión, pues la consideraban un mero alzamiento campesino, los ejércitos de Rákóczi ocuparon los territorios septentrionales húngaros para finales de ese mismo año. Al poco tiempo avanzaron y Transdanubia pasó a sus manos. La asamblea de nobles de Transilvania reunida en Gyulafehérvár lo escogió entonces en 1704 como Príncipe de Toda Hungría, tras lo cual continuó con sus ofensivas contra el imperio germánico. Sin embargo, una victoria germánica de Leopoldo I de Habsburgo frente a los franceses y bávaros en la Batalla de Höchstädt, puso en una posición en extremo ventajosa al emperador. En 1606 Rákóczi no pudo recibir apoyo francés, y pronto se vio forzado a retirar su ofensiva mantenida contra el nuevo emperador germánico José I de Habsburgo, hijo del fallecido Leopoldo I.
El 13 de junio de 1707 se reunió la Dieta húngara y fue declarada por Rákóczi la deposición de la Casa de Habsburgo como reyes húngaros. Sin embargo este movimiento político no tuvo éxito ya que el rey Luis XIV de Francia se negó a negociar con el noble húngaro, porque ya no se le hacía conveniente. En 1708 se produjo la batalla de Trencín, donde Rákóczi solo tuvo que enfrentar a las tropas germánicas del emperador. Su caballo tropezó y lo arrojó al suelo donde perdió el conocimiento, y pensando que estaba muerto, muchos de sus solados abandonaron el campo de batalla. Este hecho fue desastroso para su rebelión, que fue decayendo cada vez más, viéndose forzado a huir el mismo Rákóczi a Polonia en febrero de 1711. Viendo su causa perdida y sin aliados, Rákóczi huyó a territorios del Imperio Otomano, donde murió en el exilio años más tarde. Por otra parte, el nuevo emperador Carlos VI del Sacro Imperio Romano Germánico, quien había sucedido a su hermano José I de Habsburgo ese mismo año, se encargó de sujetar firmemente con su poder a toda Hungría, la cual se dio ante su rey legítimo, ante la ausencia de otros líderes que pudiesen enfrentarlo.
El destino de la región de TransilvaniaEditar
A partir de este momento, Hungría sufrió un proceso de cristianización promovido por los Habsburgo. Paulatinamente las ciudades comenzaron a recobrar vida, y entre muchas de las medidas adoptadas, se repoblaron zonas enteras con inmigrantes germánicos y eslavos. Por otra parte, las regiones orientales del reino húngaro, especialmente Transilvania, comenzaron a recibir enormes cantidades de inmigrantes rumanos que huían desde Valaquia, buscando refugio de los turcos y mejores oportunidades de vida. Con el paso de los siglos, eventualmente la población rumana en Transilvania aumentó desmedidamente y superó a la húngara, por lo cual después de la Primera Guerra Mundial en 1919, se privó a Hungría de la región transilvana, y esta fue otorgada a Rumania.
http://es.m.wikipedia.org/wiki/Princ...e_Transilvania
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