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Tema: Rumanía

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    Rumanía

    Principados del Danubio


    image.jpg
    Los principados de Moldavia y Valaquia en un mapa italiano de 1786.


    Principados del Danubio o Principados danubianos era el nombre con el que se designaba a los principados de Moldavia y Valaquia hasta su unión en 1859. Vasallos del imperio otomano desde finales del siglo XV y principios del XVI, los principados danubianos pasaron a ser un enclave estratégico cuando en el siglo XVIII se convirtieron en frontera entre los dominios del sultán y los imperios en expansión de Austria y Rusia. En 1859 la unión de estos territorios bajo un mismo príncipe (domnitor) sentaría las bases para el nacimiento de la Rumanía moderna.


    Aunque, en ocasiones, Serbia es considerada como uno de los principados del Danubio,[1] lo más común es que el término se refiera únicamente a los ya citados principados moldavo y valaco.


    Historia





    La historia de Moldavia y Valaquia transcurre de forma paralela. Ambos principados consiguieron su independencia del reino de Hungría a mediados del siglo XIV, cayeron bajo dominio otomano entre finales del siglo XV y principios del XVI y, ya unidos como Rumanía, consiguieron su definitiva independencia en la segunda mitad del siglo XIX.


    Nacimiento de los principados
    En 1330 las tropas valacas del príncipe (vaivoda) Basarab I derrotaron a los ejércitos del rey Carlos I de Hungría en la decisiva batalla de Posada, consiguiendo asentar la independencia de Valaquia. Pocos años después, Moldavia alcanzaría igualmente su independencia bajo el gobierno de Bogdan I (1359-1365).


    Dominio otomano
    La rápida expansión de los turcos otomanos alcanzó pronto los territorios del Danubio (1389). En 1395 Valaquia comenzó a pagar un tributo al sultán y en 1456 le tocó el turno a Moldavia.[2] Después de una época de luchas intermitentes por su independencia, Valaquia (en 1476) y Moldavia (en 1503) caerían definitivamente bajo la órbita turca.[3] Los principados se convirtieron, entonces, en estados vasallos del imperio otomano, conservando una cierta autonomía. En ambos casos, un príncipe teóricamente elegido por la nobleza (los boyardos) y el alto clero, gobernaba en nombre del sultán. El príncipe ostentaba en su territorio el gobierno civil con el título de domnitor u hospodar («señor») y el militar con el de vaivoda («duque»).[3]


    Expansionismo austríaco y ruso


    Tras un período de rebelión, en 1711 el imperio de los Habsburgo se hizo con el control definitivo de todo el reino de Hungría y del principado de Transilvania, cedidos por el imperio otomano en 1699 tras la firma de la Paz de Karlowitz. De esta forma, Moldavia y Valaquia quedaron como los únicos territorios otomanos que se interponían entre los dominios austríacos y la desembocadura del Danubio. Ese mismo año, Moldavia sería el escenario de la campaña del río Prut, una expedición militar rusa con la que el zar Pedro I, a la cabeza de su ejército, pretendía invadir el principado con la colaboración del príncipe Demetrio Cantemir. La operación se saldó con una contundente victoria turca que obligó a los rusos a retirarse y al príncipe moldavo a huir a Rusia. Tras estos acontecimientos, el príncipe de Valaquia, Constantino Brancovan, fue acusado de colaborar con los rusos y ejecutado, junto a todos sus hijos, en Estambul en 1714.


    El expansionismo austríaco y ruso y la colaboración de los principados danubianos con dichas potencias llevó al imperio otomano a ejercer un mayor control sobre estos territorios durante el conocido como «período fanariota» (1711-1822 en Moldavia y 1716-1822 en Valaquia).[4] El nombre de este período hace referencia a los fanariotas, poderosos comerciantes griegos residentes en Fanar (Estambul), que serían nombrados por decreto del sultán (firman), abandonando la costumbre de elegir a los príncipes por votación entre la aristocracia nativa. La Sublime Puerta había comprendido la importancia estratégica que habían adquirido los principados del Danubio ante la presión de las potencias vecinas.[5]


    En 1718, el Tratado de Passarowitz puso fin a la guerra que enfrentó a turcos y austríacos entre 1716 y 1718. El conflicto afectó directamente a Valaquia, ya que significó la ocupación (1716) y posterior cesión a Austria de Oltenia, la región occidental valaca. Sin embargo, tras una nueva guerra entre las dos potencias, los austríacos se vieron obligados a devolver la mayor parte de los territorios que habían ganado en el anterior enfrentamiento bélico, entre ellos, Oltenia (Tratado de Belgrado, 1739).


    Entre 1769 y 1774, durante el transcurso de una nueva guerra contra Rusia, los ejércitos rusos ocuparon los principados danubianos. El tratado firmado en Küçük Kaynarca (1774) restableció la autoridad del sultán, pero, al tiempo reconoció a la zarina la posibilidad de intervenir en los asuntos de los principados al ser reconocida como «protectora» de la población cristiana que habitaba en territorio otomano.


    En 1775 los austríacos compraron Bucovina (en el norte de Moldavia) al sultán.[6] [7]


    En 1787 el imperio otomano declaró la guerra a Rusia. Poco después, el emperador austríaco, aliado con la zarina Catalina II desde 1783,[8] entró en el conflicto en apoyo de Rusia. Austria esperaba beneficiarse del progresivo deterioro del imperio turco al tiempo que trataba de frenar la expansión rusa,[9] perjudicial para sus intereses en los Balcanes. Aunque la primera etapa de la guerra fue desfavorable para los ejércitos austríacos, finalmente, consiguieron ocupar Serbia y Valaquia (1789-1791) y penetrar en Moldavia (1788), donde se unirían a las tropas rusas. Sin embargo, la muerte del emperador José II de Habsburgo (1790),[10] la situación que se vivía en Francia[10] [11] (que llevaría a las potencias a la intervención armada en 1792) y la amenaza de la alianza firmada entre Prusia y el imperio otomano (1790),[12] [13] llevaron a Austria a firmar un armisticio con los turcos en 1790.


    Gran Bretaña medió entre Prusia y Austria, consiguiendo que el rey de Prusia abandonara sus beligerantes intenciones (160.000 soldados se concentraban en Silesia, en la frontera con el territorio austríaco).[13] Por su parte, el emperador Leopoldo II de Habsburgo se comprometió a no expandirse a costa del imperio turco.[13] En 1791 se firmó la Paz de Sistova, por la que los austríacos devolverían a los otomanos todos los territorios ocupados durante el conflicto, a excepción de la ciudad de Orsova y de una franja de terreno montañoso a lo largo de la frontera bosnio-croata.[14] La guerra austro-turca de 1787-1791 sería la última de las guerras habsburgo-otomanas.


    .
    Rusia, sin embargo, rechazó las propuestas y presiones anglo-prusianas y prosiguió su lucha, a partir de entonces en solitario, contra los turcos. En 1792 los rusos accedieron, finalmente, a firmar la paz. El Tratado de Jassy significó la cesión a Rusia de las tierras que los otomanos aún conservaban más allá del río Dniéster. Con esta adquisición, los rusos alcanzaron finalmente la frontera de los principados del Danubio.


    En 1802 un edicto del sultán estableció que el gobierno de un príncipe debía durar, al menos, siete años. Hasta esa fecha, los príncipes gobernaban durante cortos períodos de tiempo, alternando mandatos en uno y otro principado. Además, a partir de entonces Rusia tenía que dar su visto bueno cada vez que el sultán decidiera destituir a un "gospodar".[15] Tras el edicto, el zar consiguió, además, el nombramiento de gobernantes rusófilos.[16] La influencia rusa en la zona del Danubio era cada vez más grande.


    En 1806 el sultán destituyó al rusófilo Constantin Ipsilanti, príncipe de Valaquia. Rusia reaccionó considerándolo un casus belli.[15] De esta forma se inició una nueva guerra que, de forma intermitente, se alargaría hasta 1812.


    En julio de 1807 Francia y Rusia firmaron el Tratado de Tilsit, que ponía fin a la intervención rusa en la guerra contra Napoleón. El zar pasaba a aliarse con el emperador de los franceses y, aunque estableció la participación de Rusia en un futuro reparto del imperio otomano, obligaba a los ejércitos rusos a dejar de apoyar la rebelión serbia y a retirarse de los principados danubianos, ocupados desde el inicio del conflicto.[17] El 12 de agosto de 1807[18] el zar y el sultán firmaron un armisticio, aunque las tropas rusas no llegarían a evacuar los principados hasta el final definitivo de la guerra.






    Durante los años de ocupación, las autoridades rusas importaron el sistema de servidumbre vigente en Rusia, lo que agravó considerablemente las condiciones de vida y de trabajo de la población rural.[15]


    En mayo de 1812 Francia rompió sus relaciones diplomáticas con Rusia y se preparó para su invasión. Ese mismo mes, para centrarse en la amenaza francesa, el zar firmó el Tratado de Bucarest con el imperio turco. Aunque los principados fueron devueltos al sultán, el imperio otomano tuvo que ceder todos los territorios situados más allá del río Prut. Esta disposición afectó en gran medida a Moldavia, pues la mitad nororiental de este principado se extendía más allá de aquel río. De esta forma, Rusia pasó a controlar las fértiles tierras situadas entre el Prut y el Dniéster. El conjunto del territorio cedido pasaría a ser conocido como Besarabia.


    Tras el final de las guerras napoleónicas, y especialmente después de la firma del Compromiso austrohúngaro (1867), la política austríaca con respecto al imperio otomano cambió drásticamente. En vez de luchar por la anexión de los principados del Danubio, Austria trató de preservar en lo posible la integridad territorial otomana y de que los principados se convirtieran en un tapón que frenara la expansión rusa hacia los Balcanes.[4] Por su parte, Rusia no varió su política de intervencionismo militar en la zona, lo que levantaba cada vez más los recelos del resto de potencias, las cuales llegarían a intervenir en favor del imperio otomano. Los problemas que planteaba a las potencias el proceso de decadencia y desintegración en el que se encontraba inmerso el imperio turco, serían conocidos como la «Cuestión Oriental».


    La Filikí Etería y la revolución de Valaquia
    A comienzos del siglo XIX, la Filikí Etería («Sociedad de Amigos» en griego), una sociedad secreta creada en el sur de Rusia,[19] cuyo objetivo era conseguir la independencia de Grecia (bajo dominio otomano), buscó apoyos en los principados del Danubio. La idea era unir a todos los cristianos balcánicos para asegurar la victoria contra los turcos.[20]


    En octubre de 1820 los líderes de la Filikí Etería se reunieron en Ismail y acordaron la movilización de sus simpatizantes en los principados, aunque establecieron que solo entrarían en la ya próxima revolución griega en caso de que los ejércitos otomanos cruzaran el Danubio.[21] Sin embargo, Alexander Ipsilanti, líder principal de la Etería, oficial del ejército ruso e hijo del príncipe valaco destituido en 1806, enterado de que los preparativos en Grecia iban más despacio de lo esperado, alteró la idea inicial y decidió que la guerra de independencia griega comenzaría en los principados danubianos. Según el nuevo plan, Ipsilanti, al mando de un pequeño destacamento, entraría en Moldavia desde Rusia cruzando el río Prut y avanzaría hacia el sur para capitanear una insurrección general de la población cristiana contra el poder otomano en Europa. Ipsilanti, que concebía su plan como una maniobra de distracción para evitar que el ejército turco se centrara en Grecia, esperaba que a su paso los boyardos apoyaran su causa y los habitantes de los principados se unieran a la insurrección.[22]


    De forma paralela, entre noviembre de 1820 y enero de 1821, la Etrería mantuvo una serie de contactos con Tudor Vladimirescu, gobernador de un distrito de Oltenia, al que consideraban un líder competente capaz de movilizar al pueblo. En las negociaciones con Vladimirescu también participaron tres de los principales boyardos valacos: Grigore Brâncovenu, Barbu Văcărescu y Grigore Ghica. El apoyo de estos nobles fue crucial ya que, tras la muerte el 24 de enero del príncipe Alexandros Sutsos, serían los encargados de asumir de forma interina el gobierno del principado tres días después.


    El 30 de enero Vladimirescu regresó a Oltenia para organizar su ejército y preparar la rebelión y el 4 de febrero publicó la Proclamación de Padeș, en la que llamaba a la revolución campesina para luchar contra la opresión de los «tiránicos» boyardos. Sin embargo, exculpó al sultán de toda responsabilidad y le envió un informe en el que denunciaba el mal gobierno de los príncipes fanariotas al tiempo que le solicitaba la presencia de un representante imperial para investigar la actuación de la administración del principado.[23] Finalmente, organizó una Asamblea del Pueblo con representantes del campesinado.
    La Iglesia es el poder supremo en lo espiritual, como el Estado lo es en el temporal.

    Antonio Aparisi

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    Re: Rumanía

    Principado de Transilvania
    Estado vasallo del Imperio otomano (1543-1692)




    1571-1711



    image.jpg
    Escudo


    El Reino de Hungría dividido: Hungría Real, bajo el control de los Habsburgo, Hungría otomana y el Principado de Transilvania (en verde)
    Capital Gyulafehérvár (1571-1692)
    Nagyszeben (1692-1711)
    Idioma principal Latín (en administración, ciencias y política), rumano húngaro, alemán y ruteno (vernacular)
    Religión Iglesia ortodoxa, Catolicismo romano, calvinismo, luteranismo, unitarismo y judaísmo
    Gobierno Monarquía electiva y principado
    Período histórico Edad Moderna
    • Establecido 1571
    • Disolución 1711

    El Principado de Transilvania (en húngaro: Erdélyi Fejedelemség; en rumano: Principatul Transilvaniei) fue un estado independiente de idioma y cultura húngara, con una monarquía electiva que existió entre mediados del siglo XVI y principios del siglo XVIII, en los territorios de la actual región de Transilvania que se encuentra dentro de las fronteras de la moderna Rumania. El Principado de Transilvania fue el Estado que mantuvo viva la cultura húngara durante el periodo de crisis y decadencia que siguió a derrota en la batalla de Mohács en 1526 contra los turcos donde falleció el rey Luis II de Hungría. La principal figura de este Estado era el Príncipe de Transilvania, el cual era electo de entre la nobleza húngara por la gran asamblea de los altos órdenes. En muchas ocasiones el sultán del Imperio otomano intervenía directamente en la política interna del Principado, removiendo o colocando en el cargo superior a aquel noble húngaro que le conveniese, pues si bien este Estado era independiente pagaba tributos a los turcos por sus privilegios. El Principado de Transilvania desapareció cuando el reino húngaro fue reunificado después de 1686 por los Habsburgo, y el título de Príncipe transilvano disuelto, siendo entonces el emperador germánico el monarca supremo sobre todos los territorios húngaros.


    Historia


    La caída húngara y el surgimiento del Principado




    La región de Transilvania siempre formó parte del Reino de Hungría fundado por el rey San Esteban I de Hungría en el año 1000. Él mismo al formar las diócesis y arquidiócesis en el nuevo reino estableció una en Transilvania, y a la cabeza de esta colocó a la figura del Voivoda de Transilvania, cargo vitalicio y no hereditario que era asignado por el propio Rey de Hungría a altos nobles, a los cuales tenía la potestad de destituir cuando lo considerase.


    En 1526 los ejércitos húngaros fueron derrotados por los turcos otomanos en la batalla de Mohács, donde también murió el rey Luis II de Hungría. El trono quedó vacante, pues el monarca no tenía hijos herederos, y de inmediato comenzó la carrera por apropiarse del título de rey. Primero el conde húngaro Juan Szapolyai, voivoda transilvano, se hizo coronar como rey Juan I de Hungría, mientras por otra parte, el hermano menor del emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, Fernando I de Habsburgo, reclamó sus derechos sobre Hungría, pues había tomado por esposa a la hermana del fallecido rey. Haciéndose coronar un año después, tras la intervención de su hermano el emperador y rey Carlos I de España, Fernando se convirtió entonces en uno de los dos anti-reyes húngaros de esa época. Conflictos armados se sucedieron y Juan I se replegó a la región de Transilvania, donde se hallaba más seguro ante los ejércitos imperiales que habían ocupado los territorios occidentales y centrales del reino húngaro. Acudiendo ante la ayuda del sultán turco Solimán el Magnifico, Juan I consiguió que los ejércitos otomanos avanzasen hacia occidente en 1529 y expulsó a las fuerzas imperiales del reino, tras lo cual el nuevo rey húngaro arribó a la ciudad de Buda, donde fijó su corte. Fernando I continuó conspirando y actuando para obtener el control del reino, hasta que finalmente convino en secreto en 1538 con Juan I que ya que el rey húngaro no tenía hijos, luego de su muerte el Habsburgo se convertiría en rey. Sin embargo, en 1540, pocos días antes de la muerte de Juan I, su esposa Isabela Jagellón de Hungría dio a luz a un hijo varón, Juan Segismundo Szapolyai, quien faltando al acuerdo secreto fue electo rey inmediatamente.


    Molesto, Fernando decidió reclamar sus derechos por la fuerza, pero el sultán al enterarse de que los cristianos conspiraban y hacían pactos a sus espaldas decidió que ni germánicos ni húngaros eran dignos de su confianza, por lo cual movilizó sus ejércitos y ocupó la ciudad real de Buda en 1541. Pronto el reino húngaro se vio dividido en tres partes, una occidental bajo el control de los Habsburgo, donde Fernando I seguía siendo rey húngaro, una central bajo ocupación otomana, y una oriental, Transilvania, donde la reina Isabela actuaba como regente junto al arzobispo Jorge Martinuzzi mientras el recién nacido Juan Segismundo alcanzaba la edad apropiada para gobernar. Con el paso de los años, la posición independiente de Juan Segismundo se reforzó cada vez más, se convirtió en un monarca culto y amante de los idiomas, historia, también caracterizado por una gran tolerancia religiosa. Juan Segismundo Szapolyai, de confesión religiosa protestante, promovió que en 1568 se firmase el Edicto de Turda donde se estipulaba que se debía respetar las cuatro tendencias religiosas cristianas principales de Transilvania: catolicismo, luteranismo, calvinismo y unitarismo (para este momento la migración del pueblo rumano a Transilvania no había comenzado, así no existían practicantes de fe ortodoxa). Este edicto fue el primer tratado de tolerancia religiosa en el mundo, convirtiendo a Transilvania en el primer estado del mundo donde se pudo practicar libremente cualquiera de las confesiones religiosas protestantes.


    Con respecto a la independencia de Transilvania, la cual llegó a ser conocida inclusive por algunos en este tiempo como "El Reino de Hungría de Oriente", pronto se concretó cuando Juan Segismundo se vio forzado a llegar a un acuerdo con el hijo del fallecido Fernando I, el nuevo emperador germánico Maximiliano II de Habsburgo, quien también era rey de Hungría. Los dos monarcas firmaron entonces en 1570 el Acuerdo de Speyer donde Maximiliano reconoció a Juan Segismundo como Príncipe de Transilvania, y la consideraba una unidad político-administrativa independiente, a cambio de que el hijo del fallecido rey Juan I de Hungría renunciase a sus pretensiones sobre el trono húngaro. A partir de este momento, los siguientes monarcas Habsburgos fueron reyes de Hungría, y en Transilvania se instauró una monarquía electiva, pues Juan Segismundo murió sin hijos herederos, nombrando la gran asamblea al conde Esteban Báthory como su sucesor en 1571.


    El ascenso del Principado de Transilvania y la Guerra de los 15 Años






    Esteban Báthory fue un monarca que reinó con habilidad, el Principado fue elevado paulatinamente a un alto nivel cultural, y adquirió más importancia aún, cuando en 1576 fue electo como Rey de Polonia. El conde húngaro no renunció al título de Príncipe transilvano, sino que por el contrario mudó la sede a Cracovia, desde donde gobernó dejando a su hermano mayor Cristóbal Báthory como regente en Transilvania. Esteban Báthory de confesión católica, se esforzó por fortalecer la fe de Roma trayendo a jesuitas a Transilvania, la cual se había convertido mayoritariamente al protestantismo después de la reforma de Lutero. Si bien no persiguió directamente a los protestantes, sí arrestó al obispo unitario Ferenc Dávid, un importante personaje anti-católico en la Transilvania de esa época. Esteban Báthory fue entonces la principal figura vinculada con el ascenso del Principado, rápidamente conduciéndolo lentamente hacia una época dorada. En 1581 murió Cristóbal Báthory, y fue electo como su sucesor su pequeño hijo Segismundo Báthory de 9 años de edad, ya que Esteban Báthory deseaba que existiese cierta continuidad familiar en el reinado. Tutores cuidaron de Segismundo hasta que asumió el trono transilvano a su edad adulta en 1588, dos años después de la muerte de Esteban Báthory.


    Por otra parte, el Habsburgo Rodolfo II, rey de Hungría, deseaba extender sus influencias sobre el Principado para reunificar el reino húngaro bajo su figura, por lo cual surgió un confuso periodo de guerras y conflictos sucedido entre numerosas firmas de paz, donde Segismundo Báthory se vio forzado a renunciar 4 veces al trono del Principado. Esta época fue conocida como la Guerra de los 15 Años, y estuvo caracterizada por constantes alianzas y enfrentamientos entre germánicos, húngaros y otomanos por igual. La nobleza húngara no aprobaba la política pro-Habsburgo de Segismundo Báthory, por lo cual el emperador germánico y rey húngaro tuvo que enviar a su general mercenario Giorgio Basta en 1598 para que apaciguase a los húngaros. El resultado fue aún peor: en marzo de 1599, Segismundo llamó a su primo Andrés Báthory para que ocupase su cargo, y posteriormente el voivoda de Valaquia, Miguel el Valiente en noviembre 1599 forzó a la asamblea de nobles húngaros en Gyulafehérvár a que lo eligiesen Príncipe tras invadir la ciudad aprovechando la situación caótica.


    Pronto las fuerzas de Giorgio Basta se unificaron con las de Miguel el Valiente, y derrotaron a las de Segismundo Báthory, pero tras haber conseguido su victoria, el mercenario germánico mandó a matar al voivoda de Valaquia en 1601. Teniendo el control sobre el Principado, parecía que lo único que restaba era que fuese investido con el cargo oficialmente, pero la asamblea transilvana eligió en mayo de 1603 al noble Moisés Székely para ocupar el sillón presidencial, puesto que Segismundo Báthory había huido al exilio a Bohemia. Pero durando solo dos meses como Príncipe, Székely dejó la presidencia vacía nuevamente. No fue sino hasta 1604, que el tío de Segismundo Báthory, el barón húngaro Esteban Bocskai (hermano de su madre Isabel Bocskai) movilizó sus ejércitos transilvanos y derrotó a Basta, quien huyó dejando el control del Estado en manos del noble húngaro. Bocskai fue electo Príncipe oficialmente en 1605, y fue considerado una de las figuras más relevantes, pues su objetivo fue honrado por todos los húngaros por igual: Reunificar las tres partes del Reino de Hungría, arrebatándole la suya a los Habsburgo.


    Ante esto, condujo muchas batallas contra el emperador germánico y rey húngaro Rodolfo II de Habsburgo, quien había confiado la conducción de sus ejércitos a su hermano el archiduque Matías de Habsburgo. Sin embargo la empresa de Esteban Bocskai no se llegó a consumar, pues murió al ser envenenado en diciembre de 1606. A comienzos de 1607 la asamblea transilvana eligió a uno de los nobles más influyentes del Principado para ocupar el puesto de Bocskai: Segismundo Rákóczi.


    La época dorada del Principado de Transilvania


    Segismundo Rákóczi fue electo como Príncipe luego de una hábil pero poco honesta jugada política. Valentín Homonnai Drugeth y Gabriel Báthory, los dos principales candidatos para suceder al fallecido Esteban Bocskai partieron acompañando el cortejo fúnebre del Príncipe, mientras Rákóczi, faltando a la procesión se adelantó y fue electo para ocupar el cargo supremo transilvano. Si bien Segismundo fue popular al comienzó de su gobierno, pues otorgó muchos privilegios a la nobleza húngara y székely en Transilvania, pronto los soldados campesinos hajdú que habían luchado para Bocskai, comenzaron a alzarse y a generar problemas. para evitar problemas y derramamiento de sangre, pronto Segismundo Rákóczi firmó un pacto con Gabriel Báthory, quien estaba aliado con los rebeldes y así, para marzo de 1608 quedó vacío el cargo de Príncipe transilvano. Desde luego, ante esta situación, la asamblea transilvana eligió entonces a Gabriel Báthory como el nuevo Príncipe, quien casi de inmediato movilizó sus ejércitos contra el Estado vecino de Valaquia (en rumano: Țara Românească o Valahia) de etnia rumana. Esto generó la ira del sultán turco, quien desaprobaba este tipo de acciones militares promotoras del caos dentro de Estados que se hallaban bajo su poder. Igualmente Báthory excluyó de su gobierno a los sajones, una importante minoría dentro del Principado, quienes disgustados llamaron en 1611 al voivoda Radul de Valaquia para que invadiese Transilvania.


    Las fuerzas valacas fueron expulsadas tras lo cual arribó un ejército germánico bajo el comando del conde húngaro Segismundo Forgách, que había sido enviado por el emperador para someter a Báthory. Nuevamente manteniendo su posición tras la firma de un acuerdo de paz, Báthory finalmente fue derrotado en 1613 por otro ejército germánico, en esa oportunidad comandando por el conde húngaro Gabriel Bethlen. Báthory consiguió escapar, pero fue asesinado en su huida por un székely en octubre de 1613. La asamblea transilvana eligió ese mismo mes a Gabriel Bethlen como el nuevo sucesor del trono, quien tenía también la bendición del sultán otomano.


    La Guerra de los 30 Años




    Gabriel Bethlen no en vano fue considerado uno de los Príncipes transilvanos más importantes. Fue gran mecenas cultural, promotor del arte y las danzas, las ciencias, llenando su corte de extranjeros traídos de Italia, España, Alemania y muchas otras naciones. Pronto Kolozsvár se convirtió en la capital mercantil y cultural de toda Europa Central, y el Principado en una pequeña potencia que mantuvo viva la llama cultural húngara, pues los territorios centrales del reino se hallaban ocupados por los otomanos y despoblados en su mayoría, y los territorios occidentales se hallaban en manos de los Habsburgo. Viendo el estallido de la Guerra de los Treinta Años como una oportunidad factible de enfrentar frontalmente a los Habsburgo, Gabriel Bethlen (de religión calvinista) manifestó su desaprobación a las sanciones anti-protestantes tomadas por el emperador germánico Fernando II de Habsburgo en 1618 contra Bohemia. Al organizarse la liga de países protestantes que enfrentaron a los Habsburgo, Bethlen fue uno de los primeros en unirse, pues si el emperador católico Fernando II de Habsburgo era derrotado, Hungría podía ser reunificada, y el Príncipe de Transilvania colocado a su cabeza. De esta manera, sería un monarca húngaro quien gobernaría de nuevo el reino y no por el contrario uno germánico desde la corte de Viena como sucedía desde hacía décadas.


    Las campañas de Bethlen fueron al comienzo en su mayoría exitosas, y en 1620 una asamblea de nobles húngaros lo nombró rey, pero éste no aceptó el título. En 1624 condujo una segunda campaña contra los Habsburgo, la cual no fue tan favorable como la primera y terminó con la paz de Viena el 8 de mayo del mismo año. Sin darse por vencido, Bethlen intentó establecer una gran coalición protestante contra los Habsburgo y tomó por esposa a Catalina de Brandeburgo en 1626, pero la campaña que condujo ese mismo año contra el emperador germánico Fernando II resultó en un fracaso, viéndose obligado a firmar la paz de Bratislava. Entonces en 1629, igual que su predecesor Esteban Bocskai décadas antes, Bethlen murió sin conseguir cumplir su objetivo de reunificar Hungría, y librarla del poder de los Habsburgo. Luego de su muerte, el poder transilvano fue detentado por su esposa Catalina de Brandeburgo, quien gobernó en nombre de la asamblea por un breve tiempo hasta que el 28 de septiembre de 1630 fue sucedida por Esteban Bethlen, hermano menor del fallecido Príncipe.


    Esteban Bethlen no llegó a gobernar 3 meses, pues la asamblea lo obligó a renunciar a su cargo a favor de otro noble de mayor infuencia en Transilvania: Jorge Rákóczi I, hijo del fallecido Segismundo Rákóczi, que también había sido Príncipe de Transilvania. Rápidamente Rákóczi continuó con una política similar a la del fallecido Bethlen y se alió a las facciones protestantes de la Guerra de los 30 Años. Sin embargo, luego de varios ataques, no obtuvo victorias importantes contra los Habsburgo y se conformó con gobernar dentro de las fronteras de su Principado. En 1636 derrotó las fuerzas de Esteban Bethlen, quien se había arrepentido de renunciar a su cargo, y tras asegurar nuevamente su control sobre sus fronteras, condujo un par de años después una campaña contra el emperador germánico Fernando III de Habsburgo en 1644. Habiendo ocupado los territorios húngaros del emperador se dispuso a avanzar hacia Viena, pero el sultán se lo prohibió y le ordenó regresar a Transilvania. Rákóczi firmó en 1645 un tratado de paz con el emperador y con esto terminó su participación en la Guerra de los 30 Años que culminó en 1648 con la victoria de los Habsburgo católicos. Siendo un gran promotor del protestantismo en Transilvania, y habiendo fundado numerosas escuelas calvinistas, Jorge Rákóczi I murió en 1648, tras lo cual fue inmediatamente elegido su hijo Jorge Rákóczi II para ocupar su lugar.


    La desaparición del Principado
    Declive de la figura del Príncipe transilvano




    Jorge Rákóczi II fue nombrado Príncipe de Transilvania el 11 de octubre de 1648 tras la muerte de su padre. Una característica del gobierno de Rákóczi fue la política de expansión de la influencia transilvana por Europa, justo como lo había hecho Esteban Báthory un siglo antes. En 1655 surgió una guerra entre Polonia y Suecia por la sucesión del trono polaco, ante lo cual Rákóczi se alió inmediatamente con los suecos planeando apoderarse del trono. Si bien los propios polacos le ofrecieron la corona a Rákóczi con la condición de enfrentar al rey Carlos X de Suecia, el monarca húngaro no aceptó para no generar conflictos con el poderoso soberano. Por otra parte había un detalle que Rákóczi no había considerado en el momento de partir hacia Polonia para luchar por el trono. No había pedido la autorización del sultán turco para poder realizar dicho movimiento político-militar a gran escala, lo cual enfureció a las altas autoridades otomanas.


    Ignorando a los turcos, en enero de 1657 Rákóczi partió para enfrentar al nuevo rey Juan II Casimiro Vasa de Polonia, llevándose los ejércitos moldavos consigo. Si bien al principio la campaña fue exitosa, pronto los ejércitos cosacos y rumanos abandonaron a Rákóczi, quien resitió por un breve periodo confiando sus ejércitos al noble húngaro Juan Kemény. Sin embargo, pronto Jorge Rákóczi II fue atrapado por el khan mongol. El Gran Visir turco de Buda había decidido darle una lección a Rákóczi por su irreverencia ante los otomanos, y llamó a los ejércitos mongoles para que saqueasen Transilvania a manera de represalia. Por otra parte el 2 de noviembre de 1657 la asamblea fue obligada a elegir un nuevo Príncipe transilvano que estuviese plegado a los intereses del sultán otomano. Francisco Rhédey fue electo para suceder a Rákóczi quien regresó molesto y sin reconocer esta elección, tras lo cual recuperó el trono el 9 de enero de 1658, cuando Rhédely renunció a su favor. Pero aún más disgustados aún, los turcos continuaron presionando diplomaticamente para que Rákóczi fuese destituido, y ordenaron que Ákos Barcsay fuese electo, lo cual sucedió el 11 de octubre de 1658. Nuevamente sin aceptar dicha resolución, Rákóczi volvió a avanzar con sus ejércitos para recuperar el trono, pero fue derrotado en mayo de 1660 en una batalla tras lo cual recibió una mortal herida. Rákóczi murió a los pocos días y Ákos Barcsay continuó entonces en el trono impidiendo que Francisco Rákóczi I, el hijo del fallecido Príncipe destituido, pudiese reclamar sus derechos sucesorios en Transilvania.


    Sin embargo, el breve gobierno de Barcsay no superó los tres meses, pues fue capturado y asesinado por los hombres del noble húngaro Juan Kemény, quien no deseaba que el cargo de Príncipe de Transilvania fuese ocupado por un monarca totalmente obediente al sultán. El nuevo Príncipe de Transilvania fue electo: Juan Kemény, de severa postura anti-otomana. Tras ocupar el trono, Kemény inició una cacería donde hizo ejecutar a todos los húngaros simpatizantes de los turcos, y rompió relaciones con el gobierno del sultán. De inmediato Kemény comenzó una serie de negociaciones con el emperador germánico y rey húngaro Leopoldo I de Habsburgo, donde planeaba que Transilvania pasase a manos de poderes cristianos y el reino de Hungría se reunificase finalmente. Pero el sultán sumido en cólera envió los ejércitos otomanos sobre Transilvania para ocuparla, tras lo cual Kemény huyó a Viena buscando la protección de Lepoldo I. Los turcos entonces eligieron el 14 de septiembre de 1661 a Miguel Apafi I, un nuevo Príncipe al cual podían manipular como lo deseasen.


    La reunificación del Reino de Hungría




    El nuevo monarca transilvano Miguel Apafi I continuó enfrentando al emperador germánico Leopoldo I de Habsburgo, y solo fueron detenidas las ofensivas húngaras cuando en 1664 se firmó la paz de Vasvár, donde Transilvania fue reconocida como Estado vasallo de los otomanos. Apafi no resultó ser un gobernante eficiente, pues obedecía los designios del sultán turco, aun cuando esto significó unirse a los ejércitos otomanos en el Asedio de Viena de 1683. Desde luego, Apafi consideraba esto apropiado, pues podría conseguir deshacerse de los Habsburgo y reunificar el reino húngaro, y después resolvería el problema de su independencia de los turcos, si es que resultaba un serio inconveniente. Sin embargo, los ejércitos otomanos fueron derrotados y se vieron forzados a huir hacia territorios húngaros, tras lo cual la Santa Liga Católica comandanda por el emperador germánico Leopoldo I de Habsburgo, también rey de Hungría decidió enviar una ofensiva a gran escala para expulsar a los turcos del reino de Hungría en 1686. De esta manera, los ejércitos cristianos comenzaron a barrer a las tropas turcas de los territorios húngaros centrales que llevaban más de un siglo ocupados. Los ejércitos imperiales comandandos por Carlos V de Lorena, Maximiliano II Manuel de Baviera, el rey Juan III Sobieski de Polonia y el Príncipe Eugenio de Saboya, entre muchos otros nobles, continuaron ganando batalla tras batalla, produciéndose la Liberación de Buda, la capital húngara que se hallaba en manos turcas desde 1541, hasta que en 1687 las fuerzas cristianas ocuparon exitosamente Transilvania. Apafi se rindió entonces ante Leopoldo I quien después de todo era el legítimo rey de Hungría, y luego de algunos enfrentamientos para someter a la nobleza transilvana, el Estado se debilitó peligrosamente. Esto se agravó cuando en 1690 murió el Príncipe Miguel Apafi I, dejando a su hijo de 14 años de edad como heredero al trono transilvano.


    La asamblea transilvana escogió entonces al muy joven Miguel Apafi II como sucesor de su padre el fallecido Príncipe del mismo nombre, y le pidieron al emperador germánico Leopoldo I que reconociese la soberanía y gobierno de Transilvania. Sin embargo, precisamente era eso lo que Leopoldo I no planeaba hacer. Emitió en 1690 el Diploma Leopoldinum, donde decidió la situación jurídico-política de Transilvania. Este documento rezaba que Transilvania a partir de ese momento estaba bajo el poder del Sacro Imperio Romano Germánico, y debían pagarle un alto impuesto anual a Leopoldo I, y que tres regentes, de las tres nacionalidades de Transilvania (húngaro, székely y sajón), debían administrar el Estado hasta que Miguel Apafi II cumpliese la edad apropiada para gobernar en nombre del emperador germánico. Por otra parte, fue fundada la cancillería transilvana en Viena, y Jorge Bánffy nombrado regente en 1691. Leopoldo I continuó orquestando hábilmente sus jugadas políticas y mudó al joven Príncipe transilvano a Viena, donde le otorgó el título de Príncipe Imperial Germánico, forzándolo a renunciar oficialmente en 1701 al trono del Principado de Transilvania (Miguel Apafi II vivió en la corte imperial en Viena hasta 1713 sin intervenir en la política directamente).


    Después de que el emperador germánico Leopoldo I de Habsburgo disolvió el título de Príncipe de Transilvania, no contó con que uno de los condes húngaros que lo había enfrentado anteriormente continuaba ganando influencia. Cuando Miguel Apafi I fue derrotado en 1690, y su hijo lo sucedió en el trono, el sultán otomano escogió por otra parte al noble húngaro Emérico Thököly como Príncipe de Transilvania. Thököly había conducido uan guerra de independencia contra los Habsburgo, y enormes extensiones septentrionales húngaras se hallaban bajo su poder. Sin embargo, pronto los ejércitos imperiales arribaron a Transilvania, y Thököly tuvo que renunciar a su cargo huyendo al exilio. En los siguientes años se produjeron enfrentamientos menores entre la nobleza húngara que no deseaba rendirse ante las fuerzas del emperador, hasta que finalmente se firmó en 1699 la Paz de Karlowitz, cuando se reunificó el reino de Hungría y se fijó una frontera para los otomanos más allá de Transilvania.




    Cuando ya parecía que la causa húngara independentista, para establecer un Estado libre del control de los Habsburgo, surgió una figura, descendiente de tres Príncipes de Transilvania: Francisco Rákóczi II. Él era hijo del exiliado Francisco Rákóczi I y nieto del Príncipe Jorge Rákóczi II, por lo tanto, siendo el heredero principal de la familia contaba con enormes extensiones de terreno, y grandes cantidades de dinero para financiar cualquier tipo de rebelión.


    Cuando los ejércitos de Leopoldo I de Habsburgo avanzaron sobre los territorios húngaros, muchas nobles se resistieron a rendirse a las fuerzas germánicas, tal fue el caso de su madre Helena Zrínyi y de su padrastro Emérico Thököly. Soportaron asedios, hasta que finalmente Zrínyi fue llevada con sus hijos (entre ellos Francisco Rákóczi II) ante el emperador en Viena. La madre fue separada de sus hijos y Francisco creció en la corte de Viena por un tiempo, hasta que en 1700 fue descubierto conspirando contra el emperador, intentando buscar aliados en Francia para alcanzar la independencia de Hungría. Fue arrestado, pero consiguió escapar con ayuda de un soldado prusiano y escapó a territorios polacos, donde su gente lo esperaba. Aprovechando la serie de conflictos surgidos durante la Guerra de Sucesión Española que estalló en 1701, Rákóczi reanudó sus planes, Rákóczi consiguió un ejército de 6.000 soldados húngaros y de 600.000 mercenarios polacos con los que decidió marchar contra el emperador germánico en 1703. Si bien la nobleza no apoyó directamente esta rebelión, pues la consideraban un mero alzamiento campesino, los ejércitos de Rákóczi ocuparon los territorios septentrionales húngaros para finales de ese mismo año. Al poco tiempo avanzaron y Transdanubia pasó a sus manos. La asamblea de nobles de Transilvania reunida en Gyulafehérvár lo escogió entonces en 1704 como Príncipe de Toda Hungría, tras lo cual continuó con sus ofensivas contra el imperio germánico. Sin embargo, una victoria germánica de Leopoldo I de Habsburgo frente a los franceses y bávaros en la Batalla de Höchstädt, puso en una posición en extremo ventajosa al emperador. En 1606 Rákóczi no pudo recibir apoyo francés, y pronto se vio forzado a retirar su ofensiva mantenida contra el nuevo emperador germánico José I de Habsburgo, hijo del fallecido Leopoldo I.


    El 13 de junio de 1707 se reunió la Dieta húngara y fue declarada por Rákóczi la deposición de la Casa de Habsburgo como reyes húngaros. Sin embargo este movimiento político no tuvo éxito ya que el rey Luis XIV de Francia se negó a negociar con el noble húngaro, porque ya no se le hacía conveniente. En 1708 se produjo la batalla de Trencín, donde Rákóczi solo tuvo que enfrentar a las tropas germánicas del emperador. Su caballo tropezó y lo arrojó al suelo donde perdió el conocimiento, y pensando que estaba muerto, muchos de sus solados abandonaron el campo de batalla. Este hecho fue desastroso para su rebelión, que fue decayendo cada vez más, viéndose forzado a huir el mismo Rákóczi a Polonia en febrero de 1711. Viendo su causa perdida y sin aliados, Rákóczi huyó a territorios del Imperio Otomano, donde murió en el exilio años más tarde. Por otra parte, el nuevo emperador Carlos VI del Sacro Imperio Romano Germánico, quien había sucedido a su hermano José I de Habsburgo ese mismo año, se encargó de sujetar firmemente con su poder a toda Hungría, la cual se dio ante su rey legítimo, ante la ausencia de otros líderes que pudiesen enfrentarlo.


    El destino de la región de TransilvaniaEditar


    A partir de este momento, Hungría sufrió un proceso de cristianización promovido por los Habsburgo. Paulatinamente las ciudades comenzaron a recobrar vida, y entre muchas de las medidas adoptadas, se repoblaron zonas enteras con inmigrantes germánicos y eslavos. Por otra parte, las regiones orientales del reino húngaro, especialmente Transilvania, comenzaron a recibir enormes cantidades de inmigrantes rumanos que huían desde Valaquia, buscando refugio de los turcos y mejores oportunidades de vida. Con el paso de los siglos, eventualmente la población rumana en Transilvania aumentó desmedidamente y superó a la húngara, por lo cual después de la Primera Guerra Mundial en 1919, se privó a Hungría de la región transilvana, y esta fue otorgada a Rumania.



    http://es.m.wikipedia.org/wiki/Princ...e_Transilvania
    Última edición por Michael; 13/08/2014 a las 04:22
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    Re: Rumanía

    Țara Românească
    Havasalföldi Fejedelemség
    Eflak Prensliği
    Principado de Valaquia
    Estado vasallo del Imperio otomano (1415–1861)
    Protectorado ruso (siglo XVIII-XIX)





    1310-1859



    image.jpg
    Escudo
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    El Principado de Valaquia hacia 1390, bajo Mircea I
    Capital Curtea de Argeş, 1317-1418
    Târgovişte, 1418-1659
    Bucarest, 1659-1859
    44°25′N 26°06′E / 44.417, 26.100
    Idioma principal Rumano
    Gobierno Monarquía
    Período histórico Edad Media - Edad Moderna
    • Establecimiento durante el reinado de Basarab I 1310
    • Independencia conseguida en la Batalla de Posada contra el Reino de Hungría Otoño de 1330
    • Unión temporal de Valaquia, Transilvania y Moldavia conseguida por Miguel el Valiente 1600
    • Unión con el principado de Moldavia bajo Alexandru Ioan Cuza 1859


    Valaquia (a veces con la grafía Wallachia o Walachia; en rumano: Țara Românească, literalmente 'país rumano'; también Vlahia o Valahia; en húngaro: Havasalföld; en turco: Iflak) fue un principado rumano de la Europa oriental desde la Baja Edad Media hasta mediados del siglo XIX.


    Su capital cambió con el tiempo, de Curtea de Argeș a Târgoviște y finalmente a Bucarest.


    Geografía


    Valaquia se sitúa al norte del Danubio y al sur de los Montes Cárpatos. El Danubio separa Valaquia de Bulgaria. Otros ríos de esta área son el Schioul, el Olt o Aluta, el Argeș y el Talomnitza, afluentes del Danubio. Los Cárpatos meridionales o montes Bucegi cubren con sus contrafuertes todo el norte de la zona, separando a Valaquia de Transilvania. Está formada por la unión de dos subregiones separadas por el río Olt: Oltenia o Valaquia Menor, al oeste, y Muntenia o Gran Valaquia, al este.


    Esta zona tuvo independencia política, estando rodeada por el Imperio otomano al sur, Transilvania al noroeste, Moldavia al noreste y, como ya hemos indicado, por Transilvania al norte. Las principales ciudades son Bucarest, Brăila, importante puerto del Danubio, Giurgiu, Focșani, Ploiești y Craiova.


    Clima


    La primavera y el otoño son muy cortos, por lo que casi parece haber sólo dos estaciones: invierno y verano. El invierno dura cinco meses, de noviembre a abril; el verano casi siete meses, comenzando a mediados de abril y terminando a finales de octubre. Durante el invierno, el suelo se halla siempre cubierto de nieve, registrándose temperaturas de -26 Cº y en verano de 35 Cº.


    El suelo de Valaquia es muy fértil, produciendo un trigo de excelente calidad. El ganado es abundante, tanto el vacuno como los carneros, cabras, caballos y otros.


    Historia


    Los hechos más destacados en la historia de Valaquia son los siguientes:


    1247 — Litovoi es nombrado en un documento del rey Béla IV de Hungría, donde orienta a los caballeros de San Juan sobre los estados vecinos del reino. Este es el primer dato existente sobre monarca alguno en la región de Valaquia. Litovoi gobernó entre 1247 y 1279.
    1290 — Bărbat (? –1290) logró unificar a las formaciones políticas rumanas de Valaquia bajo su poder, luego de suceder a su hermano mayor Litovoi.
    1310 — Basarab I de Valaquia, el Fundador, hijo de Tihomir (considerado de origen rumano-eslavo, o según algunos autores, rumano-cumano) y María, hija del voivoda Bărbat, asciende al trono. Basarab I se niega a seguir siendo vasallo del reino húngaro y moviliza sus ejércitos ocupando la región de Szörény. Ante esto el rey Carlos I Roberto de Hungría inicia una campaña militar contra Valaquia y recupera los territorios arrebatados. Sin embargo, las tropas húngaras sufren una terrible derrota en la Batalla de Posada en 1330, con la cual Basarab aseguró la independencia de Valaquia.
    1344 — Nicolás Alejandro, hijo de Basarab, fungió de cogobernador junto con su padre antes de subir al trono. Tras la muerte de Barasab, Nicolás se resistió inicialmente a ser vasallo del rey de Hungría, pero al final aceptó serlo de Luis I de Hungría. En 1359, nombró al primer obispo metropolitano de Valaquia. Reinó entre 1352 y 1364.
    1364 — Vladislao I (hijo del anterior), voivoda valaco que ordena la acuñación de las primeras monedas valacas, las cuales eran de plata y tenían un peso de 0,35 a 1,05 gramos. En 1369, Vladislao reconoció como su Señor al rey Luis I de Hungría, y recibió de él las regiones de Severin, Amlaş y Făgăraş. En 1373, Luis I retomó Severin, pero Valaquia recuperó la región en 1376.




    1385 — Mircea I, hijo del voivoda valaco Radu I, aseguró la estabilidad de su principado, que durante su reinado conoció su máxima expansión: desde el río Olt en el norte hasta el Danubio en el sur, y desde las Puertas de Hierro del Danubio en el oeste hasta el Mar Negro en el este. Acuñó monedas de plata, usadas tanto en Valaquia como en los países vecinos, dio privilegios a los comerciantes de Polonia y Lituania y confirmó los privilegios de los comerciantes de Braşov. Reforzó las fortalezas cerca del Danubio y aumentó su ejército. Consiguió una victoria importante contra el sultán Bayaceto en la Batalla de Rovine de 1394. Participó también en una cruzada organizada por el rey de Hungría en contra del Imperio Otomano, pero la cruzada fue vencida en la Batalla de Nicópolis de 1396. Logró derrotar a dos expediciones otomanas en su país, en 1397 y 1400. Protegió a la Iglesia Ortodoxa en su principado y al sur del Danubio, y ordenó la construcción del monasterio de Cozia, donde está enterrado. Reinó desde 1386 hasta 1418.
    1446 — Dan IV forma alianza con Juan Corvino de Hungría contra los turcos, pero es vencido en 1448 y debe pagar tributo.
    1456 — Vlad III, también conocido como Vlad Draculea. En 1460 se reconoce por el Tratado de Andrinópolis tributario de Mehmet II (capitulaciones) y se fijan los privilegios de la provincia. En 1462 invade Bulgaria y somete al suplicio del palo a 25.000 prisioneros. Mehmet II destrona a Vlad III.
    1493 — Radu IV, hijo de Vlad V, establecido por los turcos; todos sus sucesores obtienen la investidura de los sultanes. Reina una gran anarquía.
    1522 — Radu VI forma alianza con Moldavia, Polonia y Hungría contra los turcos. Pierden la batalla de Mohacs en 1526 y se repite la anarquía.
    1592 — Miguel IV trata de regenerar su desgraciada patria sometida a los turcos y perturbada por la anarquía y los vence en 1595, pero tiene que reconocerse vasallo del príncipe de Transilvania, Segismundo Bathory. La guerra prosigue, Miguel IV es vencido y Valaquia conquistada; pero al fin desaloja a los turcos y se apodera de Transilvania en 1599. Se apoya en los rumanos de este país contra los magiares y los sajones, conquista Moldavia en 1600 y funda de esta manera la unidad de la raza rumana, o sea, las tres partes de la antigua Dacia reunidas bajo un mismo cetro. La obra de Miguel duró poco, ya que una guerra desgraciada con Polonia, las intrigas de Austria y de los turcos transformaron de nuevo Valaquia. Miguel fue vencido y asesinado en 1601, y los tres países rumanos se separaron. La muerte de Miguel IV fue la señal de la caída de Rumania.
    1601 — La Sublime Puerta priva a los boyardos del derecho de nombrar ellos mismos a su hospodar y concede este título a Simeón Movila, quien es destituido por los boyardos y reemplazado por Radu XI.
    1610 — Valaquia y Moldavia pierden el derecho de escoger a sus príncipes y la Puerta nombra a Radu XII, y tanto este como sus sucesores no son más que bajaes sometidos a la Puerta hasta la intervención rusa.
    1822 — Turquía devolvió a Valaquia el derecho de nombrar a sus príncipes y el primer hospodar elegido fue Gregorio Chica y el último Jorge Bibesco I. Durante el reinado de estos príncipes el espíritu nacional se despierta y del odio hacia los turcos se pasó al aborrecimiento de los rusos, verdaderos dominadores del principado.
    1848 — El 23 de junio los valacos se sublevaron contra el príncipe Gheorghe Bibescu, partidario de Rusia, vencieron los insurrectos y éste aceptó la constitución que le fue presentada. Pero posteriormente se nombró un gobierno provisional y los rusos invadieron Valaquia. La Puerta envió un cuerpo de ejército que venció a la revolución y se abolió la antigua constitución. El país fue militarmente ocupado y estalló una lucha entre las dos cortes de San Petersburgo y Constantinopla, queriendo la primera avasallar los principados y la segunda mantener su independencia tan necesaria a su seguridad. Por último, el acta de 1 de mayo de 1849 arregló la cuestión. Se decidió que el estatuto orgánico o reglamentado, obra de Rusia y cuya iniquidad había producido la revolución de 1848, se revisaría; que los hospodares serían nombrados por la Puerta de acuerdo con Rusia, pero que al cabo de siete años, la elección de aquellos sería restituida a los principados y a sus asambleas representativas.
    1849 — Barbo-Stiberg fue nombrado hospodar en virtud del tratado anterior. Después Rusia, convirtiendo una cuestión religiosa en política, provocó una guerra contra Turquía.
    1853–56 — Guerra de Crimea. Rusia invade el territorio, Francia y Reino Unido se alían para evitar el declive del imperio otomano a la vez que un aumento de la hegemonía rusa al controlar una salida al Mediterráneo.
    1859 — Los principados históricos de Valaquia y Moldavia se unieron de facto con la elección del mismo hombre, Alexandru Ioan Cuza, como príncipe.
    1877-78 — Rumania (en ese tiempo formada por Valaquia más Moldavia, sin los territorios históricos Basarabia y Bucovina) proclama su independencia y manda sus tropas para participar en la guerra ruso-turca contra el Imperio otomano. En 1881 se reconoció la independencia de Rumania por las potencias europeas mediante el Tratado de Berlín.
    1918 — Al final de la primera guerra mundial, y con el colapso del Imperio Austrohúngaro, los rumanos de Transilvania proclaman su unión con Rumania a través de sus 1228 representantes en Alba Iulia. La unión fue reconocida por las potencias europeas en el Tratado de Trianon de 1920.
    Lengua




    Algunos etnólogos atribuyen a los habitantes de Valaquia un origen romano-eslavo y al idioma un origen dacio-romano (de la antigua Dacia). Los dacios y los getas hablaban un dialecto frigio-tracio, pero los colonos romanos del siglo II enviados por Trajano introdujeron en Valaquia su lengua, que se fusionó con la de los indígenas y ha llegado a ser una rama de las lenguas neolatinas o romanas. En el idioma vulgar de aquellas comarcas domina un latín corrompido con multitud de raíces eslavas (debido a la posterior invasión de los eslavos que se fusionaron con la antigua población dacio-romana) junto a las latinas y raíces góticas, griegas y turcas.



    http://es.m.wikipedia.org/wiki/Principado_de_Valaquia
    Última edición por Michael; 13/08/2014 a las 05:09
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    Re: Rumanía

    Principatul Moldovei
    Principado de Moldavia
    Estado vasallo del Imperio otomano (1503-1861)





    1346-1859





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    Escudo
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    El principado de Moldavia durante el reino de Esteban el Grande
    Capital Baia, Siret 1388-1564
    Suceava, 1388-1564
    Iași, 1564-1859
    Idioma principal Rumano
    Eslavo eclesiástico
    Gobierno Monarquía
    Período histórico Edad Media - Edad Moderna
    • Fundación de la marca de Moldavia 1346
    • Unión temporal de Valaquia, Transilvania y Moldavia conseguida por Miguel el Valiente 1859
    Moneda Tálero


    El principado de Moldavia (en rumano: Principatul Moldovei) fue un principado medieval europeo, situado en el terreno entre los Cárpatos orientales y el río Dniéster.


    El rey Luis I de Hungría decidió fundar un Estado al Oriente del reino húngaro para proteger su Estado de los constantes ataques tártaros. Para ello ordenó como regente al noble rumano Dragoș, quien tenía un cargo oficial en Hungría como líder de una comunidad rumana en la región de Máramaros. De esta manera, abandonando su cargo anterior, gobernó como regente de la nueva entidad territorial entre 1351 y 1353. No fue independiente de Hungría, sino que cumplió con su función original y tras la muerte de Dragoș su hijo Sas lo sucedió en el gobierno entre 1351 y 1358. Posteriormente tras la muerte de Sas, su hijo Balk tomó el lugar de su padre siendo electo por un breve periodo, pues fue derrocado por otro noble rumano, quien ascendió al trono bajo el nombre de Bogdan I de Moldavia. A partir de este momento Moldavia se convirtió en un Estado nuevo e independiente en su totalidad de Hungría, y Balk huyó hacia la protección del rey Segismundo de Hungría, donde se asentó y tuvo descendencia.


    El principado de Moldavia existió desde el siglo XIV hasta 1859, cuando se unió con el principado de Valaquia, para formar el Reino de Rumania.


    El principado histórico incluía las regiones de Besarabia (anexionada por el imperio ruso en 1812), Bucovina (anexionada por el imperio austriaco en 1775) y, durante el reinado de Esteban el Grande, también la de Pocutia. Hoy en día la parte oeste de la Moldavia histórica pertenece a Rumanía, la parte este (la mayor parte de Besarabia) a la República de Moldavia, y las partes norte (el norte de Bucovina) y sureste (el sur de Besarabia) a Ucrania.


    http://es.m.wikipedia.org/wiki/Principado_de_Moldavia
    Última edición por Michael; 13/08/2014 a las 05:08
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    Re: Rumanía

    Principado de Rumanía
    Principatele Unite ale Valahiei şi Moldovei
    Principados Unidos de Valaquia y Moldavia




    1859-1881



    image.jpg
    Escudo
    Lema nacional: Toti in unu (rumano: «Todos en uno»)
    Nihil Sine Deo (latín: «Nada sin Dios») (desde 1866)


    Capital Bucarest e Iaşi
    Bucarest (desde 1862)
    Idioma oficial Rumano
    Otros idiomas húngaro csango
    Príncipe
    • 1859-1866 Alexandru Ioan Cuza
    • 1866-1881 Carlos de Hohenzollern-Sigmaringen
    Primer Ministro
    • 1862 Barbu Catargiu
    • 1876-1881 Ion Brătianu
    Legislatura Senatul i Adunarea Deputaţilor
    Período histórico Siglo XIX
    • Elección de Cuza 24 de enero de 1859
    • Proclamación de Carlos de Hohenzollern-Sigmaringen como Príncipe 10 de mayo
    • Guerra de Independencia 24 de abril de 1877 - 3 de marzo de 1878
    • Proclamación del Reino 15 de marzo de 1881
    Moneda Rublo ruso (1859-1867)
    Leu (desde 1867)


    image.jpg

    Principados Unidos de Valaquia y Moldavia, también conocidos como Principados Rumanos es el nombre que recibió Rumanía tras la Unión de 1859 bajo el gobierno de Alexandru Ioan Cuza como príncipe de Valaquia y hasta la constitución oficial de Rumanía en un reino en 1881 cuando el príncipe Carol fue coronado como Carol I, Rey de Rumanía.


    Nombre


    El reino tuvo varios nombres:


    Principados Unidos de Valaquia y Moldavia.
    Principados Rumanos.
    Principado de Rumanía: Este nombre se empezó a utilizar con la entrada en vigor de la constitución en 1866 y perduró hasta 1881, fecha de la creación del Reino de Rumanía.
    El reinado de Alejandro Juan Cuza[1]


    Alejandro Juan Cuza tomó medidas para unificar las administraciones de los dos principados rumanos y lograr el reconocimiento europeo y posteriormente internacional de la Unión. También adoptó una serie de reformas, entre ellas la secularización de las tierras de la iglesia, la introducción de la educación primaria gratuita, un código civil y penal inspirados en el francés , así como una reforma agraria limitada y una en el ejército.


    La oposición de los propietarios de tierras eran mayoría en el parlamento y tenían dominado a Cuza, esto generó un golpe de Estado en su contra en 1864. Posteriormente, instituyó un régimen autoritario pero su apoyo popular, fuerte en el momento del golpe, disminuyó gradualmente a medida que la reforma agraria no logró llevar la prosperidad a la mayoría campesina.


    Cuza fue obligado a abdicar en 1866 por los dos principales grupos políticos, los conservadores y los liberales, que representaban los intereses de los ex-propietarios de grandes terrenos. Aunque el evento provocó cierta agitación anti-sindicalista en la provincia natal de Cuza de Moldavia , esta fue reprimida por las autoridades centrales.


    Jefes de Estado


    El Principado sólo tuvo dos príncipes:


    Alejandro Juan Cuza se convertiría en el rey Alexandru Loan I. (1859-1866)
    Carlos de Hohenzollern-Sigmaringen, un príncipe alemán que más tarde se convertiría en el futuro rey Carol I. (1866-1881)



    http://es.m.wikipedia.org/wiki/Princ...e_Ruman%C3%ADa
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    Antonio Aparisi

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    Re: Rumanía

    Regatul României
    Reino de Rumania o Rumanía



    1881-1947




    image.jpg
    Escudo
    Himno nacional: Trăiască Regele

    image.jpg
    Reino de Rumanía en 1920.
    Capital Bucarest
    44°25′N 26°06′E / 44.417, 26.100
    Idioma oficial Rumano
    Gobierno Monarquía constitucional
    Rey
    • 1881 - 1914 Carlos I
    • 1914 - 1927 Fernando I
    • 1927 - 1930
    1940-1947 Miguel I
    • 1930-1940 Carlos II
    Primer Ministro
    • 1909 - 1927 Ion Brătianu¹
    • 1940 - 1944 Ion Antonescu
    • 1945-1947 Petru Groza
    Legislatura Corpul Ponderator
    - Cámara alta Senatul
    - Cámara baja Adunarea Deputaţilor
    Período histórico Siglo XIX hasta la Segunda Guerra Mundial
    • Establecimiento 13 de marzo de 1881
    • Unión de Transilvania 1 de diciembre de 1918
    • Segundo arbitraje de Viena 30 de agosto de 1940
    • Armisticio con la Unión Soviética 12 de noviembre de 1944
    • Abolición de la Monarquía 30 de diciembre de 1947
    Miembro de: Triple Entente
    Fuerzas del Eje






    El Reino de Rumania o Rumanía (en rumano: Regatul României) fue una monarquía constitucional que existió entre 1881 y 1947 en el actual territorio de Rumania. Su origen se remonta a 1859, cuando los principados de Moldavia y Valaquia se unen bajo la regencia de un único príncipe poniendo los cimientos de lo que será el Reino de Rumanía que, como entidad política, se unirá al bando vencedor de la Primera Guerra Mundial. El Reino se extenderá luego del Tratado de Trianon, pero perderá territorio en los arbitrajes de Viena durante la Segunda Guerra Mundial. Luego de ser liberada por la Unión Soviética, en 1944, en 1947 la monarquía fue reemplazada por una república socialista.


    Antecedentes


    En 1829 el Imperio otomano, al que pertenecían los dos principados que formarían más tarde el Reino de Rumanía, proclamó en Estatuto Orgánico que concedía a aquellos libertad comercial.[1] La concesión se produce tras la Guerra Ruso-Turca (1828-1829), que había finalizado con la independencia de Grecia y la proclamación de la autonomía de Serbia.[1]


    Unificación, monarquía e independencia


    El 5 de enero de 1859 el coronel Alexandro Ioan Cuza es elegido príncipe de Moldavia, y unos días después, el 24 de enero, es igualmente elegido príncipe de Valaquia.[1] Esta unión de los dos principados bajo un único soberano quedó formalmente establecida el 5 de febrero de 1862 cuando quedó creado el Estado de Rumanía bajo dominio feudal del Imperio otomano con la constitución de una asamblea en la ciudad de Bucarest como capital del nuevo estado. La autonomía de los principados se concede como consecuencia de la Guerra de Crimea.[1]


    Cuza, boyardo (noble) de segundo rango, encuentra un estado sin clase media que lo sostenga, casi totalmente agrario y sin conciencia nacionalista entre sus masas campesinas.[1] Las numerosas reformas iniciadas por Cuza, entre las que destacan la reforma agraria y la emancipación de los siervos, hicieron que, el 23 de febrero de 1866, una coalición de conservadores y liberales radicales (nobles y la escasa burguesía, apoyados por el ejército),[1] conocida como la “Coalición Monstruosa”, le obligaran a abdicar y exiliarse.[1] Cuza es substituido por el príncipe alemán Carlos de Hohenzollern-Sigmaringen quien es proclamado príncipe de Rumanía con el nombre de Carol I.[2]


    Primeros años de independencia




    El 9 de mayo de 1877, tras la guerra ruso-turca en la que Rumanía participó como aliada de Rusia, la derrota de los turcos permite al estado rumano independizarse de la tutela del Imperio Otomano y logra ser reconocida internacionalmente como nación independiente en el Tratado de Berlín de 1878[1] aunque se vio obligada a entregar el territorio de Besarabia meridional a Rusia. El proceso de independencia, que comenzó a principios de siglo y culminó en esta fecha, estuvo dirigido por algunas de las grandes potencias, interesadas en debilitar al Imperio otomano, y no se apoyó en la burguesía, prácticamente inexistente, ni en ninguna clase social en particular.[1]


    El estado toma formalmente el modelo parlamentario británico, con una constitución basada en la belga y una alternancia de partidos en el gobierno, fachada que ocultaba la tenencia del poder por unas cuantas familias y el alejamiento de la mayoría de la población, campesina y pobre, del gobierno del país.[1] El rey tenía la potestad de encargar gobierno al partido que considerese oportuno que debía convocar elecciones para confirmar su legitimitad. El censo, restringidísimo, y el control de las votaciones hacían que el gobierno siempre lograse la victoria.[1]


    Las opciones electorales se limitaban al Partido Conservador, creado en 1871,[3] y el Partido Nacional Liberal, fundado en 1875.[3] Aunque sus componentes estaban muy relacionados, siendo miembros a veces de la misma familia, el primero, en general, agrupaba a los terratenientes, mientras que el segundo era el partido de una creciente alta burguesía.[3]


    En el país, abrumadoramente agrícola,[3] la riqueza se basaba en la posesión de la tierra, lo que dio una efímera ventaja a los conservadores, que se fue reduciendo por la crisis del precio del trigo a finales del siglo XIX, que minó el poder conservador, de base agraria.[3] Los liberales lograron ir controlando poco a poco el estado, creando un cuerpo de funcionarios afín, gobernando entre 1876 y 1888, aumentando su influencia con el soberano y manejando las finanzas del Estado.[3] La figura principal del partido, destacado político rumano de la época y fundador de una dinastía de políticos liberales fue Ion Brătianu, varias veces primer ministro.[3]


    La miseria de una gran parte de la población fue nutriendo una desesperación que se reflejó en revueltas campesinas, como la de 1888 y, tras una agudización de la crisis agraria de finales de siglo entre 1899 y 1903, la gran Revuelta campesina de 1907,[4] que produjo espanto entre las clases acomodadas,[4] les hizo concienciarse de la necesidad de una reforma del sistema de producción agraria y condujo más tarde a la desaparición de la base de poder del Partido Conservador, debido a la reforma agraria que acabó con sus latifundios.[3] La Revuelta fue ahogada en sangre con la intervención del ejército y dejó 11.000 muertos.[4]


    Hasta el final de la Primera Guerra Mundial, el país, con Carol I (coronado como primer rey de Rumanía en 1881) participó en 1913 en la Segunda Guerra Balcánica que le enfrentó, junto a Serbia y Grecia, a Bulgaria. Tras la derrota búlgara, Rumanía obtuvo el territorio de Dobruja según los acuerdos del Tratado de Bucarest. Mantuvo además una pertenencia, secreta, a la Triple Alianza, con el fin de obtener el apoyo austro-germano ante posibles incursiones rusas en los Balcanes.


    La Primera Guerra Mundial




    Al estallar la Primera Guerra Mundial el país mantuvo la neutralidad en el conflicto: el gobierno era favorable a la Entente, junto con gran parte de los dirigentes del opositor Partido Conservador, mientras que el rey era partidario de los Imperios Centrales.[3]


    Tras haber logrado el compromiso de la Entente sobre concesiones territoriales , en 1916, el sucesor de Carol I, Fernando I, rompe la neutralidad y entra en el conflicto del lado aliado.[5] Tras un rápido avance en Transilvania, un rápido e inesperado ataque en el sur de tropas de las Potencias Centrales al mando de August von Mackensen toma las posiciones rumanas más allá del Danubio y detiene el avance en el norte.[5] El mando rumano no logra estabilizar el frente hasta diciembre, pero ha de abandonar Valaquia, incluyendo la capital del país y trasladar al gobierno a Iaşi en Moldavia donde los restos del ejército y grandes refuerzos rusos consiguen detener el avance austro-alemán.[5]


    El territorio rumano resulta invadido por el ejército austroalemán y el país, con un nuevo gabinete conservador teóricamente favorable a los alemanes, se ve obligado a solicitar la paz en 1917. A pesar de ello, en 1918, con la victoria aliada, Rumanía logra ver incrementado su territorio con la adhesión de los territorios de Transilvania, Besarabia y Bucovina con lo que quedó configurada la “Gran Rumanía”. Esta unión fue confirmada en 1920 por el Tratado de Trianon.


    El período de entreguerras


    Tras la Primera Guerra Mundial se aprueba, en 1923 la Constitución, pero los sucesivos gobiernos del período de entreguerras la obviaran completamente manteniendo sólo la apariencia de una monarquía constitucional liberal.


    El Partido Liberal Nacional dominará el panorama político de Rumanía entre 1922 y 1927, periodo en el que irá derivando progresivamente hacia posturas dictatoriales que provocarán en 1927 su caída y la llegada al poder del Partido Nacional Campesino.


    Ese mismo año es el de fallecimiento del rey Fernando I quien, en 1925, había obligado a renunciar a sus derechos hereditarios a su hijo Carol debido a los continuos escándalos maritales que había protagonizado. El sucesor en el trono rumano fue el nieto de Fernando e hijo de Carol, Miguel I, de tan sólo seis años de edad, por lo que el gobierno quedó en manos de un regente, su tío el príncipe Nicolás hasta que, en 1930, apoyado por el Partido Nacional Campesino, Carol logró recuperar el trono y ser coronado rey como Carol II.


    La situación que se encuentra el nuevo rey, influenciada por la crisis internacional de 1929, es la de un profundo malestar social, con numerosas huelgas y un alto nivel de desempleo. Esta situación se prolongará durante toda la década de los años treinta en la que se sucederán hasta 25 gobiernos distintos, y favorecerá la aparición de la Guardia de Hierro, un movimiento fascista que explotará el creciente ultranacionalismo, el miedo al comunismo y el sentimiento antisemita de la población.


    Esta situación se irá tensando progresivamente hasta que, el 10 de febrero de 1938, el rey Carol II establezca una dictadura que se mantendrá hasta el 7 de marzo de 1939.


    La Segunda Guerra Mundial




    Neutralidad y acercamiento al Eje


    En el verano de 1940, cuando aún Rumanía permanecía neutral en la guerra mundial, tuvo que ceder el territorio de Transilvania septentrional a Hungría en el Segundo arbitraje de Viena, los de Besarabia y el norte de Bucovina a la Unión Soviética y la parte meridional de Dobruja a Bulgaria debido a la presión de los países vecinos y la falta de apoyo de las potencias del Eje frente a estas reclamaciones territoriales. Una parte de estos cambios se debió al acuerdo secreto que la Alemania Nazi había establecido en el Pacto Molotov-Ribbentrop con la URSS —salvo la cesión de parte de Bucovina, que no había sido contemplada en este acuerdo— y otra a las antiguas ambiciones territoriales de las naciones colindantes.


    Tras estas derrotas políticas, el rey se vio presionado para nombrar al general Ion Antonescu como primer ministro el 4 de septiembre de 1940. Dos días después, Antonescu logró que el rey Carol II abdicase y su hijo Miguel I subiese al trono. Ion Antonescu, tras tratar en vano de componer un Gobierno de unidad nacional, se apoyó en la Guardia de Hierro para sostenerse en el poder aunque, en enero de 1941, tras meses de desavenencias entre las dos partes, consumó una sangrienta purga contra el partido fascista, acaparó todo el poder en una dictadura militar y abolió el efímero Estado Nacional Legionario que antes había proclamado junto a la Guardia.


    Crisis política, abdicación del rey y elevación de Antonescu
    Durante la Segunda Guerra Mundial, Antonescu acercó el país a la Alemania Nazi, ingresó en el Pacto Tripartito en noviembre de 1940, y aseguró ña participación de los ejércitos rumanos en la invasión de la Unión Soviética en junio de 1941. Sin embargo, los soviéticos eliminaron al grueso de las fuerzas rumanas en diversas campañas entre 1943 y 1944 y, a finales de este año, el Ejército Rojo se acercó a las fronteras rumanas. Un golpe de Estado encabezado por el monarca apartó a Antonescu del poder; el país cambió de bando y el nuevo Gobierno permitió la entrada de tropas soviéticas en Rumanía. Hasta el final de la guerra, las tropas rumanas lucharon al lado de las soviéticas contra Alemania y el país fue el cuarto que más hombres aportó al bando Aliado.


    Cambio de bando, ocupación soviética y fin de la monarquía
    Tras la finalización del conflicto, el Reino de Rumanía sólo recupera la Transilvania septentrional con lo que el territorio conocido como la “Gran Rumanía” desaparece en 1945. No obstante, dos años después el propio Reino de Rumanía desaparece como realidad política al verse el rey Miguel I obligado a abdicar tras la proclamación, el 30 de diciembre de 1947, de la República Popular de Rumanía.


    http://es.m.wikipedia.org/wiki/Reino_de_Rumania
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    Re: Rumanía

    viernes, 18 de mayo de 2012


    ¿Retorno definitivo a Rumanía?




    Hemos quedado mañana con Elena Ramona Bucur. Recientemente defendió su tesis doctoral en la Universitat Jaume I de Castellón, lo que nos ha permitido conocer su trabajo. Mañana viene a Castellón y vamos a poder grabar su testimonio y conocer su opinión. Mientras os adelantamos estas reflexiones publicadas con motivo de la defensa de su tesis doctoral.
    "En el futuro de las familias rumanas migrantes, la cuestión de un retorno definitivo al país de origen es casi inimaginable, aunque en un contexto europeo favorable a las circulaciones migratorias muchas posibilidades quedan abiertas”. Esta es una de las principales conclusiones a las que ha llegado Elena Ramona Bucur en su tesis doctoral “Redes migratorias rumanas en España. Estrategias y territorios de vida en Castellón de la Plana (Comunidad Valenciana)”, que es la primera tesis de doctorado en cotutela entre la Universitat Jaume I y la Universidad de Angers de Francia. La doctora defendió su trabajo, que ha sido dirigido por Jean Baptiste Humeau y Joan Serafí Bernat, miembro del Instituto Interuniversitario del Desarrollo Local (IIDL) de la UJI, el 16 de enero de 2012 en la universidad francesa.
    Para captar la complejidad de la realidad migratoria fue indispensable el contacto directo con los migrantes, ya que era necesario para aportar una clarificación de la diversidad de las situaciones. Este método implica completamente al investigador en la realidad cotidiana del tema por ello durante tres años se practicó esta inmersión gracias al apoyo de organismos sociales que trabajan en el ámbito de las migraciones en la provincia de Castellón. La familiaridad con los migrantes ha ayudado a multiplicar las encuestas, las entrevistas y se ha podido observar la dura realidad vivida por estas familias.


    Bucur afirma que la conexión existente entre las familias migrantes a través de los lazos activos y de las nuevas tecnologías de comunicación y de información desmitifica la concepción clásica sobre el movimiento migratorio. Además, añade en sus conclusiones, como los tanteos entre España y Rumanía son muy frecuentes y terminan por un retorno en el territorio español después de una etapa de retorno al país de origen.


    La actual crisis económica que afecta a España y particularmente a la provincia de Castellón donde el desarrollo del mercado inmobiliario fue uno de los más potentes de la geografía española ha tenido unas consecuencias nefastas para los trabajadores rumanos. Así, siempre según el estudio presentado por Elena Ramona Bucur, en esta coyuntura las familias rumanas han buscado continuamente diferentes soluciones para su supervivencia. Los programas que se han propuesto surgidos de la colaboración entre las autoridades españolas y rumanas no se corresponden con los planes de los migrantes. En estas nuevas estrategias de supervivencia, el papel de las mujeres, el trabajo intensivo y su espíritu emprendedor son determinantes. De hecho se afirma que existe una redistribución de roles en las familias rumanas migrantes, dado que los hombres que antes trabajaban en el sector de la construcción, actualmente se encuentran en el paro o sin recursos, por ello se ocupan ahora de las tareas del hogar.


    Al mismo tiempo la tesis, explica la doctora, pone al día el desarrollo de verdaderas redes religiosas, familiares y de amistad para explicar el crecimiento continuo de los flujos entre Rumanía y España que ha llevado a que en la provincia de Castellón se hayan registrado cifras sorprendentes como que el 10% de la población sea de origen rumano.


    Una de las peculiaridades que se destaca en este trabajo de investigación es que en el día a día de los migrantes rumanos, el debate sobre políticas europeas está siempre presente, y en particular la evolución del estado jurídico de los trabajadores rumanos en España. En este sentido destaca la utilización inadecuada de los términos “inmigrante” y extranjero” que constituyen opacidades en la reflexión colectiva con consecuencias graves sobre los responsables locales y regionales pero también para los rumanos. En la mayoría de los casos, el sentido correcto del “migrante” que se refiere a una persona que cambia de lugar de residencia y por la cual la nacionalidad es un parámetro insignificante está reemplazado por una connotación negativa. El contenido del término migrante en el lenguaje corriente se refiere a una persona en situación irregular asociada a una situación de delincuencia.


    Como se ha apuntado, la inmersión en los medios de los migrantes rumanos durante esta investigación doctoral fue indispensable, siendo el método elegido fundamental. Para ello se realizó la construcción de una muestra de familias con encuestas sobre el origen y el destino de los fondos a Rumanía, entre otros. Las estrategias de migración y de integración de las familias rumanas en Castellón de la Plana se basan en nuevas formas de vivir respondiendo a la diversidad de los hogares encontrados. Así se han estudiado desde matrimonios mixtos, nuevas parejas o la reagrupación familiar por citar los casos más comunes, pero las escalas territoriales son muy variables en función del cambio del domicilio, en la misma región o fuera de España y según han sido las oportunidades de trabajo.



    Las familias rumanas migrantes en España no se plantean un retorno definitivo a su país:

    https://m.youtube.com/watch?v=NEiRXy1KZfU#



    VUELTA A RUMANÍA?: ¿Retorno definitivo a Rumanía?
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    Antonio Aparisi

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    Re: Rumanía

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    Cursos de lengua y cultura rumana en Barcelona


    Detalii Publicat: Miercuri, 12 Martie 2014 00:57 Scris de Redactor


    El Instituto Cultural Rumano, con el apoyo del Consulado General de Rumanía en Barcelona y de las Biblioteques de Barcelona, organiza por primera vez cursos de lengua y cultura rumanas en Barcelona, del 24 de marzo al 29 de mayo de 2014, debido al interés de las personas residentes en Barcelona por el conocimiento de la lengua rumana.
    Consulatul României la Barcelona - Întâlnire cu primarul orașului Tarragona - 2014-07-02
    Evenimente dedicate culturii române la Universitatea din Salamanca - 2014-05-21
    Premiera cinematografică a filmului “Poziția copilului” - 2014-05-21


    El Instituto Cultural Rumano de Madrid organiza cursos de rumano en Madrid desde el año 2008 y han sido muy apreciados y con un gran seguimiento.
    Los cursos están centrados en las necesidades y las características propias del estudiante:
    - leer, hablar, escribir y escuchar
    - recursos modernos y acercamientos culturales
    Período de inscripción más prueba de nivel: del 26 de febrero al 21 de marzo de 2014.
    Período de duración de los cursos: del 24 de marzo al 29 de mayo de 2014.
    Lugar: lunes y miércoles en la Biblioteca Camp de l’ Arpa – Caterina Albert (Carrer de la Indústria, 295, 08041 Barcelona – Metro Camp de l’ Arpa, linea 5); martes y jueves, en la biblioteca Poble Nou - Manuel Arranz (Carrer del Joncar, 35, 08005 Barcelona – Metro Poblenou, linea 4).
    Número de grupos: 2. El número máximo de alumnos por grupo es de 14, el mínimo de 8.
    Total horas curso/ grupo: 36 horas.
    Niveles: principiante A1 y intermediario B1. La distribución por grupos se hará tras los resultados de las pruebas de nivel. En caso de no llegar al mínimo de alumnos, el ICR se reserva el derecho de anular la clase. Los que solicitan la inscripción en otro nivel que el principiante, harán una prueba de nivel en el primer día del curso.
    Horario: 2 clases/ semana/ dos horas cada una: lunes y miércoles, de 18.30 a 20.30h. - principiante A1; martes y jueves, de 18.30 a 20.30h. - intermediario B1.
    Matrícula: gratuito.
    Para la inscripción será necesario rellenar la ficha de inscripción y mandarla por correo electrónico a la dirección: or.rci@dirdamrci>
    Más detalles: or.rci@dirdamrci o 917 589 566.


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    Antonio Aparisi

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