Respuesta: Cientos de musulmanes se enfrentan a la policía en el centro de Atenas
La izquierda siempre es la misma mierda, sea como sea y esté donde esté. Esa izquierda que hace ya mucho tiempo que dejó de ser algo, de tener un contenido (aunque fuera repelente), de tener "su" horizonte (aunque fuera el de la 'Oscuridad'). Hoy es nada, no va a ninguna parte, su existencia no tiene sentido y no interesa. Por ello se agarra a cualquier cosa, le da igual, le resulta indiferente el qué, o los quién, por qué y para qué.
Por eso de pronto se siente "solidaria" con el islamismo, en ese apoyo encuentra un nuevo "frente" en el que actuar. Los musulmanes no son pacíficos, ahora se apoyan en esa izquierda mierdosa y cavernosa porque les conviene, pero llegará el día en el que se produzca el enfrentamiento de civilizaciones, es decir, ¿el enfrentamiento entre Gog y Magog? y la izquierda con su miserable laicismo materialista se encontrará entre los dos combatientes. Es fácil imaginar el histórico resultado que le espera.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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