Hoy en día, el muerto al hoyo y el vivo al bollo. La gente ya no medita en la muerte. Y encima ni se acuerdan de rezar por los muertos, que hasta los mismos curas les dicen alegremente a los deudos que el difunto ya está en el Cielo y lo dejan pasándolas canutas en el Purgatorio sin acordarse de rezar por él.
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