Fusilar a Judas

Quema del pelele del Judas en el Valle de las Casas, León

PUBLICADO POR: CIRCULO CULTURAL ANTONIO MOLLE LAZO - MADRID ABRIL 6, 2021

Domingo de Pascua, Cristo ha resucitado: la fiesta de mayor alegría para la Cristiandad. Otros años no haría falta decirlo y subrayarlo, pues las procesiones más emotivas, del Encuentro de Nuestro Señor y de Nuestra Señora María, lo advertían en plazas de todas las Españas.

Sin embargo, este año no tuvimos la suerte de asistir a las mismas por la dichosa pandemia, tanto de virus como de sinrazón humana, que se hace manifiesta en las autoridades políticas.

En la Pascua de Resurrección no sólo celebramos los debidos oficios. En muchos lugares de nuestra tierra se celebra la costumbre de El Judas, al igual que en buena parte de la América hispana, con célebres Judas como los de Venezuela o Méjico. Esta costumbre con su idiosincrasia peninsular, que en su día estuvo extendidísima por prácticamente todos los lugares, hoy se conserva sólo en algunos pueblos, ciudades y aldeas de España, salpicadas entre otras muchas comarcas donde, tristemente, se perdió.

El Judas consiste en una sátira. Se trata de una de las muchas formas populares de reprender la amoralidad pública. El caso de El Pelele por San Sebastián, en muchas localidades españolas, merecería otro artículo similar. En estos actos se denuncia o ridiculiza una amoralidad cometida, bien por personajes ilustres y autoridades, en la mayoría de casos, o bien cometida por algún vecino.

La costumbre, por su intención descriptiva, consiste en realizar un muñeco de material textil, papel, paja, cerámica o demás complementos, que representa a Judas Iscariote. Éste a su vez se decoraba con el atuendo apropiado, a fin de asociar claramente al muñeco con la imagen del personaje que se pretende criticar. Ya que, no: en esta fiesta no sólo se castiga la traición de Judas Iscariote, sino también a otro Judas que ha seguido sus pasos realizando algún acto alevoso.
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Finalmente, la costumbre concluye destrozando al muñeco, bien por vía del fuego, bien por apedreamiento, ahorcándolo o, como sucede en mi pueblo, San Pedro Palmiches (Cuenca, España), tiroteado por los cazadores del lugar.

Usualmente, la manufactura del muñeco está a cargo de los quintos, los jóvenes de dieciocho años recién cumplidos y que otrora partían a hacer el servicio militar ese mismo año. Así sucede en San Pedro Palmiches, y, en general, era lo habitual en toda la comarca de la Alcarria conquense. Es también la costumbre de pueblos de la Sierra de Madrid, como es el caso de Robledo de Chavela, que saltó a la fama hace un par de años debido a la polémica representación del actual dirigente de Podemos, Pablo Iglesias, en su Judas.

Corona de buje y flores ofrecida a la Virgen, adornando la puerta de la capilla de San Pedro Palmiches (Cuenca). Agencia FARO, P. Albendea

En San Pedro Palmiches, los quintos también son los encargados de recoger el buje (boj común). Con este arbusto tejen una corona para la Virgen, como acto de piedad, en ofrenda de respeto y luto por la muerte de su hijo en la Cruz. Con el buje sobrante de la Corona se enramará, la noche de la Vigilia Pascual, las ventanas de las casas donde hay mujeres aún casaderas. De este modo, se preparan las estaciones del recorrido de otra costumbre que se celebrará semanas después: cantar el mayo a las mozas en el último día de abril, la noche víspera de San José.

El Judas de San Pedro también se ha utilizado los años anteriores para esas polémicas sátiras. Aprovechando la popularísima costumbre, el Judas ha pasado por ser políticos, como el ex presidente del Gobierno Jose Luís Rodriguez Zapatero, o personajes de la farándula profundamente reprobables.

Ésta es una entre las varias formas populares que una comunidad política tiene de expresar durante sus fiestas principales el rechazo a la amoralidad, la perversión, la traición y, en general, hacer reprimenda del malhechor. Por ello, este Santo Oficio inocente y tradicional fue reprimido duramente por el régimen liberal desde que usurpó el orden político de España.

Este año, muchos malhechores se han librado de recibir tales críticas de forma icónica en estos muñecos. Pueden estar contentos a quienes se dedica El Judas este año, porque en San Pedro y en muchos otros pueblos no se ha permitido su celebración, debido a las medidas con pretexto de la situación sanitaria. Pese a que se haya alentado y permitido una gran llegada de turistas europeos, extranjeros cuyas fiestas y algarabías se celebraron sin ningún impedimento por parte de las autoridades.

El año que viene habrá más Judas quetirotear, apedrear y quemar. Seamos pacientes.

Pedro Albendea, Círculo Antonio Molle Lazo de MadridOtro ejemplo de un Judas quemado, de Merindades, Burgos. Aporte del autor.




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