Sin duda, si hoy viviese Judas Iscariote tendría la nacionalidad española y, más aún, sería votante del PSOE. ¿Qué NO? pues veamos, ¿quién fue el primer apóstata?, ¿en qué país del mundo está habiendo más apostasía? Pero, además de apóstata fue un traidor y un chivato o delator. ¿Qué nos encontramos en lo que han transformado a España hoy en día? traidores y renegados, tanto da si son "centrífugos" como si lo son de "secano" y, como toda esta degradación moral, intelectual y emocional, de un sector importante en número de la población de "este país", no parece suficiente o bastante, ahora desde las "instancias okupadas del Poder" se pide a las gentes que se conviertan en "chivatas" de lo que hacen otros con su libertad. Viejo oficio de delatores, tan obscenos e inmorales como la "andoba" que, abusando de una cartera ministerial menesterosa y testimonial adjudicada a un ministerio disminuido por no decir que desaparecido, los incita públicamente a un enfrentamiento ilegal con otros ciudadanos. No es ilegal la delación, aunque la presunción de inocencia establecida en nuestro ordenamiento exige la correspondiente aportación de pruebas. Lo que es ilegal es enfrentar a unos españoles con otros, así que lo que hace "la andoba reteñida y de aspecto tiñoso" es cometer algo que presenta evidentes indicios de delito.

Pero no hemos de extrañarnos, desde hace seis años tenemos a una banda de delincuentes comunes en el gobierno, y aquí no ha pasado nada, nada decente, nada normal, nada bueno. Por eso, el que una miembra de esta banda cometa semejante tropelía no tiene mayor incidencia, si acaso y a la vista de los resultados de más de 1.000 denuncias, y denunciantes, en poco menos de una semana desde la entrada en vigor de esa disposición despótica y totalitaria de corte netamente marxistoide, es decir 100 % socialista, podemos afirmar que si Judas Iscariote viviese hoy en día tendría pasaporte español.

He de dejar sentado que va camino de 9 años que yo dejé de fumar y bastantes más de beber una gota de alcohol, pero quiero apoyar a los fumadores, nuevos apestados después de los católicos, pues no es así como se acaba con esta costumbre tan tonta. Dejarlo es una bendición, para la salud, para el gusto, para el bolsillo, pero el primer único y posible paso de verdad para dejar ese hábito sólo está, únicamente está, en la voluntad del fumador, en su capacidad para aguantar el tirón de unas semanas que suelen ser aciagas.

Para la titular del ministerio disminuido, pido su cese y su procesamiento por delincuente.