Rosismo y Carlismo SaM: ¿Usted cree que se puede establecer una comparación con dos movimientos tradicionalistas, que surgieron aproximadamente en las épocas a las cuales hemos hecho referencia, como el Carlismo en España y el Rosismo en Argentina? ¿Existen puntos en común?
MAMD:
De hecho hay que tener en cuenta que aquí no tanto, pero en el Uruguay los carlistas que allí estaban combatieron en el sitio de Montevideo en las filas de Manuel Oribe, quien era el lugarteniente (por decirlo así), de Rosas. En la Argentina el Carlismo como tal no se arraigó demasiado porque los emigrados políticos españoles que estaban en el país no poseían ninguna simpatía ni por la institución monárquica ni menos aún por el Carlismo. Precisamente me acuerdo del famoso Serafín Álvarez, un andaluz muy inteligente que fue periodista en un determinado momento. Estaba, no me acuerdo ahora si en Santa Fe o en Rosario, y se realizó un agasajo a una personalidad perteneciente a la casa real, no la reinante sino a la del pretendiente Don Carlos. En la fiesta se propusieron varios brindis y este mordaz y sarcástico periodista le expresa a este personaje algo como “...para que Don Carlos reine en España como reina en América”....

Uno en realidad no puede hacer esto que ahora les voy a decir, no podemos los historiadores, pero vamos a ponernos como Jorge Castelli... (risas). Si uno se pusiera a conjeturar, cosa que tenemos prohibido los historiadores, si uno piensa que si hubiese vivido más tiempo Salazar hubiese sido carlista, y ante una muerte o algún fenómeno que le hubiese ocurrido a Fernando VII muy posiblemente se hubiese volcado hacia lo más cerrado...

SaM: Podríamos afirmar o creer, a lo sumo, que Salazar era un ecléctico, como refiere Chiaramonte sobre los ilustrados españoles principalmente los que se encontraban aquí en la Argentina, un buen ejemplo de ello es Pablo Lavardén. Eran regalistas en lo político por un lado y muy tradicionalistas en el ámbito clerical.
MADM:
En ese aspecto Manuel Belgrano era el mejor ejemplo. En general toda la legislación y el propio periodismo de la época de la independencia, y hasta la posterior, se cuida de señalar que en materia de religión es la católica la que respetamos... En cuanto a las ideas religiosas de Salazar, no las conozco porque no dejó ninguna constancia escrita de ellas.

SaM: Tampoco podemos decir que toda la masa del carlismo fuera estrictamente ultra católica.
MADM:
No ultra católica pero si respondían a una concepción monárquica tradicionalista.