En la medida en que su graciosa majestad, junto con su pueblo británico, se habían apartado de la verdadera religión, tras haberse abrazado la herejía anglicana, el imperio británico terminó organizándose bajo preceptos calvinistas que entendían que desde el principio de la creación, Dios ya había predeterminado de antemano quienes se salvarían y quienes se condenarían... Y pensaron que los blaquitos eran la 'raza elegida', porque además eran mas afortunados que los negritos... Y es que la herejía calvinista es una de esas curiosas 'profecías que dan la sensación de querer cumplirse en sí mísmas, como la serpiente que se muerde la cola... Por eso debían procurar no mezclarse demasiado con los que no presentaban 'los signos' de su particularísima y errónea forma de entender la Gracia Divina...
Y también por eso, los hombres de su graciosa majestad (me niego a escrirlo en mayúsculas), allí por donde pisaron, generalmente se dedicaron a exterminar y a segregar a todos aquellos que no fueran blancos y británicos; y una buena prueba de ello es la norteamérica protestante. Pienso que si Inglaterra jamás hubiera abandonado el catolicismo, es muy seguro que jamás Sudáfrica hubiera conocido la barbarie de aquella segregación racial tan salvaje como horrenda.
Y luego vienen algunos a decir que da lo mismo apelar al patriotismo, sacando a Dios y al catolicismo de su centro por intereses meramente consensuales y políticos. ¡¡Qué equivocados están!!. ¡Cuántos horribles crímenes y cuanto sufrimiento inútil el mundo se hubiera ahorrado a lo largo de su historia, si jamás hubiéramos hecho caso a todos esos falsos profetas...!.
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