Introducción

El arbitrismo en un tipo de literatura surgida en el siglo XVI con motivo de las crisis sufridas por la España de los Austrias –el recrudecimiento de la Guerra de Flandes, el desastre de la Gran Armada en 1588 y las quiebras de 1576, 1575-1576 y 1596- que fueron aumentando conforme se alargaba de Flandes y se sucedían los desastres militares.
En qué consistía

El arbitrismo consistía en la elaboración de memoriales al rey en el que se analizaba la situación y le proponían soluciones para que las adoptara como arbitrio –medida que el rey para el beneficio del reino, aunque también consistía en una reforma fiscal que no se negociaba con los contribuyentes-.

Para que un arbitrio fuera entregado al rey primero debían pasar a una Comisión o Junta para ser analizado y luego pasaba a los Consejos Reales, donde el arbitrista defendía su memorando –en las Comisiones no podía-. Aunque también se podía entregar mediante una audiencia en la Corte o por influencias en ésta.

Si el memorial llegaba al rey y éste tomaba una decisión, el memorial era remitido a un consejo junto a una real orden comunicada –un informe o una petición de observar si convenía su realización.

Los memoriales, en la práctica, eran resúmenes del arbitrio que el rey podía tomar. Si el texto era original –no visto en los libros del Consejo- se le concedía un privilegio: si el arbitrio se llevaba a la práctica, su autor recibiría un 4-5 por ciento de los beneficios.
Los arbitristas

Los arbitristas no eran un grupo concreto. Ni siquiera eran de una nacionalidad o emplazamiento geográfico concretos: Peter Van Oudeherste –quién aconsejó la creación de un banco estatal con sede en Madrid y se intentó llevar a la práctica- era flamenco, Tomás de Cardona era veneciano y Antonio de Sierra era napolitano. Tampoco tenían oficios concretos: había clérigos, militares, médicos criados, clérigos, economistas… Eran simplemente todo aquel que elevara un memorial al rey.

Esta gran variedad de oficios hizo también que la calidad de los arbitrios variase, pero –irónicamente- su calidad aumentó conforme la situación era peor.
Cantidad

Los arbitrios se iniciaron con el reinado Carlos V -99- y su número fue incrementándose con los reinados de sus sucesores y llagando a su cénit con Felipe IV –378-, sin embargo con Carlos II se redujeron casi a la mitad -136-.
Los arbitristas vistos por su sociedad

El término arbitrista en su época era un término difamatorio que definía a quiénes hacía referencia como a unos locos. Este término tenía tan mala fama que fueron ridiculizados por autores como Quevedo o el mismísimo Cervantes. Es más, los arbitristas de la época eran clasificados por sus contemporáneos como economistas y arbitristas, llegando algunos arbitristas como Fernández de Navarrete a atacar a los arbitristas.
Forma de los memoriales

Los memoriales podían ser de varios tipos:
-Recopilaciones de discursos.
-Memoriales encargados por la Corte.
-Parte de otros trabajos científicos o técnicos.
-Memoriales que responden a problemas concretos.
-Aquellos que tenían como fin una petición concreta.