La "hidra comunista de cien cabezas" durante el Franquismo
EL COMUNISMO. La hidra de las cien cabezas
Un estudio minucioso del conglomerado comunista, lucha armada y terrorismo, en la España de Franco
(I)
(El Alcázar. 26/01/1977).
Por Francisco J. DE URCI
NOS cuenta la mitología a través de una antigua fábula que, del emparejamiento de Tifaón, monstruo
representativo del huracán de vientos maléficos, con Equidna, nube tempestuosa según unos, o
serpiente según otros, hermana consanguínea de los perros rabiosos llamados Ortros, nació la Hidra
de Lerna, cuya representación tradicional tenía el aspecto de repulsivo y enorme dragón, poseedor de
siete, nueve, cincuenta o un ciento de largos cuellos, rematados en otras tantas cabezas.
La Hidra tuvo sus lares en las ciénagas de Lerna, junto al golfo de Argos, desde donde, taimadamente, se
lanzaba al ataque y destrucción de confiados rebaños y ubérrimas cosechas, siempre que la sorpresa o el
exceso de confianza de pastores y labriegos estaba de su parte. Según fuentes acreditadas de antiguos
textos, la Hidra con su «hálito fétido», infestaba toda la zona y causaba la muerte de aquél que respiraba
donde ella había estado.
Pronto corrióse la noticia de tragedia tan considerable y los prohombres mandaron emisarios con la
consigna de encontrar al elegido, capaz de acabar con la Hidra. No otro, sino el propio Hércules, fue el
designado para tan gran empresa. Pero en su lucha con el monstruo, el campeón observó que por cada
cabeza que cercenaba, le brotaban dos nuevas.
Estudiada la lid con más detenimiento y ayudado por su fiel criado Ióleo, Hércules consiguió dar un tajo a
la Hidra en la cabeza principal, de la que se decía era poseedora de inmortalidad. Después quemó las
siete, nueve, cincuenta o cien cabezas de fauces repelentes y enterró la más importante, poniéndole
encima un gran peñasco, para que no volviese a reproducirse.
Pues bien, querido lector, todo esto viene a cuento para demostrarte,y es lo que pretendo, que entre la
Hidra de Lerna y el comunismo, hay un parecido tan acusado, que ambos llegan a identificarse.
1. PARTIDO COMUNISTA DE ESPAÑA, MARXISTA-LENINISTA. P.C.E. (M-L)
SUS ORÍGENES
Con la muerte de Stalin, acaecida en marzo de 1953, se da comienzo a la "desestalinización". Esta nueva
faceta de la cabeza principal de la hidra, o del comunismo internacional —ambos apelativos son
correctos— preconizada por Khruschev, culminó con el programa aprobado en el XX Congreso del
P.C.U.S. (Partido Comunista de la Unión Soviética), en febrero de 1956 y que dejó algo confusos a no
pocos conspicuos de la roja militancia.
El primer ministro soviético quiso poner de moda dos nuevas consignas para la expansión del ideario
ateo-marxista. De una parte la desmitificación del dictador rojo recientemente fallecido, y de otra, la
propugnación de la "coexistencia pacifica".
Meses antes —verano de 1952—, en la España de Franco se había dado por concluso el problema
confictivo del "maquis", mejor llamado bandolerismo comunista. Sin duda la última gran "experiencia"
en plan belicoso del P.C.E., pues como es sabido, ahora [1977] se anda con sus frivolidades del eurocomunismo,
liberado de las tutelas de Moscú. ¡Que se lo cuente a otro! De lo que no hubo duda, es de que el Partido
—como ellos dicen—, por lo menos en cuanto a España, a pesar de su infalibilidad de principios, se había
equivocado de nuevo. La cuestión es más que vieja. Ya en 1920, Lenin había aseverado: "Yo os prometo
que el segundo país donde impere la dictadura del proletariado será precisamente España".
Bien es cierto que la "experiencia" —los comunistas llaman experiencias a los vapuleos— había sido para
ellos muy interesante. Nos referimos a la del "maquis", aunque al parecer para nosotros, no ha resultado
todo lo aleccionadora que debiera.
Pero en esta constante del incordio y la subversión a la que todo comunista se encuentra encarrilado, se
hizo necesaria una revisión de ideas, con el fin de constatar en qué parte había estado el error. Es entonces
cuando el Kremlin, que ya tiene nuevos amos, da comienzo a sus nuevas tácticas de matiz pacifista.
"A partir del XX Congreso y sucesivos del P.C.U.S. —diría un decepcionado—, se impusieron en él ideas
y teorías contrarias al marxismo-leninismo como la teoría de la "vía pacífica" y la "vía parlamentaría",
para el tránsito del capitalismo al socialismo, la teoría de la sustitución de la Dictadura del Proletariado,
por la "Dictadura de todo el Pueblo", durante el período que separa el capitalismo del comunismo, la
negación de la naturaleza del imperialismo por la teoría de la "cooperación total", con él y por la teoría de
que es posible un mundo "sin armas, ni ejércitos, ni guerras" cuando aún existe el imperialismo, la
tergiversación de la junta tesis leninista, sobre la coexistencia pacífica".
El influjo de los nuevos aires que llegan a la estepa, cala prontamente en lo más sobresaliente del
comunismo español en el exilio. El cambio de ideas sirve de justificación para preparar otro aparato
conspirativo contra España y su régimen —entonces— representado en el Generalísimo Franco. Se
escoge el mes de octubre (1953) para difundir el nuevo llamamiento. En él tendrían cabida cuantos
españoles antifranquistas lo deseasen —ciertamente entonces escaseaban—, cualquiera que fuese su
ideología.
La postura del P.C.E. —desde hace más de medio siglo bastante incómoda— era la de sabio consejero.
Así lo juraron por sus muertos. Y pásmate amigo, "sin exigir nada a cambio". Habían inventado un nuevo
reclamo para incautos. Pero hay que hacer constar que el marxismo-leninismo es lo más opuesto a las
evoluciones, aunque si muy adicto a los camelos. De ahí que acuse desconsideradamente a los que, en fin
de cuentas, no practiquen sus ideas reaccionarias. Más afines que ellos al inmovilismo, no hay nadie,
aunque se saquen de la manga cada tres por cuatro expresiones sugerentes.
2. LA "RECONCILIACIÓN NACIONAL"
Mientras se estudian las formas de actuación para las nuevas experiencias, el B.P. (Buró Político), tan
reconciliador como oportunista él, hace de paso un llamamiento particular de perdón y apertura de brazos
para todos "aquellos militantes del P.C.E., que habían sido despedidos injustamente". Es una operación de
repesca, acción que se repite cuando la necesidad obliga.
Con tales miras, transcurrido ya un año de tomas de contacto y "estudio de materiales", en octubre de
1954 "Mundo Obrero" publica un extenso alegato donde se critica el excesivo rigor que hasta poco antes
estuvo en uso. El artículo, titulado: "Recuperemos para el Partido lo que pertenece al Partido", es por
demás ampliamente elocuente.
Al siguiente mes —noviembre de 1954— entre los días primero al cinco, en Praga, cubil integral, por
aquellas fechas de los responsables del P.C.E., se vuelve a insistir sobre el tema, con motivo de la
celebración del V Congreso. Digamos de paso que por primera vez asistía una reducida delegación
procedente de España, donde destacaban delegaciones de Valencia, Cataluña y Madrid, además de otra
del P.S.U.C. (Partido Socialista Unificado de Cataluña), cuyos nombres omitimos deliberadamente, pues
no estamos por la práctica de propagandas gratuitas. A su regreso, fueron detenidos, medida tan prudente
como lógica, para que, en el curso de los interrogatorios, dejaran constancia de sus actividades.
Las nuevas corrientes camelísticas de la "coexistencia pacífica" tendrían para España el aborto
denominado de la "reconciliación nacional" y obvio es decir que los acuerdos fueron aprobados por
unanimidad, como así recomendaron "Pasionaria" y Santiago Carrillo Solares, disciplinados ellos,
obedientes ellos, en cuanto a lo que Moscú dijera.
Se entrevé así —con vistas al futuro— cuál sería, por el momento, la postura del Partido, cuando llegase
su hora. Estos temas vuelven a tratarse con más amplitud en el pleno de 1956 y en el VI Congreso del
P.C.E. que, también y en enero de 1960, tiene lugar en Praga.
Es entonces cuando surgen las discrepancias dentro del P.C.E., porque así interesaba además a los dueños
de la estepa. La influencia sobre ciertos sectores del comunismo "pekinés" —la alusión perruna no es
intencionada palabra, es solamente geográfica—, se agudiza aún más, con motivo del XXII Congreso del
P.C.U.S. El P.C.E. ortodoxamente, ha de seguir ahora una táctica moderada, tendente al espíritu burgués
para dejarse "bondadosamente" escindir por su ala izquierda. Para cubrir apariencias, el tándem
"Pasionaria"-Carrillo, aguanta deportivamente los improperios de traidor y similares, pero a todo esto, no
hay, o no se le debe hacer caso.
Más interesantes son por otro lado las posturas que adoptan con respecto al titulado Gobierno de la II
República, en el exilio, naturalmente. Al que critican encima, tan desacreditado como maltrecho el pobre,
por su habitual inoperancia y su desmedida y gimoteadora capacidad para la nostalgia.
Al gobierno Rodolfo Llopis, concluido en 6 de agosto de 1947, le sucedió el de Valera y a éste, a su vez, e
l de Albornoz, a quien releva en 1951, mes de julio, Cordón Ordás. En 1958 tomaría el mando el general
Herrera, de quien alguien dijo que entre las hazañas sobresalientes, anotadas en su hoja de servicios,
estaba la de montar en globo. No hay en ello alusiones ni ironías. Desde 1947, no figuran en estos
gobiernos ministros comunistas y este vacio les escocía, hasta el punto de levantar ampollas.
En la primavera de 1962, tienen lugar las huelgas de los mineros de Asturias, ocasión propicia para que el
comunismo ortodoxo pase a retaguardia con sus posturas pacifistas y accione soterradamente los hilos de
la nueva militancia.
Se habla por primera vez de crear un nuevo partido comunista. El "ortodoxo" deja mucho que desear. Es
consigna a la que dan el volumen necesario, para que el incauto pique. Principales promotores de esta
mascarada por la escisión son los grupos estudiantiles marxistas-leninistas, también llamados "prochinos"
y "maoístas" y a los que, para mayor variedad de nombres —ya hemos dicho—, les llamamos
"pekineses", debido a su entusiasmo por el régimen de Mao Tse Tung.
3. LA HIDRA ESTRENA CABEZA
Simultáneamente, para distraer la atención, el P.C.E. pone en moda el camelo de la "implantación de un
gobierno provisional de coalición nacional", pero con la prohibición —por el momento— de hacer
alusiones a la República democrática y burguesa, otro camelo —ya pasado de moda—, del que abusó
agresivamente durante la década de los cuarenta y parte de la siguiente.
Eso sí, se sigue insistiendo —con machaconería— en- "invitar" a todos los españoles de cualquier
ideología para su integración en el antifranquismo. Insistimos, todavía a principios de la década de los
años sesenta, tal término, por fortuna, sonaba a fantasmada. El comunista es recalcitrante, ya que el
argumento tan manido como manoseado, no arrancaba del año 1953 y el mensaje de los intelectuales de
abril de 1954, según aseveran criptocomunistas de fuste, como el profesor Guy Hermet, sino desde diez
antes.
En diciembre de 1963, el P.C.E. hace su parto, los técnicos dicen más pomposamente, "tiene su aparición
la primera escisión hacia la izquierda", o algo por el estilo. Ha de adoptar estrictamente el ideario
marxista-leninista. Su órgano de propaganda es también "Mundo Obrero", muy similar a su hermano
mayor. El primer número aparece en el mismo diciembre.
Durante el primer trimestre del año 1964, los órganos de propaganda proliferan. Hay sarampión de
nuevos intelectuales. Sale "El Proletario" en el mes de marzo. Se subtitula "órgano de los marxistas-
leninistas españoles". Su capacidad económica no debió ser muy boyante. Sólo se tira el primer número.
Algo más tarde ve la luz el "Mundo Obrero Revolucionario", órgano de un movimiento marxista-leninista
de igual titularidad, cuya vida —la del movimiento— no se demostró precisamente andando. Su vida
estuvo presidida por la brevedad. Después apareció "El Comunista", cuya tirada la hicieron en Madrid.
En el mes de abril, con cierto carácter evocador,aparece "La Chispa", órgano —asevera cínicamente— de
la oposición revolucionaria del P.C.E. Todas estas tendencias se dejan someter con más o menos
intensidad al ideario de Mao Tse Tung, expresado en su "Libro Rojo", donde se preconiza que para "hacer
la revolución se ha de disponer de un partido esencialmente revolucionario, pero un partido
revolucionario, con esencia puramente marxista-leninista, ya que es el único camino para llevar a las
masas obreras y populares a la victoria sobre el imperialismo y sus lacayos".
A esta nueva cabeza de la hidra se le empieza a denominar P.C. español, pero desaparece a poco de
comenzar el año 1964, cuando es desarticulado su aparato directivo. En los primeros días de octubre, en
un teatro de París, celebran una asamblea los responsables de las otras tendencias ya dichas, y el día
cuatro se habla por primera vez de fusionarse. Logrado el acuerdo, el 17 de diciembre se constituye
finalmente el P.C.E. (M-L) que engloba a los representantes de "El Proletario" "Mundo Obrero
Revolucionario" y "La Chispa". Su nuevo órgano de proselitismo se titula "Vanguardia Obrera", cuyo
primer número, tirado en Francia, aparece en el mes de enero de 1965.
El P.C.E. (M-L), acababa de nacer...
(continúa)
https://recursos.march.es/linz/I53576.pdf
Re: La "hidra comunista de cien cabezas" durante el Franquismo
EL COMUNISMO. La hidra de las cien cabezas
(II)
(El Alcázar. 27/01/1977).
Por Francisco J. DE URCI
PARTIDO COMUNISTA DE ESPAÑA MARXISTA-LENINISTA.
P.C.E. (M-L)
En las reuniones de octubre de 1965 queda constituido el C.C. (Comité Central) y se esboza un avance de
cual sería la línea política para erosionar la paz de España, ahora con la puesta en práctica de las teorías
«prochinas», nuevo resquicio por el que se intentaría dar un paso adelante, de esos malditos pasos de
baile, conocidos por el «vals de Lenin».
Los acuerdos no toman solidez hasta diciembre, en que se desarrolla el primer pleno del P.C.E. (M-L).
Para tomar impulso frente a los viejos militantes un tanto desconcertados, dicen considerarse los legítimos
herederos de José Díaz Ramos, el desgraciado secretario general del P.C.E., desfenestrado en Tiflis, bajo
órdenes de «Pasionaria», personaje al que interesa ensalzar, para «aparcar» en un segundo término tanto
a doña Dolores con sus alegatos de rehabilitación en pro de los «militantes purgados» durante el
estalinismo, como a don Santiago, convertido como por arte de magia en el más fecundo y severo
comentarista y criticador del «culto a la personalidad» tan del agrado del zar rojo, o de que si el P.C.E.
estaba contaminado de «desviacionismo», había sido a causa de sus indebidos contactos con el P.S.O.E. y
la C.N.T., con los que nunca «debió tratarse», salvo pena de incurrir en traición. Pero —insistimos—, a
nada de ello hay que hacerle el menor caso. Son cuestiones eufemísticas que para nada afectan en su
conjunto a las pretensiones universalistas y anticristianas del comunismo como religión laica.
4.- LOS PRIMEROS BALBUCEOS
Como ente unitario, el P.C.E. (M-L) es de vida efímera. En el mes de marzo de 1965, los antiguos
integrantes de «El Proletario», se escinden de los de «Mundo Obrero Revolucionario» y «La Chispa». A
la hidra le nace nueva cabeza. Publican un nuevo «Mundo Obrero» (m-l) y forman el P.C.E. (m-l), (al que
no pocos despistados, designan —digamos en plan anecdótico— «m menos uno», por la confusión que
supone, al encontrarse con el anagrama escrito en ciclostilo, debido a la identidad de tipos
mecanografiados de la «I» minúscula y el número uno. La diferencia aparente es, como puede verse,
cuestión tipográfica). Los de «El Proletario», grupo más coherente, continúan con «Vanguardia Obrera»,
cuya publicación, con cierta regularidad, todavía subsiste cuando se escriben estas líneas [1977]. Ambos
«partidos», aunque lo hayan negado —por conveniencia e imperativos superiores—, tuvieron contacto
con las Juventudes Libertarias. En verdad la diferencia ideológica, en principio, fue inapreciable.
Tampoco puede aseverarse —aunque alardearan lo contrario— que disienten del P.C.E. de cuyo seno
venían, a no ser por el sitio de procedencia en la extracción de sus escasos afiliados. Así, mientras el
P.C.E. (m-l) aglutina a militantes «escapados» del P.C.E. que no están, por su escaso rango en la
organización, en el secreto de la maniobra, el P.C.E. (M-L) se nutre principalmente de los emigrados
residentes en Bélgica, y Suiza, captados por primera vez para el marxismo-leninismo.
El P.C.E. (M-L) toma a partir de 1966 cierta importancia dentro de España. Cuenta con un elemento de
acción importante. Se trata de Paulino García Moya, fichaje cuidadosamente preparado para tal misión
desde los complicados arcanos del Kremlin. Paulino García Moya es un militante comunista emigrado a
Colombia en el año 1954. A su regreso a España se dedica afanoso al proselitismo hasta que es detenido.
La influencia de Paulino hace que el P.C.E. (M-L) tenga sobre otras cabezas o grupúsculos de la hidra
ciertas ventajas, al considerársele mejor organizado.
El P.C.E. (M-L) ha de mantenerse en la línea del comunismo «pekinés»; por ello preconiza la guerra
popular. «No hay revolución sin violencia», aseveran. Y éste es el medio completamente necesario para
hacer la revolución. Su programa político puede extractarse, de sus propios documentos, de la siguiente
forma:
«El poder político se ejerce mediante un aparato estatal cuyos órganos de base son los grupos o
destacamentos armados.»
«Sólo la violencia puede acabar con el poder ejercido por las clases dominantes y reaccionarias.»
«Por ello, para conseguir la victoria, hay que destruir el aparato militar y burocrático, para implantar por
la fuerza el poder de las masas revolucionarias. »
«Por consiguiente, es imprescindible desarrollar unas fuerzas armadas revolucionarias que pongan en
movimiento diferentes formas de violencias, las cuales tendrán como meta final la insurrección armada
del pueblo.»
La otra cara de la moneda la representa mientras tanto don Santiago y compañía con su campaña de «la
reconciliación nacional», tal vez para contrarrestar la belicosidad de la nueva cabeza de la hidra.
Uno, que ya está de vuelta de muchas cuestiones y tiene un profundo sentido cristiano de la vida, no se
dejó por ello impresionar, cuando a cierto amigo poseedor de original sentido del humor, al correrse hace
algún tiempo el rumor de que don Santiago tenía cáncer de laringe, se limitó a decir: «Pues sabes lo que
pienso... que lo siento por el epitelioma ese».
La súbita ascensión propiciada por Paulino, hace que inmediatamente, durante el verano de 1966, se le
adhiera el grupúsculo B.R. (Bandera Roja), enclenque cabeza de la hidra, salida a su vez del seno del
P.C.E. Por su parte los responsables del P.C.E. (M-L), conectan —con fines a la creación de una rama
militar, para la guerra popular— con el E.R.L. (Ejército Republicano de Liberación), organización
fantasma, aunque aprovechable, cuyos orígenes se remontan a la mal llamada «invasión del maquis» en
1944, protagonizada por Monzón Reparaz (a) «Mariano», destituido por Carrillo tras su fracaso
estrepitoso.
5.- LA "VUELTA A LA TORTILLA"
En diciembre de 1967, con asistencia de unos veinte concurrentes, se celebra en Zaragoza el II pleno del
C.C. del P.C.E. (M-L). La fracción P.C.E. (m-l), que ya ha cumplido su misión de rastrilleo, es absorbida.
En el pleno, además de hacerse una corrección de «métodos y tácticas», son aprobados los estatutos. La
línea política a desarrollar, quedó condensada en los siguientes puntos:
«Persistente acción anti-Estados Unidos, hasta lograr la independencia nacional" (?).
«Creación de una República Democrática y Federativa con la totalidad de nuevos aparatos de gobierno y
autonomía regional.»
«Supresión de monopolios, multinacionales y nacionalización de la totalidad de las empresas, sea cual sea
su condición.»
«Mejoras sociales alusivas a los siguientes conceptos: salarios, jornada de trabajo, vacaciones, seguridad
social, vivienda, confiscaciones y divorcio. »
«Liquidación del imperialismo con la autodeterminación del Sahara y la entrega a Marruecos de Ceuta y
Melilla.»
Su meta final, a semejanza de la de otro grupo comunista, es la «vuelta a la tortilla» de la sociedad actual,
por otra sin clase alguna, es decir, marxista a ultranza. Y para conseguirla, hay que hacer que el Estado se
transforme mediante la dictadura del proletariado, hasta llegar a su propia desaparición.
Para ello, con el fin de desarrollar la línea política del P.C.E. (M-L), hay que poner en marcha primero la
revolución democrática y popular de contenido «antiimperialista, antimonopolista y antilatifundista».
Alcanzado el poder por la clase obrera y por su órgano, el Partido (que a la hora del ilusorio triunfo, sería
el ortodoxo y no otro), se desembocaría luego en la revolución socialista.
De esta forma el P.C.E. (M-L) margina la fase intermedia propugnada por otras cabezas (grupúsculos) de
la hidra, principalmente los que siguen más de cerca al P.C.E., de establecer «provisionalmente» la
democracia burguesa. Pero no nos desviemos del tema. Todo esto ya se verá en su momento.
El P.C.E. (M-L), por supuesto, no admite más forma de gobierno que la de una República Popular y
Federativa, con autodenominación regional. Y uno queda tan perplejo como anonadado cuando todavía se
trae y se lleva de un lado para otro la legalización o no del comunismo. Pues de todas maneras, en el caso
quimérico de salirse con la suya, ciertos términos sugestivos especiales, para cortos de vista, serían sólo
palabras vanas.
Entre el doce y el dieciséis de diciembre de 1968 en algún punto de Málaga el P.C.E. (M-L) celebra su
tercer pleno. La asamblea sirve para consolidar al nuevo tentáculo de la hidra. No obstante, a pesar de sus
aparentes escaladas, los desmantelamientos hacen surgir nuevas cabezas, por el momento débiles, debido
a su infantilismo, pero predispuestas a llegar prontamente a la mayoría de edad. Lo importante es la
contaminación.
Un grupo más vehemente a quien anima un tal Crespo Méndez, partidario con exclusividad de la lucha
armada, se prepara ya en 1965 y forma la F.A.R. (M-L) (Fuerza Armada Revolucionaria). Antes de seguir
adelante, diremos que para el comunista en general, el eufemismo es altamente sugeridor. Así, «lucha
armada» consiste en asesinar entre varios, si es posible por la espalda, a una persona o agente de la
autoridad. Para desorientar a los tontos útiles, el «desquite» de los de «Vanguardia Obrera», se acusa bien
pronto, al calificarlos de «asesinos a sueldo de la C.I.A.», acusación que en igual calificativo devuelven
ellos a los del P.C.E. (M-L) y ahí queda todo.
Siguiendo su período de «siembra», otra pequeña fracción de marcada tendencia trotskista se escinde algo
más tarde, para integrarse en el P.O.R. (T) (Partido Obrero Revolucionario Trotskista) que,
paradójicamente, a pesar de su «matización obrera», la mayoría de sus afiliados ha sido embaucada entre
la población universitaria de Madrid y Barcelona. En esta segunda ciudad, fueron totalmente
desarticulados en los dos primeros meses de 1969, una vez proclamado el estado de excepción.
Asimiladas las primeras «experiencias», el P.C.E. (M-L) considera entonces que calibrada la fuerza del
«aparato represivo» del Estado, no es suficiente la insurrección armada para «abatir de un golpe» al
Estado — según ellos — capitalista, sino que no habría otra solución que la de llegar a la guerra popular
«prolongada», para lo que se impone la creación de un «ejército del pueblo», único capaz de desarrollar la
guerra revolucionaria. Mas considera el P.C.E. (M-L) que para llegar a esta guerra revolucionaria se ha de
desarrollar con anterioridad una persistente y tenaz campaña de agitación política. Esta campaña política
tiene que ser planificada por las organizaciones de vanguardia —que para eso están, para recibir los
golpes—, hasta conseguir «capacitar a las masas de su necesidad de levantarse en armas».
6.- HASTA LA GUERRA POPULAR
En 1968 el P.C.E. (M-L) tiene un nuevo parto. Es decir, da lugar a una escisión. Una gran mayoría de sus
elementos controlados en el sector estudiantil de la Complutense, en situación crítica, a causa de las
numerosas detenciones realizadas por la acción policial, da un viraje hacia la derecha del marxismo. El
comunista es consustancial con el mimetismo. También esta propiedad es practicada por miembros de
otras ideologías, aunque tal vez más torpemente.
Se deciden por una postura pacifista y toman el nombre de M.C. (M-L) (Movimiento Comunista).
Publican «El Comunista» y se declaran «afines» con las CC.OO. (Comisiones Obreras) y refractarios a la
O.S.O. (Oposición Sindical Obrera). El M.C. (M-L) se declara también poco amigo de trotskistas y por
supuesto de los «derechistas» del P.C.E., a los que acusa, con vistas a la galería, de impedir la
organización de un Partido Comunista de vanguardia.
Pero para liarlo todo más, ardid donde el comunismo es maestro consumado, el M.C. (M-L) se pronuncia
como fracción «estalinista», aunque difiere de los «pekineses», por su proclividad al castrismo cubano,
calificado por éstos de «comunismo pequeño-burgués». Cumplida su misión, el M.C. (M-L) concluyó por
disolverse, transcurrido algo más de un año.
Para aquellas fechas, el P.C.E. (M-L), conseguida su mayoría de edad, a finales de 1969, ha de valerse por
sus propios, medios. Para tomar resonancia, pregona ser una organización abiertamente opuesta al P.C.E.
(ortodoxo), cuyos máximos representantes, «Pasionaria» y Carrillo, están totalmente desprestigiados.
Pero también se pronuncia además de por su aversión al régimen franquista y a la Monarquía, al
imperialismo yanqui y por añadidura a la U.R.S.S. Esto último, en castellano del más puro corte
cervantino, se llama: «hacer comulgar con ruedas de molino». La notoriedad —que le es necesaria por el
momento— se completa con la censura reiterada a las demás cabezas y cabecillas de la hidra, a las que
denosta por no seguir su ejemplo de una «praxis» de línea ideológica y fanática, cuya única aspiración es
el ejercicio de la violencia.
Según Mao Tse Tung, las revoluciones y las «guerras revolucionarias» son «inevitables en una sociedad
de clases». Es imposible sin ellas realizar «saltos» en el desarrollo social, con el fin de derribar a las
oligarquías que se mantienen en el Gobierno. Debido a ser reaccionarias — asegura—, nunca por la vía
pacífica el pueblo conquistará el Poder.
En verdad, en esta alusión quedará fijada la postura inicial del P.C.E. (M-L) para el logro de sus
objetivos. El eufemismo de «guerra popular» no encubre sino la consecución de una insurrección armada
integral, pero organizada y dirigida por el P.C.E. (M-L) y respaldada por el P.C.E. que, en última
instancia, como cabeza principal de la hidra, seria el predestinado a sacar el mejor partido. Quienes han
de contribuir al engaño, serán tanto las masas obreras como el campesinado, a los que canalizarán
intelectuales de tres al cuarto.
Para, ello, se ha de perfilar una estrecha, ligazón con las aludidas masas, a las que se les hablará de la
alianza de obreros y campesinos para el logro de un frente único, protagonizado por el proletariado.
Como puede verse, nada de andarse por las ramas.
En octubre de 1970, en algún punto de la Sierra de Guadarrama, tiene lugar la reunión del IV pleno del
C.C. del P.C.E. (M-L). Dicha asamblea, hasta entonces la de mayor entidad, esbozó toda la organización
del bloque. Se habló para mayor fijación de ideas, de la posibilidad de celebrar un Congreso.
Los puntos a discutir, según pudo saberse más tarde, afectaban a la implantación, desarrollo y evolución
de las masas revolucionarias y su encuadramiento en los comités regionales.
Por otro lado, fueron estudiadas las bases para la formación del F.D.N.R. (Frente Democrático Nacional
Revolucionario), cuyo embrión militar seria la levadura para el «Ejército Popular Revolucionario»,
instrumento totalmente necesario para llevar a cabo la subversión...
(continúa)
Para ver interesante organigrama y mapa :
https://recursos.march.es/linz/I53577.pdf
Re: La "hidra comunista de cien cabezas" durante el Franquismo
EL COMUNISMO. La hidra de las cien cabezas
(III)
(El Alcázar. 28/01/1977).
Por Francisco J. DE URCI
PARTIDO COMUNISTA DE ESPAÑA MARXISTA-LENINISTA.
P.C.E. (M-L)
En cuanto al programa político a desarrollar, establecido en el IV Congreso, aunque de muy arriesgada
ejecución, fue estudiado a fondo, para su puesta en marcha cuando se presentase la ocasión. Este aludía
con especial insistencia a:
«Consolidación de la "nueva doctrina" marxista-leninista, sustentada por el P.C.E. (M-L).»
«Desacreditación —por consiguiente— y ataque al P.C.E. (ortodoxo).»
«Campañas contra Estados Unidos y la política turística del Gobierno español, para impedir a toda costa
la venida de extranjeros.»
«Alianzas obrero-campesinas, mediante persistentes campañas propagandísticas.»
«Continuos y reiterados ataques al franquismo, la monarquía, la sucesión, las Leyes Fundamentales del
reino, para desembocar en una "Huelga General Revolucionaria" el día de la coronación de S.M. Juan
Carlos.»
«Difundir que no debe existir otra forma de gobierno que la República Democrática Popular y
Federativa.»
«Reorganizar el F.D.N.R., que pasa a denominarse el 23 de enero de 1971, F.R.A.P. (Frente
Revolucionario Antifascista y Patriota), mediante la fase previa de un Comité Coordinador y que dio ya
las primeras muestras de su triste y breve historia o carrera, hacia el crimen, con motivo de campanas
antiespañolas programadas para el Proceso de Burgos.»
7.- EL PRIMER CONGRESO
En las reuniones previas vuelven a insistir en que la insurrección armada no puede llevarse de forma
aislada por una minoría, sino con la adhesión de las masas obreras y campesinas. ¡Naturalmente!
Pero lo que no veían nunca los «útiles idiotas» es que el comunismo, en sentido lato, con sus mil caras, o,
sus cien cabezas, lanza encubiertamente la subversión y siembra la cizaña, quedándose luego los
conspicuos al socaire de los vientos propicios.
Desde las posturas iniciales para la lucha —huelgas y manifestaciones—, inherentes a la fase previa de la
insurrección, se pasaría «gradualmente» a otras situaciones más complejas de lucha, como preparación
para la «guerra popular». Sería entonces de suma necesidad la instrucción, capacitación y adiestramiento
de grupos (comandos y piquetes) armados.
El P.C.E. (M-L), con imperceptibles variantes, sigue aquí la línea inmovilista de otra cualquier cabeza de
la hidra. Los eufemismos también son análogos. Así el atraco a mano armada vuelve a ser reconocido
como «operación económica» o «recuperación». El comunismo considera que todo es suyo y se lo ha
arrebatado la opresión. Por eso cuando cometen un expolio, aunque haya derramamiento de sangre y
todo, aseveran muy convencidos que han «recuperado» algo que les pertenecía. Al atentado, denominan
«golpe político», etc. Todo ello se adorna luego con propaganda venenosa instando a la violencia y al
crimen, operación que bautizan con el eufemismo de «sensibilización de las masas».
Después, cuando estas acciones armadas tomasen mayor entidad, se «pasaría» a los ataques y
escaramuzas o refriegas contra las Fuerzas de Orden Público, mediante grupos nutridos de autodefensa y
combate. De forma tan simple, por no decir descabellada, el P.C.E. (M-L) se las prometía felices para
poner en marcha su teoría del «golpe de Estado», mediante la lucha armada.
En el V pleno del C.C. que los responsables del P.C.E. (M-L) celebran en Ginebra (Suiza) entre los días
17 al 21 de agosto de 1972, se discute ampliamente si la pretendida insurrección armada ha de iniciarse en
el campo o en las ciudades. Hay quien defiende —siguiendo normas tradicionales—, que la lucha armada
tomaría primero consistencia en los ambientes rurales, al creer que éstos serían los que más prestamente
quedarían descontrolados por las autoridades, a causa de la tendencia existente a las grandes masas
urbanas. Así —pensaban— dispondrían de una base (terreno propio) «liberada», con lo cual cumplían al
pie de la letra una de las primeras condiciones de la subversión, según el modelo «pekinés».
Sin embargo, durante los preparativos para el I Congreso del P.C.E. (M-L), cuya celebración tuvo lugar
en la ciudad italiana de Laveno, próxima a Milán, durante los días 20 al 22 de abril de 1973, coincidentes
por más señas con las festividades de Semana Santa, quedó acordado que el campesinado carecía de un
apoyo eficaz, con vistas a la supervivencia, «caso de desarrollarse la guerra de guerrillas». En verdad que
al lector le pasará lo mismo que al autor de estas líneas, cuando penetró por primera vez en los arcanos y
entresijos de la maraña comunista. No saldrá de su asombro.
La lucha armada, pues, se iniciaría en las ciudades. Pero nunca a la manera de un levantamiento general,
sino por etapas sucesivas, en espiral ascendente, hasta lograr que su campo de acción implique a todo el
país.
Al I Congreso asisten unos cincuenta afiliados. De ellos unas quince mujeres. La mayoría de los
asistentes residen en España y por el momento —son nuevos fichajes— carecen de antecedentes.
Con carácter definitivo se aprobaron los estatutos, la denominada «línea política del Partido» y el
programa de actividades a desarrollar. Fue además nombrado un nuevo Comité Central que hizo el
balance de las actuaciones pro-F.R.A.P., hasta entonces reducidas a pintadas, siembras de propaganda y
manifestaciones similares. Por último se fijaron los seis famosos puntos —luego programa de actuación
del F.R.A.P. — , cuya simplicidad y radicalismo son de fácil asimilación por cualquiera donde haya
hecho presa el fanatismo marxista-leninista. Estos puntos, «modelo de civismo y convivencia pacifica»,
son los siguientes:
1.— Derrocamiento de la dictadura fascista y expulsión del imperialismo yanqui, mediante la lucha
revolucionaria.
2.— Establecimiento de una República Popular y Federativa que defienda y garantice las libertades
democráticas para el pueblo y los derechos para las minorías nacionales.
3.— Nacionalización de los bienes extranjeros y de los monopolios políticos y confiscación de aquellos
pertenecientes a la oligarquía.
4.— Reforma Agraria, sobre la base de confiscación de los grandes latifundios.
5.— Liquidación total del colonialismo español.
6.— Creación de un Ejército al servicio del pueblo.
Por último las acciones violentas se iniciarían en las zonas urbanas, allí donde existan edificios o
establecimientos norteamericanos, sea cual fuere su naturaleza, entidades multinacionales, bancos,
ministerios, etc., siempre y cuando el nivel de organización del P.C.E. (M-L) en la localidad
correspondiente lo permitiese. No obstante, también se estudió la posibilidad de acciones en el campo.
Simultáneamente se haría proselitismo en las masas con el fin de que estas «abriguen» a los grupos de
acción, en especial, a los del Frente Militar, representado en el F.R.A.P. Desde luego el planteamiento de
puro ingenuo resulta quimérico, aunque consiguieran limitadas metas en su fase de auge, como los
asesinatos de 1975, lograron, bien es cierto, sembrar entre la población la incertidumbre.
8.- HACIA LA ORGANIZACIÓN CENTRALIZADA DEL PARTIDO
Por otra parte los conspicuos del P.C.E. (M-L) creyeron muy apresuradamente que, si lograban un
ambiente de inseguridad en las zonas urbanas, produciría sobre las mismas la concentración de grandes
núcleos de reserva de las fuerzas de orden público, cuya extracción tendría que hacerse por las
autoridades, de las destinadas en zonas rurales, con lo cual, en una acción coordinada de golpe y
contragolpe, fomentarían el nacimiento de pequeños grupos armados en zonas aisladas, que mediante el
proselitismo a través de las U.P.C. (Uniones Populares del Campo), darían luego realidad al «Ejército
Popular». Para la captación y el embaucamiento, se emplearían militantes del sector estudiantil y obreros
especializados, aunque de origen campesino.
La articulación orgánica y burocrática del P.C.E. (M-L), es similar a la del P.C.E. y sigue en todos sus
escalones jerárquicos la misma tónica. En estas cuestiones, el comunista es inmovilista a machamartillo.
Toda organización o aparato ateo-marxista se pone a punto mediante la redacción de unos estatutos,
donde se hace especial mención al «centralismo democrático». Los órganos directivos «en teoría» son
electivos, aunque luego, argumentando conceptos que no vienen al caso, como falta de tiempo o
procedimientos de urgencia, clandestinidad, imposibilidad de desplazamientos, etc., se abuse en demasía
de las debilidades humanas y la dedocracia.
Sin embargo, suelen observarse los extremos que se exponen a continuación:
El C.C. ha de ser nombrado por el Congreso y el resto de los aparatos, por el inmediato superior. La
mayoría ha de estar en todo supeditada a la minoría o aparato propiamente dicho. Las decisiones o
«encargos» del órgano superior han de ser cumplimentadas siempre y ciegamente por el aparato
inmediatamente inferior. Toda organización comunista ha de ser doble en cuanto a su estructura. Así,
cuando caiga cualquier escalón, base, etc., es inmediatamente encubierto por el que se tiene a la «espera»,
formándose a su vez uno nuevo que reemplaza a aquél y así sucesivamente. De ahí también, sirva de
advertencia, el mal negocio que se haría al legalizar el comunismo; una parte, saldría a la luz pública, con
su faz sugeridora, pero las otras continuarían en la ciénaga. La hidra no puede renunciar a su elemento.
La organización del P.C.E. (M-L) en ascensión jerárquica de menor a mayor, quedó articulada de la
forma que a continuación se reseña:
CÉLULA.—Unidad más simple y básica. A veces se le llama «troica». Se constituyeron en función del
Frente de Masas. Mostraron su predilección por los tajos de trabajo donde debían actuar: fábrica, mina,
centro burocrático, taller, oficina, etc.
Cuando la captación presenta serias dificultades o no es posible en dichos focos, el proselitismo se efectúa
en lugares «abiertos», tales como: calles, plazas, barrios, bloques de viviendas, etc.
Las células en el P.C.E. (M-L) son del tipo masivo, con un máximo de hasta treinta militantes que según
convenga o no, se articulan en grupos de base. Condición exigida para la formación de una célula es la
presencia de un responsable (secretario general), otro de organización y un tercero de agi-prop (agitación
y propaganda). Los grupos de base tienen su responsable designado para cada caso concreto.
Independientemente de las órdenes que reciba del escalón superior, la célula tiene como misiones propias
la difusión (siembra) de propaganda; agitación de masas; captación (recluta) de nuevos militantes; control
de las cuotas de los afiliados y «ayuda» económica a las masas para promover campañas de agitación;
transmisión de consignas tendentes a la orientación y encauzamiento de la conducta de las masas,
formación (capacitación política) de los militantes, mediante charlas, reuniones, diálogos, etc., al menos
una vez cada diez días y si es posible, semanales.
RADIOS.—Agrupan varias células ubicadas en el mismo barrio, distrito, etc., de una localidad
determinada. En Madrid concretamente se formaron tres: Norte, Sur y Universidad. Este último sólo para
estudiantes. Los radios son manejados por un Comité.
COMITÉS.—De Radio, Locales, Comarcales, Provinciales y Regionales. Los Comités son siempre
órganos de dirección. Cuando alguno de sus miembros «baja» al escalón inferior —órgano ejecutivo—,
es muy excepcionalmente. Son a fin de cuentas «las herramientas ideales del Partido». Se dedican a la
canalización ideológica y política. También «controlan» todas las tareas y maneras de comportarse de los
elementos de escalones inferiores. Todo Comité se compone a su vez de tres responsables denominados:
Secretario político, «jefe» del Comité y encargado —solo y exclusivamente—de enlazar con el escalón
superior. Secretario de organización, igual que el político, pero con respecto al escalón inferior, de tal
forma que ninguno de ellos conoce las «subidas» o «bajadas» del otro. Caso contrario, incurren en grave
responsabilidad; y Secretario de propaganda, encargado de redactarla e imprimirla, pero no de
distribuirla. Esto compete al de organización. A nivel provincial y regional, hay un cuarto Secretario de
masas, y a cuyo titular están ligados los aparatos de acción.
ÓRGANOS SUPERIORES
Tenemos primeramente el:
COMITÉ EJECUTIVO.—Elegido libremente por el Comité Central. Dirige absolutamente todas las
actuaciones del P.C.E. (M-L) en el periodo comprendido entre dos plenos del Comité Central. En la
E.T.A. —de la que hablaremos cuando llegue la ocasión—, el órgano gemelo es el Biltzar Txikía o
Pequeña Asamblea, cuya intervención está marcada entre dos Biltzar Nagusia o Asambleas Generales.
Sus atribuciones específicas son las de seleccionar y «destinar» dirigentes; organizar nuevos escalones del
Partido; distribuir y controlar los fondos, procedentes en su mayoría de «préstamos», recuperaciones o
«golpes económicos», es decir, atracos a punta de pistola y por último, dar a las masas la orientación
política debida, con vistas al desarrollo de acontecimientos en un futuro inmediato.
COMITÉ CENTRAL.—Así como el C.E. dirige la actuación del Partido entre dos plenos del C.C., éste la
supervisa entre dos Congresos. El C.C. tiene un número muy limitado de componentes. En el P.C.E. (M-
L) como máximo entre quince y veinte.
Han de reunirse como mínimo una vez cada dos años, aunque pueden hacerlo mucho antes. Órganos
burocráticos permanentes del C.C. son la secretaría y la oficina de prensa o información.
El Secretario tiene como misiones especificas, la dirección general de la línea política, la ejecución de los
acuerdos del C.C. y del C.E. y la fiscalización administrativa.
CONGRESO.—Es el organismo superior del P.C.E. (M-L). El Congreso se celebra mediante
convocatoria. No tiene tiempo marcado. Sus misiones especificas son: Aprobación o denegación de los
informes del C.C. acerca de las actuaciones llevadas a cabo desde el congreso anterior; determinación de
la línea política a seguir y labor a desarrollar; aprobación de estatutos y programas y por último,
nombramiento del nuevo C.C.
La convocatoria de los congresos corresponde al C.C., que mediante consulta con los Comités regionales,
dicta o designa los nombres y cargos de los concurrentes, ya que han de asistir «democráticamente» desde
simples multantes hasta los altos cargos.
Además de lo expuesto, el P.C.E. (M-L) cuenta como «agentes de captación» para embaucados con su
correspondiente organización de masas, canalizada en una serie de filiales de acción ejecutiva...
(Ver organigrama: https://recursos.march.es/linz/I53581.pdf )
Re: La "hidra comunista de cien cabezas" durante el Franquismo
El Alcázar. 31/01/1977.
Que no haya equívocos
EL GRAPO ES COMUNISTA
• Es el brazo criminal del Partido Comunista Español Reconstituido
En numerosos medios de comunicación, que se mueven a compás de los hilos que maneja en España el
Comunismo Internacional, se ha ido dejando caer sibilinamente que el GRAPO, pese a sus iniciales bien
definitorias de "Grupo de Resistencia Antifascista Primero de Octubre", agrupaba "comandos" de la
"extrema derecha". Término este último tan tópico y gaseoso que sólo el lema de Lenin —"una mentira
repetida mil veces se transforma en una realidad"— puede darle visos de existencia.
Otro medios de información financiados en su sociedad anónima o en su redacción por el Partido
Comunista, no se han andado por las ramas y han lanzado las campañas al vuelo dando, sin los
precautorios "al parecer", "supuestos" "presuntos"..., como cierto que los últimos crímenes cometidos
en Madrid, incluidos los secuestros de los señores Oriol y Villaescusa, tenían su origen en la
"extrema derecha" fantasmal, echando con ello una cortina de humo, que sólo ciega a los incautos,
sobre, la trayectoria de crímenes cpie el Partido Comunista español tiene en su historial: desde los
"paseos" de los primeros días de la Guerra de Liberación, pasando por Paracuellos del Jarama, las "
purgas" de los exiliados a Rusia, y las guerrillas de "maquis", hasta los crímenes cometidos en estos
últimos recientes años en nuestra tierra española. Esa es la trayectoria roja de sangre que tiene el
Partido Comunista en nuestra patria. Frente a esos miles de muertos, asesinados, la inventada
violencia de la extrema derecha apenas si ha hecho su supuesta aparición en unos escaparates
provocativamente marxistas que han sido apedreados o incendiados y una docena de bofetadas
repartidas a cuerpo limpio en unos centros públicos de habitual concentración izquierdista.
Por otro lado, ayer mismo, en un matutino de Madrid Don Francisco Romero Marín, al mismo tiempo que
negaba sus posibles vinculaciones a la sanguinaria K.G.B. soviética —en cuyo historial hay millones de
asesinatos— rizaba el rizo de los eufemismos al decir que el GRAPO no tiene ninguna vinculación con el
Partido Comunista Español. Quién siga atentando el serial que se publica en estas páginas con el título de
"Comunismo: la hidra de las cien cabezas" comprenderá fácilmente que el señor Romero ha dicho la
verdad, pero no toda la verdad. Porque es cierto que el GRAPO no pertenece a las huestes que dirige
directamente don Santiago Carrillo, pero no es menos cierto que el GRAPO es un activo grupo
comunista; una hidra cuya cabeza se llama Partido Comunista Español reconstituido y cuya partida de
nacimiento tiene la fecha de 1975, momento en que fue así rebautizada la Organización Marxista
Leninista Española.
El P.C.E. (r), pese a la discrepancia con el P.C.E. en el orden doctrinal, en la "praxis" estableció
relaciones intimas con los esbirros criminales de este último con el FRAP. De esos contactos de
adiestramiento criminal nacería el grupo para la violencia y el crimen que adoptó el nombre, ya sabido, de
GRAPO.
Para mejorar la técnica del terrorismo, el GRAPO se puso en íntimo contacto con la ETA V y VI
asamblea.
Simultáneamente comenzó la labor publicitaria a través de diversas publicaciones clandestinas como
"Antorcha", "Bandera Roja", "Gallo Rojo"... Y sienta sus redes de proselitismo en la universidad El título
de maoísta es el que le ampara de cara a su captación.
El primer paso, una vez acabada la instrucción terrorista, fue la de proveerse de fondos para poder
subsistir dado que el PCE sólo le había suministrado los instructores del FRAP, pero ni una mala peseta.
Un "préstamo" de 32 millones, lo consiguió el 30 de julio de 1975 en un atraco armado en un hospital de
Barcelona. Un muerto fue su primer baldón de sangre: miembro de la Policía Armada.
Con esos treinta y dos millones pudo devolver las armas al FRAP y adquirir, vía ETA, otras muchas. El
dos de agosto de ese mismo año, el GRAPO comete el crimen gratuito; matar por matar. Las víctimas son
dos miembros de la Guardia Civil que regresaban de su puesto de servicio en el Canódromo.
El día uno de octubre, quizá para conmemorar su "apellido" inician una danza sangrienta. Su objetivo, los
miembros de la Policía Armada y los de la( Guardia Civil que son sus más odiados enemigos y
perseguidores. En la calle Agustín de Foxá, en la calle de Valmojado, en la Avenida del Mediterráneo,
en la calle Marqués de Corbera... Cuatro asesinatos rápidos con los que quieren hacerse respetar por los
más duros de sus "mayores". E incluso darse patente internacional, principalmente en Albania que es la
embajada en Europa occidental del maoísmo criminal".
Simultáneamente a esos hechos criminales, continúa con el aprovisionamiento de dinero
y armas. Los robos de dinamita, de armerías, de municiones...
El GRAPO, comienza a recibir a los más sanguinarios componentes del FRAP, sometido a una cierta
inactividad por cuestiones tácticas del P,C.E.; así como delincuentes comunes que pueden satisfacer sus
instintos criminales en un grupo que les ofrece una organización y cierta protección.
La jornada del 18 de Julio de 1976 fue algo así como su puesta de largo. Atentados por toda la geografía
española que los corifeos del marxismo adjudicaron con unanimidad a "la extrema derecha" con el fin
de provocar una reacción ante el Gobierno y dejar sentado el precedente de una supuesta existencia
de terrorismo "fascista".
Tras un periodo de esfumamiento porque la Guardia Civil y la Policía Armada les había diezmado en sus
redadas y acciones y necesitaban rehacer sus cuadros, las "troikas" del GRAPO volvieron a la acción. Su
desarticulación no fue completa porque solamente se conocen entre sí los miembros de una misma
"troika". Y con esa organización volvieron a la carga con los espectaculares secuestros de Oriol y
Villaescusa que mantienen aún en vilo a media España.
Así pues, recogiendo las palabras del presidente del Gobierno el GRAPO de "ultraderecha", nada. EL
GRAPO, de comunista, todo.
El que ese comunismo sea del que se pone peluca para pasar de matute la frontera del olvido, del
maoista, del troskista, del bolchevique o el menchevique es pecata minuta que las Fuerzas del Orden se
encargarán de precisar. Lo que no hay ninguna duda es que es una fuerza asesina del comunismo asesino.
T. de U.
https://recursos.march.es/linz/I58219.pdf
Re: La "hidra comunista de cien cabezas" durante el Franquismo
EL COMUNISMO. La hidra de las cien cabezas
(V)
(El Alcázar. 1/02/1977).
Por Francisco J. DE URCI
9. ORGANIZACIONES
LA mediatización de las CC.OO. al P.C.E.. (M-L) quedó bien demostrada en cuantas campañas contra el
Régimen español se llevaron a cabo por el comunismo con motivo del «Proceso 1001».
Pero aún hay más. Debido a la crisis de las CC.OO., el P.C.E. (M-L), por medio de su organización
laboral O.S.O., se marcó como objetivos importantes la penetración en cuantas industrias importantes y
medianas tuviesen a su alcance. Programa de actuación que venía marcado por el comunismo ortodoxo,
dentro de su campaña de reconciliación nacional. La penetración de O.S.O. se marcó además otros
objetivos más ambiciosos; casos de Telefónica y Renfe.
Otras organizaciones filiales del P.C.E. (M-L) son las Uniones Populares: de Artistas, U.P.A.; del Campo,
U.P.C.; de Enseñantes (maestros) U.P.E. y de Mujeres, U.P.M. Conozcamos cada una de ellas:
La U.P.A.—De escaso éxito, pretende ser una «organización de masas» para aglutinar a cuantas personas
se desenvuelven dentro de alguna actividad artística como: cine, teatro, pintura, escultura, música,
literatura y periodismo. Su eficacia, al menos por ahora, no es apreciable. Quizá porque no haya más
opuesto al comunismo totalitario que toda actividad creadora.
U.P.C.—En cuanto a las del Campo o Campesinas, como también se las denomina, su misión es la de
controlar las «masas del agro». Se detectaron a raíz de su organización infiltraciones en algunas zonas. Su
influencia hasta el presente no es apreciable. En la provincia de Valencia (Sagunto) es donde al parecer
han estado mejor organizadas.
Aunque en el campesinado el P.C.E. (M-L) vio la mejor «cantera» para aumentar la futura guerra popular,
se dio cuenta tarde de su gran error para el proselitismo, toda vez que la mayoría de sus militantes, ante la
indiferencia, hablan sido extraídos de los centros urbanos.
Esto explica su insistencia y reiteración en la formulación de las consignas y la búsqueda constante para
lograr la «alianza obrerocampesina», incitando primero a los braceros a «crear una brecha» contra los
propietarios, que después facultaría el camino para la «conciencia política de la masa».
Naturalmente que la actuación de las U.P.C. ha de ser distinta a las otras que se desenvuelven en los
medios urbanos.
Según ha publicado un colega, se presentarán a diputados por el P.C.E. Ana Belén, Víctor Manuel,
Raimon, Francisco Rabal, Juan Diego, etc.
En el primer Congreso del P.C.E. (M-L) celebrado en Laveno (Italia), fue tratada la cuestión y los
acuerdos se plasmaron en un documento bajo el titulo de: «Acerca de nuestro trabajo en el Campo». Los
puntos tratados más importantes, fueron los siguientes:
«Estudios de los trabajos de cada comarca rural para "colocar" a los militantes más adecuados.»
«Tomas de contacto en los centros agrícolas (localidades centrales, cabeceras de comarca) para desde allí
prestar la consiguiente influencia a otros de menor importancia.»
«Programar tareas para la penetración y formación de masas revolucionarias en determinadas zonas
rurales y en los períodos de mayor actividad (siega, recogida de aceituna, naranja, etc.), con el fin de
lograr situaciones conflictivas mediante la exigencia de reivindicaciones.»
«Publicar regularmente el "Boletín" de las U.P.C. para la "sensibilización de las masas". La acción del
agi-trop se prolongaría en los momentos conflictivos con pintadas, siembras de octavillas, colocación de
pancartas, banderas rojas, con o sin artefactos explosivos o simulados.»
Estos puntos formaron la fase previa para la consecución de jornadas de lucha, basadas en asaltos a
almacenes y silos; cortes de vías de comunicación (carreteras), empleando en ello el producto de las
cosechas o los vehículos que las transportan; negativa al pago de contribuciones, arriendos y Seguridad
Social Agraria; asalto de camiones y transportes que conduzcan el producto de las cosechas y negativa
tajante a vender éstas a precios distintos a los que se acuerden. Como puede apreciarse, conclusiones
tendentes a «la concordia, la convivencia y la desaparición de las dos Españas».
Por otra parte, y con respecto al campesinado, acordaron la provocación de huelgas y manifestaciones en
los pueblos durante las épocas de recogida de cosechas; la huelga, desde luego, en el caso que esté en
extremo peligro la pérdida de la cosecha. Así fuerzan a conseguir cuantos propósitos acuerden.
Otras veces es la recogida de la cosecha antes de tiempo, para exigir la no actuación de la maquinaria
agrícola y la petición de jornales superiores a los estipulados; puesta en cultivo por grupos numerosos de
terrenos sin roturar, exigiendo luego el pago del trabajo a quien corresponda, aunque no haya sido
solicitado.
U.P.E.—Por lo que respecta a la U.P.E., actualmente denominada U.P.P.D. (Unión Popular de Profesores
Demócratas), es la filial del P.C.E. (M-L) para la captación del profesorado, últimamente con especial
preferencia del universitario. La U.P.E. o U.P.P.D. está por consiguiente estrechamente ligada con
F.U.D.E. y F.E.D.E.M. (organizaciones estudiantiles ambas, según hemos visto). De esta forma se crea un
contacto mutuo entre profesor y alumno. Últimamente han conseguido bastante influencia en los
problemas de los P.N.N. (Profesores no numerarios), como en la última huelga de profesores de E.G.B.
La U.P.E. toma también parte activa en las jornadas de violencia del primero de mayo de 1973, a través
del F.R.A.P.
U.P.M.—Por último, el P.C.E. (M-L) dispone para control de su militancia femenina de la «Unión
Popular de Mujeres», no siendo impedimento que a su vez, por el estrato social en que se desenvuelvan,
pertenezcan a alguna o algunas de las organizaciones ya dichas, tanto en el sector laboral como en el
estudiantil.
Como metas más conocidas, aunque su desarrollo aún es imperceptible, las U.P.M. se proponen
«concienciar» a la mujer para incorporarla a la lucha violenta y para ello, la emplean en las campañas de
agitación, principalmente, utilizando los argumentos de la carestía de vida, la falta de escuelas, guarderías
infantiles, etcétera.
10. LAS FORMAS DE ACTUACIÓN
En la enmarañada hidra de las cien cabezas el P.C.E. (M-L) es, después del «ortodoxo», el mejor
organizado. O dicho de otro modo, es la cabeza de fauces más sólidas y mandíbulas más poderosas,
aunque cuando se escriben estas líneas, quizá por ser invierno, la cabeza esté sumergida en la ciénaga,
pensando y preparándose para algún zarpazo.
El P.C.E. (M-L) mantiene rivalidades —con vistas a la galería —con la L.C.R. (Liga Comunista
Revolucionaria), también propugnadora de la violencia, pero bajo influencias trotskistas. Ahora bien,
últimamente, este grupúsculo, o sea la L.C.R., ha tomado gran impulso al hacer la debida simbiosis con
E.T.A.-VI Asamblea, que por su mediatización de comunismo trotskista, sigue las directrices de la IV
Internacional. Pero esto es tema para tratarlo a su debido tiempo.
Debido a su carácter violento y despiadado el P.C.E. (M-L), fiel a la trayectoria marcada bajo patrón
«pekinés», pues el «moscutero» ha de pasar por una «praxis» de moderantismo, ha experimentado
grandes desmantelamientos. La acción policial fue contundente, aunque no en la debida proporción las de
otros organismos.
Las detenciones efectuadas a raíz de los sangrientos sucesos de primero de mayo de 1973, fueron
numerosas, como no podía por menos de suceder. No vamos a entrar en detalles sobre estas actuaciones.
Sólo pretendemos ofrecer un trabajo de síntesis, para informar y no deformar como hacen otros colegas
de prensa, y abrir los ojos a los que, por desgracia, poseen una visión tan limitada que no escapa más allá
de sus narices.
Las zonas de más arraigo del P.C.E. (M-L) son Madrid, Valencia, Zaragoza y Barcelona. En esta última
provincia se llegó a contar con cuadros importantes en Sabadell, Igualada y Tarrasa. Hecho por demás
preocupante. En sentido histórico, el comunismo ortodoxo en Cataluña está enraizado en el P.S.U.C., que
sigue la línea tradicional o «moscutera», con su secretario general López Raimundo, el P.O.R. (Partido
Obrero Revolucionario), heredero en cierto modo del P.O.U.M. (Partido Obrero de Unificación
Marxista), que fue de la rama trotskista, y últimamente el P.C.E. (VIII Congreso) o de Enrique Líster,
escindido de los «carrillistas», más por enemistad personal de ambos santones comunistas que por
cuestiones de ideología, pero que tampoco se siente ligado a la rama «pekinesa», como el P.C.E. (M-L).
En bastante menor escala puede aseverarse que el P.C.E. (M-L), ha sido detectado en las distintas
regiones españolas, incluido el Archipiélago Canario. No obstante, parece tener —por su proximidad a
Madrid—, algo más entidad en Ciudad Real, con células en Puertollano y Manzanares, en Toledo y en
Avila.
En cuanto a la provincia de Madrid se han detectado infraestructuras importantes en Aranjuez y Alcalá de
Henares. En Valladolid existieron brotes súbitos, aunque desmantelados rápidamente gracias a activa
acción policial.
En cuanto a sus tentáculos en el extranjero, para el proselitismo entre emigrantes, ejerce y ha ejercido su
acción en Francia, Alemania Federal, Suiza y Bélgica. La totalidad de sus afiliados —incluidos los que
cumplen condena por sus diferentes delitos—, era de unos dos mil en 1973. Unos datos aclaratorios de
cuanto exponemos nos darán una idea aproximada de este «globo desinflado» de la hidra.
Para la planificación de las jornadas de primero de mayor de 1973, el P.C.E. (M-L) «echó el resto»,
proyectando al crimen a su organización o frente de masas F.R.A.P., al completo de sus efectivos de la
capital de la nación.
Fueron practicadas un centenar de detenciones. La organización quedó prácticamente deshecha. De todas
formas, los componentes del P.C.E. (M-L) y sus agrupaciones filiales son de gran fanatismo, alevosía y
proclividad al crimen, mérito que se han ganado a pulso. Y lo más censurable de cuanto opinamos es que
el setenta y cinco por ciento de sus componentes y cuadros responsables son de formación universitaria,
con mayoría de estudiantes y licenciados en Económicas. Nada de extrañar, pues la influencia del
profesor sobre los alumnos es motivación inexcusable.
11. LA PUESTA A PUNTO
Cuando la hidra se dispone a poner en circulación un nuevo programa, o dicho de otra forma, le nace una
cabeza más, dedica un periodo a la inevitable «campaña publicitaria». Algo así a como hacen las
empresas al lanzar un nuevo producto.
Por ello, en su fase embrionaria el P.C.E. (M-L) dedicó especial atención al factor propaganda. En el
buzamiento de panfletos y hojas sueltas, cualquier aparato ateo-marxista o comunista es fecundo. El
misterio está en la máxima de Stalin: «Una multicopista hace más daño que un tanque, y en definitiva,
cuesta bastante menos».
Con la constitución del F.R.A.P. en enero de 1971, la propaganda toma un gran impulso, llegando durante
el año siguiente a su cota más alta. Se detectaron más de un centenar de hojas sueltas diferentes, lo que
nos da una media aproximada de una cada tres días. De ellas, la tercera parte correspondió a Madrid y su
distrito universitario, un quince por ciento a Valencia, un diez por ciento a Zaragoza y el cuarenta por
ciento, más o menos, al resto del país. Los meses de mayor actividad panfletaria fueron los de enero a
abril, con el oportunismo de los sucesos de El Ferrol del Caudillo y la campaña para «la sensibilización de
las masas» con vistas a la prueba de choque, «tanteo al poder», del primero de mayo.
Los «materiales» (hojas y libelos impresos) son repartidos en mano en sitios determinados (fábricas,
escuelas, academias, autobuses, etc.) o mediante «siembras», generalmente de madrugada y desde coches.
También suelen distribuirla por correo, sin remite, cuando pretenden ejercer sobre los receptores una
«erosión moral». El sistema, de todas formas, es más lento y costoso.
Además de lo expuesto, como acciones de propaganda, están las consabidas pintadas y colocación de
pancartas y banderas en puntos visibles (pasos elevados, fachadas de edificios). Lo realizan «comandos»
de tres individuos y durante la madrugada de días conmemorativos. En las pintadas, uno hace de
«escritor» mientras los otros vigilan. Es la tarea más sencilla de los militantes. Donde inician su «carrera
política».
Una vez comprobada su valía, de las «pintadas» «suben» a los «comandos de agi-trop», modalidad de
actuación empleada tanto para la colocación de banderas como la de pancartas y murales. El reparto de
«materiales» a determinadas horas, recién anochecido, y en lugares ya elegidos —salidas de metro,
paradas de autobuses, puertas de cines, toros, fútbol, etcétera—, se efectúa por «comandos de reparto»,
integrados por tres sujetos del mismo o distinto sexo. Mientras éste distribuye, entre la gente, está
vigilante el «comando de protección», integrado —según convenga— por cuatro, seis, o más individuos,
normalmente armados con barras, porras, cadenas y armas blancas.
Su misión es salir en defensa de los de «reparto», si éstos fuesen sorprendidos o denostados por el público
o los agentes de la autoridad intentasen detenerlos. Los «comandos de protección» atacan
preferentemente por la espalda. El P.C.E. (M-L) ha pretendido en ocasiones «cobrar» la propaganda
cuando la distribuye en mano. Cree así lograr un «compromiso político» con el abordado y sorprendido
transeúnte.
En cuanto a sus acciones subversivas más peculiares, el P.C.E. (M-L) es el creador de los «saltos de
comandos», con el fin de realizar las «manifestaciones relámpago». Estos saltos de comandos están
acompañados de acciones vandálicas, con pretextos vindicativos y de talante revanchista. Su conducta es
la de una pura salvajada. Pero lo asombroso es que al ser detenidos e identificados sus componentes,
pertenecen al sector estudiantil. Se trata de futuros letrados, médicos, psicólogos o licenciados en
cualquier rama del saber y en su mayoría de extracción burguesa, donde la hidra ha conseguido su
contaminación a base de invocar amnistía, reconciliación nacional, coexistencia pacífica, etc.
https://recursos.march.es/linz/I53582.pdf
Re: La "hidra comunista de cien cabezas" durante el Franquismo
EL COMUNISMO. La hidra de las cien cabezas
(VI)
El Alcázar. 02/02/1977.
Por Francisco J. DE URCI
PARTIDO COMUNISTA DE ESPAÑA, MARXISTA-LENINISTA. P.C.E. (M-L)
12. LABOR PROSELITISTA PARA PIQUETES Y HUELGAS
Los mayores apoyos económicos proceden de Pekín vía Albania.
Los inciviles actos que cometen en contra del orden establecido, consisten en rotura de lunas, como la
que tuvo lugar en 16 de septiembre de 1971, contra varios establecimientos comerciales y bancarios de la
calle Fuencarral de Madrid, ocasión en la que destrozaron cuarenta y dos; lanzamiento de explosivos y
cócteles "Molotov", como el realizado en Barcelona en diciembre de 1972, contra el Instituto de Estudios
Americanos; vuelco de coches y autobuses con el consiguiente incendio de los vehículos y agresiones a la
fuerza pública, cuando ésta aparece para disolverlos, procurando que en estos choques y manifestaciones
se produzca alguna víctima, para luego, la ulterior campaña en la prensa "simpatizante" en desprestigio de
autoridades, instituciones y miembros del orden público. ¡Una bendición!
Estos actos de salvajismo —pues éste es su verdadero calificativo—, la hidra los suele llamar "guerrillas
urbanas", "acciones disuasorias", etc., son llevados a cabo por un numeroso grupo de jóvenes de ambos
sexos, previamente convocados y congregados en distintos puntos, próximos al lugar del "salto". El
comando se organiza por su frente y flancos, con "piquetes de protección". Estos son provistos de barras,
porras y cadenas. El número aproximado de los integrantes de un salto, suele ser de dos centenares.
Los piquetes han de impedir por todos los medios, incluida la violencia (o el ataque, preferentemente por
la espalda), que se efectúen detenciones. Los dirigentes suelen ir "arropados" en el centro o en la
retaguardia, para azuzar a los de cabeza. Por último, todo "salto" suele estar acompañado de siembra de
propaganda y alarde de pancartas y banderas rojas.
Los elementos más destacados de los "saltos de comandos", una vez que ya han actuado en distintas
ocasiones y se ha comprobado su "entusiasmo político", se les emplea en "expropiaciones" o "golpes
económicos", que no son otra cosa que atracos. También se les "destina" al robo de multicopistas,
máquinas de escribir, papel, etc., para organizar los aparatos de propaganda.
13. LA PROVOCACIÓN DE HUELGAS
Últimamente y en el sector laboral, el P.C.E. (M-L) ha precisado como su tarea más primordial la
provocación de huelgas.
Todo movimiento huelguista bien aprovechado constituirá "la principal línea que permitirá fortalecer y
ampliar el movimiento de masas en la lucha contra la dictadura y de manera inmediata, para preparar la
H.G.R. (Huelga General Revolucionaria) contra la monarquía". Buena demostración de cuanto
exponemos, estuvo en los conflictos laborales masivos de enero-febrero de 1976, cuyas pérdidas para la
economía nacional alcanzaron un techo insospechado.
Naturalmente que para llevar a cabo todas estas actuaciones incordiantes, paso previo para otras más
trascendentes, el P.C.E. (M-L) necesita de sus campañas de proselitismo y reclutamiento. Tarea esta a la
que, mediante cuadros preparados con "misiones específicas", concede papel primordial.
El proselitismo se desarrolla de la siguiente forma:
Primero hacen un estudio a fondo de los problemas y servidumbres de aquéllos a los que se quieren
embaucar. Defectos de la enseñanza entre los estudiantes; aumento de salarios y pensiones de jubilación,
entre los obreros. Cualquier ocasión en beneficio del Partido es aprovechable. Parten del principio de las
deficientes inherentes a toda obra humana, pero eso sí, garantizando que la solución la tienen ellos. Por
otro lado se muestran amigos desinteresados, para facilitar cuanto carezcan.
No mencionan para nada la palabra comunismo, ni el término marxismo-leninismo. Mantienen que el
socialismo es su meta como situación ideal; por otro lado, insisten machaconamente en la lamentable
"situación de España, como colonia norteamericana". Después llega el reparto de "materiales", lecturas
para la sensibilización de los simpatizantes y que consisten en "literatura petrolera" y explosiva, en
apariencia "ingenuamente" redactada a ciencia y paciencia, para envenenamiento mental de desgraciados.
Los nuevos militantes así "madurados", son encuadrados en alguna filial según su procedencia y de las
que ya dejamos constancia. El periodo de aprendizaje está comprendido entre un trimestre y un año.
Serán luego el elemento "detonante" que haga moverse a la masa de incautos en los conflictos laborales.
Para ello, se les infunde el afán del protagonismo y se les comienza a usar escalonadamente. Un orden
usual es el siguiente: pintadas, reparto de propaganda, actuación en comandos, bandidaje, terrorismo,
agresiones (con muerte o sin ella) a los agentes del orden público, etc. Cuando se "han hecho los méritos
suficientes", se ingresa en el P.C.E. (M-L), mediante solicitud avalada por dos militantes y con el visto
bueno del comité correspondiente.
El paso siguiente es el de "llegar a ser un cuadro", aunque por desgracia no de los que se cuelgan. Esto
impone como condición ligarse y respetar los estudios, cuyos puntos más destacados pueden resumirse
en:
—Combatividad y abnegación enteramente "revolucionaria" (?).
—Espíritu revolucionario y entera fidelidad a los principios del marxismo-leninismo".
—Capacidad para servirse de sus propias fuerzas y aplicar la línea de masas".
—Ciega disciplina y obediencia a la línea política marcada".
Los militantes del Partido — decía el informe del IV Pleno del Comité Central— se forman y forjan en
las filas del Partido, siempre que reúnan condiciones imprescindibles como son: "conciencia de clase,
ardor revolucionario y disciplina".
14. LOS MEDIOS DE DIFUSIÓN
El P.C.E. (M-L) llegó a contar con una compleja organización de propaganda. Dentro del enjambre de
siglas comunistas, sólo es superado por el P.C.E. (Ortodoxo). Sin embargo, como sus "materiales" van
dirigidos a todos los sectores de la sociedad activa, implica una aportación hacia la captación, de
considerable importancia.
Por otra parte, los numerosos tirajes han venido demostrando una capacidad económica nada
despreciable, filtrada, como es lógico suponer, desde la cabeza central de la hidra. Los mayores apoyos
económicos los recibió en principio de Pekín, vía Albania. Sus publicaciones, la mayoría en ciclostilo,
son las siguientes:
"Vanguardia Obrera", órgano de expresión del Comité Central. Publicación mensual. Mantiene una
"consentida" abierta rivalidad con "Mundo Obrero" del P.C.E. Sus tirajes suelen hacerse en Madrid y
algunos en el extranjero. Su primer número apareció en 1965. Recientemente hay una "Vanguardia
Obrera", semanal.
"Mundo Obrero (m-l)", hizo su aparición y por escaso tiempo en 1970, como "órgano escindido" del
P.C.E. (M-L).
"Revolución Española", revista teórica y política, editada por Ruedo Ibérico, en París, a partir de 1972. Su
aparición es esporádica.
"Faro Rojo", órgano del Comité Regional de Canarias. Comenzó a publicarse muy irregularmente en el
año 1972.
"Gudari Gorría", órgano del Comité Regional de Euzkadi. Su primer número apareció a mediados de
1973.
"La Chispa", órgano de la denominada Federación Centro. No se publica desde hace años.
"Acción", órgano del F.R.A.P. Se comenzó a editar en Francia a partir del mes de marzo de 1971, mes en
que apareció el número uno. Luego se hicieron ediciones regionales. Así: "Acción de Andalucía", "de
Aragón", "de Toledo", etc. Su confección, excepto "Acción de Madrid", era muy deficiente.
"El Patriota", órgano local del F.R.A.P. a cargo de los Comités pro-F.R.A.P.
Además existen o existieron otros papeluchos de nombres incontrolados como "Valencia Republicana" o
"Sagunto Obrero y Campesino" por ejemplo.
Para las distintas organizaciones filiales del P.C.E. (M-L), hay toda una lista de "publicaciones" de
difusión limitada a su sigla correspondiente. Veamos las más conocidas:
"Universidad Popular", órgano del Comité Central del F.U.D.E. Apareció en 1972. Posteriormente se
"desplegó" en otras de carácter localista para cada uno de los distritos universitarios: Valladolid, Granada,
Sevilla, etc.
"Democracia Popular", órgano de expresión del F.E.D.E.M."
"Enseñanza Popular, del U.P.E. Aparece en 1973.
"Cultura Popular", del U.P.P.D.
"Emancipación, de la Coordinadora Nacional de O.S.O. Aparece por primera vez en 1972. Es publicación
mensual y sustituyó a otra de igual nombre pero de apelativo localista. Hay además con talante
oportunista publicaciones de O.S.O. para emigrantes.
Otros materiales detectados del mismo sector son los que llevan el nombre de la localidad, seguido del
titulo "Obrero y Campesino". En Valencia, en 1971, apareció "Lucha Obrera" y en Vascongadas
"Aurrerá" y "Azkate".
Las U.P.C. disponen de sus correspondientes y venenosos papelucos con títulos sugerentes como:
"Reforma Agraria", para Castilla; "La Voz del Campo", para Aragón, y "Revolta", para la región
levantina.
Las U.P.M. tiran "Liberación" en Madrid e "Igualdad" en Valencia. Por su parte las C.O.B., muy
desarrollados en Barcelona, publican "Cataluña Popular", "Unión" de Hospitalet y "La Veu Popular",
todas aparecidas a partir de 1972.
En cuanto a las juventudes del P.C.E. (M-L) tienen como órgano de expresión más importante "Joven
Guardia", aparecido a partir de 1972. "Suplemento al Joven Guardia", para Levante, cuyo título anterior
era el de "Estrella Roja", y "Servir al Pueblo", para el sector juvenil de los emigrados en Francia, casi en
exclusividad para París.
La U.P.A. publica en París, aunque muy esporádicamente, ´´Arte y Lucha" y "Viento del Pueblo". A su
vez el F.U.S., comenzó en 1973 a tirar "Socorro Rojo", titulo que cambió poco más tarde por el de
"Solidaridad".
15. OFICINAS DE PRENSA Y CALENDARIO
El P.C.E. (M-L) montó dentro de su oficina de prensa e información afecta al Comité Central ediciones
bilingües —español y francés— de su colección titulada "Documentos" con carácter monográfico, así
como la serie "Cuadernos", de los que se han difundido "Cuadernos políticos" (F.R.A.P.), "Cuadernos
Sindicales" (O.S.O.) y "Cuadernos Rojos".
En cuanto al fomento de los separatismos, publican "Cataluña Informativa" y "Nova Germania", para
Levante.
Aparte de la profusa lista expuesta, desde 1973 publican en Francia el "C.E.R.A.P.", boletín pro-F.R.A.P.,
cuya sigla quiere decir: Comité Espagne Republicaine Antifascista et Patriote, organización francesa.
A todas estas publicaciones hemos de agregar los B.I. (Boletines Internos) del C.E. donde se exponen los
temas políticos que los "cuadros" han de estudiar, planes de acción y actuación, etc. cuyo conocimiento es
de exclusividad para dirigentes. Su contexto es en varias fases y de forma escalonada para los
correspondientes comités (locales, comarcales, provinciales, etc.) hasta "subir" al órgano superior. Se
realizan por "Ediciones Vanguardia Obrera".
Al igual que el P.C.E. (ortodoxo), el P.C.E. (M-L) —al principio de los años setenta—, su hijo predilecto,
dispuso de emisiones de radios propias, a través de Radio Pekín, que le dedicaba una hora al día en sus
programas de onda corta y lengua española y Radio Tirana, con cuatro emisiones diarias de treinta
minutos cada una en ondas media y corta. Para "despertar la afición" a estas emisiones, el P.C.E. (M-L)
difunde un boletín titulado "Radio Tirana informa", cuyo tiraje está a cargo del Comité Regional de
Castilla.
Por su parte, el F.R.A.P. llegó a disponer de la "Agencia de Prensa España Popular", con residencia en
París, donde se editaba un boletín informativo en francés, alemán, italiano, inglés y, por supuesto,
español. Su titulo era A.P.E.P.
Con el fin de "fomentar el patriotismo", a su manera, claro está, el P.C.E. (M-L), puso en marcha un
calendario de "fiestas oficiales". Las celebraciones fueron a base de colocación de pancartas, rotura de
lunas en edificios oficiales, bancos, etc., siembras de octavillas, saltos de comandos, etc.
Estas fiestas son: 6 de enero (1971), proclamación del F.R.A.P.;
11 de febrero (1873), proclamación de la I República;
16 de febrero (1936), triunfo electoral del Frente Popular;
14 de abril (1931), proclamación de la II República;
15 de abril (1920), constitución del P.C.E.;
26 de abril (1937) bombardeo de Guernica (fiesta sólo para el País Vasco);
1 de mayo, Fiesta del Trabajo;
2 de mayo (1808), Fiesta de la Independencia;
18 de julio de 1936, Alzamiento Nacional;
11 de septiembre (1714), ocupación de Barcelona por Felipe V (fiesta sólo para Cataluña);
26 de septiembre (1953), firma del primer convenio hispano-norteamericano (se harán
especialmente acciones contra edificios y empresas de Estados Unidos);
4 de octubre (1964), constitución del P.C.E. (M-L); 7
de noviembre (1936), defensa de Madrid (¡No pasarán!).
La proclividad a las celebraciones "patrióticas" es indignante. Muy deportivamente, se apuntan lo suyo y
lo ajeno. Aparte fiestas con las que la relación comunista es más que quimérica. Lo que extraña, es cómo
no han incluido el 12 de octubre (1492), descubrimiento de América, o el 7 del mismo mes, batalla de
Lepanto, pongo por caso.
Dentro de la "mecánica funcional" de la hidra, al P.C.E. (M-L) le corresponde actualmente un periodo de
"descanso". Pero esto son sólo falsedades. Aunque desde las sangrientas jornadas protagonizadas por su
frente de masas, F.R.A.P. no haya vuelto a dar "señales de vida", es también muy cierto que entre octubre
y noviembre (1976), para rehacerse de "defecciones de sus cuadros" más representativos, siguiendo con
sus esquemas de activismo terrorista "pekinés", tiene en vías de organización, ahora bajo apelativo
"republicanista" los C.P.R. y las J.P.R. ("Comités Patrióticos Republicanos" y "Juventudes Patrióticas
Republicanas"), titularidades sugeridoras para espejismo de incautos y de tendencia combativa hacia
nuestra nueva forma de Gobierno.
El término antifascista ha quedado un tanto en desuso con el talante de la reforma democrática. De ahí
que en su mimetismo en pro del incordio y la insidia, nada tiene de extraño, que la hidra, en un futuro
próximo —tal vez la próxima primavera—, nos salte con el nuevo camelo de un republicanismo rabioso.
https://recursos.march.es/linz/I53584.pdf
Re: La "hidra comunista de cien cabezas" durante el Franquismo
EL COMUNISMO. La hidra de las cien cabezas
(VII)
El Alcázar. 03/02/1977.
Por Francisco J. DE URCI
PARTIDO COMUNISTA DE ESPAÑA, MARXISTA-LENINISTA. P.C.E. (M-L)
COMO así convenía a los altos "santones universalistas" de la hidra, las relaciones diplomáticas del
P.C.E. (M-L) con las demás cabezas, en su fase de arranque, debían ser antes que nada de enemistad. Así
la atención represiva estaría volcada sobre esta nueva sigla, en beneficio de las demás y por supuesto del
P.C.E., sumo rector del comunismo como filosofía materialista y anticristiana.
Con el talante novedoso de su agresividad "pekinesa", además de autoconstituirse en el único
representante del marxismo-leninismo, provoca luego en las demás cabezas y cabecitas de la hidra, el
afán del protagonismo y la imitación. Se le "comisiona", pues, para que —mientras convenga— adopte
posturas de superioridad y egocentrismo.
Bien es cierto que el P.C.E. (M-L) como reacción obligada a sus actos de violencia, se vio sometido a una
campaña represiva, dicen, "amenazante de su completa desaparición", mas ello sólo los redujo a un
período de clandestinidad, dentro a su vez de la clandestinidad que les es tan consustancial como el agua
al pez. Demostración de cuanto decimos y hemos pronosticado en líneas precedentes puede deducirse de
lo aventurado por el F.U.S. algo más tarde, tras la fase de las detenciones. "No hay disolución —
informan— sino tregua en nuestro activismo armado".
Para conseguir un proselitismo joven, el P.C.E. (M-L) atacó virulentamente a Carrillo y el P.C.E.; a
ambos les motejó —no sin razones— de chaqueteros traidores, con sus camelos de "pactos para la
libertad", desviación de los principios revolucionarios del leninismo, giro acomodaticio, en fin de cuentas,
en la lucha contra el fascismo, la reconciliación nacional y el vergonzoso "acercamiento" hacia la
oligarquía que ostenta el poder. Pero lo curioso, es que estos ataques violentos a los santones del P.C.E. se
trocan en critica suave hacia los responsables de rango medio y en abierta paternalidad, hacia los de
ínfima categoría. Así el comunismo genérico, sólo hace "trasvasar" sus gentes, con el fin de inyectarles
nuevas corrientes de pensamiento.
16. EL FRENTE REVOLUCIONARIO ANTIFASCISTA Y PATRIOTA (F.R.A.P.)
El F.R.A.P., sigla que un comentarista de este diario tradujo hace algunos meses como "Frente
Revolucionario de Aspirantes al Patíbulo", constituye el frente político de acción directa del P.C.E. (M-
L), con la sola misión de atraerse a los demás grupos de afines concomitancias, para imprimir a sus
actuaciones una técnica de acusada violencia.
El F.R.A.P. tuvo su alumbramiento en enero de 1971 en París, con la constitución de un Comité
coordinador. Este alumbramiento salió de los contactos entre el P.C.E. (M-L) y Julio Alvarez del Vayo,
padre putativo de "Vanguardia Socialista" y F.E.L.N. (Frente Español de Liberación Nacional). Poco
después se adhieren otros grupos, por el momento inoperantes, como M.I.P. (Milicias de Izquierda
Proletaria), U.S.E. (Unión Socialista Española), la fracción marxista-leninista del M.C.E. (Movimiento
Comunista de España) y "Nova Germania", de matiz separatista levantino. Por último, los comités pro-
F.R.A.P. captan al grupo A.R.D.E. (Acción Republicana Democrática Española), uno de cuyos "santones"
es el gimoteador y experto en medievalismo, historiador abulense Sr. Albornoz. Por otra parte, la
presencia en estas alianzas de Alvarez del Vayo es más que "conmovedora". El antiguo comisario General
de la Guerra Civil, ha sido siempre, hasta su muerte, un hombre incondicional a Moscú, con lo que a
"mayor abundamiento", según dicen los juristas, todo eso de enemistades e improperios al comunismo
"ortodoxo", por parte del P.C.E. (M-L), que desde hace algunos meses ha dado en cambiar el anagrama
por P.C. (m-l), es pura farsa.
En el primer Congreso que el P.C.E. (M-L) celebra en Laveno durante los días de Semana Santa, de 1973,
se extiende definitivamente la partida de nacimiento del F.R.A.P. Este Congreso tiene lugar en unas
instalaciones prefabricadas, con diversos barracones, donde se establecieron los dormitorios, comedor y
sala de reuniones y conferencias. La organización corrió a cargo de "camaradas italianos", y los gastos
también. No hay duda que la mano del inventor del "eurocomunismo" anduvo en todo esto.
El F.R.A.P., que defiende el asesinato como norma habitual de actuación, se constituye en
este congreso, en el "frente armado" del P.C.E. (M-L) o "globo desinflado" del futuro "Ejército Popular".
Sus normas tácticas son muy simples. La unidad base se llama "escuadra de tiro", integrada por tres,
cuatro o cinco escuadristas, con su "jefe político". De tres a cinco escuadras de tiro, forman el
"destacamento de asalto"; igual número de éstos forman el "batallón de choque" y, por último, la
coordinación de dos o más "batallones de choque", constituyen la "brigada móvil". "El batallón de choque
y la brigada móvil", como unidades superiores, disponen de Estado Mayor, además de sus jefes políticos
respectivos.
La osadía es inconcebible. El F.R.A.P., dicen estos estúpidos en uno de sus documentos, tiene como
principal consigna: "acosar, inmovilizar y destruir al ejército franquista y sus órganos represivos". ¡Así
como suena!
En el primer Congreso citado, los estrategas del F.R.A.P. preparan su primera "batalla" para el día uno de
mayo, festividad del Trabajo. La "batalla ganada contra el fascismo", consistió en asesinar salvajemente,
alevosamente y canallescamente a un agente de la autoridad.
El plan de acción redactado por el Comité pro-F.R.A.P. fue aprobado en todas sus partes por el Comité de
Madrid del P.C.E. (M-L), órgano supremo en el "conflicto bélico planteado contra la tiranía".
Se planificaron dos manifestaciones. La primera a las diecinueve horas treinta minutos del día uno en la
zona de Antón Martín y la segunda para el día dos, a las veinte horas, en La Latina. Ambas como es
sabido, en Madrid.
La campaña de "sensibilización de las masas" se desarrolló con las técnicas habituales de siembra de
octavillas, pintadas, murales en los recintos universitarios, etc. Hubo grupos de acción que incitaron al
sector laboral a las entradas y salidas del trabajo. Cumplida esta fase previa, para el primero de mayo, se
constituyeron dos "grupos de choque". El primero integrado por afiliados al F.U.D.E., F.E.D.E.M. y
J.A.P., daría su salto por las calles inmediatas a la Santa Isabel, donde se concentrarían para marchar
inmediatamente en dirección a la plaza de Antón Martín. El segundo grupo, integrado por miembros de
O.S.O. "saltaría" en la calle Huertas, dirigiéndose por la de Amor de Dios, a reunirse con el primero en la
típica plaza madrileña.
17. EL F.R.A.P. CONSIGUE SUS PROPÓSITOS
A excepción de los "cócteles Molotov", los comandos irían provistos de barras, porras, cadenas y
navajones, armas todas tan nobles como los elementos que iban a emplearlas. Su orden tajante: actuar
violentamente contra la fuerza pública, apoyándose en la mayoría numérica.
Después de los luctuosos sucesos acaecidos, pudo saberse que el F.R.A.P., para anticiparse a los hechos,
instaló en cafeterías y bares de la estimada zona de enfrentamiento con los agentes del Orden Público, el
correspondiente aparato sanitario, con médicos y enfermeras de la organización, con el fin de atender a
los heridos propios, para ser luego evacuados y ocultados en casas particulares, o en su defecto y
eventualmente, con nombre falso en el Hospital Clínico o en la Concepción. Para su identificación, el
personal facultativo luciría en su solapa un clavel rojo.
En evitación de que los militantes ya fichados pudieran ser detenidos, preventivamente se les ordenó que
se ausentaran de sus domicilios varios días antes, y no apareciesen hasta pasado el tres de mayo. Llegado
el momento, a las ocho menos veinte de la tarde, un grupo de unos diez, dos "escuadras de tiro", irrumpe
en la calle Santa Isabel, portando banderas rojas. Cuando varios policías tratan de detenerlos, son
envueltos por otro grupo más numeroso.
En su fingida huida llaman la atención del inspector Juan Antonio Fernández que les persigue en
derechura a un callejón, donde otro grupo se lanza sobre el representante de la paz y el orden y después de derribarle,
le apuñalan con ensañamiento. En el crimen intervienen jóvenes de ambos sexos. Entre las
heridas que el infortunado inspector recibe, destaca una realizada con un cuchillo de monte, clavado en el
pecho, con desgarro del pulmón. Juan Antonio Fernández, de veintiún años de edad, natural de León, hijo
de un minero, había sido salvajemente asesinado por unos jóvenes enloquecidos por el virus comunista,
en defensa de "las libertades del pueblo oprimido". Sin comentarios.
La llegada de un coche patrulla pone en fuga a los asesinos. Trasladado el funcionario a un hospital, para
nada sirvieron los auxilios de la ciencia.
De la misma forma taimada fueron heridos los componentes de un coche patrulla, cuando se disponían a
conducir unos detenidos. El inspector López García, jefe del grupo, fue apuñalado. Recibió tres heridas
graves en espalda, vientre y brazo. El conductor del vehículo fue igualmente apuñalado por la espalda.
La rápida actuación represiva —aunque tuvieran orden expresa de no usar las armas— dispersó a los
agresores. En las fechas siguientes se practicaron numerosas detenciones, quedando desmantelado el
"aparato de choque" del P.C.E. (M-L). En noviembre del siguiente año, varios de los autores y
participantes en el asesinato que acabamos de reseñar, fueron juzgados y condenados a diferentes penas.
El éxito obtenido por "Ejército Popular" del P.C.E. (M-L) les sorprendió de tal forma que la
manifestación programada para el día siguiente quedó suspendida.
Tras unos meses de completa inactividad aparente, en 6 de enero de 1974, en París, tiene lugar la
Conferencia Nacional del F.R.A.P. Las reuniones son presididas por Julio Alvarez del Vayo, motejado
por alguien —al parecer Indalecio Prieto— de "tonto con ideas", aunque mejor expresado seria: "de tonto
con malas ideas".
En la conferencia aludida se hizo un llamamiento a todas las organizaciones relacionadas y
controladas por el F.R.A.P., con el fin de centrar todos los esfuerzos de lucha contra "la monarquía y
contra la proclamación del príncipe Juan Carlos como Rey". Otros temas de segundo plano, fueron la
lucha contra la represión, la carestía de la vida y la amnistía de los presos políticos, muchos de ellos con
asesinatos a su cargo.
18. NUEVOS CRÍMENES DEL F.R.A.P.
"El F.R.A.P. —dice su órgano de difusión "Acción"— no hay que concebirlo tan sólo como una
organización muy amplia, sino además como una inmovilización política que va desde la organización
amplia pero concreta, caso de los comités pro-F.R.A.P., que son su esqueleto, hasta un marco político que
movilice a todo el pueblo, pasando por diversas formas de organización y movilización, para la lucha
contra el franquismo y su amo el imperialismo yanqui. Todo aquél que en su lucha se oriente por las
consignas del F.R.A.P. es, aunque no esté organizado, parte integrante del F.R.A.P., como lo era todo
aquel que el año 36 votaba por el Frente Popular, aun sin pertenecer a ningún partido que lo integrase o
luchaba en la guerra, bajo las banderas de ese frente".
Más de dos años permanece el F.R.A.P. sin dar muestras de actividad. Nos referimos sin cometer un
nuevo asesinato. Pues en cuanto a pintadas, revueltas callejeras, pedreas o lanzamientos de botellas con
liquido inflamable sobre establecimientos bancarios, fueron abundantes.
Para "robustecerse" el F.R.A.P. en París, realiza contactos con la organización separatista E.T.A.,
manejada a "distancia" por el comunismo y cuya última "hazaña", en su largo historial de crímenes, hacía
poco que había tenido lugar. Nos referimos al atentado de la Calle del Correo de Madrid, en 13 de
septiembre de 1974, contra la Cafetería Rolando.
E.T.A. moteja a F.R.A.P. de pobres aficionados que sólo son capaces de acciones de poca monta, como
pintadas y siembras de propaganda. Interesados en hacer méritos, para poder tutearse con los separatistas
vascos, es llamado a París el secretario político del Comité provincial del P.C.E. (M-L) y por tanto de su
Frente Armado o de Lucha, representado en el F.R.A.P.
Se trataba de Antonio Blanco Chivite, de profesión periodista, a quien se le ordenó que tenia que pasar a
la violencia mediante la realización de "ajusticiamientos", en las personas de miembros de las fuerzas de
Orden Público. La orden era tajante y la disciplina del P.C.E. (M-L) exigía su pronto y ciego
cumplimiento.
Blanco Chivite —uno de los que se espera sea amnistiado— organiza un comando y el 14 de julio de
1975, sin demorar la acción por más tiempo, ya que el "encargo" habíase dado en el mes de marzo,
deciden robar un coche, dar vueltas por Madrid al "buen tun-tun" y asesinar, perdón, "ajusticiar", al
primer agente de la autoridad que se topasen. Efectivamente, al pasar frente a las oficinas que la
Compañía Iberia de Lineas Aéreas españolas tiene en la barriada de Cuatro Caminos, les pareció empresa
sencilla "liquidar" fríamente al policía armado que allí prestaba servicio.
Tras dar un par de vueltas como exploración del terreno, detienen el coche frente al agente de la
autoridad, un joven que, aquel mismo día, había regresado de permiso de su villa natal de Villaluenga en
la provincia de Toledo, distante cuarenta kilómetros de Madrid, donde además de sus padres, moraba su
novia, joven de dieciséis años, con la que esperaba casarse muy pronto.
Uno de los criminales apellidado Sierra quedó al volante del coche. Los otros dos, Baena y Mayoral,
armados de revólver y navaja respectivamente, se aproximaron al policía armado Lucio Rodríguez
Martin, de veintitrés años de edad, totalmente ajeno al trágico final que momentos después iba a tener.
Con toda sangre fría, Baena disparó a quemarropa hasta consumir todos los cartuchos del tambor. El
sorprendido policía cayó muerto instantáneamente. El segundo asesino pretendió llevarse su pistola, pero
al aparecer público, alcanzaron el coche y huyeron.
Tres días después eran detenidos Blanco Chivite, Baena, Sierra Marco, Mayoral y el jefe del "comando"
Fernández Tovar. Condenados a la última pena en Consejo de Guerra, Blanco Chivite y Tovar, fueron
indultados y Baena ejecutado.
Con este nuevo crimen el F.R.A.P. ejercía la "praxis" de su filosofía política, condensada en el siguiente
párrafo: "Sólo por la violencia puede abolirse el poder de las clases dominantes reaccionarias, destruir su
aparato militar y burocrático e implantar el poder de las clases revolucionarias".
Lo que no es impedimento ni desvergüenza para que otras fauces de la hidra propugnen por el perdón, la
concordia y el olvido de otros crímenes pasados.
https://recursos.march.es/linz/I53585.pdf
Re: La "hidra comunista de cien cabezas" durante el Franquismo
EL COMUNISMO. La hidra de las cien cabezas
(VIII)
El Alcázar. 04/02/1977.
Por Francisco J. DE URCI
PARTIDO COMUNISTA DE ESPAÑA, MARXISTA-LENINISTA. P.C.E. (M-L)
CREYÉNDOSE el verdadero depositario del marxismo-leninismo, el P.C.E. (M-L) comete el pecado de
su propia soberbia, hecho que Moscú, no está dispuesto a consentir. Sin duda esta motivación haya sido
una de las razones de peso, por la que se encuentre oscurecido desde algún tiempo, en una fase de
"depuración y reorganización".
Así justifica su postura vanguardista arremetiendo contra el M.C.E. (Movimiento Comunista de España),
al que considera como grupúsculo con miras a su absorción, denostándolo de "contrarrevolucionario y
revisionista".
Con respecto a la O.M.L.E. (Organización de Marxistas Leninistas Españoles), peón con el que ahora
juega la cabeza principal de la hidra, mediante los G.R.A.P.O., como ha quedado patente con el secuestro
del presidente del Consejo de Estado, señor Oriol y Urquijo, y que a su vez —según veremos en su
momento— es un aborto producido en 1969 por el propio P.C.E. (M-L), por determinadas "diferencias
ideológicas", la calificó entonces de reaccionaria y desmovilizadora, mientras que a su vez la O.M.L.E.
decía que el P.C.E. (M-L) era "falsamente comunista y hábilmente oportunista".
El P.C.E. (M-L) tuvo además sus contactos con "Bandera Roja", aunque no quisieron por el momento
entenderse, por considerarla carente de principios y de tendencia revisionista.
Con la L.C.R. (Liga Comunista Revolucionaria) hoy apoderada de E.T.A.-VI Asamblea, colaboró en la
coordinación de huelgas y campanas de agitación —caso de la construcción— en 1975 principalmente en
Madrid, Barcelona y Valencia, lo que no impide, para si conviene a la línea política del comunismo
genérico sea calificada de contrarrevolucionaria.
Por último a las C.C.O.O. las ataca agresivamente. Pero esta mecánica sólo implica unas "razones de
equilibrio de masas", para que sean acogidas "bondadosamente" por el "ortodoxo". Como puede verse,
todo queda en casa. Pero sigamos hasta el final con el frente de masas del P.C.E. (M-L).
19. POR SUS HECHOS LOS CONOCERÉIS
Nada remiso el F.R.A.P. en escalada de crímenes el diecinueve de julio, a los cinco días del asesinato del
policía armado Lucio Rodríguez Martín, y también en Madrid, se produce otro atentado contra Justo Pozo
Cuadrado, de veintiséis años de edad, también policía armado, cuando se disponía a cruzar la calle
General Mola y por una zona no muy concurrida. Desde el cuartel donde prestaba sus servicios, se dirigía
a su domicilio. La repetición de tales actos demostraba bien a las claras que el P.C.E. (M-L) articulaba a
más de un grupo de asesinos.
De súbito dos individuos bajaron de un coche y se acercaron al policía. Le dispararon por la espalda
dejándole mal herido. Justo Pozo Cuadrado intentó defenderse, mas se encontró sin fuerzas. Uno de los
criminales pensó rematarle, pero al acudir público emprendieron la huida. El policía armado pudo
salvarse a pesar de los cuatro disparos con los que fue alcanzado. Todos presentaban su orificio de
entrada por la espalda y uno de ellos le atravesó el vientre.
Pero la insidia y canallería de la militancia comunista, la podemos constatar para mayor aportación de
fuentes en el llamado "Documento secreto número 1", distribuido por el F.R.A.P. a sus "escuadras de
tiro". El sistema pregona bien a las claras la aviesa intencionalidad sanguinaria de sus promotores. "Para
tal fin —dicen— se considera necesario organizar piquetes capaces de dar su merecido a esquiroles y
cargas fascistas y defenderse de la presencia policial. Es necesario llamar a los campesinos a generalizar
esas cuchilladas contra la Guardia Civil".
Efectivamente, casi un mes más tarde, el dieciséis de agosto, una nueva víctima aumentaba la lista de
crímenes. El teniente de la Guardia Civil Antonio Pose Rodríguez, destinado en la Plana Mayor de la
Agrupación de Tráfico, como técnico radiotelegrafista, era asesinado con una escopeta de cañones
recortados, de un disparo a quemarropa y en el corazón. El taco del cartucho le entró integro,
destrozándole la víscera cordial.
El asesinato se produjo poco después de medio día en el madrileño barrio del Batán y a la puerta de su
domicilio. El oficial había sido controlado en todos sus movimientos. Horas de entrada y salida de su
casa, costumbres y hábitos. Su esposa pudo verlo desde el balcón, tendido en el suelo, cuando acababa de expirar.
Las gestiones policiales prontamente dieron con los asesinos del teniente Pose. Eran cuatro militantes del
F.R.A.P. De ellos, pudieron detenerse tres cuyos nombres de guerra eran: "El Pito", como presunto autor
material del crimen; "El Ramiro", como facilitador de la escopeta de cañones recortados y "El Hidalgo"
responsable político-militar del grupo. El cuarto en cuestión, de profesión camarero, apodado "El
Manolo", encargado de arrojar la propaganda sobre el cadáver, fue por fin detenido en marzo de 1976, por
los servicios de investigación de la Guardia Civil, cuando con nombre supuesto, trabajaba en un bar de la
barriada de Mirasierra.
Las investigaciones pusieron a disposición de las autoridades treinta y seis miembros del F.R.A.P., entre
ellos dos mujeres —"Sonia" y "Berta"—, caracterizadas por su inducción al asesinato. En el curso de los
interrogatorios se pudo demostrar que el P.C.E. (M-L) habíales dado la orden de: "Matar sin excusa ni
pretexto". Y el comunista que se precie de serlo, aunque se trate de su propia familia, realiza tan
vituperables actos para demostrar así su ciega obediencia a los designios del Partido.
Una de las jóvenes detenidas, con nombre de guerra "Berta", ejercía la secretaría política del radio Norte.
"El Pito" le había propuesto el asesinato del teniente Pose Rodríguez. "El Pito" vivía muy próximo a la
víctima y tenía controlados todos sus pasos. La otra joven "Sonia" apoya cerca de "Berta" la información
de "El Pito", la que en su calidad de "burócrata" de la organización, con sueldo fijo y todo, para mayor
concreción, propone al P.C.E. (M-L) el caso.
El Comité provincial del P.C.E. (M-L) acepta encantado la sugerencia de "El Pito" hecha a través de
"Sonia" y "Berta". Un nuevo elemento "El Ricardo", seria el encargado de vigilar "desde lejos" que la
consigna de: "matad sin excusa ni pretexto" se cumpliese.
Juzgados los criminales en Consejo de Guerra fueron condenados a muerte Ramón García Sanz (a) "El
Pito", José Luis Sánchez-Bravo Solas (a) "El Hidalgo", Manuel Cañaveras de Gracia (a) "El Ramiro",
María Jesús Dasca (a) "Berta" y Concepción Tristán López (a) "Sonia". Los tres últimos fueron
indultados de la última pena y los dos primeros ejecutados. En cuanto a José Fonfría Díaz (a) "El
Ricardo" le fue impuesta la pena de veinte años de prisión.
El teniente Pose de cuarenta y nueve años de edad, natural de Almonacid de Zorita (Guadalajara), por sus
singulares conocimientos como radiotécnico, llevaba más de diez años en dicho cometido, apartado de
todo servicio peculiar, ocupado en el buen funcionamiento de las transmisiones de la Agrupación de
Tráfico.
20. ¿EL ULTIMO ASESINATO?
El siguiente crimen del F.R.A.P. tiene por escenario la ciudad de Barcelona. Fecha: 14 de septiembre de
1975. Hora: 15,30. Víctima: el policía armado Juan Ruiz Muñoz, de cuarenta y nueve años de edad.
Tampoco "prestaba servicios represivos". Desempeñaba el cometido de peluquero en el Segundo
Escuadrón de Caballería de la plantilla de la Ciudad Condal. Juan Ruiz Muñoz iba de paisano y
desarmado. Le asesinaron cuando regresaba de adquirir unos churros para merendar con su esposa y un
cartucho de patatas fritas, con las que solía obsequiar a su hijita de seis años. Sin mediar palabra le
dispararon a quemarropa. Uno de los asesinos apoyó la boca de fuego de su arma sobre la cabeza. Luego
le propinaron varias puñaladas.
Este nuevo asesinato planificado con todo detenimiento es quizá el más odioso y repulsivo de cuantos
había realizado el F.R.A.P. Fácilmente podía entreverse que el P.C.E. (M-L) provocaba al Gobierno para
que las sentencias de muerte, ya confirmadas por asesinatos anteriores, se cumpliesen cuanto antes. Al
comunismo le eran necesarias las ejecuciones de sus propios militantes para reactivar luego las campañas
propagandísticas de descrédito del régimen español.
Debido a la campaña mundial desatada por las democracias occidentales en favor del indulto, era de
esperar que una nueva víctima a título gratuito sólo serviría para obstaculizar el ejercicio de la clemencia.
Pero las pretensiones del P.C.E. (M-L) eran muy diferentes. Por todos los procedimientos —incluido por
supuesto el asesinato había de intentarse el impedimento del derecho de la concesión de gracia.
Interesaban las ejecuciones inmediatamente, para disponer a mano de unos cadáveres, los de sus propios
compañeros, con los que atizar las campañas de descrédito contra España.
Las gestiones policiales consiguen hacia el tres de octubre identificar a los componentes de la "escuadra
de tiro" autora del crimen. Su filiación al F.R.A.P., frente de acción de masas del P.C.E. (M-L) quedaba
demostrada. Se trataba de Miguel Sánchez Gómez (a) "José", de veintisiete años de edad y de José y
Lorenzo Jurado Pérez, hermanos gemelos apodados "Yunque" y "Luis"; este último, autor material del
crimen, fue detenido el día dieciséis.
Tras el asesinato del policía armado Juan Ruiz Muñoz, tanto el P.C.E. (M-L) como su frente de masas de
asesinos a sueldo, más conocido por F.R.A.P., pasan a un estado de letargo. Conviene así a la hidra
marxista, dar un descanso a esta cabeza sanguinaria.
Sin embargo, con la llegada del buen tiempo, en mayo de 1976, se detecta un documento sumamente
interesante. El F.R.A.P. pretende surgir ahora bajo bandera republicana. Distribuye un documento
clandestino bajo el nuevo disfraz, para desvanecer su triste fama de organización a manera de vulgar
sindicato del crimen. "El grupo dicen que en cada lugar se responsabilice de centralizar las tareas
debe ponerse en comunicación, de inmediato, con el Organismo de Trabajo de la Conferencia, cuya
dirección provisional es: A.R.D.E.-46, Rué Vangirad.— París (Francia). Como es sabido A.R.D.E. es
anagrama muy ligado al llorón Sr. Albornoz.
En el aludido documento A.P.E.P. (Agencia de Prensa España Popular), oficina de información de
F.R.A.P. ubicada en París, aparece como la "única agencia de noticias adherida a la convención
Republicana" y para mayor demostración, aseveran que su principal tarea es la denuncia ante la Liga de
los Derechos del Hombre, de la represión monárquico-fascista que en España se lleva adelante,
propugnando lanzar en el extranjero una campaña "juridico-política", denunciando los procesos contra los
militantes del F.R.A.P. en Valencia, donde la petición fiscal alcanza los 115 años de reclusión para dos de
sus compañeros; 95 años a un tercero; 75 a un cuarto, etc. El juicio contra veinte manifestantes aún
pendiente, por los hechos del primero de mayo de 1973, o la esperada petición fiscal de la última pena a
Fernando Proenza (a) "El Manolo", integrante de la "escuadra de tiro" que puso fin taimadamente a la
vida del teniente Pose Rodríguez.
La lista de peticiones proseguía, para terminar con llamamientos como: ¡Por la libertad de todos los
presos políticos y el regreso de todos los exiliados antifranquistas!
La clandestinidad según el C.C. del P.C.E. (M-L) es el arte de burlar y contrarrestar la labor
policíaca del aparato represivo del Esta do. Llamamos la atención encarecidamente sobre esta postura y
esta conducta. Pero también, desligado de vehemencias, en el más puro sentido de la objetividad,
aseveramos que para la hidra, la legalización de su ideología incordiante, aparte de ser el triunfo que cada
día ven más próximo, es una concesión gratuita a sus ambiciosos destinos imperialistas, dictados desde el
Kremlin, órgano rector universal del expansionismo del "materialismo dialéctico".
La hidra es un monstruo preocupante al que no se deben hacer concesiones de ningún género si nos
interesa vivir en paz y gracias de Dios.
Su legalización (1977) no reportará ninguna ventaja. Antes al contrario. Si al moverse en las alcantarillas o
ciénagas, sean de Argos o de otra cualquier parcela geográfica, se la presiente localizada, de la otra forma
ampliaría su maléfica presencia tanto a la luz pública como en las sombras. No nos mueve al advertirlo
otro sentimiento que el de anunciarlo desinteresadamente pero en bien de una sociedad donde el ideal
cristiano tenga el lugar correspondiente, basado en el amor y la espiritualidad.
Sabemos que alguien quedará asombrado del "ropaje de republicanismo" que últimamente el P.C.E. (M-
L) ha adoptado, para apoyar dicen la "Asociación de Veteranos Combatientes de la República", cuya
asociación anuncian debe ser levantada desde todos sus lados, como labor colectiva, no sólo de los
miles de combatientes desparramados por todo el mundo, sino de todos los demás republicanos, que
debemos apoyar con informaciones, iniciativas y contactos.
El P.C.E. (M-L) a través de su frente de masas el F.R.A.P. se anticipa así en su tarea incordiante para
erosionar cUanto se oponga a sus tristes designios. Creemos el momento de tomar cuestiones tan
trascendentes un poco en serio. Pues por encima de los sistemas y de los hombres y sus decisiones, como
es de suponer de las mejores intenciones, está la historia de un pueblo y su contribución como reserva
espiritual de Occidente.
Si aventuramos tales conjeturas después de la meditada lectura de las "normas generales de
clandestinidad" por las que se rige el P.C.E. (M-L), es porque en ellas no hay el más leve resquicio de
invitación a la concordia y a la "coexistencia pacífica" que tanto propugnan cínicamente. Todo lo
contrario. "Jamás pregonan debemos bajar la guardia sean cuales sean los avatares por los que
atraviesa la lucha de nuestro (?) pueblo, sino conservar intacta nuestra clandestinidad y reforzarla sin
cesar". Debemos ser, prosiguen, un partido conspirativo, bien seleccionado, integrado por militantes
abnegados, que hagan sentir por todas partes su influencia entre las masas, resguardándose en todo
momento de los golpes del enemigo.
Influencia entre las masas, que lejos de cooperar a la concordia y el mejoramiento de la sociedad
cristianamente estudiada, lo único que persiguen es la eliminación de los valores espirituales.
https://recursos.march.es/linz/I53586.pdf
Re: La "hidra comunista de cien cabezas" durante el Franquismo
EL COMUNISMO. La hidra de las cien cabezas
(IX)
El Alcázar. 05/02/1977.
Por Francisco J. DE URCI
PARTIDO COMUNISTA DE ESPAÑA, MARXISTA-LENINISTA. P.C.E. (M-L)
EL M.C.E. (M-L) tiene sus orígenes en la misma organización terrorista E.T.A. (Euzkadi Ta
Askatasuna). La integración a ésta de un grupo de los "felipes" (Frente de Liberación Popular) o F.L.P.,
cuyos primeros contactos se establecieron ya en la I Asamblea y de su Federación Vasca, E.S.B.A.
(Euzkadiko Sozialiten Batasuna), originó desde 1964 dos corrientes distintas, sin que una lograse
imponerse a la otra. Unos pretendían la liberación nacional, mientras que los otros sólo pretendían un
movimiento social.
Se llega así a la V Asamblea que tiene su celebración en dos fases: diciembre de 1966 en la Casa
Parroquial de Gaztelu y en enero de 1967 en la Casa de Ejercicios Espirituales que la Compañía
de Jesús posee en Guetaria. Aunque estos detalles son del contexto "histórico" de E.T.A., de la
que hablaremos detalladamente en su momento, pero es necesario consignarlos aquí.
Durante la referida V Asamblea, la separación inicial se fue acentuando. Las tendencias son ahora,
primero la separatista, que apoyan la mayoría de los asistentes y la segunda de la que sólo se muestran
partidarios unos quince miembros de los cincuenta reunidos, se deciden por un nacionalismo sin
violencia. Este segundo grupo es el procedente de los "felipes". Impuesta la mayoría, son expulsados los
dos elementos más sobresalientes del grupo minoritario. Ambos son acusados de "comunistas
españolistas".
Nacen asi dos ramas de E.T.A. (V), denominadas E.T.A.-Berri (Nueva) y E.T.A.-Zarra (Vieja). También
en atención a sus órganos de difusión se las denomina E.T.A.-Zutik y E.T.A.-Bay.
El nuevo grupo se identifica plenamente con el marxismo-leninismo, tras algunos balbuceos trotskistas.
La causa no es otra que la gran ayuda económica y técnica que por aquellas fechas reciben de la China
comunista a través de la embajada de dicho país en Holanda.
21. NACIMIENTO DEL M.C.E. (M-L)
Un grupo discrepante de los anteriores forma en 1969 el M.C.V. (Movimiento Comunista Vasco), nueva
cabeza de la hidra que luego es rebautizada con el nombre Komunistak. Aparentemente rompe con
E.T.A.; pero ya es sabido: las apariencias engañan.
En 1 de enero de 1972, el Comité Ejecutivo del M.C.V. hace pública una declaración de principios
y con el fin de dar mayor entidad a su anagrama, cambia de nombre y se "confirma" como M.C.E., es
decir Movimiento Comunista de España. Estos "saltos" no han de extrañarnos lo más mínimo.
Su intencionalidad no es otra que la de proyectarse a todo el territorio nacional y "trabajar" para un nuevo
P.C.E., toda vez que el "ortodoxo"´ está totalmente "desprestigiado por su postura revisionista y su
proclividad hacia el moderantismo y la derecha". El disimulo ha sido hábilmente explotado.
Con su novedad, el M.C.E. absorbe pequeños grupos desorientados en los que ha hecho presa las
doctrinas de Mao Tse Tung, casos concretos: la Organización Comunista de Zaragoza, en el mismo enero
de 1972; la Unificación Comunista de Valencia, heredera de la extinguida Tribuna Obrera, en el mes de
septiembre del mismo año y ya en mayo de 1973, tras la jornada sangrienta protagonizada por el
F.R.A.P., la Federación de Comunistas de Madrid, apenas nacida.
En el País Vasco-navarro, el M.C.E. (M-L) se hace "merecedor" de varios desmantelamientos, destacando
el de noviembre de 1972 en Guipúzcoa y, anteriormente, en julio del mismo año en Navarra.
En su consecuencia, el miedo es libre, entre finales de 1972 y principios de 1973, los conspicuos del
M.C.E. (M-L) acusan un periodo de crisis. La causa es la ruptura orgánica, política e ideológica de un
considerable número de "cuadros" discrepantes con el Comité de Dirección, al que acusan a su vez de
oportunista y revisionista.
El nuevo grupo —levadura del total— se autotitula "fracción marxista-leninista del M.C.E.". Tras
convocar una conferencia acuerdan identificarse dentro de una "línea de acercamiento" con el P.C.E. (M-
L). A finales de 1973, los contactos se vigorizan y la titulada fracción disidente del M.C.E. toma parte en
la primera conferencia nacional que organiza el F.R.A.P. como frente de acción y masas del P.C.E. (M-
L).
El M.C.E. sigue el pensamiento de Mao Tse Tung, pero dentro de una interpretación "pacífica" de la
doctrina marxista-leninista. Puede considerarse como de tendencia "moderada" dentro del comunismo
"pekinés". El M.C.E. antepone —previsor él por el desvalido— lo social a todo lo demás. Considera para
disimular, que el verdadero enemigo —estamos aún en el periodo franquista—, no es el régimen español,
sino el capitalismo influyente.
Ahí es nada, sus pretensiones. Su línea política para hacer la revolución, hasta la consecución de la
sociedad comunista, pero partiendo del Estado, ha de desarrollarse en tres fases que son:
* Revolución nacional y democrática.
* Dictadura de las clases populares.
* Dictadura del proletariado.
Las dos primeras constituyen la etapa democrática y popular, mientras que la tercera ocupa la etapa
socialista. En la pretendida revolución nacional y democrática, el M.C.E. (M-L) incluye la toma violenta
del poder por la clase obrera.
"La lucha armada — propugnan— es la única forma capaz de llevar al pueblo a la victoria sobre sus
enemigos". Sin embargo, a diferencia de otros grupos catalogados dentro del marxismo-leninismo, la
lucha —optimismo no les falta— la "ven" como insurrección relámpago.
Hay que resaltar que el M.C.E. habla de revolución nacional y democrática y no de revolución socialista,
como parece lógico que debía decir. La diferencia "aparente" es que la socialista está destinada —según
ellos, por supuesto— a eliminar la burguesía, mientras que la nacional y democrática es de mayores
alcances y efectos, toda vez (ahí es nada) que persignen: "golpear y aplastar a los grandes explotadores y
a la burguesía monopolista".
22. ¿QUE PRETENDE EL M.C.E.?
El M.C.E. tiene como objetivo primordial captarse parte de esa burguesía a la que tanto critica, incluidos
los "medianos explotadores". Por eso, del mismo modo que establece la diferencia entre revoluciones, la
puntualiza entre dictaduras. La de "clases populares" la presenta como una "total coalición antifascista,
bajo la dirección del proletariado", mientras que la del proletariado a su vez es tarea exclusiva de esta
clase social.
A la unión del proletariado y el pueblo la denominan "alianza obrero-campesina", camelo semántico que
suena bonito y que ya fue inventado para la revolución roja de octubre de 1934, que si fue promovida por
los socialistas, como desquite democrático por su derrota en las urnas, hecho histórico que nunca está de
más advertirle a los desmemoriados y algún que otro septuagenario, luego resultó que fueron controlados
y engañados por los comunistas. En cambio la simbiosis de aquéllos con los sectores antifranquistas
(estamos en 1972), reciben el atrayente apelativo de "frente único democrático nacional". La fecundidad
terminológica del marxismo es asombrosa. Sólo es igualada por la de ejercitar la falacia.
23. DIFUSIÓN DE DOCTRINA
En el mes de marzo de 1972, el M.C.E. (M-L) difunde un folleto titulado: "Por la independencia nacional
y la democracia popular, hacia el socialismo y el comunismo". Veamos resumidamente sus pretensiones
más ambiciosas.
Para conquistar la independencia nacional: Expulsar sin condiciones a las fuerzas americanas
establecidas en España y requisa inmediata de cuantos bienes posean en nuestro país. Anulación
seguidamente de cuantos tratados se han formulado con Estados Unidos.
Para destruir el estado fascista y edificar en su lugar un estado democrático popular:
Desarme y desarticulación completa del Ejército, Guardia Civil y Policía.
Disolución del aparato judicial gubernamental.
Organización por el pueblo en armas de un Estado democrático revolucionario que sea el
órgano de la dictadura del proletariado y de las demás clases populares bajo la dirección de aquél.
Para lograr este Estado no existe otra forma de gobierno que la República Democrática Popular y Federativa.
Como principio básico se entiende que la democracia para poder serlo, será democracia para el pueblo y
dictadura rigurosa para sus enemigos. (Nueva versión de la ley del embudo).
Para terminar con la explotación de las masas y la denominación fascista e imperialista: Expropiación y
nacionalización sin indemnización alguna de todas las propiedades, industrias, bancos, monopolios,
comercios, propiedades privadas, etc., así como de las grandes explotaciones agrícolas.
Para la reforma agraria revolucionaria: Distribución de tierras confiscadas a los campesinos.
Estimulación por el Estado para convertir en socialista la economía del campo. Apoyo al campesino con
créditos, aperos, semillas, abonos, etc. Anulación de cuantas deudas existan. Abolición de aparcerías y
demás rémoras "semifeudales". Distribución de los productos por el Estado.
Para poner fin a la opresión de las nacionalidades minoritarias:
Reconocimiento del catalán, vascuence, gallego y demás lenguas minoritarias o regionalistas, con el
consiguiente apoyo estatal.
Reconocimiento del derecho de autodeterminación de las "nacionalidades".
Establecimiento de una unidad nacional basada en el concierto de las nacionalidades minoritarias
libres e iguales que compartan la necesaria autonomía de los órganos del poder popular.
Por último: Mejorar las condiciones de vida de las masas y liquidar los restos del colonialismo, con
inclusión de Ceuta y Melilla.
Para poner en marcha "su revolución", el M.C.E. propugna la unión de todos los comunistas en un solo
partido, pero bajo el ideario "pekinés", cuya base constituirá la vanguardia del proletariado.
El M.C.E. tiene también como principio fundamental el centralismo democrático. La jerarquización se
ejerce mediante comités afectos a una idea "geográfica". El órgano supremo es el C.D. (Comité de
Dirección). Dirige la política. Al parecer está radicalizado en Francia y lo componen sólo cinco
miembros. La mayoría son vascos. Le siguen en orden jerárquico los comités provinciales. Los más
importantes son los de Guipúzcoa, Vizcaya, Zaragoza, Valencia y Barcelona. Últimamente han
sobresalido los de Madrid y Santiago de Compostela.
Entre los comités locales, escalón inferior más destacado, tienen importancia los de Madrid, Barcelona,
San Sebastián, Bilbao y Eibar. Cuando en una misma provincia hay más de un comité local, se organiza
otro como coordinador de zona.
Los comités tienen como primera función la de dirigir la actividad de los comités inferiores, dentro de su
zona o distrito. El M.C.E. ha establecido también comités para la captación de emigrantes, especialmente
en Bélgica y Alemania.
De los comités locales dependen una serie de comités puramente específicos, cuya explicación es trivial.
Estos son los comités de Barrio, de Estudiantes Revolucionarios, de Obreros, etc., en resumen "primos
hermanos" de los del P.C.E. (M-L).
Cada "especie" de comités, dispone de su Coordinadora formada por un representante de cada uno. Estos
son (los de la Coordinadora) los únicos que se relacionan con el comité local. Los comités específicos
suelen tener seis miembros. Como unidad ínfima está la célula con misión formativa y ejecutiva. El
número de militantes del M.C.E. es todavía escaso; no obstante, como está de moda el cambio, nada es de
extrañar que proliferen los cambios de postura. Las edades de los afiliados están comprendidas entre los
dieciocho y treinta años. En su gran mayoría, son estudiantes y productores.
24. ORGANIZACIÓN Y ACTUACIÓN
Aunque su línea política es en exceso (teóricamente) violenta, el M.C.E. sólo se ha dedicado hasta ahora a
las pintadas y siembras de propaganda, contribuyendo a la carestía del papel, en las que gozan de
fecundidad, al igual que las demás organizaciones comunistas. El M.C.E. se desenvuelve dentro de las
normas "pekinesas", cuyo creador Mao Tse Tung mantenía que la "contradicción dialéctica conducía
necesariamente a la lucha de clases". Mao consideraba que cualquier postura ajena a la suya era
reaccionaria, de ahí que "su revolución era como barrer el suelo y donde no llegaba la escoba, el polvo no
desaparecía".
Para Mao aún no se ha recorrido sino una pequeña etapa de "su revolución", aunque se ha llegado ya al
momento de emplear el conocimiento teórico de las leyes objetivas para "cambiar el mundo"; claro está
que el cambio ha de ser, como a él se le antoje, lo que dice mucho por otra parte de libertades, derechos
del hombre, respeto al semejante y otras bagatelas.
El M.C.E. dispone como órgano central de difusión de un periódico mensual titulado "Servir al Pueblo".
Su primer número apareció en enero de 1972. Se edita en Bruselas y sus tirajes salen con regularidad.
Para las provincias vascas, donde el M.C.E. tiene solera, disponen de "Zer Egin"? (¿Qué hacer?), en
definitiva órgano de propaganda de M.C.V. Las tiradas son bilingües, es decir en vasco y español.
"La Causa del Poble" (del Pueblo) se publicó hasta mediados de 1973, dedicado al M.C.E. valenciano. En
febrero de 1970, aunque irregularmente, aparece "Nuestra Lucha", dedicado a los emigrantes de Europa.
Una publicación importante y dañina, "Emancipación" aparece en agosto de 1973. Sus artículos son
extensos y doctrinarios. Para las C.C.O.O. controladas por el M.C.E., sólo en Vascongadas cuentan con la
revista mensual "Guipúzcoa Obrera", aparecida en marzo de 1971; para la zona de Eibar publican
"Unidad Obrera". Ambas en edición bilingüe, vinieron a sustituir a "Gora" (Viva) para las masas populares,
"Borroka" (Lucha), de los comités de estudiantes revolucionarios de Guipúzcoa, difundido en los
centros de enseñanza de San Sebastián en 1970 y "Komunistak", órgano teórico del M.C.V., cuya
aparición comienza hacia 1969.
El competidor del M.C.E. a la hora de "enguarrar" paredes es la O.R.T. Ambos se llegan la palma en los
"slogans" publicitarios. Los dirigen contra el Gobierno, los Sindicatos, en pro del separatismo, etc., etc.;
claro que esta competencia es sólo para animar a las demás cabezas de la hidra. La O.R.T. es también del
grupo de los "pekineses", luego queda todo en familia.
Ciertamente las "pintadas" son pintorescas, divertidas y por supuesto repulsivas. Veamos algunas de las
más explotadas, aparte como es lógico del gran derroche de ingenio que han demostrado para recomendar
la abstención en el referéndum, o para pedir la libertad del delfín de doña Dolores.
"¡Por una democracia popular, hacia el socialismo y el comunismo!";
"¡Por una República democrática, popular y federativa!";
"¡Abajo la Monarquía fascista!"; "¡Abajo el régimen fascista asesino!";
"¡Contra el imperialismo yanqui, la oligarquía y el estado fascista!";
"Por la unidad revolucionaria del pueblo y de las nacionalidades de España";
"Extendamos la acción conjunta";
"Impulsemos las C.C.O.O. en fábricas y comités clandestinos de Barrio";
¡Ningún crimen ha de quedar sin respuesta! (Qué hermoso, si fuese verdad). El paréntesis es
nuestro.
"No dejemos sin respuesta los asesinatos, torturas y juicios";
"¡Basta ya de Consejos de Guerra!";
"¡Por una Euzkadi libre, en una España independiente, democrática y popular!";
"¡Abajo la opresión lingüística nacional!";
¡Contra la opresión, forjemos la unidad combativa y la solidaridad!...
y así..., ¡hasta cuándo, Señor!
https://recursos.march.es/linz/I53587.pdf
Re: La "hidra comunista de cien cabezas" durante el Franquismo
EL COMUNISMO. La hidra de las cien cabezas
(X)
El Alcázar. 07/02/1977.
Por Francisco J. DE URCI
ORGANIZACIÓN REVOLUCIONARIA DE TRABAJADORES O.R.T.
LA O.R.T. nos presenta unos orígenes tan peculiares como aleccionadores. No es que haya en su proceso
formativo nada de esotérico. Pero es un ejemplo más del afán desmedido de "aprovechamiento" ateo-
marxista. La O.R.T. comenzó siendo un movimiento puramente sindical, sin matizaciones políticas, pero
ha concluido por estar manejada por el ideario comunista y dentro de él, por la "praxis" pekinesa.
Teniendo presente esta peculiaridad, comprendemos más claramente cuál es su verdadera línea política:
"¡Vuestro partido, como partido obrero y antifascista — dicen "En Lucha", su órgano de difusión —
apoya con todas sus fuerzas las luchas reivindicativas de sus masas de trabajadores. ¡Hay que ganar las
reivindicaciones frente, a la patronal! ¡Hay que derribar a la oligarquía y a la Monarquía Fascista de Juan
Carlos!". Así como suena.
Para el maoísmo, recuerdo cercano del leninismo, la "teoría política" ha de ir estrechamente vinculada
con la práctica. "El conocimiento —decía el zar amarillo— comienza por la practica, después de adquirir
conocimientos teóricos mediante la práctica, hay que volver a la práctica".
Así, para los "pekineses", esta "praxis" no solamente constituye el origen del conocimiento sino además
su fin y el criterio verdadero. Para Mao, la teoría del conocimiento se reduce, lisa y llanamente, a lo
siguiente: "descubrir las verdades por la práctica y confirmarlas y desarrollarlas por la misma práctica".
Lo curioso es que —según Mao— el principio de contradicción para el descubrimiento de la verdad, "se
ha de conjugar exclusivamente dentro de la concepción marxista". O dicho de otro modo: no hay otra
razón que la suya.
25. NACIMIENTO DE LA O.R.T.
Los antecedentes inmediatos de la O.R.T. hay que buscarlos en la A.S.T. (Asociación Sindical de
Trabajadores) que hace su irrupción en la clandestinidad en 1960. Esta procedía a su vez del V.O.S.
(Vanguardia Obrera Sindical), grupo avanzado del apostolado obrero y de la Asociación Católica del
Apostolado Seglar, que había tenido cierta influencia en los años cincuenta. La A.S.T., que había sido
ideada para ejercer una acción dentro del sindicalismo y por cauces apolíticos, se fue impregnando de un
encubierto marxismo —lobo con piel de cordero, el símil es tan viejo como el mismo comunismo— para
desembocar a mediados del año 1967 en las conocidas Comisiones Obreras, muy protegidas por el P.C.E.
(ortodoxo).
Poco después —en 1969— , la O.R.T. se encontró con la necesidad de aceptar algún sistema para la
proyección de sus trabajos de organización y propaganda. Para el marxismo —antesala del comunismo—
había llegado el momento. La mayoría de los componentes de O.R.T., aceptan ingenuamente los
principios del socialismo marxista, por creer que era la teoría social más idónea a sus reivindicaciones
laborales, ya que se había aceptado en otros países. De esta forma, los más significados componentes de
la A.S.T. abandonan "la vieja organización", para constituir —durante el verano (1969)— la O.R.T.,
predispuesta a filtraciones "pekinesas".
Transcurrido un breve período de discusiones se redactan en el otoño de 1970 los "Principios y doctrinas
de la O.R.T.", donde ya sólo aparece el signo marxista. Ello produce de manera espontánea que se
originen dos corrientes discrepantes en el seno de la organización. La marxista, de más influencia, y la
sindical "reivindicativa" que, falta de apoyos que le den fuerza moral, comienza a ceder terreno a la
primera. Prueba de cuanto decimos fue su colaboración con otras cabezas de la hidra, en descrédito del
proceso de Burgos, contra presuntos asesinos y miembros de la E.T.A.
Resumiendo, la O.R.T., en su primer planteamiento ideológico, decide definirse por el sentido
revolucionario del maoísmo: reconstruir el "mundo comunista" pero sumándose sólo a aquellos
grupúsculos marxistas-leninistas y con vistas a la galería, de cara al mundo exterior; "combatir a los
ortodoxos", sarampión de moda, impuesto a las nuevas cabezas de la hidra que "dicen" les ha brotado por
su parte de la izquierda.
Durante el año 1971, la O.R.T. aumenta sus efectivos con la adhesión de elementos procedentes del
F.L.P. (Frente de Liberación Popular), más conocidos por "felipes". Este grupo, creado en 1958 por los
estudiantes en torno a la revista "Praxis" y por seudointelectuales católicos progresistas, defendía en su
iniciación una postura socialista para concluir luego, en el campo trotskista. Los "felipes" aceptaron, pues,
su colaboración con estudiantes católicos y grupos de extrema izquierda.
Los de O.R.T. se tragaron el anzuelo de valorar a los "felipes", como el grupo de los "estrategas
políticos". El foco principal de los "felipes" estuvo ubicado en la Facultad de Políticas y Económicas de la
Complutense. Los "felipes" lograron controlar los nacientes sindicatos democráticos de estudiantes,
invento a distancia del P.C.E. (ortodoxo), con el falso proyecto de restar adherentes al P.C.E. (M-L).
Como órganos de expresión, los "felipes" editaron "Acción Estudiantil" y "Acción Universitaria". Cuando
el F.L.P. se las prometía más felices, la acción policial los desmantela y pone a disposición de la
autoridad competente a sus más conspicuos representantes.
A causa de la proliferación de procedentes en la flamante O.R.T., se originan abundantes desacuerdos.
Para aclarar posiciones, en 1971 convocan una asamblea y en ella se pronuncian de forma "oficial" como
organización ateo-marxista, aunque con la realidad de tres tendencias perfectamente diferenciadas:
- una abultadamente dominante, pero inestable con una línea política dubitativa entre el P.C.E. (ortodoxo)
y el P.C.E. (M-L). Su órgano de difusión "En Lucha" pretende fortalecer el movimiento obrero sindical,
sirviéndose de las C.C.O.O.;
- la segunda tendencia, denominada "fracción liquidadora", dispone del papelucho "Estado Obrero"; la.
integran los procedentes de A.S.T. Se inclinan por el sindicalismo, aunque están convencidos de que
carecen de influencia,
- y, por último, un pequeño grupo trotskista, que es prontamente absorbido.
A mediados de 1971, al discutir sus principios y doctrina, acuerdan constituirse, nada más y nada
menos en la "vanguardia del proletariado". "La clase obrera —propugnan — está indiscutiblemente
interesada en acabar con el fascismo. Desde la implantación del régimen, la clase obrera ha sido
combatiente de primera fila en la lucha contra el mismo".
26. ORGANIZACIONES Y PRETENSIONES
Concluida la Asamblea, el grupo marxista, cada día más influyente y numeroso, acaba por desbancar a los
otros dos. Los elementos que muestran su disconformidad son expulsados de la organización.
Incapacitada todavía para una verdadera toma de posiciones, la O.R.T. inicia sus actuaciones de
"torpedeamiento" al sindicalismo oficial desde el seno de las C.C.O.O.; más tarde se independizará, para
inclinarse dentro de la radicalización por el marxismo-leninismo de Mao Tse Tung, aceptando más bien
en teoría sus "métodos violentos", aunque no así su línea ideológica.
De esta forma, O.R.T. ha conseguido predominar sobre otras pequeñas cabezas de la hidra que le son
afines o simpatizantes, como el M.C.E. (M-L), el P.C.E. (I) y O.C.E. (B.R.), de los que hablaremos en
otra ocasión.
Por todo lo expuesto, O.R.T. pertenece también al comunismo "pekinés". Por consiguiente, el más
exaltado y tendente a la violencia. Pero, ya hemos consignado, su trayectoria ha sido diferente a la del
P.C.E. (M-L) o el M.C.E. (M-L). La O.R.T. entró en el círculo del marxismo-leninismo procedente del
campo del sindicalismo obrero. La consecuencia es importante. Existe en sus cuadros un mayor
enraizamiento de la doctrina aceptada.
Por otra parte, O.R.T. no se denomina partido, sino organización y este apelativo lo considera como
situación necesaria para llegar en su día a constituir el único partido obrero marxista-leninista que fusione
a todos los existentes y que sea la "auténtica vanguardia obrera".
La O.R.T., muy afanosa y consumidora de pintura a la hora de poner letreros, propugna como única
forma de gobierno la República Democrática, Popular y Federativa, siendo su "deseo" más acuciante: "la
destrucción del estado burgués y la instauración de la dictadura del proletariado, sin etapas intermedias".
Para ello, O.R.T. acepta como único medio para la consecución de sus metas, el ejercicio de la violencia.
"Sólo mediante la violencia se posibilita el nacimiento de la nueva sociedad". Marcada influencia como
puede verse del maoísmo.
En un alarde de protagonismo, O.R.T. promueve una campaña de agitación para que: "todos los partidos y
organizaciones auténticamente democráticas formen una Alternativa Democrática Unitaria que, apoyada
en el pueblo en lucha, derroque a la Monarquía de Juan Carlos, conquistando la libertad. Alternativa que
para ser más justa y fuerte ha de recoger las reivindicaciones más candentes de los trabajadores y de todo
el pueblo".
Es la nueva baza que ahora, desde el mundo laboral, la hidra pone en marcha, tanto para probar sus
fuerzas contra el nuevo régimen, como por el sentido oportunista de lanzar el reclamo sugerente de un
nuevo anagrama.
Lo curioso es que si O.R.T., fiel al maoismo, pregona la violencia de las masas o el asalto al poder "sin
fases intermedias", hasta el presente año se han atrevido a "marranear" muros y fachadas.
En cuanto a sus pretensiones, la aspiración suprema de la O.R.T. consistió además en ser el núcleo básico
para la creación del gran partido proletario que llegado el momento haría la revolución. Para ella había de
crear el F.U.P. (Frente Único del Proletariado) que garantice la unidad de acción y asegure su postura de
dirigente de la revolución. De momento este frente lo forman las C.C.O.O., "base para más tarde de un
frente de masas populares".
Para O.R.T., su concepción de ese quimérico partido del proletariado, según acuerdo de su Comité de
Dirección Permanente, ha de gozar de: Firmeza ideológica dentro del "marxismo-leninismo-maoísmo";
ser indiscutiblemente la vanguardia política de la clase obrera y practicar el centralismo democrático,
donde se aglutinen la unidad de acción con los principios del comunismo.
En un futuro inmediato —estamos en 1972— O.R.T. cree "ciegamente" se ha de llegar a una articulación
social, esencialmente obrera y ésta sólo puede conseguirse gracias a la lucha de clases. La dirección
correrá a cargo de los obreros industriales que tendrán su frente de lucha en las grandes factorías.
En la práctica, O.R.T. carece de jerarquización, pero sus intenciones no son nada modestas. Al no aceptar
el escalonamiento jerárquico —dicen—, aspiran a convertirse en una central sindical, o sea, lo mismo por
lo que tanto están protestando.
En la declaración de su Comité Central ante las elecciones sindicales de septiembre de 1970, O.R.T.
consideró que: "la lucha sindical de la organización de clases, es sólo una parte de la lucha obrera que,
organizada bajo el impulso y la dirección de la vanguardia, desarrolla su conciencia de clase para la toma
del poder".
27. LAS ORGANIZACIONES DE CLASE
Las organizaciones de clase —sobre todo C.C.O.O.— son el instrumento que O.R.T. mueve para su
provocación en los movimientos revolucionarios de las fábricas. Constituyen de esta forma un "arco de
puente" entre los obreros y el gran partido político del futuro: el Partido del Proletariado, que es algo
como decir un nuevo collar para el mismo perro.
De ahí que las C.C.O.O. tengan un sentido estrictamente proletario, abstracción hecha de la colección de
jerseys de su "santón" mayor, cuyo nombre no es preciso recordar (...Marcelino Camacho).
Los votos de las C.C.O.O. no deben decidir, pero serán la "pieza" importante que promueva discusiones
cuando se ventilen los intereses de la clase trabajadora.
Las organizaciones de clase se caracterizan por ser unitarias y amplias. No están condicionadas a una sola
ideología y utilizan la legalidad sólo cuando les conviene. En caso contrario, calibran "justamente" su
clandestinidad, alternando —cuando la situación lo aconseja la legalidad, la semilegalidad y la
clandestinidad. En resumen, ligar reformas y situaciones sindicales con alternativas políticas.
En su pugna con el P.C.E. (ortodoxo), pugna, insistimos, para confusión de "tontos útiles", con respecto a
las C.C.O.O., creyó desplazarlas a causa, "decían", de los momentos críticos que el "carrillismo" padecía
con su falsa proclividad, hacia la derecha y la socialdemocracia. Aún el señor de los jerseys no había sido
hecho público su nombramiento de conspicuo del P.C.E. (ortodoxo).
En cuanto al sindicalismo estatal, O.R.T. induce a la lucha en su interior, fase previa para la
desacreditación y consecución de los organismos de clase. En resumen, atacar el sindicalismo oficial
desde dentro. O.R.T. es, pues, "el caballo de Troya", dentro del Ministerio de Relaciones Sindicales.
Por su naturaleza puramente marxista y su "praxis" pekinés, O.R.T. internamente se estructura siguiendo
el escalonamiento jerárquico tipo de todas las organizaciones por el centralismo democrático, aunque los
nombres sean distintos.
O.R.T. tiene como órgano director la Asamblea a la que concurren representantes en número no superior
a cincuenta. En orden descendente está el Comité Central, con misiones coordinadoras de alto nivel. El
C.C. está formado por un responsable por ciudad donde exista O.R.T. con un prudencial número de
afiliados. El C.C. dispone de una secretaría política cuyo verdadero nombre es C.D.P. (Comité de
Dirección Permanente). Este comité es órgano ejecutivo.
Tanto a nivel nacional como regional, hay otros comités específicos, tales como: de relaciones políticas,
prensa, captación, estudios, etc. En los regionales ha de figurar un representante, cuando menos por cada
una de las ramas del trabajo. Su número varia entre seis y doce miembros, según la importancia laboral de
la región.
Comités de O.R.T. se han controlado en Madrid (Castilla), Cataluña, Andalucía, Levante, País
Vasconavarro y Extremadura, como más importantes; los de Murcia, Valladolid (Castilla la Vieja),
Galicia, Santander y Asturias, son pura ficción.
En cuanto a los comités locales, orientan y dirigen las células que se agrupan, según las especialidades del
trabajo, en federaciones. Por su mayor importancia tanto en Barcelona como en Madrid, se ha constatado
la existencia de comités intermedios de federación.
Se conocen también las precélulas, formas de organizaciones embrionarias e intermedias, donde el futuro
militante permanece a prueba durante el correspondiente período de aprendizaje. Es, precisamente, donde
"han de hacer los primeros méritos", para que O.R.T. los reciba luego con los brazos abiertos.
Previamente, y cuando se planifica alguna operación incordiante, como una siembra de propaganda, en la
víspera de una fecha señalada, una "sensibilización de la masa", con vistas a una provocación de huelga,
manifestación, jornada de lucha, etc., se organiza un comité técnico que estudia y planifica la actividad a
desarrollar por cada federación.
La O.R.T. se encuentra más arraigada a Madrid con un comité muy activo en Getafe-Villaverde, Alcalá
de Henares y Aranjuez. En Barcelona, prolonga su influencia hasta Tarrasa y Sabadell. También en
Guipúzcoa y Navarra existen comités, aunque marchan con relativa independencia.
O.R.T. es uno de los tentáculos de la hidra en donde menos ha dejado "huella la acción represiva". Su
labor es sumamente cauta. Rehuye las espectacularidades. Esto hace quizá que indebidamente se la tenga
un tanto marginada a la hora de calibrar su peligrosidad e importancia. De todas formas, el número de
afiliados es escaso, aunque impreciso, debido a su patente tendencia a subsistir en lo más hondo de la
ciénaga de... Argos.
https://recursos.march.es/linz/I53588.pdf
Re: La "hidra comunista de cien cabezas" durante el Franquismo
EL COMUNISMO. La hidra de las cien cabezas
(XI)
El Alcázar. 08/02/1977.
Por Francisco J. DE URCI
ORGANIZACIÓN REVOLUCIONARIA DE TRABAJADORES. O.R.T.
LA O.R.T. actúa siempre muy precavidamente y planifica con meticulosidad sus campañas de erosión
sindical y por temporadas, dentro del campo laboral. Sus "edificantes tareas" las divide en sectores y en
fases.
Como su enraizamiento parasitario es puramente en el marco sindicalista, todos sus esfuerzos van
dirigidos a controlar la masa de los trabajadores. Como ejemplo de su táctica de actuación, veamos cuál
fue el programa desarrollado durante las últimas elecciones sindicales:
—Organización de los cuadros (células) en las fábricas para hacer campaña exigiendo mejores
condiciones de vida y trabajo.
—Dimisión de enlaces sindicales y jurados de empresa y reconocimiento de los representantes impuestos
por O.R.T.
—Campaña de "concienciación política" de la clase contra el régimen político y la oligarquía.
— Revisión política de las C.C.O.O., organización de su capacidad combativa a cualquier nivel, para su
mejor aprovechamiento y denuncia de los "oportunistas" que defienden el sindicalismo vertical.
Como consigna general, en una postura de "colaboradora por buscar soluciones", O.R.T. dio la orden
general de boicotear las referidas elecciones.
En correspondencia a su estado de organización, realizó dos formas de actuación según se tratase de
afiliados o de meros simpatizantes. Estas diferencias en el trato dicen mucho del espíritu democrático por
el que tanto propugnan las cabezas de la hidra.
Si O.R.T. estaba solamente esbozada, presidió la idea de conectar sólo con los niveles más bajos
—enlaces y jurados— y servirse de las elecciones. La consigna pudo ser: Los elegidos por nosotros son
los únicos representantes de los trabajadores, nunca del Sindicato vertical.
28. PROSELITISMO Y CONSIGNAS
Cuando O.R.T. se consideró consolidada, la idea a difundir fue la de ruptura de convenios colectivos y
negociaciones, sirviéndose de las comisiones deliberadoras. La influencia de O.R.T. en huelgas y paros
súbitos, sobre todo en las grandes empresas del sector del metal, es decisiva.
La O.R.T., ya lo hemos insinuado, no es proclive a las espectacularidades, de ahí que sea "pobre" en
propaganda. Predomina el reparto de "materiales" a mano. Tampoco es partidaria de grandes
manifestaciones. Considera que su línea política está bien cimentada entre la clase obrera, y no le son
necesarios ciertos reclamos espectaculares. No obstante, para colaborar con el P.C.E. (M-L) en Madrid en
primero de mayo de 1973, organizaron tres comandos; aunque faltos de veteranía, tuvieron una actuación
mediocre.
Donde sí O.R.T. goza de experiencia y solera es en el "enguarramiento" de fachadas y muros. Puede
aseverarse que es una de las cabezas de la hidra de las "más pintorescas". Sus octavillas se distinguen
prontamente. Concluyen con una retahíla de "slogans", con marcada insistencia acerca de la
reconstrucción del Partido (comunista) y la lucha contra la Monarquía.
Para O.R.T. el proselitismo es su tarea política primordial. Para ello, el comité de captación dicta las
normas y consignas, desarrollándose éstas a nivel de células. A los aspirantes se les impone una moral de
entrega revolucionaria y durante el período de pruebas se les capacita mediante charlas y reuniones.
Aunque cada célula es la responsable de las admisiones, ésta a su vez "descarga" su responsabilidad sobre
el militante que realizó la captación.
Los cursillos de captación no son fruto de improvisaciones, ni mucho menos. Antes al contrario, han sido
planificados metódicamente y respondiendo a cualquier problema de los existentes en aquel momento.
Los cursillos se realizan en plataformas, barrios, fábricas, etc... Cuando los simpatizantes aceptan, se les
encuadra en las precélulas. La O.R.T. ha intentado en varias ocasiones hacer proselitismo entre el
campesinado, con muy escaso éxito, no así entre los emigrantes, donde en Suiza ha conseguido
numerosos adherentes.
El órgano principal de difusión de O.R.T. es "En Lucha". Comenzó a salir en 1970. Su literatura incita
excesivamente a la violencia.
"En Lucha", además de órgano informativo lo es también doctrinal. Otras publicaciones, pero de
circulación más restringida, son: "Nuestra Prensa", "Textil", "Boletín de los Trabajadores de Químicas" y
"Unidad" para los empleados de la Banca.
De aparición irregular, esporádica o circunstancial se conocen: "Estado Obrero" (para el sector del metal);
"Lucha Extremeña"; "Lucha Unida"; "Lucha Unida Informa"; "El Militante"; "Renacer" (para la O.R.T.
de Aranjuez); "Revista de Información", etc. Todas tienen su nacimiento a partir de 1970.
Últimamente O.R.T. canaliza sus publicaciones mediante tres colecciones denominadas: "Estado
Proletario", anteriormente llamado "Estado Obrero", para difusión y literatura de textos marxistas;
"Materiales para el Movimiento Obrero", para formación y propaganda de nuevos militantes y
"Materiales para el Movimiento Popular", para la propagación de textos antifascistas que colaboren y
ayuden directamente en la formación de una conciencia revolucionaria.
Últimamente O.R.T. se mantiene en una postura ecléctica con respecto al comunismo "pekinés" y al
"moscutero". De ahí que "presuma" de estar enemistado con ambas, camelo difícil de tragarse, como ha
podido comprobarse durante el reciente referéndum, donde O.R.T. fue la "encargada" en gran parte del
"empuercamiento" de paredes, recomendando la abstención.
29. ESPÍRITU PUBLICITARIO
Con los demás grupos y cabezas de la hidra, O.R.T. mantiene sus relaciones bajo el lema de "unidad en la
base y en la acción". Sus aspiraciones, insistimos, son las de constituir un frente único de clase.
Durante la primavera de 1973, O.R.T. se mostró "muy simpática" y fomentó contactos con E.T.A., P.C.E.
(I) y L.C.R.; les propuso lisa y llanamente la constitución de un Frente Popular, invento estaliniano de
triste memoria para España. En verdad, sólo lograron un acuerdo previo, con vistas a la unificación para
determinadas acciones.
En su línea agresiva, la O.R.T. moteja al P.C.E. (ortodoxo) de "revisionista" en trance de degeneración
gradual". ¡Casi nada! Arremete con Carrillo por sus camelos de pactos con la burguesía y en ocasiones ha
pretendido "acelerar el proceso de descomposición del comunismo ortodoxo". La ingenuidad es
aplastante, pues nada pueden las cabezas de la hidra con la principal. Por ello, como todos los nuevos
grupúsculos de la hidra son fácilmente inclinados al mimetismo oportunista, no hay que valorar lo más
mínimo tales posturas. Buena prueba de lo que decimos fue el "estrecho entendimiento del P.C.E.
(ortodoxo) y la O.R.T., durante las campañas de descrédito organizadas con relación al "proceso 1001".
En cuanto al P.C.E. (M-L) critica su excesiva burocracia, su falta de contacto directo con el proletariado y
su carencia de originalidad, al pretender desarrollar una revolución copia fiel de la llevada a cabo por
Mao Tse Tung en China.
La O.R.T. aventaja casi en su totalidad a las demás cabezas de la hidra en la difusión de "frases
publicitarias". Sus escritos y materiales de propaganda redactados en tono triunfalista, van acompañados
de frases agresivas como las siguientes:
¡Abajo el Estado fascista y su continuación en Juan Carlos!;
¡Abajo la Monarquía fascista!;
¡Contra la dictadura asesina de la oligarquía y el imperialismo!;
¡Abajo el Sindicato Vertical fascista!;
¡Por la unidad del movimiento antifascista hasta la victoria!; ¡
Detengamos la represión y construyamos poderosas organizaciones populares!;
¡Libertad para los presos políticos!;
¡Abajo este régimen de asesinos y ladrones!;
¡Vivan las Comisiones Obreras!;
¡Vivan las organizaciones del Pueblo!;
¡Por una República democrática y popular!;
¡Contra la antipopular monarquía Juan Carlista!;
¡Todos contra Juan Carlos y su Gobierno, que nos condenan a la miseria y nos niegan la libertad!; etc.
Al constituirse la Junta Democrática, se pretendió excluir a la O.R.T., al igual que a otras cabezas de la
hidra del bloque "pekinés", no obstante dichos grupúsculos tan ilegales como espúreos, por supuesto, para
contrarrestar a los confiados partidos de la oposición y denostar de paso a los "ortodoxos", esto último
cumpliendo acuerdos previos, no perceptibles para miopes y burriciegos, se formó la famosa Plataforma
de Convergencia Democrática, donde la O.R.T. ocupó uno de los lugares más importantes.
Prueba de cuanto decimos es que a poco de constituirse la aludida Plataforma, es precisamente la O.R.T.
la que "en alarde desinteresado", con defección disimulada dice salirse luego de la Plataforma, con el
único fin de hacer de puente o "correa de transmisión" con la Junta Democrática.
La ocasión le vino al punto para difundir el nuevo camelo de que "la clase obrera lo que necesita es un
partido político que la dirija y organice". Y por supuesto, la duda ofende. Ese partido no puede ser otro
que la O.R.T.
Sin embargo, para mayor contundencia en los argumentos proselitistas, apostillan que para que un partido
político obrero como la O.R.T. pueda enfrentarse con el fascismo negador de las libertades humanan,
tiene que basarse y seguir muy de cerca la ideología marxista-leninista difundida por su principal seguidor
Mao Tse Tung.
30. LOS ACUERDOS DEL COMITÉ CENTRAL EN 1974
La O.R.T. se pronunció tras su reunión del Comité Central por llevar a cabo la revolución en dos fases:
primero la democrática propiamente dicha; segundo la socialista. No obstante, ambas fases tendrían como
condicionamientos indispensables el reconocimiento de las teorías leninistas, únicas de "validez
universal" pan la dictadura del proletariado, y el reconocimiento de Mao Tse Tung como el auténtico
representante de la aludida teoría revolucionaria.
En cuanto a la primera fase o revolución democrática, habría que conseguir la dictadura sobre la
oligarquía tanto financiera como burguesa, con la eliminación de los imperialistas; la desarticulación total
y disolución del aparato represivo (Guardia Civil, Policía Armada y Gubernativa); la separación de la
Iglesia y Estado; la coexistencia pacífica y el derecho de autodeterminación y liquidación de los restos del
colonialismo, aparte de otras exigencias de tipo económico ya expuestas con anterioridad.
En cuanto a la revolución socialista, la meta a alcanzar es la de una España de dicho signo, que sustituirá
a la tenida por democrática. Esta nueva España, sin clases sociales ni misión imperialista, entrará en una
etapa donde la contradición burguesía-proletariado ocupará el tema principal de su desarrollo político,
hasta alcanzar finalmente la dictadura popular en su única solución posible del socialismo, como paso
previo hacia el régimen comunista. ¡Así de sencillo!
La O.R.T., a quien O.M.L.E. ha "birlado" el protagonismo para la "reconstitución" del Partido, pretende
recuperar un prestigio que nunca tuvo, "celestineando" entre la Junta y la Plataforma.
Así, tras la reunión del 12 de junio de 1975 en Madrid, O.R.T. apoya los acuerdos de la P.C.D., que en fin
de cuentas vienen a ser casi los mismos por los que "decía" venir luchando. A saber: establecimiento de
un sistema democrático y federal, con sindicalismo pluralista; amnistía, libertades de asociación, reunión,
partidos políticos y manifestación y supresión de tribunales especiales y organismos represivos. En un
sentido "bondadoso" mantienen que la forma de gobierno la debe decidir la voluntad popular.
Pero lo curioso de este contubernio es que la Junta Democrática, donde predominaban las cabezas de la
hidra del bloque ortodoxo, "conectan" con la O.R.T. del odiado bloque "pekinés" y de paso con el
secretario del P.C.E. para la concentración de fuerzas. Así, la O.R.T., elevada a un protagonismo
inesperado, se irroga responsabilidades de "amalgama" y pone sus condiciones a la P.C.D. para conseguir
la Plata-Junta.
La memoria es frágil para los grupúsculos de la militancia comunista; así O.R.T. olvida de súbito sus
pasadas exigencias, cuando poco antes, en el mes de mayo, había hecho publicar su imposibilidad de
integrarse en la Junta Democrática.
Conseguidos los primeros acuerdos, la O.R.T. propugna que la unión de Junta y Plataforma era el único
camino para combatir el fascismo e imponer la revolución democrática, mediante dos aspectos, el popular
y el de la burguesía antifascista.
No obstante, O.R.T., aunque por su origen en el sector laboral goza de cierto enraizamiento superior al de
otras cabezas de la hidra, tiene "por el momento" factores en contra para el logro de ascendientes, al haber
pregonado durante los pasados años del franquismo la destrucción del Estado actual y su sustitución
violenta "sin fases intermedias" que solo harían retrasar la revolución del proletariado, de la República
Democrática Popular y Federativa, lo que por otra parte, en los momentos que vivimos, de paso hacia la
reforma democrática, es como nombrar la soga en casa del ahorcado.
Sin embargo, O.R.T. viene demostrando desde su nacimiento capacidad de supervivencia, resignación,
renuncia y una disciplina a los secretos designios del comunismo de altura, dignos de poner en
observación, pues quién sabe si es una de las bazas ocultas que aún falta por poner en juego a la hidra de
las cien cabezas...
https://recursos.march.es/linz/I53589.pdf
Re: La "hidra comunista de cien cabezas" durante el Franquismo
EL COMUNISMO. La hidra de las cien cabezas
(XII)
El Alcázar. 09/02/1977.
Por Francisco J. DE URCI
ORGANIZACIÓN COMUNISTA DE ESPAÑA, "BANDERA ROJA". O.C.E. (B.R.)
LA O.C.E. (B.R.) nace al finalizar el año 1969 en Barcelona, entre un grupo de licenciados
universitarios, tras llevar un par de años escindidos del P.S.U.C., que en fin de cuentas, aunque en el
Komintern (III Internacional) se le diera la categoría de partido comunista a nivel nacional, el P.C.E. lo
consideró como un filial suyo, con sólo categoría regional.
La O.C.E. (B.R.) es, como la O.R.T., una organización y no un partido. Se autodefine como organización
comunista marxista-leninista al servicio del proletariado. Pertenece, pues, al comunismo prochino,
maoísta o "pekinés", como le venimos llamando.
Su máxima aspiración al igual que el M.C.E. y la O.R.T. es la de "reconstituir" un gran partido comunista
que mantenga la iniciativa y la dirección en la lucha de las masas populares. Tanto al P.S.U.C. como al
P.C.E. "cabezas mayores" de la hidra de donde procede, los denosta como inauténticos partidos
comunistas a causa de sus tendencias revisionistas y burguesas. Pero esta "obligación" juvenil de severa
crítica al tronco de donde proceden las nuevas siglas de la hidra, además de lógica postura generacional,
cumple con la misión de mantener viva la filosofía materialista del comunismo.
Lo importante es saber de una vez para siempre que, llegado el momento de las decisiones extremas, quien decide es la cabeza principal de la hidra. La ortodoxia comunista no permite ni tolera entonces frivolidades ni iniciativas que él no haya marcado. Lo demás son quimeras.
La O.C.E. (B.R.) al seguir muy de cerca la línea política de Marx-Lenin-Komintem-Stalin-Mao, ataca al
trotskismo, a la IV Internacional y a partir del XX Congreso al propio P.C.U.S., así como a los partidos
comunistas europeos que se han "prestado a los manejos de la burguesía", para llegar al eurocomunismo
de aparente factura democrática.
31. PERIODO EMBRIONARIO
La O.C.E. (B.R.) en su iniciación colaboró con el grupo "Unidad", separándose cuando éste se constituyó
en P.C.E. (I) situándose entre los grupos de ultra-izquierda. Con el nombre de O.C. de Barcelona (B.R.),
comienza la publicación de su órgano de difusión de análoga titularidad. Se distingue por sus campañas
vehementes en defensa de los asesinos encartados en el proceso de Burgos (1970). Esta postura le
proporciona adherentes y simpatizantes, aunque en escaso número, en Madrid, Valencia, Málaga y
Sevilla.
No muy seguros en sus comienzos con respecto a la línea política a seguir, se mimetizan con el grupo
francés "Revolution" que se había escindido en febrero de 1971 de la "Ligue Comuniste", desvinculada de
la IV Internacional. Es decir, "escapada" del bloque trotskista internacional.
La O.C.E. (B.R.) al encuadrarse entre los grupos marxistas-leninistas, mantiene los debidos contactos de
"buena vecindad" con el P.C.E. (M-L), la O.R.T. y el M.C.E. (M-L). No obstante por su situación en el
ala derecha del comunismo "pekinés", también cota muy próximo al P.C.E. (ortodoxo), lo que le ha
valido ciertas críticas paternalistas al P.C.E. (M-L), el único partido comunista que por entonces se
irrogaba el apelativo de "puro".
En su proceso formativo, la O.C.E. (B.R.) experimenta en mayo de 1974 una escisión de la que se forman
dos organizaciones. La O.C.E. (B.R.) propiamente dicha, con su gran mayoría catalana, y los adherentes
de Madrid, Valencia y otras ciudades y Bandera Roja de Catalunya, en la que militan los considerados
intelectuales, aproximadamente un centenar que poco más tarde se reintegran en el "seno materno", es
decir, en el P.S.U.C.
La O.C.E. (B.R.), por su toma de posiciones a la "derecha", ha sido calificada por los que se sienten
verdaderos "pekineses" como una "plataforma" del P.C.E., ahora motejado de proimperialista y
prooligárquico, con línea política "tecnocrática y eclítica".
Como único sistema de gobierno, la O.C.E. (B.R.) admite el republicano, mediante dos fases. Una
primera con carácter provisional donde se implantaría la República Democrática Popular. En ella
existirían aún ciertas instituciones burguesas, pero "en período de desaparición", cuando se llegase a la
República Popular Socialista, donde se implantaría la "dictadura del bloque popular", con pleno dominio
del proletariado.
La O.C.E. (B.R.) pone en circulación una terminología hasta entonces desconocida. Es agresiva su
avaricia por "bloquearlo" todo. Así denomina bloque popular a las clases sociales de rango medio como:
maestros, estudiantes, técnicos auxiliares, obreros, etc., mientras que el bloque dominante lo forman las
oligarquías, los altos mandos militares, los funcionarios superiores, los propietarios, el clero y la
burguesía.
La República Popular Socialista se estructuraría con las organizaciones de masas, milicias populares y
armadas, con las que se realizaría la represión contra "lo que aún subsistiese" de las antiguas clases
opresoras. (Esta nueva interpretación de la ley del embudo, o de la vuelta a la tortilla, ¿entrará de lleno en
la campaña de la "coexistencia pacífica"?).
Como período previo, es decir, en el que ahora aseveran encontrarse, la O.C.E. (B.R.) defiende la
acumulación de faenas y recursos del movimiento obrero popular, donde se precisan como líneas de
actuación las que a continuación resumimos:
Puesta en marcha del movimiento obrero y popular y de sus propias organizaciones de masas, con lo que
se daría el impulso definitivo a las C.C.O.O., al mismo tiempo que se "logra" arrebatarlas al P.C.E. de su
control. En este interés por restar la influencia del P.C.E. en las C.C.O.O., O.C.E. (B.R.) pretende los
mismos objetivos que otras organizaciones del bloque pekinés. Hechos posteriores, tales como la
integración en el C.C. del P.C.E., cuando éste lo consideró oportuno, o su reconocimiento público del
señor de los jerseys, han acabado con las travesuras juveniles de las "tiernas" cabezas de la hidra.
• Partidario de una República Popular Socialista, es motejado de imperialista y oligárquico
• Persigue la disolución del Ejército para armar al pueblo
La unificación de la tacha política de las masas con la tacha reivindicativa, O.C.E. (B.R.) pretende
conseguirla mediante reiteradas peticiones de exigencias sociales, como son: aumento de salarios y
reducción de horas de trabajo; de exigencias políticas como: huelgas, asambleas, libertad política y vuelta
al trabajo de los despedidos por sanción. Para estas campañas se aguardan solapadamente los momentos
propicios como: la crisis energética, la subida de artículos de primera necesidad, el proceso 1001, o la
firma de un nuevo convenio con los Estados Unidos.
32. ORGANIZACIÓN Y DIRECCIÓN
La O.C.E. (B.R.) pretende impulsar la movilización de masas, con el fin de "desarrollar nuevas instancias
de lucha democrática, encontrar medios de participación para todo el bloque y fomentar las alianzas del
proletariado". La participación se hará en instituciones oficiales como: delegación de Sindicatos y
Ayuntamientos; privadas como: asociaciones, casinos, clubs deportivos, y por último en las ilegales
como: asambleas, comités de barrio, de solidaridad, de presos política...
Por otra parte, la O.C.E. (B.R.) tiende a desarrollar la consigna común de la lucha por la República y
hacer que las masas "la entiendan, la asimilen y la propaguen". En este principio se identifican con el
P.C.E. (M-L).
La O.C.E. (B.R.) para justificar su postura "juvenil" ha criticado al carrillismo por sus sucias
componendas acerca del aprovechamiento de los "cauces legales", para introducirse en la Sindical oficial.
A esta táctica de caballo de Troya, O.C.E. (B.R.) opone su ética revolucionaria de una lucha abierta desde
organizaciones ilegales, hasta lograr la anulación de las oficiales.
En pro del ideario comunista O.C.E. (B.R.), matizaciones aparte, respecto a fidelismos parciales a una
determinada sigla, ha logrado adentrarse sectorialmente, mucho más que otras organizaciones comunistas,
en el seno de corporaciones oficiales, como pudo comprobarse en las elecciones municipales de
Barcelona de 1973.
Para la O.C.E. (B.R.) lo importante, aunque su huella ideológica es poco acentuada, es: "constituir el
Partido y desarrollar una verdadera política revolucionaria", partiendo desde la propia organización, pero
mediante una política alianza con grupos coincidentes.
Debido todavía a su escasa ejecutoria, la O.C.E. (B.R.) carece de órganos de dirección central, aunque
tienen proyectado la creación de un Comité Nacional. Como anticipo con fines proselistas, en septiembre
de 1973 difundieron una especie de manifiesto suscrito por la Secretaría Nacional de la O.C.E. (B.R.). En
octubre (1973) formóse el comité para Cataluña, del que dependen los locales de Barcelona, Tarragona y
Vallés. Fuera de Cataluña, sólo existe el comité de Sevilla y el de París.
De todas formas, la O.C.E. (B.R.) tiene concebida y en vías de desarrollo su estructuración a base de:
células, también -en afán innovador de terminologías— centros de disciplina diaria y de actuación
determinada a base de reuniones semanales.
Comités específicos para cada uno de los Frentes de Lucha y que dirigirán la política general dentro de
cada Sector y comités locales con igual función para cada comarca o localidad.
Es decir, que paralelamente a la organización de base geográfica, había un control de frentes con
preferencia entre la población estudiantil, tanto para bachilleres como universitarios. La acción se
prolongará en los centros docentes con otros comités de curso, dependientes del Comité Universitario.
Fuera de los centros de enseñanza, la O.C.E. (B.R.) también ha intentado "sus devaneos políticos"
mediante acciones reivindicativas en alianza con las C.C.O.O. del señor de los jerseys y las C.O.B.,
ligadas como ya dejamos consignado al P.C.E. (M-L).
Como órganos de dirección y bajo patrones del centralismo democrático, la O.C.E. (B.R.) aspira a la
formación de Congresos, con un comité político como órgano representativo y de reunión anual; del
comité ejecutivo, como aparato de dirección y autocrítica, nombrado por el político y de una secretaría,
así mismo política, integrada por miembros del ejecutivo y responsables políticos y de organización de
los regionales, comarcales y locales.
Luego para el período ejecutante, existirán una serie de comisiones técnicas y comités específicos de
rango ínfimo. Como podemos ver, adjetivaciones aparte, se sigue el esquema totalitario y matriz del
P.C.E. (ortodoxo).
En cuanto a la Iglesia, la O.C.E. (B.R.) propugna por su separación con el Estado, libertad de cultos y
creencias religiosas. "Desmantelamiento de la Escuela Confesional", titulan a estas pretensiones.
Negación absoluta de la Iglesia como "aparato burocrático" al servicio del Estado popular, como acontece
lamentablemente en los países del Este.
33. OTRAS METAS DE LA O.C.E. (B.R.)
Con respecto a las Fuerzas Armadas, la O.C.E. (B.R.) persigue la disolución del Ejército para armar al
pueblo y crear para sustituirle unas milicias populares antifascistas. Para conseguir estos objetivos —
aseveran— es necesaria la guerra prolongada.
La O.C.E. (B.R.) cuenta una escasez numérica acentuada. Solo se han detectado grupos de
alguna importancia en la Facultad de Medicina de Barcelona y empresas de la misma ciudad, como
Hispano-Olivetti y E.N.A.S.A. (Pegaso).
Hacia mediados de 1973 inician su despegue expansionista con "materiales" importados desde Barcelona
en Madrid, Valencia, Málaga y Sevilla. Al mismo tiempo organizaban en París la C.T.E. (Coordinadora
de Trabajadores Españoles), con un comité de solidaridad y lucha como órgano ejecutivo.
Una última expansión intentan en Suiza con el fin de captar militantes para futuros cuadros políticos y
sindicales, para cuando retornen a sus lugares de origen los emigrantes. Por lo que atañe a su actuación
política y con respecto a Cataluña, donde O.C.E. (B.R.) está debidamente enraizada, exige la
autodeterminación ya que "tachar por ese derecho, es luchar contra el franquismo". Lo curioso es que por
otra parte se pronuncian por la España federal. De ahí que valore de "injusta y reaccionaria la propuesta
de una Cataluña separada, e irrealizable una Europa multinacional y respetuosa de las regiones
históricas".
La O.C.E. (B.R.) persigne la autonomía local, comarcal y regional. Designación de todos los cargos por el
sistema de elección y control político de las masas. La O.C.E. (B.R.) cree más realista una solución
autonómica que combine la descentralización, con la necesaria planificación descentralizada.
Hasta el presente sus "salidas al mundo" sólo han sido de tipo propagandístico y con casi exclusividad,
orientadas al sector estudiantil, donde aspira a captar el mayor número de adherentes. Ha colaborado con
otras organizaciones y partidos clandestinos marxistas en campañas corrosivas contra el gobierno,
combatiendo la Ley General de Educación en el otoño de 1973, o el proceso 1001.
Aunque O.C.E. (B.R.) presume de ser una organización a nivel nacional, la verdad es que aún no ha
dejado de desvincularse de su rango regionalista. Prueba de ello es su participación en la A. de C.
(Asamblea de Cataluña), surgidas tras las intentonas de tipo unitario llevadas a cabo en Barcelona contra
el proceso de Burgos, donde se acordó constituir una plataforma más "abierta" que la C.C.F.P.C.
(Comisiones Coordinadoras de Fuerzas Políticas de Cataluña). A. de C. sería el punto de convergencia de
todas las fuerzas populares catalanas que "mantienen su repudio a la falsa legalidad fascista.
La O.C.E. (B.R.) tomó parte en las tareas preparatorias que culminaron en un proyecto donde se concretó
que A. de C. aspiraba a constituir una reunión de "partidos políticos catalanes, grupos, organizaciones
para legales y demás entidades y personalidades de Cataluña que mantengan una actividad o puedan
desarrollarla contra la dictadura franquista y reconozcan la opresión a que está sometida la nación
catalana, pero sin otra exigencia para participar que la de una postura de diálogo".
Aunque O.C.E. (B.R.) suscribió en principio su adhesión, debido a su intencionalidad antifranquista, no lo
hizo así, separándose al final, por considerar que A. de C. estaba dominada por la burguesía y sus
pretensiones de volver al estatuto de 1932.
Como órgano de difusión, la O.C.E. (B.R.), tiene "Bandera Roja", material político a nivel nacional, cuya
aparición, aunque con carácter irregular, data de 1969. Como revista teórica y política, publican
esporádicamente "Política Comunista". En cuanto a los de carácter regional, están "Estrella Roja",
portavoz de la O.C.E. (B.R.) en Barcelona, publicación mensual desde 1970, y para Madrid, a partir de
1972, "Unión Comunista". Su aparición es muy irregular.
En el marco universitario difunde: "Tribuna Roja", órgano del Comité universitario de Barcelona. Con
carácter extraordinario ha publicado monografías relacionadas con "la docencia". "Asamblea", para
estudiantes de bachiller, "Boletín Comunista", para el distrito universitario de Valencia y "Escuela Roja",
aparecida en 1971, son otros tantos periodicuchos de tres al cuarto.
Últimamente, un grupo avanzado de O.C.E. (B.R.) se escinde y forma el P.C. (U.R.) (Partido Comunista,
Unidad Roja). Celebra su primer Congreso en diciembre pasado y difunde con el subtítulo de Revista
teórica del C.C. del P.C. (U.R.), el panfleto "Revolución".
https://recursos.march.es/linz/I53590.pdf
Re: La "hidra comunista de cien cabezas" durante el Franquismo
EL COMUNISMO. La hidra de las cien cabezas
(XIII)
El Alcázar. 10/02/1977.
Por Francisco J. DE URCI
ORGANIZACION DE MARXISTAS-LENINISTAS ESPAÑOLES; O.M.L.E.
SEGÚN dejamos anotado al hablar del P.C.E. (M-L), la O.M.L.E. fue una nueva cabeza de la hidra,
surgida de dicho partido en el año 1969. Esta escisión se produjo simultáneamente con otra de tipo
regionalista, constituyéndose la Agrupación de Trabajadores marxistas-leninistas de Euzkadi, después
M.C.V. y M.C.E. (M-L) cuyo órgano de difusión fue "Erriko-Batasuna". Para disimular ante la inopia del
pueblo español, el P.C.E. (M-L). calificó a la primera de reaccionaria y a la segunda de antipartido.
El primer indicio acerca del nacimiento de la O.M.L.E. lo encontramos hacia mediados de 1968 en
Madrid en el Colegio Obispo Perelló y en plan más reducido aún, donde se encontraba su élite inicial en
el Club Acop. Un tal Valverde se erige en conspicuo máximo. Es un tránsfuga del P.C.E. (I), pero como
podemos comprobar, una vez más, todo queda en casa. Este trasiego de jefecillos tras el cobijo de unas
siglas a otras, sólo forma parte de la mecánica conspirativa de la hidra.
El tal Valverde, mientras se encuentra de recluso en la cárcel de Carabanchel, disimula su condición de
político y se hace pasar por delincuente común. Los aparentes motivos para la escisión de la O.M.L.E.,
del seno del P.C.E. (M-L), no fueron otros que "los de una tendencia hacia la moderación", ya que el
nuevo partido "pekinés" era impulsor de una línea política donde la violencia fuese la norma habitual en
la conducta de sus militantes.
La O.M.L.E. inicialmente logra establecer tres órganos de captación con carácter federativo, ubicados en
España, París y Estrasburgo. El primer Congreso lo celebran en la capital francesa en 1970. Sus
comienzos estuvieron mediatizados por la austeridad y falta total de medios económicos.
Sin embargo, pronto salen de la penuria gracias a la ayuda que les llega de la China comunista, a través de
la embajada de dicho país en Francia. Ello hace que consideren su posición con relativa solidez y
preparen la celebración del Congreso ya referido, donde habían de tratarse entre otros temas, de la
primera constitución de los cuadros de dirección.
34. LLAMAMIENTO PARA LA PLATAFORMA
Hacia finales de 1970, en el madrileño distrito de Ventas del Espíritu Santo, son detectados por la acción
policial los primeros indicios de la O.M.L.E., aunque paralelamente y con más fuerza inicial habían
surgido en la región gallega. Se caracterizan por reiteradas siembras de propaganda. Las hojas —para
despistar— van suscritas con el anagrama de O.M.L.G. (Organización marxista-leninista Gallega).
Tras casi un año de "tanteos ideológicos", en la reunión general de octubre de 1971 evolucionan
claramente hacia el modelo político "pekinés". La flamante O.M.L.E. se irroga como tarea primordial la
de "reconstituir" el verdadero partido comunista ya que los "carrillistas" han traicionado los principios
fundamentales del marxismo-leninismo. Esta entelequia la mantienen a ultranza en todos sus "materiales".
Pero ha llegado el momento de denunciar lo burdo de la maniobra, apenas que nos adentremos en los
entresijos del comunismo como conspiración política latente y permanente. En el momento oportunista, el
P.C.E. (ortodoxo) pareció disgregado en varios grupos integrantes en el bloque "pekinés". Estas nuevas
cabezas de la hidra: P.C.E. (M-L), M.C.E. (M-L), O.R.T., O.C.E. (B.R.) y O.M.L.E., aspiran a la
"reconstitución" del partido comunista. Al parecer fue a la O.M.L.E., como veremos después, a quien le
tocó en suerte la labor, "reconstructora", pero lo mismo le hubiese podido tocar a otra cabeza cualquiera
de la hidra. Las demás, con su "expansión", han conseguido igualmente la tarea recomendada. La
situación actual, aun llevados de la natural prudencia, apresuramientos aparte, ¿si llegase el caso —al
parecer próximo— de legalizar el P.C.E. (ortodoxo), no vendrá luego, por parte de éste, un llamamiento a
la "concordia" de una vuelta de hijos pródigos? Con ello, el comunismo, o el eurocomunismo, o el diablo
que los confunda, aumentará considerablemente su influencia contaminadora.
Durante el mes de abril de 1973 y con vistas a las jornadas de lucha, cuyo protagonismo se había
asignado al P.C.E. (M-L) a través del F.R.A.P., la O.M.L.E. colabora haciendo un llamamiento para
anunciar la constitución de "una plataforma para unir sus fuerzas encaminadas a convertir el 18 de julio
en una jornada de lucha nacional antifascista y antiimperialista".
Defienden asimismo la imposibilidad de una "reconciliación nacional", y para salir de la situación en que
el pueblo se encuentra, no hay otro camino que: "la lucha decidida en la que participe todo el pueblo".
Para ello aseveran: "Hacemos un llamamiento a la clase obrera, a todos los revolucionarios, a todos los
patriotas de los pueblos oprimidos y a todos los antifascistas que vienen subiendo la explotación y
opresión ejercida por el estado fascista e imperialista español, para que nos unamos en la lucha contra el
enemigo común".
En el llamamiento se daban normas para celebrar paros, manifestaciones, asambleas y otras actuaciones
similares. Como ejemplo a seguir, poníase al pueblo chino, donde dicho sea de paso, los fabricantes de
camisas y corbatas lo deben pasar bastante mal.
En todo caso, las jornadas de primero de mayo serían preparatorias de las del 18 de julio, al que titularon:
"Día de protesta nacional, contra el fascismo y el imperialismo". Este llamamiento fue suscrito por el
Comité de Dirección de la O.M.L.E.
En las siembras de propaganda que se realizan en Madrid en la madrugada del primero de mayo, bajo el
título de: "¡Arranquemos por la fuerza lo que nos arrebataron por ella!", O.M.L.E. además de mostrarse
partidaria de la "convicencia pacífica, resaltar las huelgas de los mineros de Asturias, S.E.A.T. de
Barcelona, Chrysler de Madrid y Empresa Nacional Bazán de El Ferrol del Caudillo, define para
confusionismo de incautos su postura con respecto al P.C.E. (ortodoxo), calificando a Carrillo y sus
amigos de "agentes del fascismo en nuestras filas".
En otro llamamiento fechado en 17 de julio y suscrito conjuntamente por O.M.L.E. y O.M.L.G.
preconizan el boicot general de la prensa y de los actos conmemorativos. "Que a la guerra permanente —
dicen con machaconería— sostenida por la oligarquía fascista e imperialista española contra la dase
obrera y los pueblos, éstos deben responder incrementando el combate y el apoyo mutuo contra el
enemigo común".
"La O.M.L.E. logra —aunque no mucho— hacer algunos prosélitos en Cataluña y País Vasco. También
son localizados militantes en Levante y Andalucía.
Con respecto al exterior, las "federaciones" de París y Estrasburgo quedan un tanto marginadas de la
marcha de la organización. La causa no es otra que una aparente falta de coordinación con respecto a los
cuadros directivos.
Aunque en Madrid consiguen un notorio éxito inicial de adherentes, "culpan" reiteradamente al P.C.E.
(ortodoxo) de que este aumento no sea mayor. Demostración palpable o reconocimiento obligado, de que
en fin de cuentas, la verdadera fuerza la posee el comunismo tradicional.
Los de O.M.L.E. motejan de "falsos comunistas" a los ortodoxos, colaboradores con los oportunistas de
izquierdas al "servicio del fascismo". Claro está —insistimos nuevamente— que esta dialéctica "amable"
no es nada de fiar.
O.M.L.E. difunde por entonces su órgano de propaganda "Bandera Roja", de igual título que el de O.C.E.
(B.R.), cuya edición, al principio en una hoja suelta y mal impresa, será más tarde un periodicucho al
precio de 15 pesetas, anticipándose así —en cuanto a precios— a la prensa nacional y que establecerá una
"tolerada" competencia con "Mundo Obrero" y "El Correo del Pueblo", medios difusores del P.C.E.
(ortodoxo) que dicho sea de paso, es el más cuidadoso y serio en el tiraje y confección de papeluchos y
hojas sueltas.
En principio el aumento de simpatizantes le causa a O.M.L.E. algunas estrecheces económicas que
resuelven con "su ampliación política de masas". Así tratan por primera vez y con verdadero interés en
acometer la tarea de la reconstrucción del Partido.
Para poner en marcha su gran aspiración, revisan los acuerdos tomados en el Congreso de París de 1970,
donde se fijaron como objetivos inmediatos los de crear y desarrollar dentro de España el Partido
Revolucionario de la Clase Obrera y en su consecuencia, la de implantación de las doctrinas maoístas en
la masa laboral.
Para concretar tareas a realizar, en la reunión del mes de junio de 1972 acuerdan que el objetivo
fundamental para los trabajos es el desarrollo de la conferencia (máximo organismo de dirección) y
seguidamente, la elección de C. de D.
Ahora bien, para ello es necesaria la participación de todos los afiliados por su afinidad con las masas,
para un acercamiento con otras organizaciones locales. Después se constituirá definitivamente el órgano
dirigente.
Es entonces cuando O.M.L.E. se autodefine como organización maoísta independiente en su lucha contra
el fascismo, el capitalismo, los oportunistas, los clericales, los revisionistas y los... comunistas traidores al
verdadero leninismo. Para la O.M.L.E. el fascismo es desde luego "su primer enemigo", pero también lo
son todos los partidos marxistas y grupúsculos comunistas que han dado su viraje hacia la derecha. A
todos los moteja de "sostén del imperialismo". En cuanto a los trotskistas, los ataca por no denunciar las
"contradicciones" latentes entre fascismo y socialdemocracia.
La O.M.L.E. repudia además cualquier sindicalismo. Sus modos de acción no se materializan en
"absurdas huelgas generales" que a nada definitivo conducen. Es mucho más eficaz, preconizan, "avanzar
en la organización de las masas". Por otra parte O.M.L.E. padece de nostalgias al igual que otras cabezas
de la hidra.
La frustración es una de las constantes —quizá la más pesada— que más padece, o ha padecido toda la
historia del comunismo como sistema ideológico en España.
Así, es frecuente en sus "materiales" encontrarse con alusiones a las que sin recato ni vergüenza, llaman
"Nuestra Gloriosa Guerra Nacional Revolucionaria" cuando se refieren a la Cruzada española. Pero de
todas formas, a todo hay quien gane, los ortodoxos la denominaron en más de una ocasión: "Nuestra
Gloriosa Guerra de Liberación".
Como los demás brazos de la hidra seguidores de Mao Tse Tung, la O.M.L.E. mantiene que la conquista
del poder ha de basarse en la insurrección armada, primera fase de la guerra popular, siempre que esté
organizada y dirigida por el Partido (en este caso, el reconstituido) y con la participación de las masas.
En el pleno celebrado en enero de 1973, se puntualizan las aspiraciones de la O.M.L.E. cuyo programa
político fue redactado en atención a que la victoria del fascismo en nuestra "Gran Guerra Nacional
Revolucionaria", como dijo José Díaz Ramos, no ha eliminado las causas que la originaron, "sino que las
ha hecho más agudas". La O.M.L.E. se distingue en sus "materiales" por ciertas nostalgias
"enternecedoras" hacia José Díaz, el antiguo secretario general del P.C.E. (ortodoxo) a quien sucedió
Doña Dolores. Evocaciones que son por demás demostrativas de un acatamiento "lejano" a Moscú.
La O.M.L.E. concreta en nueve puntos su "programa mínimo para la Revolución en España". Esperemos
con cierto optimismo no lleguen ni siquiera a pensar en el "máximo". Veámoslos resumidamente:
1 Confiscación sin indemnización de las tierras para entregarlas a los obreros agrícolas y pequeños
campesinos. Nacionalización de monopolios y control del capital por los organismos del nuevo Estado.
2 Mejoramiento general de las condiciones de vida y trabajo. Disminución de la jornada laboral y
aumento de salarios, máximas condiciones de seguridad y adelanto en la edad de jubilación, con una
pensión suficiente; viviendas económicas y enseñanza laica y gratuita.
3 La mujer tiene que incorporarse al trabajo en igualdad con el hombre. También lo hará en la vida
económica y política. Los emigrados han de volver para emprender todos la "edificación" del país.
4 Separación de la Iglesia y el Estado; la Iglesia y la Escuela. Libertad religiosa de creencias y
cultos. Eliminación de los privilegios económicos y políticos de la Iglesia.
5 Liberación de los pueblos oprimidos por el Estado imperialista español. Libre derecho a elegir
cada uno su propio destino.
6 Libertad de presos políticos, demócratas y revolucionarios; de imprenta, reunión, organización y
manifestación. Derecho a la huelga; anulación de la pena de muerte. Indulto de presos comunes.
7 Armamento para el pueblo. Formación de milicias populares. Disolución de los cuerpos
represivos militares, policiales y judiciales. Disolución de las Cortes. Depuración del Ejército de
elementos fascistas y reaccionarios para ponerlo al servicio del pueblo. Enjuiciamiento de
contrarrevolucionarios y agentes de la reacción por los tribunales populares.
8 Apoyo a la paz mundial. Desmantelamiento de las bases americanas. Amistad fraternal con los países
socialistas. Apoyo a todos aquellos que luchen contra el fascismo y el imperialismo. Aplicación de la
coexistencia pacífica. Anulación de los tratados secretos.
9 Formación de un gobierno provisional democrático y revolucionario por representantes del pueblo y sus
organizaciones políticas que lleve hasta el fin las transformaciones democráticas revolucionarias y
convoque elecciones libres de representantes populares a una Asamblea Nacional Popular.
Para lograr estos objetivos la O.M.L.E. orienta sus fuerzas hacia la capacitación política de la clase
obrera. Defiende la aglutinación de todas las fuerzas populares, como único camino para la puesta a punto
de la insurrección armada contra la oligarquía.
Para la reconstitución total del Partido, es decir, para lograr un "Gran Partido Comunista", con el que se
alcance la dictadura del proletariado, la O.M.L.E. en su ambición de protagonismo pregona que la
revolución —que por supuesto, ha de hacerse bajo su dirección—, ha de llevarse mediante el desarrollo
de tres vertientes: la política, la ideológica y la económica.
Para la primera, había que exponer y alcanzar— aunque sea por la violencia— todas y cada una de las
reivindicaciones democráticas, con el fin de crear las "organizaciones de masas" como el mayor oponente
de las fuerzas represivas.
En cuanto a la segunda, se luchará contra toda manifestación reaccionaria y contra los falsos comunistas
de ideología revisionista. Como tarea más urgente se desarrollarán y consolidarán las organizaciones en
talleres, fábricas, tajos, etc., hasta conseguir hacer de las mismas, las "verdaderas fortalezas del Partido".
Por último, conseguida la revolución, se mejorarán las condiciones de vida del obrero. Para ello había que
destruir los sindicatos, magistraturas, jurados de empresa, seguridad social, etc., para sustituirlos por otros
organismos impuestos por el Partido.
Así de sencillo.
https://recursos.march.es/linz/I53591.pdf
Re: La "hidra comunista de cien cabezas" durante el Franquismo
EL COMUNISMO. La hidra de las cien cabezas
(XIV)
El Alcázar. 11/02/1977.
Por Francisco J. DE URCI
ORGANIZACION DE MARXISTAS-LENINISTAS ESPAÑOLES; O.M.L.E.
Para ser miembro de la O.M.L.E., hay que aceptar plenamente cuanto se expone en sus estatutos y seguir
"muy de cerca" la línea programática de la organización. Cada militante se encuadrará en el sector
correspondiente de acuerdo con sus actividades, profesión, situación social, etc.; todos han de pagar sus
cuotas correspondientes.
No es la O.M.L.E. "muy asequible" a la admisión de sus militantes. Para ingresar, los adherentes han de
sufrir un período de pruebas de seis meses de duración. Superado dicho período, lo han de solicitar
mediante instancia que avalan dos militantes veteranos. Después ha de superar un examen en la célula
donde se le encuadre. Por último la admisión definitiva será aprobada en una reunión general y ratificada
después por el organismo de dirección.
Todo componente de O.M.L.E. queda obligado con carácter permanente a:
Estudiar y propagar los principios del marxismo-leninismo (Mao Tse Tung), sus documentos y cuantas
directrices le dicte la organización.
Trabajar por la clase obrera sometida al fascismo español, quien la explota abusivamente, y contribuir a la
causa de la revolución mundial.
Tener actitud vigilante frente al enemigo de clase, tanto dentro como fuera de la O.M.L.E.; guardar por
otra parte, sus asuntos internos.
Estar capacitados para unirse a la mayoría, aunque ésta sea opuesta, pero que muestre deseos de corregir
sus errores. Vivir con las masas, consultarlas y adoptar una postura obediente, "siempre que sea en
beneficio de O.M.L.E.",... del pueblo y de la clase obrera.
Tener derecho a participar en la elaboración de la línea política y a ser escuchado. Ser plenamente
disciplinado, exponiéndose en caso contrario a ser corregido con advertencia, destitución de cargo y
expulsión.
Caso de que el militante solicite retirarse de la lucha, se estudiará su caso en la célula y se determinará lo
que se ha de hacer, una vez decida el organismo de dirección correspondiente.
En determinadas ocasiones, las expulsiones pueden hacerse públicas ante las masas.
35. ORGANISMOS DE BASE Y DIRECCIÓN
Con la I Conferencia Nacional (Pleno de enero de 1973), la O.M.L.E. toma un notorio impulso. Como las
demás cabezas de la hidra persigue el centralismo democrático. Sólo hay una disciplina —anuncian—
única por la que todo militante está ligado a ser "responsable"; la minoría a la mayoría (ficticio) y la
organización al Comité de Dirección.
En la O.M.L.E. cada organismo ha de rendir «cuentas periódicamente al inmediato superior y durante la
conferencia, cuando ésta sea convocada y a petición del C. de D. o en su defecto de las dos terceras partes
de los componentes de la organización. En el tiempo comprendido entre dos conferencias, toda la
organización está sometida al C. de D.
En el mes de junio, se celebra en algún punto de España, sin poderse determinar el primer Consejo
Nacional Constituyente de la O.M.L.E.; en las jornadas del mismo se intuye la conveniencia de "armar al
pueblo lo antes posible, o a una parte del mismo (globos desinflados) con vistas a la organización de las
milicias populares".
Para más tarde quedó (ojo al parche) "la ejecución y encarcelamiento de los represores antifascistas y de
los contrarrevolucionarios". Para el fomento de la desmembración de la unidad nacional se habían de
celebrar "conferencias nacionales" en Euzkadi, Galicia y Cataluña. También se dictaron normas
orientadoras con vistas a la próxima Conferencia Nacional a celebrar hacia mediados de 1975.
Durante el mes de enero de 1974, la O.M.L.E. experimenta los rigores de la represión, no así
proporcinalmente los de la administración judicial. Su manifiesta ilegalidad y enconamiento de la
sociedad se hace patente con incitaciones a huelgas masivas para resentir la economía nacional y la caída
de la Bolsa.
Las detenciones de miembros de la O.M.L.E. son numerosas, especialmente en Andalucía, donde son
desmantelados en casi su totalidad los aparatos de Cádiz y Sevilla, además del Comité Regional.
Con afán revanchista, la Comisión Ejecutiva del C. de D. y con vistas a las próximas jornadas de lucha
para el primero de mayo de 1974, O.M.L.E. lanza un extenso manifiesto donde resaltan que, "el fascismo
y sus agentes, con un margen de maniobra cada vez más estrecho, han recurrido al desarrollo de las Leyes
Fundamentales, en un vano intento de amortiguar sus contradicciones y encauzar, controlar y liquidar las
luchas del pueblo trabajador".
La O.M.L.E., pretende persuadir a continuación que tiene ante si un trabajo "duro y peligroso", pero al
final será la única organización de masas que acabe para siempre con el "fascismo, la monarquía y la
bancarrota del socialimperialismo´´.
El año 1974 es el de mayor expansión de la O.M.L.E.; su meta ansiada de la "reconstitución" del Partido,
parecía —al menos así creen— próxima. En cuanto a sus actividades subversivas, prosigue con la pauta
inicial del boicot, las asambleas, y para "disimular", la crítica agresiva al comunismo ortodoxo. En todos
sus textos y materiales de propaganda, las alusiones al comunismo estaliniano y a José Díaz son
frecuentes y laudatorias. Pero faltos por otra parte de originalidad, prosiguen tercos y obstinados en las
evocaciones tópicas y típicas del "¡NO PASARAN!", la traición de Segismundo Casado, la agonía del
franquismo, la pérdida de la guerra civil por la ayuda alemana y la traición de socialistas y republicanos, y
demás justificaciones pueriles, con las que quieren disimular su propia cobardía.
Con respecto a otras cabezas de la hidra, la O.M.L.E. perfecciona su organización consolidando los
organismos de Base y Dirección, eslabones fundamentales dentro de la orgánica del centralismo
democrático. Entre los primeros dedican el proselitismo a la formación de células de fábrica, empresa,
colegio y barrio. Cuando hay un número relativamente importante de militantes, se organiza el comité de
radio, para luego, sus componentes, ser distribuidos en una zona determinada, como por ejemplo un
polígono industrial.
Esta fase previa de organismos de Base sería luego ampliada con la formación de Comités locales,
comarcales y regionales, además de otros ´´cuadros especializados para determinadas campañas de
agitación, boicot, etc. En todo caso, estos comités especializados son de carácter temporal.
36. TAREAS DE LOS RESPONSABLES
La célula en la O.M.L.E. adopta la constitución mea simple y tradicional. Un mínimo de tres y un máximo
de cinco. Apuntamos ahora la semejanza con el irurko (tres individuos) y el bosteko (cinco) en los
primeros tiempos de la E.T.A., cuando aún no había aprendido a manejar la dinamita y las pistolas
"Firebird". Este criterio de la célula, O.M.L.E. no lo sigue en los demás órganos de mando, cuyo número
es variable.
No obstante, lo mismo en las células (o troicas) que en los comités, las responsabilidades y tareas de sus
cuadros, siguiendo el sistema normal de la organización totalitaria comunista, se distribuyen de la
siguiente forma:
El responsable político (en otras se llama secretario de organización) es el jefe de la célula. Su misión es
la de "dar" la verdadera interpretación a las consignas recibidas del comité correspondiente e indicar cuál
es la línea política que debe seguirse. En resumen, estará bajo su responsabilidad la dirección política en
general. Caso de que falte alguno de los otros responsables, no debe absorber sus trabajos, pues ello se
opone a su verdadera situación dentro de la célula, como jefe absoluto.
El responsable de agit-prop, en O.M.L.E. se desdobla. El de propaganda cuidará sólo de la distribución de
materiales y de la recaudación que el reparto de aquélla puede proporcionar. Informará y sugerirá a los
receptores de lo más interesante que reflejan los materiales, de acuerdo con la condición de los que la
reciban. El responsable de propaganda —propugnan—, para ser un buen cuadro y poder impresionar, "ha
de inculcar muchas ideas en una persona, o en un número reducido de ellas".
En cuanto al responsable de agitación, tendrá bajo su confianza la dirección y orientación de las tareas y
campañas de agitación, desde su participación con afán de protagonismo en reuniones y asambleas de
obreras, hasta la provocación con ánimos polemistas de cualquier tema que se plantee.
De esta forma, el responsable de agitación "tomará el pulso a la masa", con vistas a ulteriores tareas
incordiantes, subversivas e insidiosas. Su labor de resumen es al contrario de la del responsable de
propaganda. Es decir, perseguirá "inculcar una sola idea (cuanto más obsesiva, mejor) o en su defecto,
dos o tres a lo sumo, a muchos "embaucados".
Habrá además un responsable de planificación. Sus tareas se concretarán a establecer contactos, situar
estafetas (buzones), tomar medidas de seguridad para que la célula no sea desarticulada, elevar las
peticiones para reuniones y asambleas y, por último, administrar los fondos de la célula.
En cuanto a los organismos de dirección, su órgano superior es la Conferencia. Esta decide la línea
política que se ha de seguir. Para su ejecución se nombra el Comité de Dirección que, primeramente,
nombra una comisión para preparar la próxima Conferencia y estudia para su aprobación definitiva o
denegación las biografías de los nuevos cuadros nombrados para cada organismo. Por último, el Comité
de Dirección hace lo propio con respecto a los miembros de los comités, tanto generales como
específicos.
La O.M.L.E. establece su órgano central en Madrid, desde donde irradia a provincias una serie de comités
regionales, denominados de Centro o Castilla; de Andalucía, con comités locales en Cádiz y Sevilla; de
Cataluña, del País Vasco o Euzkadi y de Levante, con un comité local en Cartagena. Tanto el de Cataluña
como el de Euzkadi, están saturados de contaminación separatista, al igual que el local de Cartagena,
donde se pretende fomentar, "apelando a sentimentalismos históricos", un trasnochado cantonalismo. El
caso, como puede verse, es hacer la pascua por todos los caminos posibles. Los de Cataluña, Galicia y
Euzkadi, adoptan siglas propias como O.M.L.C., O.M.L.G. y O.M.L. de E.; en cuanto a la gallega, se la
puede considerar desligada de la "nacional", con sede en Madrid. Tanto la catalana como vasca, siguen
muy de cerca en su "rebeldía" a la de Galicia. Por todo ello, lo de reconstitución del Partido no pasa de ser
un nuevo "reclamo publicitario" para captación de incautos. Pensemos que la simplificación de cabezas a
la hidra, es contraria al totalitarismo marxista-leninista.
En cuanto a Madrid, además del comité regional de Castilla, está ubicado el Central que dispone de las
ramas ejecutiva, organizativa y de propaganda. Este Comité Central conecta con otro existente en el
exterior para la captación de emigrantes. Por lo que respecta al comité regional de Centro, la O.M.L.E.
dice disponer de una plataforma con organismos de base ideológica y política. Como tarea más
apremiante, se marcan la formación de numerosos cuadros que serán luego el demento básico para el
desarrollo total de la O.M.L.E.
Con respecto a las actividades de la O.M.L.E. en Andalucía, sus primeros balbuceos son detectados en
Cádiz, hacia el mes de julio de 1973, cuando son intervenidos algunos materiales suscritos por el Comité
Comarcal. De todas formas, la infraestructura regional no ha llegado a superar la fase embrionaria,
aunque es de sospechar la existencia de gran número de simpatizantes y cierto apoyo económico, cuya
"fuente de riqueza" emana de la sede del comunismo "pekinés". No obstante, la intensa desarticulación
padecida a finales de 1974, dejó prácticamente deshecha a la organización.
Igualmente es la situación para 1974 de la O.M.L.E. en Levante. El hecho de que su base más importante
haya sido detectada en Cartagena, donde se explotó, para alimento de memos e ignorantes, las andanzas
de los cantonales, a partir de febrero de 1973 demuestra, de una parte, la aviesa mentalidad podrida del
comunismo, y de otra, el servirse de situaciones "históricas" a las que se les puede sacar partido en propio
beneficio. El sistema es deleznable y aborrecible.
Tanto en Cataluña como en d País Vasco, la O.M.L.E. adquiere alguna fuerza gracias a sus campañas en
pro del separatismo. En cuanto a la O.M.L.E. Gallega, superadas las dificultades con el Comité Central
durante 1972, dispone de unos cauces de expansión de masas a través de la O.O. (Organización Obreira),
que no es otra que la cabeza de hidra para el sector laboral de la O.M.L.G.
Por otro lado, el Comité del exterior mantiene conexiones importantes con las organizaciones marxistas
leninistas de Europa y en especial con la establecida en Bruselas. De ahí que cuiden mucho el impulso de
su propaganda en el extranjero, con el fin de impresionar a los emigrantes con vistas a su vuelta a la
patria.
Ultimamente, la O.M.L.E., y con el nombre genérico de círculos, intenta constituir órganos de base
específicos para cada sector social, como estudiantes, obreros del metal, de la construcción, etc.; también
del campesinado, y productores de una empresa determinada a la que se la "condena" a la quiebra
económica.
https://recursos.march.es/linz/I53592.pdf
Re: La "hidra comunista de cien cabezas" durante el Franquismo
EL COMUNISMO. La hidra de las cien cabezas
(XV)
El Alcázar. 15/02/1977.
Por Francisco J. DE URCI
ORGANIZACIÓN DE MARXISTAS-LENINISTAS (O.M.L.E.)
Para impulsar sus siembras de propaganda el 18 de julio de 1974, la O.M.L.E., para confusión de
demócratas de izquierdas y demás memopensantes, confecciona unos "materiales" en los que se ridiculiza
a doña Dolores y su discípulo predilecto Santiago Carrillo. Por otra parte, invitan a la reconstitución del
Partido, tema para ellos obsesionante.
Pero lo curioso es que, aunque presumen de su rompimiento total con el P.C.E. (M-L) de donde han
nacido, por escisión, según dijimos, en la misma fecha, y con análogos motivos, en Madrid es intervenido
un llamamiento suscrito conjuntamente por la O.M.L.E. y el F.R.A.P., lo que viene a demostrar
nuevamente que todos son lobos de la misma camada y que las discrepancias son falsas, como falso y
veleidoso es todo el montaje tanto "pekinés" como "moscutero", para conseguir sus propósitos.
En el llamamiento en cuestión, además de criticar la postura aperturista de engañosa para "blanquear el
fascismo su negro régimen", lanzan una especie de programa político consistente en los siguientes puntos:
1 Amnistía verdadera, completa y general y libertad para todos los presos políticos y por causas sociales.
(Presos políticos y causas sociales, son para O.M.L.E. los procesados e indultados bondadosamente por el
Caudillo (q.e.p.d.) en el proceso de Burgos).
2 Libertad de asociación, reunión, prensa y manifestación.
3 Subida general de salarios y jornada de 40 horas.
4 Precios justos por sus productos a los pequeños y medianos campesinos.
5 Nuestra participación consiste en luchar por estas cosas y no cejaremos hasta conseguirlas.
6 Por consiguiente, boicotearemos todo lo que no vaya al logro de estos objetivos.
En enero de 1975 tiene lugar la III reunión del pleno del Comité de Dirección. En ella se acuerda la
convocatoria para el Congreso Reconstitutivo del Partido. Las razones son expuestas en octavillas
fechadas en primero de mes.
Se intenta dar un gran impulso a los planes internos de la O.M.L.E., reconsiderar la línea política y
estudiar nuevamente los estatutos. Se hace luego un llamamiento general con el fin de ejercer la discusión
y la debida critica.
Al mes siguiente, el Comité de Dirección de la O.M.L.E. propaga las nuevas directrices a seguir por la
masa obrera con relación a las anunciadas elecciones sindicales.
Ya no basta —dicen— con el boicot, se impone ejercer acciones más activas durante la celebración de las
asambleas. "Nuestras armas —alardean— ya las conocéis: la unión, la huelga, la solidaridad, las
manifestaciones masivas en las calles y los enfrentamientos con las fuerzas de Orden Público. Nada de ir
con las manos vacías".
El P.C.E. (r), Partido Comunista de España reconstituido, como se comienza a designar a la O.M.L.E. a
partir de la III Reunión Plenaria del Comité de Dirección, cree así cumplir una de sus misiones, la de
cambiar de nombre, para pasar de organización - de masas a partido político. Todo esto como puede
verse, son camelos semánticos. De todas formas, la reconstitución del partido es pura utopía y de hacerse,
quien la llevará a cabo será el "ortodoxo", en cuanto consiga su deseada legalización. Hecho que
anticipadamente denunciamos, como conocedores de las trapisondas arteras del comunismo, como
doctrina ambiciosa que no admite más puntos de vista que los propiamente suyos.
Sin embargo, para dar visos de una realidad ficticia, la O.M.L.E. aunque sigue "agarrada" a su
centralismo democrático, tiene que modificar algo sus estructuras y cuadros.
Así en los organismos superiores, al antiguo Comité de Dirección se le llama ahora Comité Central, y a la
antigua Conferencia se la designa más "ortodoxamente" Congreso. Esta regresión a los patrones del
verdadero comunismo es muy aleccionadora.
Como el afán de protagonismo se exalta y todos quieren ser importantes, se aumenta el número de
conspicuos del Comité Central y de paso a los simples militantes —pues así conviene al totalitarismo
comunista— se les despoja de su antiguo derecho de revocar los acuerdos de la Asamblea, antes
Congreso.
Para la celebración de éstas, acuerdan realizarlas cada cuatro años. En el primer pleno de la Comisión
Ejecutiva se eligieron los responsables y se nombró el secretario del Comité Central. Los responsables de
agitación y propaganda son ahora, a su vez, miembros de la Comisión Ejecutiva.
Las tareas del Comité Central nuevo son las habituales de toda organización comunista. A saber:
convocar y organizar los congresos; rendir cuentas de su labor a aquél; hacer que se cumpla la línea
política del Partido y fiscalizar la composición de los cuadros intermedios. Estos a su vez han de aplicar la
línea política marcada y seguir cuantas consignas le marque el Comité Central.
Por su parte, los organismos de Base encargan muy especialmente que se liguen a las masas, a las que han
de inculcar la línea política fijada a través del Comité Central otros escalones intermedios tales como los
comités de fábrica, de radio, comarcal, del metal, de la construcción, etc.
La O.M.L.E., persuadida de que con estas ilusorias medidas ha logrado la "reconstitución" del Partido, lo
difunde así en julio de 1975, mediante un comunicado que refleja lejanamente las tareas de su primer
Congreso. "La Organización de Marxistas-leninistas de España —anuncian— cambia, pues, de nombre,
adoptando el de P.C.E. (r), en un nuevo intento de constituir el auténtico Partido Comunista de España,
verdadera vanguardia del proletariado y fiel a la doctrina marxista-leninista".
Debido a su matización ideológica, sus relaciones con otras cabezas de la hidra son de diversa condición.
Así, con los ortodoxos mantienen en principio algunos contactos circunstanciales —como demostración
de un deseo "filial" de volver al seno materno—, mientras que con los trotskistas, los verdaderos
oponentes del comunismo tradicional, los contactos son nulos, aunque esporádicamente fomentan alguna
colaboración, mientras que con el P.C.E. (M-L), si a nivel directivo se pronuncian discrepantes, a través
de su frente armado de masas F.R.A.P., se relacionan íntimamente para "asimilar" sus tácticas de
violencia con miras a constituir supropio frente revolucionario practicante del crimen, al que llamarían
finalmente G.R.A.P.O. (Grupo de Resistencia Antifascista, Primero de Octubre).
La O.M.L.E., con anterioridad a su transformación en P.C.E. (r), mantiene relaciones con otras
organizaciones de izquierdas, aunque ajenas al comunismo, proclives a éste, como son la U.S.O. (Unión
Sindical Obrera), C.C.O.O. y la denominada Iglesia Progresista, donde el trotskismo, del que hablaremos
en otra ocasión, consigue una sustancial captación de incautos.
Hacia mediados de 1974, la O.M.L.E., en su plan expansionista, pone en marcha un grupo para la
Universidad al que denomina: "crítica antiimperialista". Su actividad hasta el presente no ha sido muy
destacada.
Con respecto al grupo marxista-leninista español ubicado en Bruselas, el que se "auto-titula" escindido
del P.C.E. (M-L) mantiene estrechos contactos con vistas a la realización de un Congreso General de
organizaciones marxistas-leninistas. En verdad, todo queda por el momento en proyecto por cuestiones de
protagonismo, ya que la O.M.L.E., o mejor dicho el P.C.E. (r) y el grupo de Bruselas, quieren ambos
llevar la dirección.
La O.M.L.E. desde el momento que estrena la nueva titulación de P.C.E. (r) se distingue por sus
campañas en descrédito del 18 de julio, sus reiterados llamamientos para la reconstitución del Partido y
sus violentas censuras —para despistar— a "Pensionaría" y Carrillo. Su limitación de "slogans"
publicitarios es manifiesta. Los más explotados y usuales, son: "¡Abajo el fascismo!; ¡Alertas ante la
represión fascista! ¡Adelante en la lucha contra el fascismo! ¡Viva la unidad y la solidaridad de la clase
obrera y del pueblo! Demostrativos por otra parte de que el fascismo sigue, al parecer, siendo el coco que
les quita el sueño.
Para su aprendizaje de acciones violentas, el P.C.E. (r) mantiene una reunión conjunto con elementos de
E.T.A.-V Asamblea, continuando luego con los de E.T.A.-VI, de donde los desplaza violentamente la
L.C.R. (Liga Comunista Revolucionaria), organización, como es sabido, trotskista.
En cuanto a los medios de propaganda son a su vez limitados, por lo que se refiere a titulares, aunque
suelen hacer tirajes algo cuidados. De todos ellos, destaca "Bandera Roja", como órgano central de
difusión. La O.M.L.E. Gallega publica "Setembre Roxo" y "Socorro Roxo".
En Andalucía fueron editados algunos números de "Gallo Rojo", órgano del Comité regional, y "Cuña",
para la provincia de Cádiz. Estos periodicuchos desaparecieron al ser desmantelada la organización por la
acción represiva.
Como revista doctrinal, el P.C.E. (r) distribuye desde Madrid "Antorcha" y algún que otro boletín o
suplemento de "Bandera Roja", aunque sólo con carácter monográfico. También en 1973, y con
"pretensiones comerciales", editaron en Francia almanaques. Desde junio de 1974, y bajo el tema de:
"Hacia la unión popular antifascista", lanzaron "Gaceta Roja", publicación mensual que en un alarde de
agorero vaticinio, venden al precio de quince pesetas ejemplar.
El P.C.E. (r) en realidad es un grupo minoritario pero muy fanático y radicalizado. En verdad, hasta junio
de 1975, tras la reunión de unos cuantos conspicuos en algún lugar de la provincia de Santander, no se le
concede la mayoría de edad.
Así como el P.C.E. (M-L) dispuso de más tiempo y medios para poner en marcha, a través de
organizaciones filiales el frente de masas, tristemente llamado F.R.A.P., el P.C.E. (r) lo hace más
débilmente, aunque tal vez bastante más insidiosamente. Para la canalización de incautos, aspirantes al
crimen, sólo cuenta con la O.D.E.A. (Organización Democrática de Estudiantes Antifascistas) y los
C.L.E. (Comités de Lucha Estudiantil).
Para su carrera del crimen en pro de una democracia "centralizada" por supuesto, el flamante P.C.E. (r)
carece de elementos experimentados, mas este pequeño inconveniente se lo soluciona el P.C.E. (M-L),
todo sea en beneficio de los principios del Mao Tse Tung ese, quien cede el frente de masas F.R.A.P.
algunos "instructores" para explicar las nuevas técnicas de lucha. Así se forman los G.R.A.P.O., bajo
patrón de una "praxis" maoísta, aunque como acaece en ocasiones, los discípulos aventajan a los
maestros, si no en la importancia de los hechos, sí en la forma sanguinaria y criminal de llevarlos a cabo.
El P.C.E. (r), todavía en su fase inicial, carece por el momento de medios económicos para llevar a
cabo sus andanzas. Ironías del destino, para cualquier empresa, es necesario el vil metal. Pero todo se
realiza con el esfuerzo idealista de una "recuperación" sustanciosa.
El 30 de julio (1975) unos —hasta entonces— grupos incontrolados, realizan un atraco a mano armada en
un hospital de Barcelona. El botín, perdón, el "préstamo" es de treinta y dos millones de pesetas.
Insistimos en los eufemismos. El comunismo llama al producto de sus atracos a punta de pistola, unas
veces "préstamos" —al igual que la E.T.A.-, y otras "recuperaciones", ya que en su mentalidad, aseveran
que todo lo que hay sobre la faz del planeta es propiedad del Partido y que le ha sido arrebatado
injustamente por la reacción y el obscurantismo. Por eso, al apropiárselo por la fuerza de las armas que
empuñan, sólo han hecho "recuperar lo que es suyo". Claro que con tales razonamientos, los que poseen
patrimonio y se dedican al lamento del cocodrilo, quizá tengan más que perder que aquellos otros,
exentos de heredad. En el atraco reseñado resulta muerto un policía armado y creo que herido un cabo.
Pero esto sólo importa a los familiares y deudos más allegados de la víctima, en el cumplimiento de su
deber. Sin duda, estas cuestiones del europeísmo les suenen a cuento tártaro.
Con el atraco de Barcelona, el P.C.E. (r) puede "tutearse" con otras organizaciones de la clandestinidad.
Ya tienen un crimen en su historial y un expolio al "capitalismo imperialista", méritos con los que se
"contribuye" a la evolución del país.
De la reunión de la provincia de Santander, surgió, pues, pujante el P.C.E. (r) con un activo, libre de
cargas fiscales, de treinta y dos millones de pesetas exentas de impuestos, lo que no deja de tener su
aliciente.
Continuando en la misma línea de la antigua O.M.L.E., el P.C.E. (r), considerándose el verdadero
"partido revolucionario de la clase trabajadora española", insiste en la separación de la Iglesia y el Estado,
el desmantelamiento de las bases americanas, la lucha despiadada y sin tapujos contra la monarquía
española y el fomento de los separatismos.
Para la acción directa contra la opresión, hay que planificar un aparato militar donde se disponga de
comandos especializados capaces de la "expropiación", "recuperación" y control y dirección de
militantes.
El siguiente "hecho glorioso" por la libertad del P.C.E. (r), a través de su frente de masas G.R.A.P.O.,
tiene lugar el día dos de agosto. Una pareja de la Guardia Civil, cumplido su servicio de vigilancia en el
canódromo madrileño de Carabanchel, regresaba al puesto de El Terol, sobre las once treinta de la noche.
Nada presienten los guardias. Ambos caminan confiados, como lo vienen haciendo durante los días de
carreras de galgos, en cuyo establecimiento prestan un servicio más humanitario que represivo. La hora es
avanzada y la iluminación pública es escasa. Súbitamente desde detrás de unos coches aparcados, tres
sujetos a los que el Partido les ha dado la orden de "matad sin piedad", acometen a la pareja por la
espalda. Los agresores asesinan al guardia Casimiro Sánchez García. El compañero, Inocencio Cabezón,
es herido en un pulmón, aunque logra llegar, angustiosamente y por sus propios medios, al Hospital
Militar "Gómez Ulla", donde fue atendido. La bala, aún la tiene como recuerdo imperecedero, alojada en
el interior de su cuerpo, ya que la ciencia médica decidió no extraérsela. Sus razones tendría.
Los asesinos se dieron a la fuga. El guardia civil Casimiro Sánchez García, de cuarenta y cuatro años de
edad, natural de Herreros del Suso (Avila), estaba casado y dejaba cuatro hijos y viuda. Hacía un año que
estaba destinado en Madrid, donde vino con el fin de facilitar a sus hijos un porvenir atrayente. Casimiro
Sánchez García recibió seis disparos a bocajarro; de ellos, dos le atravesaron el cráneo y un tercero el
tórax.
https://recursos.march.es/linz/I53593.pdf
Re: La "hidra comunista de cien cabezas" durante el Franquismo
EL COMUNISMO. La hidra de las cien cabezas
(XVI)
El Alcázar. 16/02/1977.
Por Francisco J. DE URCI
PARTIDO COMUNISTA DE ESPAÑA (reconstituido). P.C.E. (r)
DURANTE el verano y otoño de 1975, F.R.A.P. y G.R.A.P.O., o mejor dicho P.C.E. (M-L) y P.C.E. (r),
rivalizan en su ejecutoria criminal. Ya dejamos reseñadas las hazañas del primero. Sigamos ahora con las
del segundo.
Un clima de tensión vive el país durante estas fechas. En verdad fueron meses de triste recuerdo. En 28
septiembre se han ejecutado a tres miembros del F.R.A.P. y dos de E.T.A., para los que no hubo indulto.
El primero de octubre, fecha por otro lado significativa para el régimen franquista, por ser conmemorativa
de la exaltación del Generalísimo a la Jefatura del Estado, se había convocado en la Plaza de Oriente una
manifestación masiva de adhesión a su persona. La convocatoria tenía como segundo objetivo, expresar la
repulsa por la campaña antiespañola promovida en Europa, al haberse ejecutado en cumplimiento de
sentencia a unos criminales con filiación política. La manifestación, pues, fue un acto eminentemente
patriótico, pero muy bien aprovechado por los asesinos del G.R.A.P.O., hasta entonces más conocidos por
organización terrorista Primero de Octubre.
La consigna no era la primera vez que había sido dada por alguna cabeza de la hidra: "Matad como sea a
agentes de orden". Hacia las nueve treinta horas de la mañana, mientras millares de madrileños se dirigen
a la Plaza de Oriente, cuatro, comandos del G.R.A.P.O. parten hacia otras tantas sucursales bancarias,
ubicadas en cuatro barrios distintos de Madrid. Recordemos resumidamente los cuatro crímenes.
En la calle Agustín de Foxá, próxima a la Plaza de Castilla, estaba de servicio el policía armado Miguel
Castilla Martín. Le dispararon a quemarropa y huyeron. Gravemente herido, ingresó en un hospital en
estado de coma. Falleció el día 8, sin haber recobrado el conocimiento.
En la calle Valmojado, del barrio de Aluche, unos desconocidos dispararon fríamente sobre el policía
armado Joaquín Alonso Bajo, con una escopeta de cañones recortados. A los pocos minutos de ingresar
en el hospital militar Gómez Ulla, fallecía.
En la Avenida Mediterráneo, al policía armado Agustín Ginés Navarro se le acercan dos individuos; le
disparan a quemarropa. Abatido, uno de los asesinos le machaca el cráneo con un martillo.
Calle Marqués de Corbera. Dos desconocidos disparan sobre el policía armado Antonio Fernández
Ferreiro. Cuando cae al suelo, lo rematan a tiros.
Con este cuádruple asesinato, el G.R.A.P.O., cuya ascensión ha sido tan rápida como inesperada, pasa a
constituirse en la "más joven y audaz" de cuantas organizaciones criminales ha parido la hidra.
Aunque el P.C.E. (r), o P.C. (r) sigue el modelo burocrático tradicional, le introduce algunos retoques
fruto de las experiencias. Todo es susceptible de perfeccionamientos.
El P.C. (r) cuenta con un Comité Central de quince miembros, de los que extrae una tercera parte para
constituir la C.E. (Comisión —no Comité— Ejecutiva). Estos cinco conspicuos tienen los siguientes
cometidos: coordinador general y responsables político, de propaganda, de organización y de la "sección
técnica".
Este nuevo elemento, jefe de la sección técnica, es el encargado de preparar y dirigir los actos terroristas.
Se convierte de hecho, en el brazo armado del P.C. (r.) y termina por ser el personaje sobre quien
descansa la organización.
La "sección técnica" se desdobla a su vez en dos grupos: uno dedicado a la información y vigilancia de
objetivos y personas; y el otro, con el apelativo de "grupo de acciones concretas", ha de preparar y
ejecutar los actos terroristas, de acuerdo con las informaciones y ayudas recibidas por el grupo de
vigilancia. En este grupo se encuadran aquellos militantes que ya han cumplido su servicio en filas.
El P.C.E. (r.) mantiene ciertas vinculaciones con otros partidos o cabezas de la hidra, dentro del bloque
pekinés o maoísta y cultiva trato preferente con el P.T.A. (Partido del Trabajo de Albania), país como es
sabido cuyo papel en Europa es el de avanzada ideológica de Pekín.
Sin duda, el P.C.E. (r.) posee unas más estrictas normas de seguridad, para evitar infiltraciones, que otras
cabezas de la hidra. "Para asegurar la continuidad del trabajo revolucionario —dicen en un documento—,
es necesario no limitar la aplicación de las normas a ciertos gestos, sino que hay que convertirlas en una
labor constante".
Para mantener la desconfianza mutua entre compañeros, "inventan" la "vigilancia revolucionaria".
Despiadadamente unos se observan a otros para evitar delaciones o momentos de "caídas de ánimo".
Salvo componentes de un "mismo organismo", nadie sabe ni conoce las misiones de otro compañero. Es
la única manera —aseguran— de guardar celosamente los secretos de la organización. Muy encarecido
tienen "la lucha contra provocadores y chivatos". Hay que tener en cuenta que para el militante de rango
medio, las normas o consignas que su inmediato les dé son infalibles. Si luego algo falla, ha sido por la
provocación o los traidores infiltrados, nunca porque la represión les haya aventajado. Volvemos, así, a la
"memoria" de tiempos pasados: el Partido no se equivoca. Caso de que algún militante sea puesto en
libertad una vez detenido, se le apartará de su trabajo y se le someterá a un período de observación hasta
que se compruebe que no está vigilado. Por otro lado se les inculca a los militantes de una "gran fuerza
moral debido a la dureza de la vida clandestina".
El compañerismo, por el contrario, no se fomenta fuera de los integrantes de un comando o troica. "El
compadreo y el liberalismo —dicen— son corrosivos y facilitan la labor de provocación". El militante del
P.C.E. (r.) tiene absolutamente prohibido apuntar direcciones, teléfonos y demás datos y llevarlos encima.
Todos estos "materiales" de control se tendrán en casas y pisos ajenos a la organización.Les está
absolutamente prohibido usar otro nombre que no sea el de guerra, el que cambiarán con relativa
frecuencia.
Los miembros del P.C.E. (r.) tampoco asisten a reuniones, salvo casos extremos, pero siempre por el
mínimo tiempo posible y no van más de dos veces a la misma. A las reuniones — dicen— se asistirá en
posesión del D.N.I. y está prohibido llevar a ellas nombres apuntados, direcciones, documentos
comprometedores. En toda reunión se establecerá el "minuto conspirativo", o coartada que justifique la
convocatoria.
En el trato en la calle "no hay que fiarse de nadie". Cualquiera nos puede estar observando — afirman— y
nunca hay que ponerse nervioso ni dar muestras de "clandestinitis". Si sospechamos de que nos
siguen — agregan —, lo mejor es dejar pasar "la sombra" y luego, no perderla de vista.
Las normas de seguridad del P.C.E. (r.) son ciertamente un documento curioso y aleccionador.
Entre octubre 1975 y julio del año siguiente, el P.C.E. (r.) se dedica afanoso a la reconstitución y
consolidación de su aparato burocrático. Quiere por otra parte liberarse totalmente de la influencia cada
vez más desvaída que le dedica el P.C.E. (M-L). Ambas organizaciones, paralelas en estructuración y
pensamiento, sólo se diferencian en la mayor o menor edad de cada cual.
Unos hechos —difícilmente entonces de relacionar— se producen el 21 de marzo (1976), un soldado que
presta su servicio militar en la Jefatura de Instrucción del Parque de Artillería de Madrid deserta, pero
llevándose de paso abundante munición y cincuenta granadas de mano. El 25 de mayo, en el polvorín La
Raigosa, en Puente Caldelas (Pontevedra), unos desconocidos desarman al guarda y se llevan cien kilos
de dinamita "goma-2".
Pocos días después, el 2 de junio, la Guardia Civil de Robledo de Chavela (Madrid) descubría hábilmente
oculto en un monte, metido en un hoyo y cubierto con una piedra, un bidón de plástico, con armas,
municiones, multiplicadores, etc. Entre las pistolas se identificaron tres de las despojadas a los policías
armados asesinados en primero de octubre; una cuarta, según pruebas balísticas, fue la que sirvió para
asesinar al guardia civil Casimiro Sánchez García. Las granadas de mano eran de las robadas por el
soldado desertor en 25 de marzo.
La relación de unos hechos con otros de menor importancia que omitimos, permitieron aseverar que el
P.C.E. (r.), a través de O.D.E.A., S.R. y S.O., había logrado canalizar en la medida deseada la
organización o frente de masas, más conocido por G.R.A.P.O.
Con un considerable refuerzo de disidentes del F.R.A.P., algunos anarquistas y profesionales del crimen,
a los que se les inculca que la redención de sus actos vituperables sólo puede conseguirse con la
intencionalidad política de la lucha contra la burguesía y la opresión, el frente de masas del P.C.E. (r.)
prepara una "presentación en sociedad", tan ambiciosa como sensacionalista.
"Este 18 de julio —dicen en un papelucho— será el comienzo del movimiento comunista de resistencia al
fascismo. Se ordena la confección de planes concretos, para "golpearle" en todas partes destruyendo sus
símbolos y todo lo relacionado con la sublevación militar y con su momentánea victoria. De dicha fecha
se hará un día de luto nacional."
Para tan ambiciosa jornada, el G.R.A.P.O. dispone de dinero y dinamita suficientes. Cierto semanario
publicaba no hace mucho, haciéndose a su vez eco de ciertas "fuentes consultadas", que "el G.R.A.P.O.
había saltado con mucha facilidad del cóctel "Molotov" al artefacto de precisión más modernizado".
Tanto como eso, desde luego no. Pero el "préstamo" de los 32 millones, conseguido en la mañana del 30
de julio (1975) en la Residencia Sanitaria de Barcelona, asesinando a un policía armado y dejando herido
a un cabo, podían dar para mucho. Para gastos menudos, se habían dado otros atracos de menor cuantía.
La dinamita, hasta cien kilos, procedía de La Raigosa.
Durante la madrugada del 17 al 18 de julio (1976), se producen una serie de atentados en las provincias
de Madrid, Barcelona, Vizcaya, Sevilla, Segovia, Ciudad Real, Pontevedra. En total 28 artefactos con
diverso éxito hacen explosión en escaso margen de tiempo. Los objetivos preferentes fueron —como se
recordará— las Delegaciones de Sindicatos, edificios públicos y oficiales y los monumentos
conmemorativos del Alzamiento Nacional. En Madrid hubo quince explosiones y dos heridos. La
Organización Sindical, el Ministerio de Justicia y el Consejo Nacional del Movimiento, se vieron
seriamente afectados. En Barcelona, en varios edificios sindicales, con daños de escasa consideración; en
Labajos (Segovia), fue dinamitado el monumento a Onésimo Redondo; en Ferrol, padeció igual ira el
monumento a los Caídos, sito en la plaza Marqués de Amboage; en Sevilla, "lluvia" de cócteles Molotov
contra el Banco de Madrid, El Corte Inglés, la Jefatura Provincial del Movimiento y los Juzgados; en
Valdepeñas, intento de voladura del Ángel de la Victoria, monumento dedicado al Ejército, etc.
El éxito les ciega de tal manera que en la madrugada del sábado 28 de agosto, insisten con nuevas
explosiones en Sevilla en el Paseo Catalina Ribera, junto a los jardines de Murillo. Dos personas
quedaron muertas; una destrozada por completo, la otra mutilada. Al parecer, no estuvieron muy duchos
en la colocación del artefacto. En Madrid, fue dinamitado el monumento a los defensores del Cuartel de la
Montaña; en Barcelona, la Audiencia Territorial; en Pontevedra, el Palacio de Justicia afectando a las
dependencias del Registro Civil y el Juzgado Municipal, y en Bilbao, en el monumento a los Caídos, cuya
explosión, debido a su potencia, pudo ser escuchada en todo el casco urbano.
La reacción represiva fue rápida, como réplica a las actuaciones terroristas del P.C.E. (r.). El 29 de julio
(1976) la prensa publicaba las reseñas de una conferencia dada por el director general de Seguridad,
donde se especificaba la desarticulación del P.C.E. (r.), con la captura de veinte militantes, de ellos tres
conspicuos del Comité Central. No sólo se practicaron capturas en Madrid, sino también en Bilbao y
Sevilla. Extremos estos que omitimos por estar más que detallados en la prensa reciente.
Pero lo curioso de todo este "juego estratégico" de la hidra es la aparente enemistad entre el
"reconstituido" y su "hermano mayor", el P.C.E. (M-L), desde hace algún tiempo inactivo, quien para
resurgir, quiere apuntarse los nuevos éxitos de sus "alevines" los del G.R.A.P.O., adjudicación que éstos
no están dispuestos a ceder.
Tal vez para crear confusionismo, en la noche del 27 de septiembre, fecha en que por otra parte se
está celebrando en París una Conferencia General del bloque pekinés, donde el
P.C.E. (M-L) quiere irrogarse el puesto de honor, son atacados en Madrid con unos diez minutos de
intervalo de uno a otro, con cocteles "Molotov", los puestos de la Guardia Civil de Chamartín de la Rosa,
El Terol y Puente de Vallecas, sin más consecuencia que unas llamaradas súbitas, sorprendiendo al
guardia de puertas. La conferencia de París aclara por otro lado que el P.C.E. (r.) será por el momento
quien lleve la acción revolucionaria contra el régimen. Ha llegado, pues, la "hora sombría" del P.C.E. (M-
L). En consecuencia, la mayoría de los militantes se pasan al nuevo grupo de la hidra.
Nada de esto debe causarnos ya sensación. Es la mecánica de organismo superior del comunismo de
altura quien mueve con sus hilos la tramoya de todo. Ahora parece, pues, que la esperanza en la
subversión esta en el G.R.A.P.O., lo mismo que antes lo estuviera en el F.R.A.P. y anteriormente
en los "grupos de Cazas de Ciudad" o vaya usted a saber. El caso es evitar que se pueda vivir tranquilo,
por cualquier medio.
Hacia finales de octubre, la desarticulación del P.C.E. (r.) y sus "fuerzas de vanguardia" G.R.A.P.O. se
intensifica. En Galicia fueron descubiertos seis pisos francos y se intervinieron numerosas armas,
vehículos robados, propaganda, multicopistas, etc. Se esclarecieron varios delitos y asesinatos de agentes
de la autoridad hasta entonces en el misterio. Las detenciones, además de las anteriores, sumaron
veintidós en Galicia, cinco en Madrid, y dieciséis en Barcelona.
Los hechos que acaecen a continuación, colocación de artefactos en el Paseo de La Habana, en RTVE y
otros repetidores de la provincia de Madrid, como preludio de secuestro del presidente del Consejo de
Estado, don Antonio María de Oriol y Urquijo, son temas cuando se escriben estas líneas, al mes de
haberse producido el rapto, de rabiosa actualidad para las secciones de noticias.
Nos gustaría infinito, desde luego, llegar al fondo del arcano y saber dónde habría que apretarle a la hidra,
como en otro tiempo hicieron Hércules y su esforzado esclavo Ioeleo.
"Dios escribe derecho con renglones torcidos, y no podemos hacer caer al Gobierno y al régimen político
en la trampa que justamente el terrorismo nos quiere tender". Son palabras del señor Martín Villa a
Europa Press, quien más adelante prosigue: "Creo que si aceptásemos el Partido Comunista, lo cual es
imposible en el orden jurídico, caeríamos además en un imposible en el orden ético. El régimen nacido en
las circunstancias en que nació, no se puede permitir el lujo de recibir al Partido Comunista. Hasta el
comunismo, creo que son posibles cosas...; desde el comunismo, nada. Y lo es así —prosigue— porque
tenemos experiencia (que por lo demás, se va repitiendo muy a menudo en otros países) de que son gente
que cuando no están en el poder, vienen con el "gorro" democrático, pero justamente cuando llegan a él es
para implantar la dictadura".
En fin, quedaría por puntualizar si estos comunistas a los que se alude son "moscuteros", "ortodoxos",
"pekineses", "trotskistas", "internacionalistas", o como decía aquel que era muy hambrón, al preguntarle
el cura en confesión que ¿cuántos pajaritos fritos se comería?, y contestó:
— "De esos que vuelan de rama en rama, todos los de la faz del planeta."
https://recursos.march.es/linz/I53594.pdf
Re: La "hidra comunista de cien cabezas" durante el Franquismo
EL COMUNISMO. La hidra de las cien cabezas
(XVII)
El Alcázar. 17/02/1977.
Por Francisco J. DE URCI
LIGA COMUNISTA REVOLUCIONARIA
L.C.R.
LA Liga Comunista Revolucionaría representa al comunismo trotskista con marcada influencia sobre
aquellos grupos clandestinos calificados como de extrema izquierda.
La L.C.R. tiene su iniciación en el primer semestre de 1969 y se forma con algunos miembros del
extinguido F.L.P. (Frente de Liberación Popular), también denominados "felipes", debido a las iniciales
de su anagrama, sus contactos en Cataluña con el F.O.C. (Frente Obrero de Cataluña) y en Vascongadas
con E.S.B.A., fracción del F.L.P., cuya significación es Euzkadiko Sozialisten Batasuna, o Frente
Socialista de Euzkadi.
Pero antes de proseguir, recordemos quién fue León Bronstein (a) "Trotsky". De naturaleza judía, aunque
apatrida, sus teorías revolucionarias propugnan que para conquistar el poder es necesario, de una parte,
organizar suficientemente a las masas con el fin de atacar y vencer, sin rodeos ni fases intermedias, al
estado burgués, para destruirlo por completo.
Su característica es, pues, la de una violencia a ultranza, aunque a veces dan la impresión de haberla
abandonado.
ANTECEDENTES DE LA L.C.R.
Aunque en la IV Internacional se consiguiera agrupar a todas las cabezas de hidra afines a "Trotsky", su
unión fue breve, debido a continuas fisuras y escisiones. En verdad, por el momento, los trotskistas no son
muy numerosos, pero sí muy activos y de gran peligrosidad.
En España contamos con un trotskismo histórico, anterior todavía al trotskismo propiamente dicho.
Estuvo representado en el P.O.U.M. (Partido Obrero de Unificación Marxista), exterminado junto con los
anarquistas en 1937, durante los sucesos de Barcelona —donde existía la mayoría— y precisamente por
los comunistas estalinianos. Como recordaremos, Trotsky fue además eliminado tres años más tarde en
Méjico, donde se había refugiado, por orden de Stalin.
Las pugnas entre Trotsky y Stalin tuvieron su causa en el protagonismo que cada cual quería endosar a las
masas proletarias. Así, mientras Trotsky pretendía concederles un papel preponderante en la revolución,
el Zar rojo las valoraba de simple instrumento para su política imperialista. Las masas — decía — han de
estar dirigidas y explotadas por la minoría de los cuadros del Partido. Esto es lo que luego se llamó
centralismo democrático, por llamarlo de alguna forma.
El trotskismo fue considerado como una teoría revolucionaria radical y radicalizada. Prescindía para sus
logros de las peculiaridades de cada país donde pretendiera implantarse. Para Trotsky, la revolución habla
de ser permanente, en oposición al proceso tradicional, donde ha de haber una fase intermedia que
conduzca al socialismo marxista. Trotsky, pues, entendía que la revolución ha de hacerse directamente,
por el asalto al poder.
En 1970, los restos de las organizaciones anteriormente dichas, F.L.P., F.O.C. y E.S.B.A., cuya ligazón
no era otra que ciertas similitudes basadas en el trotskismo, se unen y forman un grupo al que denominan
ambiguamente Comunismo. Su línea política, aunque solamente pergeñada, se situaba en la
ultraizquierda, como corresponde en definitiva al ideario trotskista.
El grupo Comunismo pone en circulación tres órganos de propaganda denominados: "Universidad Roja",
para la enseñanza superior; "Barricada", para futuros bachilleres y demás estudiantes de grado medio, y
"Proletario", para las masas laborales. "Proletario" alcanza prontamente cierto sensacionalismo en
Vizcaya y Barcelona.
Unos acontecimientos acaecidos en París con anterioridad, van a influir en la organización y programa de
la futura L.C.R.; nos referimos a la revuelta estudiantil de mayo de 1968, organizada por el trotskismo
francés, a través de su L.C.R.
Los aludidos acontecimientos estuvieron protagonizados además por el P.C.I. y su organización J.C.R.; la
Organización Comunista Internacional y la Federación de Estudiantes Revolucionarios; el P.C.F. (M-L) y
su Unión de Jóvenes Comunistas; la Unión Comunista "Voix Ouvriere" y el Movimiento del 22 de marzo
S.D.S. (Sozialistiches Deutsches Studentenbund), alemán.
Estos grupos, dirigidos por el trotskismo galo y con vistas a los famosos sucesos de mayo, habían
organizado su "Ligue Comuniste", bajo inspiración de los cuadros dirigentes de los "Círculos Rojos",
fracción avanzada del comunismo francés.
La L.C.R., creada a partir de marzo de 1971, no es otra cosa que un remedo de la francesa y con base
inicial del grupo "Comunismo". Una vez fundada, hacen públicas sus afinidades con la IV Internacional,
considerándose de paso como los únicos representantes del trotskismo en España. Viene por otra parte
L.C.R. a "ocupar el vado" dejado por el P.O.R. (T.), (Partido Obrero Revolucionario, trotskista),
continuador, aunque a cierta distancia, del P.O.U.M.
El P.O.R. (T), considerado por algún tiempo como la "Sección Española de la IV Internacional", al igual
que su antecesor el P.O.U.M. y su sucesora la L.C.R., había conseguido más arraigo en la región Catalana
y Vascongadas, donde, al parecer, la huella del pensamiento de León Trotsky es más marcada.
PERIODO FORMATIVO
El P.O.R. (T) se planteó como primordial objetivo la creación de un Frente Unido entre los estudiantes de
todas las fracciones disidentes, las C.C.O.O. y las organizaciones de jóvenes. La dirección del P.O.R. (T.)
estuvo ubicada en Barcelona, pues en su ambiente universitario era donde desarrollaba mayor actividad.
También fue el refugio de los que en Madrid escaparon al desmantelamiento policial que tuvo lugar en
octubre de 1968.
Aunque el P.O.R. (T.) dispuso de sus órganos de dirección dentro del marco universitario, dirigió sus
campañas de proselitismo hacia el mundo laboral con alardes propagandísticos. Su característica violenta
fue la de las "manifestaciones relámpago".
Por algún tiempo el P.O.R. (T.) dispuso de fondos abundantes venidos del exterior. Ello facilitó la
formación de comités regionales, células (moles) y otros cuadros de rango ínfimo y medio, pero la verdad
es que esta fracción del trotskismo, hoy prácticamente desaparecida, no logró sobrevivir a los
desmantelamientos de la acción represora.
La L.C.R. considera su oportunismo de suma importancia. Se apropia la "solera trotskista" de Cataluña, lo
que trae como consecuencia, a los pocos meses de formarse la Liga, que surja el primer brote
materializado en la denominada fracción trotskista del grupo "Comunismo", carente por otro lado de
entidad y representación. Con dejar consignada su existencia, es más que suficiente.
Impulsada por el ideario trotskista la L.C.R. se ha considerado situada en el puesto más avanzado de la
extrema izquierda de cuantas cabezas tiene la hidra, aunque prontamente se vio rebasada por el P.C.E.
(M-L) y su frente de masas, el F.R.A.P.
De todas formas, el militante trotskista, en una valoración lata y universal, siempre se ha diferenciado por
su "aparente" escasez, pero también por su más sólida formación y preparación; mayor peligrosidad y
fanatismo que los "pekineses" y los "ortodoxos" o "moscuteros".
De ahí que en sus materiales, sean más aficionados al insulto desconsiderado, la amenaza y las exigencias.
"Nosotros —dicen en una proclama en abril de 1972, incitando a la huelga general de la
construcción— conocemos bien el carácter criminal y asesino de la dictadura franquista"... "siempre la
respuesta es y será la misma, los asesinatos perpetrados por los esbirros a su servicio: la Guardia Civil, la
Policía Armada y la B.P.S. (Brigada Político Social)". Digamos solamente que su calidad literaria es de lo
más ínfimo. Son fecundos en su radicalismo insultante. Quizá no sepan hacerlo mejor.
La L.C.R. se distingue prontamente en cuantas huelgas importantes tienen lugar a raíz de su constitución.
Citemos las de la construcción de Madrid en el mes de abril, y de la S.E.A.T. en Barcelona. "Todos
unidos como un puño para golpear a la dictadura con nuestra huelga", fue uno de los "slogans"
publicitarios más difundidos. Como otras cabezas de la hidra, también son aficionados a pedir la
disolución del Ejército y la Guardia Civil.
En enero de 1972 y en Barcelona, con asistencia de unos treinta militantes, la L.C.R. celebra su Primer
Congreso. Entre las conclusiones más interesantes destacó la aceptación de los estatutos y la puesta en
marcha de una petición para adherirse a la IV Internacional. Esta petición debía debatirse en el X
Congreso Mundial.
La celebración del Congreso impulsa la confección de materiales suscritos por L.C.R.; los orientan con
carácter preferente al marco estudiantil, siendo los distritos "elegidos": Madrid, Barcelona y Valencia.
A finales de febrero de 1972, el titulado B.P. de la L.C.R., lanza un panfleto titulado: "Hacia un nuevo
Burgos". En el mismo se detalla cuál es la doctrina de la Liga y en qué consisten sus reivindicaciones.
En sus bravuconerías, L.C.R., con motivo del fracaso de la concentración en la madrileña zona de Atocha
en primero de mayo (1972), acusa desconsideradamente a otras organizaciones clandestinas de izquierdas
no comunistas, especialmente U.G.T. y C.N.T. de dejar "abandonada a su suerte" a la masa, mientras los
grupos comunistas, bajo el control de la L.C.R., han obligado a "los grises a tirar la porra y huir" y los que
no lo lograron "se les rompieron los cascos y se les tiraba al suelo" (además de cobardes, deslenguados).
Este protagonismo por hacerse con la dirección de los altercados callejeros, nada más estar presentes en
las revueltas, les proporciona, por otro lado, la censura de los "pekineses", más veteranos y
experimentados en correr de... la fuerza pública.
DOCTRINA DE LA L.C.R.
Poco después del Primer Congreso, L.C.R. padece una crisis en el seno de su Comité Central. Un grupo
discrepante se "independiza" y forma "Encrucijada". Se articula con los elementos más avanzados del ala
izquierda, defensores del vanguardismo predominante sobre la masa, de existencia del frente único con su
influencia estratégica y la única salida posible de un gobierno impuesto por la clase trabajadora. El grupo
"Encrucijada", luego llamado L.C. (a secas), despoja a la L.C.R. de casi la mitad de sus afiliados. Mas lo
curioso es que, producida la escisión, el espíritu vindicativo se vio muy disminuido.
Para tratar de la reunificación, durante los días dos y tres de diciembre (1972) en las afueras de Barcelona,
tiene lugar el II Congreso de L.C.R.; no se llega a ningún acuerdo. Las discusiones son difundidas más
tarde en un panfleto titulado "La Liga en marcha". Aunque, ciertamente, la marcha quedaba detenida.
Convencida L.C.R. de su escaso éxito en el ambiente estudiantil, donde iniciara sus actividades, y
desplazada, o más bien empujada por los grupos del comunismo "pekinés", abandonan el marco
universitario para dirigir su proselitismo hacia los sectores laborales, donde creen descubrir mejor campo
para la difusión de su doctrina.
Según exponen en sus estatutos, la meta fundamental de la L.C.R. es la implantación de la dictadura del proletariado bajo la forma de gobierno de una República Socialista de Consejos Obreros. Como primera
etapa —dicen— para conseguir una sociedad sin clases y a nivel mundial.
Para alzarse con el poder, creen disponer a su antojo de las masas y llevarlas a la H.G.R. (Huelga General
Revolucionaria) del pueblo con carácter violento e insurreccional. De esta forma —aseguran— será
derribada la Monarquía.
En los aludidos estatutos se cuenta también —si preciso fuera— con provocar la insurrección armada del
pueblo, caso de que no pueda lograrse el asalto al poder, mediante la huelga general revolucionaria.
A tales fines —sin andarse por las ramas— a principios de 1973 dirigen un llamamiento a los: "Obreros,
estudiantes y trabajadores en general para solidarizarse con el resto del país".
"La huelga general —pregonan— por las reivindicaciones pendientes de los trabajadores; por la
readmisión de los despedidos; por la libertad de los detenidos; por la disolución de los cuerpos represivos.
¡Adelante por la huelga general! ¡Todos los puños cerrados y unidos en la misma dirección! ¡Abajo la
dictadura asesina!".
La L.C.R. pretende poner en marcha un camelo denominado etapa transitoria entre la caída del régimen y
la dictadura del proletariado. La nueva "fórmula" ha de llamarse "gobierno de los trabajadores".
Con él intentan: garantizar las libertades democráticas; desmantelar el aparato represivo fascista;
implantar el control obrero en la producción; expropiar por las buenas (o por las malas) las propiedades
privadas y, por último, crear las bases para la dictadura del proletariado, que conducirán al verdadero
socialismo.
No obstante, convencidos de que la capacidad combativa de la masa y su grado de conciencia
revolucionaria dejaba mucho que desear, durante las jornadas del II Congreso acuerdan dar forma
progresiva al programa de transición, estableciendo en el mismo un conjunto de actividades
propagandísticas, formas de actuación en la lucha, organización de piquetes de autodefensa, etc... De esta
forma, se convencería a la masa para la constitución de un movimiento obrero de vanguardia revolucio-
naría capaz de las "victorias más resonantes contra la burguesía".
Todo lo expuesto sirve al trotskismo para ampliar su influencia política y resaltar su espíritu revanchista.
Su acción violenta está materializada en grupos con carácter de temporalidad, destinados a operar durante
un conflicto concreto en la fábrica, instituto, taller, etc., originando problemas de índole social que afecte
a un sector de población, de una determinada barriada, para crear situaciones comprometidas a las
autoridades. En el momento clave en que estos "agitadores" se constituyen en defensores de los derechos
de los trabajadores, de las reivindicaciones estudiantiles o de las exigencias de la población, L.C.R. se
encarga de crearles una "popularidad", con la que luego canalizan en su contorno la adhesión de la masa
embaucada.
https://recursos.march.es/linz/I53595.pdf
Re: La "hidra comunista de cien cabezas" durante el Franquismo
EL COMUNISMO. La hidra de las cien cabezas
(XVIII)
El Alcázar. 18/02/1977.
Por Francisco J. DE URCI
LIGA COMUNISTA REVOLUCIONARIA
L.C.R.
EL Programa de Transición, es un calco del que desarrollaron los trotskistas en la revolución rusa de
1917. Está basado en la toma directa del poder mediante una revolución violenta de las masas armadas y
un decidido empeño de solidaridad internacional. Veámoslo resumidamente:
Apoyo y participación en todas y cada una de las luchas de los obreros y otras esferas sociales que se
consideren o se les convenzan de que están explotadas y oprimidas. Para ello se lanzarán consignas que
las politicen. Se fomentará la organización de luchas obreras desarrollando las comisiones. Estas actuarán
en cada caso mediante el control de comités previamente elegidos.
Desarrollo al máximo de la autodefensa, mediante los necesarios piquetes debidamente
preparados para la lucha. Se inculcará la importancia que tiene el militante que haya conseguido una o
varias armas, por si la insurrección armada fuese necesaria. Esta consigna ha de ir acompañada de
campañas antimilitaristas. Se iniciará el trabajo revolucionario dentro del Ejército, fomentando el
descontento y la indisciplina entre los soldados. Se invitará a los demás partidos y organizaciones
comunistas —aunque circunstancialmente— a la formación de frentes únicos. Hay
que llegar así —dicen— al fortalecimiento mutuo.
Hay que capacitar a la vanguardia obrera de forma sistemática en una concepción revolucionaria de asalto
y toma del poder. La única alternativa eficaz contra la Dictadura fascista, es el Gobierno de los
Trabajadores. En todo momento se ejercerá la agitación y propaganda antiimperialista y sistemática para
lograr la solidaridad internacionalista.
La L.C.R. cuida al máximo sus clandestinas actividades, aquí denominadas "cuestiones de
infraestructura". Establecen cotización obligatoria entre sus afiliados y voluntaria entre los simpatizantes.
Otro medio —más ficticio que real— para obtener fondos, es la venta de publicaciones. No efectúan
reuniones en domicilios de algún militante y, por ello, buscan locales ajenos, tanto para las reuniones
como para guardar los materiales de propaganda. Otros domicilios serán empleados como pisos francos;
por último las parroquias y colegios también han sido utilizados.
Las comunicaciones, (buzones) para recibir cartas y paquetes (propaganda) la fijan en los centros de
trabajo, agencias de transportes y camioneros, evitando así el control en la circulación y distribución de
los materiales. Son muy útiles las personas que viajan con frecuencia.
ESTRUCTURA ORGÁNICA
La L.C.R. apenas difiere de otro partido, movimiento, grupo... o cabeza de la hidra. Sigue el centralismo
democrático, con la diferencia sobre otros de que, conseguido el triunfo, alcanzará plenamente a todo el
aparato estatal.
Ello implica una estructuración de dirección única con el reconocimiento de la elección a todos y cada
uno de los niveles, con el derecho de agrupamiento (más teórico que otra cosa), siempre que aquél no
tienda al rompimiento del conjunto.
De mayor a menor categoría, la máquina burocrática de la L.C.R., se compone de los siguientes escalones
de mando:
El Congreso, órgano supremo y principal. Teóricamente representa todas las tendencias de L.C.R. y con
la debida proporcionalidad. Su periodo de vigencia es bienal, aunque puede convocarse antes.
El Comité Central es el órgano verdaderamente dirigente de la L.C.R., aunque entre éste y el Congreso
existe con carácter circunstancial y para determinados asuntos del Comité de Control. En todo caso, la
composición del C.C. es debidamente amplia,lo que permite la formación de equipos y comisiones para
determinados trabajos (campanas de agitación, jornadas de lucha, manifestaciones, etc.). El máximo de
componentes del C.C. suele ser de unos veinte. Las misiones del C.C. se resumen a la dirección y
orientación de la lucha de clases; designación y definición de objetivos a cubrir y trabajos a realizar y su
consiguiente planificación a nivel nacional. El C.C. se reúne cada tres meses. La convocatoria la realiza el
B.P., bien con carácter extraordinario o a petición de un tercio como mínimo de los vocales.
El B.P. (Buró Político) es el órgano de ejecución del C.C.; se elige entre los componentes de éste y solo
se relaciona con él, ante quien es responsable. Se le denomina "órgano colegiado" y su ubicación está
dentro del C.C.; de esta forma, pretenden lograr la "máxima eficacia política y orgánica". El B.P. se ha
detectado unas veces en Madrid y otras en Barcelona.
Las obligaciones del B.P. son las siguientes: Mantenimiento de relaciones con la IV Internacional;
dirección de las campañas y jornadas de lucha generalizadas a todo el territorio nacional; formación de
nuevas direcciones de entidad local y robustecimiento de las de rango regional; dotación y mantenimiento
de las infraestructuras a nivel central y difusión y edición de las publicaciones centrales, tales como
"Comunismo" y "Combate".
En cuanto a los comités provinciales, comarcales y locales, el número de sus miembros oscila entre seis y
ocho. Son designados libremente por el C.C., sin tener en cuenta para nada el derecho de elección
defendido en los estatutos. Se basan en la situación de clandestinidad. Aunque esta justificación es pueril.
Sus misiones se concretan a: Dirección y orientación de las células de acuerdo con las normas dimanantes
del B.P.; responsabilidad de sus actuaciones a nivel correspondiente; responsabilidad de la infraestructura
a su debido nivel, así como la seguridad para la impresión y distribución de los órganos y materiales de
propaganda. Estos comités de rango medio y bajo, deben reunirse semanalmente; normalmente y bajo
apariencia inocente, lo hacen en locales públicos. Estos comités reciben en casos determinados
asesoramientos de comisiones especificas.
Las células (moles, de molécula) reciben aquí el nombre genérico de órganos de aplicación política. Son
las unidades o cuadros de formación básica comunista, así como de participación en la elaboración
doctrinal de la organización. Las células dependen de los comités sectoriales, locales, comarcales y
provinciales. Se organizan en fabricas, facultades, barrios, minas, tajos de trabajo, etc.
Las células tienen un mínimo de tres y un máximo de siete componentes. El ingreso de un nuevo militante
ha de estar respaldado por el informe de dos militantes presentadores. (Como para ingresar en la Real
Academia de la Lengua). El nuevo militante admitido "condicionalmente", ha de superar un período de
prácticas de tres meses; luego es admitido (o rechazado) definitivamente. Todo militante de L.C.R. recibe
entonces sus alias, o "nombre de guerra".
FORMAS DE ACTUACIÓN
La L.C.R., para mantener la absoluta clandestinidad en el desarrollo de su ideario político, es muy
inclinada al empleo de la palabra clave. Así, tras el desmantelamiento experimentado en Madrid durante
el mes de octubre de 1973, pudo averiguarse utilizaban los meses del año para determinados conceptos de
tipo básico.
Así, "Junio" era el organismo encargado de la redacción de propaganda, circulares, normas internas y
similares. Los inconvenientes que pudieran surgir eran subsanados por los "Agostos", encargados de
facilitar los medios necesarios de seguridad. "Julio" era a su vez un cuadro integrado por elementos
organizadores.
Por otra parte, cualquier actividad sería controlada por los "Julios", mientras que los "Agostos", como
responsables de la seguridad y clandestinidad, debían conocer todos los pormenores por lo que todo
militante quedaba obligado a participarle cualquier sospecha de "infiltración o fuga". A su vez "Agosto"
era el único capacitado para dictar chives y consignas secretas.
Además de los órganos expuestos, L.C.R., cuenta con Comités Proletarios y Comités Revolucionarios,
como órganos de intervención y de carácter específico.
Estos Comités los integran simpatizantes y sólo el jefe es militante. La acción de L.C.R. se prolonga con
otros comités especiales y de carácter temporal, como son los sectoriales, de lucha, técnicos, de barrio
(Círculos Rojos). Por último, L.C.R. ha impulsado los llamados órganos de formación, en forma de
seminarios (profrentes de lucha) y escuetas (de cuadros y a nivel nacional).
Como los demás grupos clandestinos, no es fácil hacer la ponderación de poder de las fauces de esta
cabeza de hidra, o dicho más claramente, número de sus afiliados. A mediados de 1972 se habían
detectado ya organizaciones "embrionarias" en una docena de capitales de provincia, siendo las de
Barcelona y Bilbao las de más adeptos. Después la prioridad la toma Madrid, seguida muy de cerca de
Valencia.
En Barcelona tuvieron importancia e influencia los comités de Sabadell, Tarrasa, Valles y Bajo Llobregat.
A partir de 1972, L.C.R. padece "los rigores de la justicia" y la cabeza de hidra padece de fuertes dolores
y queda bastante maltrecha. Los desmantelamientos comienzan en Vizcaya, donde L.C.R. trata por todos
los medios de asociarse a E.T.A.-VI.
Como quiera que de "emparejamiento" tan aleccionador para el pueblo alegre y confiado, se tratará al
estudiar la E.T.A., sólo dejamos ahora la debida constancia. En resumen, L.C.R. se propaga más
intensamente en Guipúzcoa, Navarra, Galicia, Asturias y Cataluña; luego hay islotes en Alcalá de
Henares, Sevilla y Cádiz.
L.C.R., cuya meta o "encendido sueño" es la de constituirse en el verdadero "Partido revolucionario de
extrema izquierda", no ha dudado en establecer alianzas con otros grupos, incluidos el P.C.E. (ortodoxo),
aunque luego "por la espalda" se denosten recíprocamente, llamándose traidores del verdadero espíritu
leninista. Para L.C.R. su lema de "unidad en la acción concreta y libertad de propaganda autónoma", es lo
que cuenta; L.C.R. presta también atención a las C.C.O.O., como sin contar con el señor de los jerseys
[Marcelino Camacho].
En noviembre de 1973, con motivo del III Congreso, separado desde un mes antes el grupo
"Encrucijada", que toma el nombre de L.C. (Liga Comunista, a secas), piensa reforzarse mediante
alianzas; L.C.R. toma el acuerdo unánime de "asociarse" a la E.T.A.-VII Asamblea, es decir, al grupo
mayoritario de E.T.A.-VI. La fusión de ambos formó la L.C.R.-E.T.A.-VI (Organización Simpatizante de
la IV Internacional) y por añadidura planificadora entre otros conflictos de los sucesos de Vitoria en los
primeros días de marzo de 1976.
La fusión no hace mucho consolidada, se ha iniciado con la formación de un Comité Central y un Buró
Político unificados con órganos centrales de propaganda, comunes y suscritos por las siglas de L.C.R.-
E.T.A. (VI). Esta fusión entre ambos grupos trotskistas, ha tenido como principal consecuencia, la
introducción de las actuaciones "militantes" de E.T.A. dentro de las normas ya anticuadas de actuación de
la L.C.R. que, en compensación, permite la expansión de aquella, fuera del país vasco-navarro, con lo
cual, la peligrosidad del grupo, es decir de L.C.R., se ha visto potencialmente aumentada.
TÉCNICA DE COMANDOS
En su breve historial L.C.R. se ha mostrado bastante oportunista y aprovechadilla, pero siempre violenta y
agitadora. Su actitud más habitual es la agresividad. Aunque muy parecidas sus formas de actuación a las
de otros grupos subversivos, son en cambio peculiares a L.C.R.. De ahí que veamos algunas de sus
tácticas de actuación.
La más "usada" es la de manifestaciones públicas y comandos. En primer lugar hacen la convocatoria,
que suele transmitirse de "boca a boca". Solamente los militantes dirigentes conocen la acción a realizar.
Toda manifestación comando, tiene una concentración previa. Para ello, se fijan las horas y sitios de
reunión. Se encarece la puntualidad. Si hay manifestantes que no conocen la zona, se les señala
anticipadamente un lugar de emplazamiento y los itinerarios para llegar a la misma.
La manifestación comienza cuando el responsable, situado "a la cabeza", da la orden mediante unas
palmadas, o a la voz conminatoria de: "¡Saltar!". La hora de comienzo se respeta con toda exactitud.
Al instante de efectuarse el salto, sin apresuramientos, la cabeza organiza la manifestación mediante las
oportunas órdenes, hasta encauzar la masa de la forma siguiente: Rompiendo marcha, un grupo compacto
con "los brazos engarzados", ocupa todo el ancho de la calle; detrás un piquete de autodefensa compuesto
normalmente— por veinticinco individuos, provistos de barras, cadenas, porras y armas blancas. A éstos
le siguen los "cocteleros", normalmente cinco. Van provistos de sus correspondientes "Molotov", a razón
de dos por individuo. Los piquetes de propaganda, uno o dos a cada flanco, integrados por diez individuos
cada uno, marchan "pacíficamente", con relativa soltura, pero sin distanciarse del grueso. Después van los
"abanderados" y "pancarteros", distribuidos entre el resto de los manifestantes.
Además funcionará un piquete especial denominado "de corte", cuya función consiste en principio, en
situarse en el flanco izquierdo de la manifestación, adaptándose al ritmo de marcha de ésta. Los piquetes
de corte están integrados por unos diez individuos, provistos de palos y barras. Son los encargados de
cortar el tráfico rodado si preciso fuera y van dispuestos a volcar vehículos, atravesarlos o bloquearlos.
El recorrido de una manifestación ha sido estudiado y marcado previamente. Suele ser un trayecto corto.
Al final, uno de los de cabeza, da un pequeño mitin de un minuto de duración como máximo. La
dispersión se realiza a una orden del grupo de cabeza; se aprovecharán todas las bocacalles y cruces.
Las "cortadas" las hacen frente a cines, locales públicos, establecimientos recreativos, con el fin de que
los manifestantes tengan donde ocultarse, caso de aparecer la fuerza pública. Por sectores y a horas
determinadas, suelen establecer citas de seguridad, para los que han dirigido la manifestación-comando.
Durante el trayecto las consignas se dan a viva voz y a veces con megáfono. Serán cortas y "pegadizas".
Para ello, se recurre al pareado. En cabeza de la manifestación formarán cuatro militantes de Universidad,
dos de Enseñanza Media, dos de Barrio y otros dos de Proletarios. Media hora antes de la acordada, se,
encontrarán en el punto de reunión para "otear el horizonte". Caso de haber vigilancia de fuerza pública,
desisten.
Los piquetes de vigilantes se organizan por militantes provistos de motocicletas. Se situarán en el lugar
señalado sólo unos minutos antes de organizarse la manifestación-comando. Si ven fuerza pública, avisan
inmediatamente al grupo de cabeza. Cuando el número de agentes de la autoridad es pequeño, el grupo de
cabeza decide si se han de dispersar o si han de hacer frente; entonces es cuando los "cocteleros" entran
en acción. Durante la manifestación, el piquete de propaganda, hace la "siembra" desde los flancos, a los
sorprendidos transeúntes.
Re: La "hidra comunista de cien cabezas" durante el Franquismo
EL COMUNISMO. La hidra de las cien cabezas
(XIX)
El Alcázar. 19/02/1977.
Por Francisco J. DE URCI
LIGA COMUNISTA REVOLUCIONARIA
L.C.R.
EL método operativo de L.C.R., en orden a los puntos básicos de su Programa de Transición, es la propaganda. Factor esencial por otra parte en cualquier cabeza de hidra. Si no hay propaganda —dicen— se da la sensación de que la organización está muerta, no hay publicidad, no, pueden enterarse amigos, ni enemigos, ni indiferentes. La propaganda es, sin duda, "el alimento de la organización".
Especial cuidado pone la L.C.R. en la confección de pancartas, así como en los textos que éstas han de llevar, tarea que se encomienda al sector estudiantil de grado superior; en cambio, la confección de banderas es misión de los de grado medio. Luego, la exhibición corresponde a los manifestantes. El número ideal de éstos, en una manifestación-comando tipo, es de unos doscientos. Casos típicos de actuaciones propagandísticas importantes de la L.C.R., fueron los desarrollados en los años 1973 y 1974.
Temas repetidos y reiterados en sus materiales son la inutilidad de los cauces de entendimiento con el sindicalismo oficial, la lucha contra la represión, las reivindicaciones laborales y por supuesto las campañas antiamericanas. La difusión de "papel" es mucho más acusada en los días anteriores a alguna fecha señalada, casos del primero de mayo, 18 de julio, primero de octubre, 7 de noviembre, etc.
Como publicaciones de carácter nacional L.C.R. difunde "Combate", dirigido a la vanguardia trotskista. Su tirada es irregular. El primer número apareció en marzo de 1971. "Combate" se edita además en París, para su difusión entre los emigrantes españoles.
El órgano doctrinal es "Comunismo", portavoz de la lucha ideológica. Su tirada es igualmente irregular. Ambas publicaciones aspiran cuando dispongan de recursos a normalizar sus tirajes.
OTROS ÓRGANOS DE DIFUSIÓN
Para publicaciones de tipo localista, L.C.R. dispone del "Proletario", con destino a los productores de las grandes empresas, de donde toma el apelativo. Así, existe un "Marconi Proletario", un "S.E.A.T. Proletario", etc. Estos periodicuchos son de aparición irregular Y esporádica, para cada ocasión. Sus intenciones son los de erosionar al máximo las relaciones de entendimiento entre obreros y directivos, hasta provocar los conflictos laborales. El daño que causan es considerable, especialmente en las grandes factorías, donde trabajan varios mulares de obreros y el "contagio" de la masa es muy factible.
Entre las de tipo regionalista, destacan "Aurka", publicación vasca, dirigida a los estudiantes y de matiz separatista, y "Barricada", órgano de los comités de enseñanza media de Cataluña. La aparición de ambas es irregular.
Tras el entendimiento de L.C.R. con E.T.A.-VI, han surgido nuevas publicaciones como "Languillearen", órgano del Comité de L.C.R. de Euzkadi; "La Internacional", publicación semestral, se imprime en Francia y se difunde entre los emigrantes; "Rojo", editada en Lausana (Suiza) en colaboración con la Liga Marxista Revolucionaria de Suiza, para su difusión entre los emigrantes españoles residentes en aquel país; "Izquierda Comunista", de aparición esporádica, también impreso en Lausana, que en resumidas cuentas es un suplemento de "Combate", con destino a emigrantes, y, por último, la publicación etarra "Zutik", órgano de su Comité Central, ahora también órgano de L.C.R.
En Galicia, L.C.R.-E.T.A. (VI) pretendió establecer centros regionales en Santiago de Compostela y Vigo, aparte dos sondeos en El Ferrol, desmantelados rápidamente por la acción policial. No obstante, sostiene cauces difusores en la famosa Universidad gallega a través de los C.E.I. (Comités de Estudiantes en Lucha), estando presente en cuantos altercados callejeros, siembras y pintadas se realizan en Santiago.
En cuanto a Vigo, su influencia se patentiza mediante los C.A.R. (Comités Antirrepresivos) y los C.R.E.(Comités Revolucionarios de Estudiantes). Durante el mes de mayo pasado, aparecieron las J.C.R. (Juventudes Comunistas Revolucionarias). Medios de difusión de estas nuevas cabezas de hidra, son "O Roxo", portavoz del Comité Regional y "Universidade Roxa".
Para el sector laboral y también el estudiantil, el trotskismo "ha parido" en Galicia, dos nuevas cabezas: I.O. (Información Obreira) y L.M. (Larga Marcha), su "dispositivo" de actuación se "confunde" con el de L.C.R.-E.T.A. (VI). Aunque sus efectivos universitarios son escasísimos, resultan por el contrario muy activos y peligrosos. Su debilidad es la colocación de carteles, controlados por C.E.A. (Comités de Estudiantes Antifascistas). Como puede deducirse, tanto C.E.L., como C.E.A.; C.A.R., C.R.E., J.C.R., o I.O.-M.L., son los distintos "frentes de masas de L.C.R. y E.T.A.-(VI).
Como grupos filiales de L.C.R.con cierta entidad, tenemos en Cataluña A.C. (Acción Comunista), originaria de los "felipes" al principio de la década de los sesenta. Su órgano de difusión de igual nombre, "Acción Comunista", comenzó a publicarse en Bélgica, con insistentes evocaciones a Andrés Nin en sus artículos de fondo, luego publicaron "Acción Obrera".
Otro grupo, aunque muy reducido, fue U.C.L. (Unión Comunista de Liberación) con clara intencionalidad hacia el proletariado. En su ideología se titularon miembros de la "vanguardia transitoria" y comenzaron sus actuaciones a través de plataformas "instaladas en las C.C.O.O.; el órgano de difusión y propaganda le titularon "Comuna".
La O.C.L.C. (Organización Comunista "Lucha de Clases") tiene también un carácter minoritario y regionalista, circunscrito a Cataluña. Su posición ideológica es fluctuante entre los "pekineses" y los"trotskistas". Publica dos papeluchos de corta difusión, titulados "Lucha", de marcado contenido político,y "Lucha de Clases", de pretensiones teorizantes. Acoge entre sus afiliados a dirigentes activistas repescados de otras organizaciones de la hidra que cuenten con curriculum vitae dilatado en su "lucha por la libertad", aunque por su edad y pérdida de condiciones hayan sido licenciados por otras organizaciones.Todas sus gestiones van dirigidas hacia las plataformas dentro de las C.C.O.O., sin consultarle por supuesto al señor de los jerseys (*), ya que su influencia sólo se limita a Cataluña.
Los C.R. (Cuadernos Rojos) se autodefinen como grupos comunistas, aunque antes que una organización,es un grupo con pretensiones teoréticas en torno a la publicación de igual título aparecida en Barcelona a partir de enero de 1971. Su calidad literaria e insidiosa es de cierto relieve. Análogamente están los G.C.R. (Grupos Comunistas Revolucionarios), aglutinados por la revista "Avante", también nacida en1971.
La P.R.F.E. (Política Revolucionaria Frente Enseñanza) fue otro grupúsculo reducido dentro del sector universitario. Su revista "Enseñanza y Revolución", planteó a la docencia una complicada problemática,con respecto a las organizaciones obreras.
Por último, nos quedan los C.O.C. (Círculos Obreros Comunistas), encasillados dentro de los "comunistas antiimperialistas". Es más numerosa que las anteriores y tienen su mayor 'cantera" a través de la C.O.E.(Comisiones Obreras de Empresa) del Valles y Plataformas anticapitalistas de Barcelona. Disponen dedos revistas: "Vallés Obrero" e "Izquierda Comunista", como órgano de difusión de su Comité Nacional.
LA CRISIS APARENTE DE L.C.R.
Si L.C.R. se situó entre los grupos subversivos de extrema izquierda con cierto prestigio debido a su línea dura, su osadía y sus acciones de comandos, en las que están muy experimentados, lo cierto es que otras cabezas de la hidra, afilaron mejor sus fauces y le sacaron cierta ventaja. Más preocupada L.C.R. por unos militantes componentes de formación intelectual y de pensamiento internacionalista, quedó "rezagada" en cuanto a actuaciones sensacionalistas.
Los planteamientos estratégicos de L.C.R. son atacados por las demás cabezas de la hidra, cuando varios de ellos se federan para una acción determinada. Se ha constatado que la influencia de estas eventuales"federaciones" es notoria. Últimamente han dejado en segundo término la fase denominada por ellos mismos de "infantilismo revolucionario", consistente en agresiones a bancos, comercios y edificios, con rotura de lunas y lanzamientos de cócteles "Molotov", para dedicarse intensamente a manejar las masas laborales. Con verdadero interés trabajan a las C.C.O.O. para "quitárselas" al P.C.E. (ortodoxo),desencanto que sufrieron cuando el señor de los jerseys, hizo pública su identificación con el "carrillismo".
Acciones "bélicas" de la L.C.R. en su periodo inicial fueron el atentado contra las oficinas de I.B.M. en Bilbao en el mes de julio de 1971, en protesta por la visita a España del vicepresidente de los Estados Unidos; el ataque a una dependencia de S.E.A.T. en Barcelona, el 29 del mismo mes y año, en protesta por la vista dos días después en la Magistratura del Trabajo, por el despido de unos obreros; nuevos ataques a las dependencias de la S.E.A.T. en El Ferrol del Caudillo en 21 de enero de 1972, derivativas de los de Barcelona; ataque a la embajada de Francia en Madrid, a dos sucursales del Crédito Lionés en Barcelona y a las oficinas de dos Compañías de Seguros francesas en Valencia, durante julio de 1973, como represalia por haber declarado el Gobierno galo fuera de la Ley la L.C.R. del país vecino; atentado en septiembre del mismo año en Madrid de las oficinas de las "Líneas Aéreas Chilenas" en respuesta por el derrocamiento del presidente Allende y ataques a las oficinas de I.T.T. y Ford de Barcelona, en campaña antiamericana, etc...
La acción penetrante de la L.C.R. en las grandes empresas es de suma gravedad, debido a que han conseguido en sus actuaciones cierto grado de seriedad y prestigio. Por otro lado los materiales de difusión, revisten una marcada peligrosidad. Los sucesos de Vitoria, tan traídos y llevados por la prensa enconada, —insistimos y demostraremos en su momento— no son otra cosa que los resultados concretos de los métodos trotskistas para el "envenenamiento" de las masas.
La L.C.R. tiene por máxima aspiración inculcar en las grandes huelgas una postura combativa, armando en su momento a las masas. Por otro lado gozan de cierta aureola por ser los "inventores" —según hemos detallado— de los piquetes de autodefensa y las manifestaciones-comando.
En todo caso, la presencia de la L.C.R. en cualquier altercado laboral o estudiantil quedará patentizada por la práctica de la violencia, en la que mantiene rivalidad "fraternal" con las organizaciones de choque del P.C.E. (M-L), O.M.L.E., O.R.T., etc...
Caso interesante y preocupante de labor de zapa de la L.C.R. ha sido su infiltración en la H.O.A.C. (Hermandad Obrera de Acción Católica), con el pretexto de organizar P. O. (Plataformas Populares) de Barrio, Fábrica, Taller, etc... Su misión era la de hacer proselitismo y distribución de "materiales", cuyos temas son: las deficiencias de barriadas, las censuras al gobierno, las campañas contra la crisis energética, la carestía de vida, colegios, etc.
De esta infiltración surgieron luego los G.O.E.S. (Grupos Obreros de Estudios Sociales) de inspiración abiertamente marxista.
L.C.R. (BOLCHEVIQUE-LENINISTA)
A principios de 1973, la L.C.R. "pare" un nuevo engendro llamado en su bautizo O.T. (Organización Trotskista), para confirmarse más tarde como L.C.R. (B.-L.), tendente a mantener aunque un poco a su aire la línea política de L.C.R.-E.T.A. (VI) para intensificar la corriente revolucionaria hacia la reconstitución del verdadero partido leninista. Las razones son más de tipo "sentimental" que otra cosa. Este retorno al leninismo "puro", pero bajo control de la IV Internacional, lo anticipa en una revalorización y "refrescamiento" de memorias tanto hacia Lenin como hacia Trotsky.
De ahí que la "difusión" no haya causado extrañeza, debido a la postura de equilibrio de dicho grupúsculo dentro del trotskismo más representativo, exento de los confusionismos que para embaucados y cortos de vista, provoca la mecánica "premeditada" de las escisiones.
Por su parte la fusión de L.C.R. con E.T.A.(VI) puso de manifiesto una vez más el considerable peligro de esta cabeza de la hidra que, es a su vez la más "ferviente" propagadora y difusora de las virulencias etarras que en fin de cuentas, con todas sus escisiones, grupos, frentes, etc. —también lo veremos en su momento— no deja de ser, lisa y llanamente, otra cabeza más de la hidra, o dicho de otro modo un partido comunista más, radicalizado en el país vasco-navarro.
En apoyo de cuanto decimos la O.T., "impuso" a través de su programa de unificación con E.T.A. (VI) un exclusivismo a ultranza con vistas a su absorción por la L.C.R., para alcanzar su hegemonía en Euskal-Herria, con su correspondiente participación "mayoritaria" en los aparatos burocráticos.
La trampa estaba tendida y E.T.A. (VI) se aseguraba cierta postura expansionista a otros "países" de la nación española, como Galicia y Cataluña. En definitiva la misma concepción estratégica que ya iniciara el grupo Komunistak.
Como pruebas irrefutables tenemos los argumentos expuestos en "Proletario" en enero de 1974, bajo el título de "Órgano de los militantes y simpatizantes de Banca" de L.C.R.-E.T.A. (VI), periodicucho de poca entidad.
Concluyendo la L.C.R. en su "pluralismo" proselitista articuló a su vez dos secciones de gran influencia, con el fin de presentar en cada caso la más conveniente a cada momento. Así el grupo "En Marcha" (también llamado "Avance"), defiende el aperturismo. Sus adictos se autotitulan "marchantes", ignoramos si su extracción se hizo entre chalanes y tratantes de ganado. Los "marchantes" no se detienen en los programas de transición, a los que consideran trasnochados.
La segunda tendencia forma el grupo "Encrucijada" y sus conspicuos han sido denominados un tanto irónicamente los "encrucijados". Consideran a los "marchantes" o aperturistas como "herejes del trotskismo", clara muestra del sentido de religión laica que para sus adeptos posee el comunismo como teoría filosófica. Consideran por añadidura que todo reformismo y evolución es perjudicial para la revolución. Lo que no dejan de ser conceptos que se repelen.
Poco después surgió un tercer grupo, aunque de menor entidad que adoptó el nombre de "Aurora", estos "madrugadores", por lo de "Aurora" signen —o al menos pretenden— la línea "lambertista", de "Lambert", nombre de guerra del trotskista francés Pierre Boussel, conspicuo de la O.C.I. (Organización Comunista Internacional), expulsado en 1971, de la IV Internacional.
Dentro de tanto lio, solo para impresionar a los ignorantes, los "encrucijados", se antoconsideran a su vez como los "ortodoxos" del... trotskismo.
FRANCISCO J. DE URCI
https://cdndigital.march.es/fedora/objects/linz:R-38974/datastreams/OBJ/content
(*) Marcelino Camacho, jefe sindicalista de CCOO
Re: La "hidra comunista de cien cabezas" durante el Franquismo
EL COMUNISMO. La hidra de las cien cabezas
(y XX)
El Alcázar. 21/02/1977.
Por Francisco J. DE URCI
CATALUÑA TAMBIÉN CUENTA
Concluimos el estudio de la hidra con el comunismo "esencialmente catalán", sector un poco anónimo del monstruo.
En cuanto a, su cabeza principal, es decir, el P.C.E. (ortodoxo) no ha sido estudiada ya que no fue éste nuestro propósito. Sus pretensiones y su historial por desgracia para España son de sobra conocidos. Por otra parte, el exponerlos aunque someramente requeriría un tratamiento aparte, de magnitudes más ambiciosas. De todas formas, algo de su ejecutoria actual ha quedado "disuelto" entre las diversas cabezas de la hidra, a las que hemos dedicado nuestra atención en los capítulos anteriores.
El P.C.E. (ortodoxo) o "moscutero" que, ahora quiere y "exige" entrar en el juego democrático, con su nuevo antifaz del eurocomunismo y su reclamo publicitario de "al socialismo por la libertad", o algo así, es y será el tronco y cabeza principal de la hidra y todas las demás siglas que han surgido y posiblemente surjan, son peones de brega de su complicado ajedrez, por engullirse la civilización de Occidente. Lo demás son quimeras para alimento nocivo de miopes, apocados y memopensantes, de los que, desde hace escaso tiempo a esta parte, florecen incomprensiblemente en el "campus" político nacional, lo mismo que la mala yerba en los predios.
Ilustres tratadistas definieron al comunismo como sistema político, económico y social, que acepta el materialismo científico como filosofía, negando todo tipo de espiritualismo o religión, preconiza la lucha de clases como método de actuación y condena la propiedad privada.
No obstante, el comunismo más que una teoría y un sistema político, es una conspiración latente, tendenciosa y permanente, contra todo y contra todos los que no sean comunistas y, a veces, contra... otros comunistas, cuando quieren sacar los pies del plato.
En opinión de F. Aguado Sánchez, autor de una obra tan exhaustiva como incontrovertible sobre las actividades del P.C.E. (ortodoxo) para combatir el régimen español nacido el 18 de julio de 1936, "el comunismo es un incordio", entendiendo por incordio lo que la medicina denomina, es decir, ciertos bubones o tumores que salen a veces por la región perineal y que, si no son graves, sí son molestos.
En su carnavalada política por escalar el poder, el comunismo posee una larga capacidad para el cambio de antifaces. Siempre juega con dos a la vez, mostrando a los tontos útiles la faz sugestiva. Por eso, el general Franco que de estas cuestiones sabía también más que nadie, decía que el comunismo: "enseña la cara que cautiva y oculta la que repele".
PARTIDO SOCIALISTA UNIFICADO DE CATALUÑA P.S.U.C.
Actualmente se le define como filial del P.C.E. (ortodoxo) con apenas autonomía propia, aunque en épocas pasadas no fuese así. En verdad es una "gracia especial" concedida por el P.C.E. a Cataluña, para atizar la tea, más que antorcha, del separatismo. Su línea política es la clásica, con adaptaciones a la región donde se desenvuelve.
El P.S.U.C. se autodefine a su vez como: "Partido marxista-leninista de la clase obrera y el pueblo catalán para conseguir la transformación revolucionaria del capitalismo en un socialismo primero y comunismo después, mediante la unión de la clase obrera, la alianza de las fuerzas del trabajo y de la... cultura".
Defiende un cauce hacia el socialismo sin llegar ni a la guerra civil ni a la insurrección armada, pero sí mediante la movilización de las masas.
El P.S.U.C. se constituyó en 23 de julio de 1936 mediante la fusión de otras cabezas de hidra entre comunistas y socialistas, como fueron: U.S.C. (Unión Socialista de Cataluña); P.C.C. (Partido Comunista de Cataluña); F.S.C. del P.S.O.E. (Federación Socialista de Cataluña del P.S.O.E.) y P.C.P. (Partit Catalá Proletari). Previamente hubo un comité de enlace con el P.C.E. durante la revolución roja de octubre de 1934. Como norma y aquí se patentiza su identidad con el P.C.E., todo militante de éste, si reside en Cataluña, es a su vez miembro del P.S.U.C. y al revés.
El P.S.U.C. propugna, ¡cómo no!, el centralismo democrático y se estructura en células, comités de barrio, distrito, locales, comarcales y regionales (nacional) un C.C. y un C.E. (Comité Ejecutivo). Todos los acuerdos que se tomen por un "cuadro" son obligatorios para el cuadro inferior. Su programa político preconiza el derrocamiento de la dictadura fascista y el establecimiento de las libertades políticas mediante —ojo al parche— el establecimiento de un régimen republicano constituido por una Federación de Pueblos Hispánicos, con un presidente moderador, pero no ejecutivo.
Como representante del poder ejecutivo habrá un Gobierno y para el legislativo una Cámara de diputados elegida por sufragio universal. Al poder judicial le conceden la independencia.
Para el gobierno de "su país", propugnan además la creación del C.E.S.C. (Consejo Económico y Social de Cataluña) integrado por los sindicatos de obreros, institutos científicos, colegios profesionales, etc., con atribuciones "imperativas" en los sectores claves e "indicativas" en los demás.
Para el P.S.U.C. dentro del Estado español, hay tres naciones con personalidad propia: Galicia, Vasconia y, por supuesto, Cataluña. Aparte dan una posibilidad política estratégica para otras regiones. La integración —dicen — de Valencia o Baleares en Cataluña, como de Navarra o los departamentos vasco-franceses en Euzkadi, es cuestión que ellos mismos deben decidir.
Actualmente el P.S.U.C. está integrado en la C.C.F.P.C. (Comisión Coordinadora de Fuerzas Políticas de Cataluña), cuya meta es crear las condiciones necesarias para que "el pueblo catalán pueda ejercer el derecho de la autodeterminación". Para ello, se ha de establecer el Gobierno de la Generalidad y el Parlamento Catalán y... si la "Nación catalana decide integrarse en la Federación de Naciones Orgánicas", habrá que entenderse con los demás componentes.
Órganos de difusión del P.S.U.C., algunos de larga vida, son "Treball", "Universitat," y "Joven Guardia", hay otros locales y sectoriales de escasa difusión. De todos, "Treball" es el de más entidad. Su publicación comenzó en 1940 y no se ha interrumpido, lo que demuestra por otra parte el enraizamiento del P S.U.C. en la región. En el capítulo Ejército y Fuerzas Armadas, mantienen que lo mismo que España, necesitan una "revolución política que los libre de servir a los yanquis, a la corrupción y a la represión".
Como alternativa para el cambio proponen: Amnistía total; libertades políticas sin discriminación: no a la apertura y al centrismo y huelga general del proletariado que puede conseguirse "en cualquier coyuntura política favorable''.
En una "muestra" como partido de orden, se pronuncian por un cambio total de las estructuras pero sin choques ni violencias tanto con el Ejército como con la fuerza pública. Muy "feligreses" ellos, dicen no ser anticlericales y sí respetuosos con Nuestra Santa Madre la Iglesia Católica Apostólica Romana a la que consideran "muy positiva" en su cambio de postura con respecto al régimen (al franquista, por supuesto).
PARTIDO COMUNISTA DE ESPAÑA (INTERNACIONAL) P.C.E. (I)
Se definió como un partido político proletario que aspira a derrocar el régimen burgués y de las clases explotadoras para imponer el comunismo, sirviéndose de la dictadura del proletariado. Como puede verse, todas las definiciones de las cabezas de la hidra están homologadas. Apenas difieren unas de otras, lo que demuestra a las clases el origen común de todas ellas.
El P.C.E. (I) defiende la ideología marxista de quienes pretenden atacarla, pero recogiendo ante todo la "verdadera esencia" del comunismo y del "auténtico" P.C.E. cuando José Díaz Ramos, tránsfuga del anarquismo sevillano, fue su secretario general.
Debido a la "pasividad" del comunismo ortodoxo, con sus juicios agoreros de justificación como partido de orden, el P.C.E. (I) dijo unirse teóricamente al bloque marxista-leninista, es decir, a los que hemos venido llamando "pekineses" (y que perdonen los perritos), para "abolir la explotación del hombre por el hombre". Cinismo hay para dar y tomar.
El P.C.E. (I) tuvo origen en Barcelona y fue un "parto" del longevo P.S.U.C. que como ya hemos consignado representa con ligeros retoques al comunismo (ortodoxo) del Principado. El acontecimiento se produce en 1967. Varios grupúsculos de Madrid, Zaragoza, Sevilla y el País vasco, tan desorientados como inadvertidos, procedentes a su vez de diversas desarticulaciones del P.C.E. (ortodoxo) en dichas ciudades y algún que otro militante de las C.C.O.O., se unen durante los años siguientes en torno al nuevo anagrama, engrosando — aunque no gran cosa— su limitado censo.
En el mes de mayo de 1972 se hace una "depuración" de adherentes, con el fin de poner las bases para crear un verdadero partido político, bajo marcadas influencias maoístas. En marzo del año siguiente, celebran su Primer Congreso, definen su línea política, aprueban los estatutos y nombran el Comité Central.
El P.C.E. (I) ha sido protagonista de numerosas desarticulaciones en Madrid, Barcelona, Zaragoza, Valladolid y otras ciudades españolas. Sus miembros han sido objeto de varios Consejos de Guerra y vistas en el recientemente disuelto T.O.P.
En su esquema orgánico, el P.C.E. (I) no difiere gran cosa de sus "primos hermanos" de la hidra. Así, se deciden por el centralismo democrático y el escalonamiento jerárquico de los Comités locales, provinciales, regionales y central; secretario general y C.E. (Comité Ejecutivo) son los órganos permanentes, y la célula o troica, el básico.
El P.C.E. (I) dispone asimismo de su organización juvenil, muy enraizada en el sector estudiantil, denominada J.G.R. (Joven Guardia Roja), con doble, cara titulada A.D.J. (Asamblea Democrática de la Juventud).
Su programa político es también similar al de cuantas cabezas de la hidra hemos estudiado. A saber: derrocamiento del fascismo, imprescindible como fase previa para desarrollar el programa cuya meta final es la dictadura del proletariado.
Atención especial dedican a las C.C.O.O., para crear el Frente Unido, con articulación de fuerzas que se organicen desde la base, tanto en ciudades, como pueblos, aldeas, barrios y campesinado. Muy optimistas, se inclinan por un "levantamiento general del pueblo armado contra el fascismo", hasta imponer un Gobierno provisional, con la misión de organizar sus elecciones generales. A esta fase la denominan "intermedia", lo mismo que el P.C.E. (ortodoxo), con lo cual, de originalidades, no andan muy bien que digamos.
Otras pretensiones del P.C.E. (I) son la autonomía de las "nacionalidades" españolas; la disolución de las fuerzas de orden público para sustituirlas por unas milicias; la depuración del Ejército; la amnistía general; la ruptura total con los Estados Unidos; la liquidación del colonialismo con la devolución a Marruecos de Ceuta y Melilla, etc.
Después se organizaría el F.P.D. (Frente Popular Democrático) y el Gobierno Popular Revolucionario con el respaldo del "pueblo en armas".
Como medios de difusión cuentan con "Mundo Obrero Rojo", su órgano oficial, y "Hacia el Socialismo", cuaderno teórico de unas cien páginas en cuarto, cuyo primer número salió en abril de 1973. Colaborador destacado de estos cuadernos subversivos es Ramón Lobato. El P.C.E. (I) admite cualquier tipo de alianzas, siempre que éstas vayan dirigidas a la eliminación del fascismo y la monarquía como sistemas de gobierno. En verdad el P.C.E. (I) sigue muy de cerca al P.S.U.C., que a su vez imita al P.C.E. (ortodoxo), pero en su fase anterior al reciente invento camelístico del eurocomunismo.
El P.C.E. (I) en su expansión a "otras nacionalidades hispánicas" es detectado a principios de 1974 en Galicia, con núcleos de cierta entidad en El Ferrol del Caudillo y Puentes de García Rodríguez, con preferencia en el sector laboral y algunas ramificaciones en Vigo. En cuanto a Santiago de Compostela y para el sector estudiantil, han reorganizado el S.D.E. (Sindicato Democrático de Estudiantes) oponente del P.C.G. (Partido Comunista Gallego) del grupo ortodoxo, M.C.G. (Movimiento Comunista Gallego) y E.R.G.A. (Estudiantes Revolucionarios Gallegos) afecto a la U.P.G. (Unión de Pobo Galego) del bloque "pekinés".
PARTIDO DEL TRABAJO DE ESPAÑA. P.T.E.
La I. de Internacional dio al P.C.E. (I) cierto talante trotskista con el que los conspicuos del C.C. no estaban muy conformes. Por ello en febrero de 1974, cambian de careta y pasan a titularse P.T.E.; con la eliminación "oficial" de posibles sospechas de trotskismo, al mes siguiente ingresan en la Plataforma Democrática.
Sus conspicuos pregonan contar con grandes masas en Madrid, Barcelona y Valencia, seguidas de cerca por Asturias y Canarias. Y por supuesto hacen bastante poco por justificar su denominación de partido del trabajo. A lo que están más propensos es a ocasionar paros, huelgas y conflictos laborales. Estas frivolidades no deberían tolerarse. Un partido del trabajo que... no trabaja.
El P.T.E. puso en circulación un nuevo ciclostilo al precio de diez pesetas, titulado "El Correo del Pueblo", en sustitución del "Mundo Obrero Rojo" del P.C.E. (I). Con tan elementales blanqueos de fachada, asombran a embaucados. Al comienzo se distinguieron en sus campañas publicitarias pidiendo la libertad de Garmendia y Otaegui, expresando —ahí es nada— su firme repulsa por la política terrorista del régimen, amenazando con una huelga de hambre, haciendo reiterados llamamientos a la "oprimida clase trabajadora", con el fin de que no se cometan "más asesinatos por orden del gobierno fascista".
En 31 de octubre de 1975, el B.P. del P.T.E. formuló su declaración general de principios: "Nos dirigimos —decían— a la opinión pública en un momento trascendental en que la muerte de Franco se considera un hecho inevitable y el príncipe Juan Carlos se ha hecho cargo interinamente de la Jefatura del Estado, lo que prácticamente supone la materialización de la sucesión prevista por Franco y su Régimen fascista. ¿Puede haber algo que hay?. —aseveran más adelante —. España es hoy un inmenso campo de concentración. Estamos en el fondo del precipicio".
El P.T.E. se reparte con la O.R.T. en Andalucía la influencia de las Comisiones de Jornaleros, impulsoras del sindicato unitario, independiente, autónomo y democrático. En cuanto a su frente de acción juvenil, denominado unas veces Joven Guardia Roja y otras Asamblea Democrática de la Juventud, está en una fase de auge. De momento sólo han llegado al "infantilismo" subversivo que comprende pintadas, carteles, pancartas y algunas siembras de propaganda. Pero de todas formas, la Joven Guardia Roja, en el sector estudiantil, está consiguiendo bastante ascendiente.
En resumen, el P.C.E. (I), después P.T.E., nacido del P.S.U.C., con ciertos atisbos de trotskismo abandonados tras su Primer Congreso, para inclinarse cada vez más "sensatamente" al eurocomunismo, mantiene, debido a su "corta edad", una postura juvenil y algo intransigente con respecto a sus hermanos mayores.
El P.T.E. ha recurrido al viejo truco de las alianzas obrero-campesinas, invento comunista desempolvado de la historia de los años treinta, cuando la II República. Su último camelo para embaucados consiste en propugnar que: "sólo con la instauración de un Estado de dictadura del proletariado y la edificación socialista se podrá decir que nuestra actual revolución haya concluido con éxito".
Para el P.T.E., la dictadura del proletariado requiere, pues, una previa alianza entre el proletariado (como futura clase dirigente) y las clases medias, para eliminar la burguesía y —posiblemente sobre sus ruinas (esto causa sensación, impresiona)— edificar el paraíso socialista.
Aunque nada tiene que ver con el P.T.E. —salvo las consiguientes consanguineidades con la hidra—, dejaremos constancia para remate y por su vinculación en Cataluña del P.C.O.E. o P.C.O.E. (VIII Congreso), escindido del bloque ortodoxo. Su conspicuo mayor Enrique Lister Forján, héroe del "Ejército Republicano", protagonismos aparte, fundó este anémico partido debido a su enemistad personal con Carrillo, autoridad que siempre le vino muy cuesta arriba aceptar. Sus motivos, y bien fundados, tiene.
El P.C.O.E. (Partido Comunista Obrero Español) surgió en 1969 debido a ciertas posiciones encontradas con el Kremlin, después de los acontecimientos de Praga y más tarde por el pacto de Varsovia.
Ciertamente el partido de Líster es de muy escasa entidad. Cuenta con adeptos en Barcelona principalmente y algo más entre exiliados y emigrantes en Francia. De todas formas, su censo de militantes, más que reducido es minúsculo, por no decir ridículo.
Líster quiso dar a su partido un talante estaliniano. Tuvo, en cambio, sus devaneos con el F.R.A.P. y últimamente ha mendigado su ingreso en la Plataforma de Convergencia.
https://www.march.es/es/coleccion/archivo-linz-transicion-espanola/ficha/--linz:R-53598
Re: La "hidra comunista de cien cabezas" durante el Franquismo
Para consultar en anteriores envíos sobre inicios y fechorías de destacados grupos terroristas:
Sobre PCE M-L, F.R.A.P., ver especialmente envíos III, V, VI y VII, correspondientes a
FRAP 1
FRAP 2
FRAP 3
FRAP 4
Sobre el PCE (r.) G.R.A.P.O: Envíos IV y XVI